-Cállala.-dijo Sammy algo histérico,rodé los ojos y coloqué mis manos detrás de mi cuello.

-No puedo hacer esto sola,¿entiendes?.-respondí con la voz temblorosa.-Llevas dos meses escaqueándote.

-Trabajando,Celine.-me corrigió.

-Yo también trabajo,Samuel.-repliqué abrazándome a mi misma.-No entiendo qué hacemos juntos si ni siquiera puedes echarme una mano con esto.

-Yo tampoco sé que hacemos juntos.-abrí los ojos sorprendida.

-Ven,cariño.-cogí con cuidado a mi pequeña que ya tiene tres meses.-Volvamos a casa.

Cogí la bolsa que suelo colgar en el mango del carrito y coloqué a Mackenzie en el carro con sumo cuidado,tapé su cuerpo con la manta y salí de ahí sin intercambiar más palabras con el rubio.

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