-¡Celine,Skate está aquí!.-gritó Kylie.

La puerta de mi habitación se abrió dejando ver a mi mejor amigo.

-¿Qué ocurre?.-pregunté llevándome la mano a la cabeza.

-Resaca,¿eh?.-se tumbó sobre mi.

-Quítate,gordo.-me quejé.

-Quiero ver a mi hija.-giré mi cabeza confundida.

-Skate,quitate,por favor.-el chico obedeció.-Tu también Derek,quiero cambiarme.

-No es nada que no haya visto ya.-alcé una ceja.

Skate salió de la habitación dando a entender que no quería presenciar la discusión.

-No entiendo tu juego,Mackenzie está durmiendo justo ahí.-señalé la cuna.

El chico se acercó hasta ella y sonrió cuando tomó a nuestra hija en sus brazos.

-Papi te echa de menos.-susurró antes de besar su cabeza.

Me puse una sudadera que encontré en mi armario.

-Mis sudaderas te quedan genial.-bajé la mirada dándome cuenta de que tenía razón.-Tenemos que hablar.

-No tenemos nada de lo que hablar.-me senté al borde de la cama.

-No quiero dejarte,Celine,joder.-dijo algo molesto.-Bebí y dije cosas que no pensaba realmente,Mackenzie nos necesita a los dos.

-Tu nunca estás,Samuel.

-Déjame cambiar eso.

-No quiero volver a tu casa,Samuel.-aparté mi mirada de la suya.-Y tampoco a tu vida.-me levanté de la cama y salí al pasillo.

-Ey.-me asusté al ver a Nathan.-Sammy es un idiota pero puedo poner la mano en el fuego y afirmar que te ama con su vida,no te puedes imaginar lo mal que lo pasa cuando sabe que hace daño.-hizo una pausa.-Él lo perdería todo si pones fin a esto.

-No voy a estar con alguien que no sabe por qué estamos juntos.

-Celine.-ladeé la cabeza.-Samuel se volverá loco,hablo totalmente en serio.

La puerta de la habitación se abrió y me eché hacia un lado para dejarle pasar,evitó el contacto visual conmigo pero pude divisar  sus ojos,estaban rojos e hinchados,había estado llorando.

-Vamos,Skate.-dijo el rubio sin siquiera mirarme.

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