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Capítulo 04

Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo. Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios y me sentaré sobre el monte de la congregación, hacia los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré; seré semejante al Altísimo.

Isaías 14:13-14


Cuando llegó a Colmar se aseguró de revisar todos los daños causados por BaekHyun esperando que nadie haya salido herido, cosa que es casi imposible de esperar, sobre todo cuando el movimiento fue demasiado fuerte provocando la caída de muchas viviendas; las personas iban de un lado a otro, la mayoria de ellos con vendas, otros llorando y unas cuantos asustados por otro posible desastre.

ChanYeol estaba preocupado porque todo eso apuntaría a una sola cosa y era la misma mierda que trató de evitar todo este tiempo. Dios es el que todo lo ve y todo lo sabe y se supone que es el que escucha a su creación, pero eso no es más que una vil mentira, así como lo son la mayoría de cosas escritas en los libros sagrados; Dios nunca escucha, nunca ayuda y nunca se preocupa, lo único que le importa es ser alabado por los mortales porque ello demostraría que seguía siendo el ser supremo del universo; es por eso que siempre mandaba a sus fieles y servidores ángeles cuando había algún suceso donde se veía involucradas las muertes de muchos humanos; eso solo significaba que se sentía amenazado por otra fuerza sobrenatural.

Y él estaba seguro que no pasará mucho tiempo hasta que el primer ángel cruzara al mundo de los vivos, es por eso que se apresuró hacia donde podía sentir a BaekHyun. La casa de los Byun posiblemente fue la más afectada, estaba muy destruida y no quedó nada de la vivienda hogareña y acogedora que se mostraba antes de aquel suceso; afuera estaba BaekHyun siendo abrazado por su madre y a un lado estaba SooHan haciendo una llamada un poco desesperado, no podría ser menos cuando su familia no tenía donde dormir esa noche.

Él podía sentirlo, él sentía las emociones de BaekHyun como si fueran suyas y en ese mismo momento Azazel sentía culpa por todos los daños causados; es por eso que se mantenía con la cabeza agachada y el cuerpo encorvado tratando de evitar cualquier sonido que le recordase lo que hizo.

— Todo estará bien, lo voy a solucionar— murmuró sabiendo que el menor lo escucharía aún estando demasiado lejos, y así fue; BaekHyun volteó la mirada hacia su dirección con aquellos ojos color miel desesperado por su consuelo y perdón— No te preocupes, me encar...— fue allí cuando tuvo la impresión de que algo no estaba bien.

Él tenía el control de gran parte del universo creado por Dios, sobretodo en el paraíso, él sabía la mayoría de cosas que suceden allí y de alguna u otra manera siguió teniendo una conexión con los seres más preciados de Dios y aunque trató de ignorar eso por muchos años, hoy exactamente no podía hacerlo; eso quería decir que los ángeles estaban a punto de hacer algo que nunca habían hecho.

Dios tenía un plan que involucraba cosas jamás antes vistas.

Miró hacia el cielo encontrándose con el resplandor de una llama azul y lo primero que se le vino a la cabeza fue la espada flamígera; no había forma que Azrael la usara de ese modo, pues sólo desprendía esa llama si estaba a punto de tener un combate con otro ser especial, y su hermano no era alguien a quien le gustaba pelear pues era uno de los pocos ángeles que apreciaba y respetaba absolutamente toda la creación de Dios y en eso estaban los humanos, los ángeles, los demonios, los animales y la naturaleza. Entonces solo significaba que era una señal para él.

Ellos van a cruzar el portal al mundo de los vivos. Eso quería decirle. Había convivido con Azrael demasiado tiempo y gracias a ello lo conocía a la perfección y no era exactamente la primera vez que se comunicaban por medio de la espada de la muerte. Pues no existía ser espiritual que cruzara al mundo terranal sin que Azrael se diera cuenta; el Ángel de la muerte estaba en el medio de los tres mundos por decisión propia, era el trabajo más difícil pues la soledad siempre lo acompañaría. Y de alguna u otra forma todo este tiempo creyó que había sido lo suficiente inteligente como para pasar por sobre él, pero al parecer no fue así; Azrael lo ayudó y ni una sola vez en esos siete años cuestionó lo que hacía en Colmar.

La llama se volvió más intensa y sabía que tenía que ser lo suficientemente rápido para esconder a BaekHyun; y justo cuando iba a correr hacia él, sintió al primer ángel en Nueva York, otro apareció en Madrid, otro en Italia y así sucesivamente una gran cantidad de ángeles se desplazaron por el mundo. Dios estaba seguro que a lo que se enfrentaría superaba su poder. Y no pasaría mucho tiempo hasta que lleguen a Colmar.

En segundos se transportó hacia Azazel y se acercó a SooHan para controlarlo. Los seres como ChanYeol tenían muchas capacidades que mostraban un poder ilimitado, tanto que él podría manejar a todo el universo como el mismísimo omnipotente y fue ese mismo quien le concedió ese don.

— Vayan a la Église Saint-Martin— ordenó susurrando en el oído de SooHan— Tu único objetivo es protejer con tu misma vida a Baekhyun Byun Lefebvre— el mayor asintió casi hipnotizado— Un solo rasguño y me encargaré de que te pudras en el infierno.

La Colegiata de San Martín no quedaba tan lejos de su casa, estaba a unas cuantas cuadras más abajo por lo que era el lugar correcto para estar escondido mientras pensaba en cómo evitar que la presencia de Azazel se notara. Y aunque trataba de buscar un montón de soluciones ChanYeol sabía que sólo había una forma de ocultar a BaekHyun, pero no estaba listo para usar ese camino, no cuando juró alguna vez nunca más hacerlo, no cuando sería el motivo principal para que Amenadiel pidiera un juicio encontra de él y no porque lo más probable sería un castigo sin salir de Sheol y en ese momento no se sentía preparado para dejar a un pequeño BaekHyun de tan solo siete años.

Cuando llegaron a la Catedral fueron recibidos por el sacerdote con una sonrisa amable, no fue necesario hablar mucho puesto que ellos ya sabían la situación de los Byun y como se estaba hablando de una de las familias más católica de Colmar y las que más ayuda daban al prójimo, el padre les ofreció quedarse en una de las casas vacías que tenía la Catedral.

El día se estaba convirtiendo en noche y la noche en más oscuridad; las personas se habían resguardado en sus casas, pues al parecer se aproximaba un día lleno de tormentas y lluvias. Todo Colmar estaba cubierta por una capa de oscuridad aún cuando el sol debería estar en su máximo resplandor.

— BaekHyun— susurró ChanYeol cuando Valena los dejó en la pequeña habitación donde sólo cabía una cama de una plaza y media— Necesito que controles tu respiración, no sucederá nada malo. Estoy aquí Azazel ¿lo recuerdas?— el niño lo miró asustado, no era tonto, él sabía que algo no estaba bien en Colmar. Pero lo que menos quería ChanYeol es que empezara a perder el control justo ahora e hiciera notar su presencia en el mundo, no podía permirlo, no cuando sentía a cada ángel cruzar al plano terranal.

— ¿Qué sucede? ¿Por qué estamos huyendo? ¿Es por lo que hice?

— Te lo explicaré después— ChanYeol miró por la ventana de aquella habitación y la llama azul empezó a parpadear. En ese momento cruzó el primer ángel a Colmar, pero no era cualquiera, pues no venía exactamente solo, traía consigo veinte ángeles detrás de él y en la cima estaba Amenadiel. Si Dios lo mandó es porque percibió algo raro en esta ciudad.

— ¿Quiénes son?— preguntó Azazel entre murmullos y ChanYeol le tapó los ojos automáticamente— ¿Vienen por mí? ¿Nos separarán Yeol?— el nombrado cerró los ojos al sentir de un momento a otro todas las emociones del menor que reflejaban miedo, tristeza y posible terror por lo incierto.

— No dejaré que te lleven.

Los seres angelicales se desplazaron por la ciudad cuando Amenadiel levantó su espada luego de recibir la orden de Dios mediante un trueno azul. Los humanos no podían verlo, pero todo Colmar estaba brillando espléndidamente, era la primera vez en la vida de este mundo que una ciudad tenía a tantos ángeles en un mismo tiempo y eso estaba desesperando a ChanYeol; sobre todo porque iban de casa en casa tratando de encontrar su objetivo, no era necesario que él lo vea, podía sentirlos perfectamente; así como la respiración desigual de BaekHyun y el aura de irritabilidad de Amenadiel.

Aquel ángel se dirigió hacia la Église Saint-Martin en su más grande esplendor y supo que no quedaba nada de tiempo para ser descubiertos.

— BaekHyun— murmuró sin hacer mucho ruido, pero teniendo la atención del menor en segundos— Confías en mí ¿verdad?

— Sí— respondió rápidamente. Él tenía un plan cuando se viera obligado a usar su gracia en BaekHyun; lo había planeado desde que el niño era un bebé, debido a que  Dios se daría cuenta al instante de su paradero cuando quisiera esconder a Azazel, pero si usaba el equilibrio perfecto entre el mal y el bien, Dios nunca sabría de donde exactamente salió dicho poder.

— Ven— lo tomó de la mano y lo sentó en el suelo— Necesito que cierres los ojos y no los abras hasta que yo te haya dicho lo contrario— el niño asintió. Cerró los ojos y manteniendo la calma percibió la mano de ChanYeol en su frente y fue en ese momento cuando sintió algo grande cubrirlos, fue como estar en paz completamente y los sentimientos de temor desaparecieron automáticamente— Concéntrate en tu respiración y no trates de hacer algo más— BaekHyun quiso hacer lo que dijo, pero un dolor intenso en su cabeza lo impidió, dolor que recorrió cada fibra de su ser.

— No puedo, duele Yeol.

— BaekHyun no luches— advirtió sintiendo a Amenadiel parado en la cima de la iglesia.

ChanYeol sabía perfectamente que al utilizar sus poderes sobrenaturales en el menor podría haber dos caminos apartir de ese momento. Uno era que el cuerpo y espíritu de Azazel lo aceptaran sin problema alguno y el segundo era que no lo hiciera, principalmente porque sus dones celestiales superaban lo que BaekHyun podría soportar y sobre todo porque él no irradiaba mal, si no bondad pura y lamentablemente Azazel solo conocía el mal después de su intento miserable por controlar algo que él no podía.

— No puedo— mencionó con dificultad y en un arranque por tratar de evitar el dolor levantó sus manos y terminó lanzando a ChanYeol contra la pared de al fondo.

La calma se esfumó en segundos y el miedo lo volvió a invadir.

Estaba volviendo a pasar.

— BaekHyun no— el mayor trató de moverse y volverlo a cubrir, pero fue demasiado tarde. Amenadiel se dio cuenta que lo que tanto estaba buscando provenía de la última habitación de aquella vivienda.

ChanYeol sintió a Amenadiel llamar a todos los ángeles que vinieron con él y en tan sólo tres segundos la vivienda estaba completamente rodeada, lista para ser invadida.

Temió lo peor en ese momento, pero algo lo impidió, más bien alguien.

— No puedes ingresar allí— la voz del ajeno se hizo presente y resonó en su oído con fuerza— Estoy seguro que no querrás problemas con otro ser que supera tu fuerza, Amenadiel.

— ¿Cómo puedes ver lo que los humanos como tú no deberían percibir?— Amenadiel se transportó hacia la persona con advertencia en los ojos— Eres un niño. No deberías meterte en problemas donde no es necesario tu presencia.

— No lo haría si es que tú no estuvieras aquí. Este es mi hogar, he vivido aquí desde que tengo memoria y todo el aura de poder que sientes provenir de mi casa no es más que de otro ser similar a tí— ChanYeol se acercó hacia la ventana omitiendo su imagen para cualquier otro ser a excepción de BaekHyun. Lo que vio fue a un niño, aproximadamente de la misma edad de Azazel, pero no era igual a otros niños de Colmar, éste tenía conocimiento de algo que los mortales creen que es un mito.

— No eres igual a nosotros.

— Nunca dije que el aura era mía— el menor levantó su mano mostrando específicamente su muñeca y automáticamente todos los presentes retrocedieron. Allí se mostraba un sello de protección y no era uno común, sobre todo porque cada ángel y demonio tenía una forma única de proteger a alguien, pero lo que diferenciaba su origen era el color del sello. Un sello celestial era de color dorado y un sello demoníaco era negro. El de el niño era de color azul— Soy el único mortal en tener el sello del ángel de la muerte, estoy seguro que no quieres tener una batalla directa con la espada de Azrael.

— Es imposible. Azrael no puede proteger a nadie, Dios se lo prohibió.

— Podemos llamarlo entonces— Amenadiel frunció el ceño con molestia mientras retrocedía poco a poco— En Colmar no hay otro ser diferente a un mortal a excepción de mí, lo que sea que estás buscando no está aquí.

— Retirada— susurró en otro idioma y todos se desplazaron posicionándose en el mismo orden que cuando ingresaron al plano terranal.

— Dile a tu Padre que Castiel le manda saludos— Amenadiel rodó los ojos con furia y así como llegaron, desaparecieron rápidamente. El niño se quedó mirando el cielo unos minutos más mientras respiraba despacio— ¿Debería quedarme más tiempo parado aquí esperando sus agradecimientos?— Castiel volteó hacia él con una sonrisa un poco encantadora, parecia completamente diferente al niño que hablaba anteriormente con Amenadiel— Creo que es muy tarde para decir Bienvenidos a Colmar.

— ¿Quién diablos eres tú?— ChanYeol retrocedió poniendo a BaekHyun detrás de él cuando vio al otro abrir la ventana e ingresar por ahí. Era una habitación pequeña pero con una ventana enorme, no fue ningún problema para él.

— ¿No me escuchaste? Soy Castiel. Y estoy seguro que me recuerdas— Claro que ChanYeol lo recordaba, era el niño que había visto hace tiempo justo en la Église Saint-Martin.

— Yeol— susurró BaekHyun un poco asustado.

— Y tu debes ser Azazel. Es un placer conocer al hijo del Diablo.

— ¿Cómo...

— ¿Cómo lo sé? Oh... Me dio mucha ternura— Castiel sonrió aún más feliz, como si hubiera esperado esa pregunta durante mucho tiempo— Tengo un año más que tú y siendo un bebé sentí todo tu grandioso poder cuando naciste ¡Eres realmente fuerte!— el niño saltó emocionado mostrándo sus inexistentes músculos— ¿Podríamos ser amigos? Siento que este sello no me protegerá por mucho tiempo— murmuró con un pequeño puchero que fue un intento de una mueca, pero terminó sacándo una sonrisa a BaekHyun— Aunque sirve de mucho, posiblemente Amenadiel los hubiera encontrado sin esto.

— Estoy seguro que Azrael no le daría su sello a nadie— interrumpió ChanYeol con una ceja alzada. Azrael era algo así como un demonio y un ángel, él podría cruzar los tres mundos sin problema alguno, es por eso que un sello del ángel de la muerte puede ser muy poderoso y completamente favorable para un mortal, más de lo que debería ser permitido— ¿Podrías mostrarmelo?— fue en ese momento cuando sintió por primera vez duda y miedo en Castiel.

— Mmm... No lo sé, es que...— BaekHyun se acercó a Castiel con cuidado y sostuvo su mano para acercarlo a Chanyeol tratando de mostrar total confianza para no asustarlo.

— Yeol no te hará daño— susurró con una pequeña sonrisa— Solo confía en él y en mí— el otro niño trató de sonreír mientras se acercaba poco a poco, mientras lo hacía ChanYeol podía sentir su miedo y desconfianza, eso sólo le hizo recordar a Azazel cuando estaba experimentando el poder del mal por primera vez. Era sólo un niño, quizás diferente a todo lo normal, pero seguía siendo un niño de ocho años ocultando algo que no quería que se supiera. Y él no era nadie para hurgar algo que no se le es permitido.

— No importa— dijo el mayor retrocediendo para no sostener la muñeca Castiel, que al ver su rechazo suspiró con alivio; aunque trató de ocultarlo rápidamente— Quizás me lo dejes ver cuando estés listo— Castiel asintió con un poco de vergüenza mientras escondía su muñeca entre su camisa.

— No se lo digas a Azrael, por favor—  susurró con terror en los ojos— Él no se puede enterar de esto— ChanYeol asintió mientras se encogia de hombros.

— No se lo diré si eso es lo que quieres— Castiel sonrió radiantemente al escuchar ello.

— Vine a misa y creo que ya comenzó, debería irme— el niño salió corriendo, pero regresó unos segundos después— Espero verte otra vez Azazel y supongo que a tí también— se volvió a despedir con una sonrisa mientras sacudía su mano alegremente y corrió otra vez hacia la Iglesia, pero ellos lograron escuchar un sonido un poco fuerte como una caida seguido de un "Auh" doloroso.

— Es raro— murmuró ChanYeol con una mueca.

— Eso significa que te agrada— el otro solo se encogió de hombros y fue a sentarse en la cama mirando al cielo, justo por donde apareció Amenadiel anteriormente— ¿El que traía una espada era un Arcángel?— preguntó sentándose en la cama y poniendo su cabeza en las piernas del mayor.

— ¿Amenadiel?— ChanYeol bufó divertido— Él nunca podría ser un Arcángel, aunque me sorprende que Dios no lo haya vuelto uno. Pero sería algo tonto si lo hiciera. Amenadiel no está a la altura de Gabriel, por lo que recibir un título tan grande como ese solo sería un insulto a los que en verdad lo merecen.

— ¿Conoces a los Arcángeles?— el mayor asintió mientras acariciaba la suave melena de BaekHyun— Creí que eras un demonio ¿No se supone que hay algún tipo de rivalidad entre ustedes?

— Antes de vivir en Sheol, viví en el paraíso, por lo tanto conozco a muchos ángeles y arcángeles. Incluso a Dios.

— ¿En serio?— preguntó emocionado y sorprendido a la vez— ¿Cómo son ellos? Mi profesora dijo que son seres maravillosos. Son siete ¿verdad?

— Técnicamente sí, aunque los ángeles sólo cuentan a seis. Samael era el séptimo Arcángel, le quitaron sus alas y lo echaron del paraiso, pero el título de arcángel nunca fue retirado.

— Debió ser muy doloroso— susurró decaído— ¿No hay forma de que las pueda recuperar? Si el arcángel Miguel se las quitó, el podría devolverlas.

— Miguel no se las quitó, fue Amenadiel y supongo que sí puede recuperarlas; no lo sé, él es el único arcángel caído. Pero dudo que tu padre quiera regresar al cielo. Es muy orgulloso y si lo hiciera, estoy seguro que pediría algo a cambio.

— ¿Tu también pasaste por lo mismo? Digo, si antes vivías en el paraíso, eso significa que fuiste echado de allí ¿Te quitaron tus alas?

— Algo así.

— Nunca escuché de un ángel que lleve el nombre de ChanYeol— dijo con una mueca haciendo sonreír al mayor.

— Estoy seguro que alguna vez escuchaste mi nombre, pero no exactamente ChanYeol. Hay muchas cosas que los mortales no pueden saber aún, es por eso que dictan a algunos ángeles y arcángeles como seres bondadosos, pero terminan siendo todo lo contrario— murmuró mirando el rostro de BaekHyun— Azazel algún día descubrirás todos los secretos erróneos de la biblia y posiblemente te sorprenderás al saber los míos.

— ¿Por qué los profetas mentirían?

— Ellos no mintieron, fue Dios quien lo hizo. En esta vida la mentira fue el más grande alido para los que supuestamente no deberían mentir. El mundo ha vivido engañado durante miles de años, los escritos fueron revueltos para plasmar escenarios falsos con un solo objetivo. Y eso sólo lo sabe el creador del universo— ChanYeol suspiró un poco cansado— En tus manos está cambiar muchas cosas, quizás mostrar la realidad de una falsa historia o seguir con el engaño.

— ¿En verdad soy tan poderoso?

— Lo eres, tienes la capacidad de devolver felicidad a quien alguna vez se la quitaron. Supongo que escuchaste del arcángel Gabriel, la gloria envuelto en un ser angelical. Gabriel es alguien muy bueno y bondadoso, si alguna vez pasara algo sólo puedes confiar en él y Azrael, quizás en Samael, pero no todos serían capaces de ayudar al anticristo. Gabriel lo haría, él nunca te dejaría solo, te protegería hasta el final— ChanYeol envolvió con delicadeza las manos del menor— BaekHyun tu puedes retribuir todas las cosas buenas que hizo Gabriel por el mundo, quizás él nunca te lo pida porque perdió las esperanzas hace mucho tiempo, pero tu puedes devolverle aquel brillo especial que tenía antes de que las cosas fueran malas para él.

— ¿Y si no puedo controlarlo nunca?— murmuró mirando sus manos con temor.

— Podrás hacerlo, yo te enseñaré.

— Padre— Gabriel se arrodilló ante el altísimo con la mirada hacia el suelo, su voz salió con un matiz de súplica y miedo— Podríamos hablar con Samael, quizás llegar a un acuerdo mutuo.

— Tu también lo has sentido Gabriel, ChanYeol ya no está en Sheol, él utilizó su gracia en la tierra y para que hiciera eso es porque estaba desesperado por proteger algo de nosotros— Gabriel cerró lo ojos al escuchar eso, claro que lo sintió. Quizás pasó mucho tiempo desde la última vez que se vieron, pero él reconocería completamente el gran poder de su hermano— Y ahora más que nunca sabe dominar el bien y el mal.

— Pero Amenadiel regresó y dijo que no encontró nada fuera de lo normal en el plano terranal. Si ChanYeol hubiera estado allí, él hubiera sido el primero en notarlo— los dos sabían que el rencor que sentía el ángel por el demonio no era poco, sobre todo porque muchas veces pidió un juicio en contra de ChanYeol; cada uno de ellos negados por la falta de pruebas.

— Es por eso que te mandé a llamar. Gabriel apartir de ahora tienes mi permiso para cruzar los tres mundos sin problema alguno. Encuentra a ChanYeol y quiero que traigas a lo que sea que está tratando de esconder— esta vez el arcángel se levantó y miró a su padre a los ojos— Sé lo que estas pensando y no lo haré Gabriel, te prometí no mandarte al plano terranal, es por eso que estarás al mando de treinta ángeles, quiero que los lideres por el camino correcto hasta ChanYeol, no me importa el tiempo que tome en encontrarlo, pero quiero saber que es lo que está protegiendo con tanto fervor.

— Él no volverá a cometer el mismo error de antes, si eso es lo que te preocupa.

— Estoy seguro que no lo hará, pero tener a un ser celestial como ChanYeol ocupando un cargo tan grande de protector, no sólo es un peligro para la humanidad, si no también para nosotros.

El tiempo se está acabando, el reloj de arena ya fue puesto sobre la mesa y las páginas de la biblia quieren volverse realidad. El futuro es incierto, el medallón de la vida quiere regresar a manos dejadas, la espada flamígera arde por la reconstrucción y el collar celestial se returse entre su cuello por realizar su propósito inicial. ChanYeol ¿Quién es el verdadero ser celestial?


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