Miré atentamente todos sus movimientos,no dejaba de caminar de un lado hacia otro sin parar,se sentó en el borde de la cama y aclaró su garganta para comenzar a hablar.

-Te juro que lo he intentado.-susurró.

-¿El qué?.

-Alejarme.-rascó su nuca.

-¿Podrías mirarme a la cara al menos?.-pregunté algo molesta.

-No puedo evitar sentirme culpable cada vez que te miro.

-¿Estas de coña?.-dije a punto de perder los papeles.-No se a que estás jugando pero..te quedas solo.-dije poniéndome mi ropa rápidamente.

-No juego a nada.

-Entonces deja de buscarme para después escupirme en la cara lo mucho que quieres a Stassie y lo muchísimo que te arrepientes por engañarla.

-No pretendía que sonara así.

-¿Sabes una cosa,Samuel?.-hice una pausa.-Gilinsky lo hace mucho mejor.

Su mirada se posó sobre mi y un tono oscuro se apoderó de sus ojos,estaba enfadado,pero yo lo estaba más.

-Adiós.-susurré antes de salir del hotel.

Recordé que no tenía mi coche así que decidí llamar a Skate.

-Skate.-hice una pausa.-¿Podrías venir a buscar...-un sollozo me impidió continuar.

-¿Donde estás?.-preguntó alarmado.

-Yo...-mordí mi labio y colgué.

Si viene hará demasiadas preguntas y no tengo ni respuestas ni fuerzas para soportarlo.

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