Corría el año 2000, y mí madre a las 10:00 horas en punto tuvo a mis hermanas gemelas "Tamara y Serena", la verdad que cuando entramos a conocer a mis hermanas, con Camila nos invade la emoción qué fue tanta que incluso lloramos de felicidad; recuerdo que mi hermano aníbal que siempre nos boludean nos decía — Ahora no serán más las mimadas de los hermanos jajajaja — era tanto qué nos molestaba qué camila de enojo le dio una fuerte patada en sus partes íntimas lo cual dejó a mí hermano sin aliento y fue así que mí padre la castigó por no soportar ninguna broma que nos hacía. Fue así que decidí hablar con mi gemela lo cual sirvió de mucho...

— Camila no es por nada boluda pero deberías controlar tu ira, porque joda qué hacen y vos reaccionas mal boluda — Exclame —

— Y qué querías que hiciera si él muy pelotudo de mi hermano me tenía podrida qué me molestara, ahora por su culpa me castigaron y no podré ir con mi hermana a buscar a nuestras gemelas al aeropuerto... ¡¡Ay qué Bronca la concha la lora!! — Exclamó emputecida de enojo Camila —

— Por eso mismo cambia tu actitud así mi viejo no te volverá a castigar boluda simple — Respondí — ...

Con Camila castigada, ese día habían llegado mis otras gemelas de Europa a conocer a nuestras hermanas recién nacidas, lo que al fin y al cabo, ese día había sido un día de muchas emociones encontradas.

Ya había llegado la noche, y cómo estábamos de nuevo las cuatros unidas habíamos decidido con mis primas "Daniela, Antonela, Megan" y mis hermanas hacer una pijamada en nuestra casa, lo cual compramos de todo tipo de golosinas y gaseosas, esa vez fue la primera vez que estaban de moda en la Argentina, los famosos "Chicles Bazookas", lo cual fue nuestra primera vez que probamos esa golosina entre todas. Teníamos seis años de edad, y la verdad, que las pijamadas entre primas eran épicas lo cual se estaban haciendo de costumbre hacerla casi todo los fin de semanas en casa nuestra o de la de mis primas.

Lo mejor de todo es que mis primas y nosotras éramos de la misma edad pero de meses diferente, eso lo hacía sentir mucha confianza y unión entre todas en realidad; lo que era yo, a la única que le tenía más confianza era en Antonela ya que era la más sincera y más directa en todo cómo persona.

Siendo sincera, de todos mis primos con los que más diferencia tuve y a veces peleas era con "Julieta, Romina, Noemi y Santiago" que eran los que siempre la mayorías de las veces, o me tiraban indirectas o me buscaban él odio para fastidiarme; pero la verdad era de esas chicas que odiaba pelear con las demás personas ya que me consideraba una chica muy tímida y tranquila.

Cuando llegaron mis hermanas a la casa desde la clínica, la verdad que estábamos todos muy felices porque llegaban cómo las nuevas integrantes de nuestra familia; yo personalmente, sentía qué cómo ya estaba crecida estaba a la disposición de mí madre para ayudarla con mis hermanas recién nacidas. Ese año fue el último año que estuvimos las cuatros unidas porque después que cumplieron un añito las gemelas, mis gemelas volvieron a Europa con mis tías para después nunca más volver a la argentina.

Recuerdo que cuando nos despedimos las cuatro no parábamos de llorar e hicimos la promesa que el día que ellas quisieran volver a Buenos Aires, sería el día que jamás volveríamos a separarnos; fue cómo un tipo de pacto de hermanas, y la verdad que aunque vivíamos separadas las cuatro nunca perdimos contacto, lo cual eso igual me hacía sentirme cerca de ellas a pesar de su vida en dos países distintos.

Había pasado cómo un mes de qué se habían ido mis gemelas, cuando mis padres habían decidido junto a mí hermana mayor ir a visitar de sorpresa a Alina a Moscú, esa fue mi primera vez que salí fuera de mí país y de Sudamérica. Fue una de mis experiencias más lindas que podía estar viviendo a mis tan solo seis años de edad.

Mientras estábamos en el avión rumbo a Rusia, yo con mi gemela nos pusimos a charlar lo cual fue una charla muy interesante y entretenida...

— Ya me imagino cuando nos vea Alina de sorpresa cuando lleguemos — Exclame sonriente —

— Pues sí eso sí allí están en inviernos y quizás aparte de conocer ese país en sí también tendremos la posibilidad de conocer la nieve igual boluda — Expresó Camila muy contenta —

— Pues creo que será un paseo muy interesante y lleno de sorpresa aparte aprendimos hablar el idioma ruso qué podremos hasta conocer amistades nuevas en Moscú — Respondí —

— Tenes razón chiquita — Respondió Camila — ...

Cuando llegamos a Rusia, la verdad que estaba nevando, lo que estábamos muy contentas porque estábamos conociendo la nieve, pero el frío era algo que te llegaba hasta la médula espinal que al no estar acostumbrada a aquel clima, casi nos agarro un resfriado, que por suerte no paso.

Lo que más miedo nos daba, era que nuestras hermanas chiquitas podían enfermarse ya que apenas tenían un año y aquel frío cruel que se vivía en aquel país eran cómo 17°grados bajo cero. Cuando llegamos a la casa de mi tía Samara mi hermana y mi prima dormían la siesta lo cual era el mejor plan para darle una sorpresa de nuestra visita.

Cuando despertaron de su siesta ambas, Alina le dijo a mí tía qué nos llamaría para argentina, y tuve la mala idea de no haber puesto mi celular en silencio lo que al llamarme sono, Alina quedó en shock porque aquel teléfono mío sonaba muy cerca de ella...

Tan en shock estaba que cuando se volteo y me vio se puso tan feliz qué nos abrazamos, de esos abrazos que se te eriza hasta la piel y que a la vez fue un momento muy emotivo y en familia. Ya que le habíamos dado la sorpresa, me puse a charlar con Alina en idioma ruso el balcón de la casa de mi tía viendo cómo nevaba...

— И сестренка, что ты думаешь об этом неожиданном визите, который мы нанесли тебе? —Pregunte mientras contemplábamos la nieve —

— Правда в том, что я этого не ожидал, но я очень рад, что они здесь со мной, что если Наоми не хватает этого, если — Exclamo Alina muy contenta —

— По правде говоря, вы оба много скучаете в Буэнос-Айресе. — Exclame —

— Я знаю Селесту, но знаю, что однажды мы оба вернемся с Наоми в Аргентину и никогда не вернемся сюда, если только мы не посетим больше ничего. — Respondió Alina y luego de eso nos abrazamos ambas — ...

La verdad qué nuestra estadía en Rusia fue muy linda y especial, conocimos hermosos lugares pero la verdad que las despedidas no los gustaba para nada porque éramos muy sentimentales y nos poniamos a llorar. Eso no es todo, porque la noticia que más nos hizo llorar fue cuando mamá nos dijo a las tres — Chicas ¡¡estoy Embarazada!! — ahí ya dijimos las tres —Por favor mamá no queremos más hermanos por favor —.