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✨Tortura✨

Capitulo 20

✨Tortura✨

Hinata podía sentir como su mundo dió vueltas mientras era casi arrastrada por los dos guardias. La visión de Naruto tirado en el suelo nadaba en su mente y el miedo dió paso a la ira cuando comenzó a aclararse.

Hinata actuó por instinto, estaba furiosa.

Ella dió un tirón en su brazo, haciendo que uno de los guardias tropezara, su rodilla se conecto en su estómago con fuerza y luego pateó con la otra en la cabeza del otro guardia. Los dos jadearon, pero sólo uno la soltó. Ella se volvió al que todavía la sostenía y le dió un puñetazo con la mano libre, justo en la nariz. Él gruñó mientras se tambaleó hacía atrás.

Brazos la rodearon desde la espalda y Hinata tiró todo su peso hacia atrás y luego hacia adelante, desequilibrando al macho y lanzándolo sobre su hombro al suelo. Se dejó caer con fuerza, su rodilla aterrizando en su ingle, el macho gritó. Su puño se conecto con su cara, golpeándolo con la suficiente fuerza para se agitara y quedara inconsciente en el suelo.

Hinata levantó la mirada para rodar por el suelo justo cuando el otro macho disparó. El láser golpeó en su compañero y no en ella. Se levantó y corrió a él, sabiendo que tenía unos minutos antes de que el láser se cargará de nuevo.

Ella pateó su mano, girando, el arma voló para chocar con la pared contraria. Hinata uso su otra pierna para apoyarla en el muslo del macho y subir con un impulso,sus brazos se cerraron en su garganta y tiró para que él macho cayera de costado. Él jadeó, sorprendido.

Ese fue su último sonido cuando Hinata giró su cabeza con un movimiento brusco y se quedó laxo.

Su respiración era dura y jadeante cuando soltó al macho y se quedó mirando el techo. Un segundo después, se estaba levantando y corriendo al arma, al recordar a Naruto. Hinata escuchó un sonido a su espalda y simplemente giró, apuntó y disparó. El segundo guardia se había despertado, seguramente por el dolor, y estaba por dispararle. Pero ella no creía que pudiera ahora que donde había estado la mitad de su cara, sólo era ocupada por un agujero enorme y rojo ahora.

Su pecho se alzaba y bajaba con rapidez mientras la bilis subía por su garganta cuando el macho cayó hacia atrás con un ruido sordo. Hinata se tragó las náuseas y se movió para agarrar la segunda arma. Contó los segundos mientras veía el armar cargarse. Ella alzó las cejas cuando notó que a los 90 estaba cargado. Eso quería decir que las heridas no serían mortales a menos que diera en un lugar clave. Hinata se acercó al macho Naky, notando que seguía respirando y el agujero comenzaba a cerrarse con muchísima lentitud.

Hinata buscó más armas, pero sólo encontró las llaves de las jaulas. Ella las tomó y luego, ocultó su mueca al tomar el rostro desfigurado del macho y girar su cabeza con fuerza.

- Recupérate de eso, bastardo-, murmuró.

Ella se levantó y volvió corriendo por el pasillo llegando a la jaula donde habían estado con Naruto. Ella lo vió aún en el suelo y abrió rápidamente la reja.

-Naruto..-, lo llamó cuando miró sus heridas.

Un aliento desigual salió por su boca al ver qué las heridas parecían mínimas y agradeció que él fuera completamente alienígena. Si le hubieran disparado a ella, era más probable que se hubiera desangrado antes de poder cerrar sus heridas. Ella no dejaba de asombrarse con las distintas etapas de evolución que tenían las diferentes razas.

Hinata puso de costado a Naruto, notando que él respiraba con algo de dificultad y se preocupó que el láser hubiera hecho una herida más profunda de lo que parecía. Estaba por volverlo cuando escuchó pasos apresurarse por el pasillo. Hinata no dudó en pararse al frente del cuerpo de Naruto y apuntar ambos láser hacía la puerta. Lo único bueno era que sólo había un lugar por donde podrían atacarlos. Ella se tensó cuando lo primero que vió fue a Tamaki y Zabuza, ambos apuntados con un láser en la sien. Hinata dudo cuando los guardias se escondieron tras ambos de su equipo.

-Baja el arma.

Hinata apretó los dedos cuando Hanabi apareció para detenerse entre Tamaki y Zabuza, unos pasos atrás.

-Dispara a la perra-, gruñó Tamaki.

-¡No!- gritó Hinata, sacando sus dedos del tirador y levando las manos, cuando el guardia golpeó a su hermana en la sien con la parte trasera del láser.

Zabuza gruñó, estaba herido, ella podía ver la sangre que corría por el costado de su torso y su rostro tenía varios cortes. Su hermana se tambaleó, pero se mantuvo parada. La sangre bajo por el costado de su mejilla y Tamaki escupió al suelo.

-Suelta los láser- volvió a exigir Hanabi con voz fría.

Hinata apretó los dientes cuando lentamente bajo los láser al suelo, apenas tocaron en suelo su instinto le gritaba que rodará por el suelo y disparara a los guardias. Tamaki sabría que hacer, tal vez Zabuza podría hacerlo también. Pero Naruto aún seguía inconsciente a su espalda, así que ella se levantó con las palmas hacía adelante, su mirada fija en Hanabi.

-¡Atrás!- gritó la hembra.

Hinata dió unos pasos hacía el costado y hacía atrás, para no caer sobre Naruto. Hanabi movió la cabeza y el guardia que parecía su pareja salió del costado y entró rápido por la reja. Hinata observó al macho, notando que era tan joven como Hanabi y tenía una mirada temerosa sobre ella. Hinata gruñó y él saltó al tomar ambos láser.

Salió sin darle la espalda y la mirada de Hinata se clavó en Hanabi de nuevo.

-Sal-, le ordenó cuando el macho le dió uno de los láser y la apuntó directamente.

Hinata dió una mirada a Naruto, pero este parecía no poder reaccionar aún. Caminó lentamente hacía la salida de la jaula, sus manos aún alzadas. Hanabi miró a Naruto en el suelo.

-Que pena, quería divertirme con él.

Hinata apretó los dientes cuando estuvo fuera y notó la mirada de sorpresa en el macho, pero rápidamente la enmascaró con una fría. Ella no peleó cuando se movió para que los guardias tirarán a Tamaki y Zabuza a la jaula. Ellos cayeron y Tamaki se volvió con rapidez, pero la reja estaba cerrada antes de que pudiera hacer algo. Tamaki pegó su cara entre los barrotes mientras la miraba con ojos grandes. Ella movió las manos.

-Te amo, hermana. Resiste.

Hinata asintió y siguió a Hanabi cuando los tres machos la rodearon apuntando con el láser ahora a ella. Sólo dió unos cuantos pasos antes de que una descarga eléctrica bajará por su nuca y agitara su cuerpo.

Ella cayó al suelo complemente inconsciente.

Hinata se despertó cuando agua cayó sobre ella, por un momento pensó que estaba en alguna corriente, pero el chorro se detuvo y abrió la boca para tomar una profunda inhalación. Ella tosió cuando sintió el líquido en su garganta y naríz, una sensación horrible que quiso sacarse. Pero cuando quiso sentarse, ataduras en sus muñecas y tobillos la detuvieron.

Hinata tironeo de las ataduras de sus manos, pero le fue imposible mover las pesadas cadenas. La habitación estaba oscura y ella parpadeó, buscando la forma de adaptarse a las penumbras. Pero tuvo que cerrar los ojos con fuerza cuando la luz cegadora se encendió sobre su cara. Todo su cuerpo se tensó mientras movía su rostro a un lado para abrir los ojos y ajustar sus córneas a la pronta iluminación. Pudo distinguir varios guardias apostados contra la pared bastantes lejana, ella sintió el material duro donde estaba y sabía lo que venía ahora.

-Traidora de nuestra sangre. Una potencial señora Naky trabajando con el miserable Consejo.

Hinata movió su cabeza para ver a Hizashi parado del otro lado. Su voz era plana, pero ella podía ver el odio y desprecio en su mirada sin pupilas. Hinata se mantuvo con la boca cerrada y sólo observándolo, ellos no lograrían sacarle una sola pizca de información.

Hizashi dió un paso más cerca, Hanabi estaba a su derecha y la miraba con superioridad. Ella observó a la hembra, notando que Hanabi jamás escondió sus sentimientos, siempre mostrando ser superior a los demás, siempre intentando mirar como si ella fuera a alguien que tienen que obedecer por el sólo hecho de ser sangre Naky. Hinata había creído que era una actuación. La había engañado a ella y a todos, pero también tenía que admitir que la actitud de Shion con Naruto le hizo tener una idea de la rubia. La juzgo sin ser equitativa.

-Es una pena que haya querido jugar en el lado contrario del ganador-, siguió el macho mientras se acercaba lo suficiente para tomar un mechón de su cabello-. Ese grupo de idiotas sentimentalistas nunca la entenderán, Hinata.

Hinata se tensó cuando la mano libre de Hizashi se movió a una mesa que estaba cerca de su cabeza, el ruido de metal contra metal. El macho le mostró una de sus propias cuchillas y ella lo observó con ojos fríos.

- Permítame ponerla más cómoda-, dijo mientras movía la cuchilla una sombra de sonrisa aparecía en su boca fina.

Hinata ni siquiera parpadeó cuando él llevó la cuchilla a su pelo y le cortó la liga, dejando su cabello libre. Ella retuvo las náuseas cuando sus dedos fríos pasaron por su cuero cabelludo y sacó su pelo, dándole la forma de un abanico por arriba de su cabeza. Hizashi la siguió observando mientras dejaba la cuchilla de nuevo en su lugar. Hinata soltó el aliento que había estado reteniendo lentamente.

-Espero que pueda ser más útil que su ¿guardia?- Hizashi alzó una ceja y miró a Hanabi-. Sal-, ordenó.

La mirada de Hinata fue a la hembra y notó la decepción.

-Pero padre...

-Vete-, ordenó más fuerte.

Hinata se tensó con su tono duro, notando como la adolescente le daba una mirada y luego se volvía enojada y caminaba hacia donde estaban los guardias. Una puerta se abrió y salió a un pasillo iluminado, pero la puerta se cerró sola con el balanceo del vestido largo y fina de Hanabi. Hinata volvió la mirada al macho que seguía a su lado y un escalofrío bajó por su columna al notar la primera sonrisa completa en su rostro. Apretó los puños cuando la mirada fría de Hizashi bajó por su cuerpo horizontal.

-Ambos nos divertiremos.

-Lo dudo-, gruñó Hinata, las palabras salieron rasposas en su garganta.

Hizashi sonrió mostrando los dientes y desviando la mirada a la mesa de nuevo. Él alargó una mano, tomando de nuevo la cuchilla y ella se tensó cuando la apoyó bajo su gargantilla. Intentó controlar su respiración, pero estaba agitada de todos modos ya que sus cuchillas podrían romper su traje en puntos claves.

-Oh, si que lo haremos-, susurró él mientras bajaba lentamente el filo hasta el valle entre sus pechos y primero rodeaba el derecho con lentitud-. Sólo quiero información del Consejo. Pero sé que usted no me lo dirá.

Hinata apretó los dientes cuando la cuchilla rodeó su otro seno, la mirada de Hizashi seguía el filo. Ella se tragó el jadeó cuando él cerró su mano libre en el pecho derecho. Hinata cerró los ojos cuando su cuerpo se llenó de miedo, se sintió fría y su pezón reaccionó a la fricción. Pero no sentía fuego de pasión, sino una rabia incontenible. Abrió los ojos y vió al viejo asqueroso con todo el odio que tenía para él y su raza.

Hizashi no parecía afectado.

-Entonces he decidido, que usted puede darle a mis hombres lo que hace mucho tiempo no tienen.

Hinata abrió grande los ojos y miró adónde estaban los guardias. Ella los pudo contar mientras se acercaban. Había al rededor de diez de ellos.

-Las hembras ghinconianas son feas y nada compatibles con nosotros. Además que mis guardias principales nunca se rebajarían a montar a una raza tan pobre.

Hinata se agitó de manera inconsciente, buscando la forma de estar lejos de sus sucias manos. Pero las cadenas la detuvieron y la impotencia la llenó. Ella apretó los dientes y los mostró a los guardias y a Hizashi. El macho sonrió más.

-Pero usted, Hinata-, susurró mientras bajaba el filo por el centro de su estómago revuelto-. Es una Naky. Una muy bonita y joven Naky...

Hinata escupió en su cara, había querido escupir en su sucia boca por decirle eso, pero el líquido golpeó contra uno de sus ojos. Hizashi hizo una mueca mientras limpiaba su rostro, dejando su pecho tranquilo.

- Muerete bastardo. Alguno de ustedes me acerca sus diminutos petes y los arrancaré de su cuerpo-, amenazó.

Hizashi hizo un ruido de negación y ella se tensó cuando el filo de la cuchilla se apretó en su monte de mujer. Sus piernas se mantenían abiertas gracias a las cadenas y ella jadeó cuando los guardias rodearon la mesa donde ella estaba. Uno la agarró de la cabeza, mientras dos agarraban uno cada uno un pecho y lo apretaban dolorosamente. Hinata se tragó el gritó de dolor y terror.

-Veremos si sigues diciendo eso cuando te rompamos-, murmuró Hizashi mientras apretaba sus dedos con fuerza en su muslo. Esa vez Hinata no pudo contener el gritó de dolor-. No te preocupes, niña. Yo te tendré primero..

Hinata vió con horror como el macho se sacaba lentamente la larga camisa que siempre había usado. Ella cerró los ojos y apretó los dientes y las manos. Las palabras de Mei resonaron en su cabeza.

-Tal vez, en algún momento las agarren..

-Eso no pasará-, le interrumpió Tamaki y su mentora sonrió a la adolescente.

-Es lo más probable, pero deben ver siempre todos los escenarios-. Todas asintieron en conformidad-. La tortura puede ser de muchas formas, pero ustedes deben permanecer silenciosas. Están cuidando a muchas razas, no puedo flaquear. Los Naky son seres viciosos, les gusta aterrar a sus presas, buscar su debilidad y explorarla hasta que se rompen y se doblan a su voluntad.

Hinata relajó su cuerpo mientras sentía más manos sobre su cuerpo, pero no le dió el placer al bastardo de mostrar su miedo.

-Ellos pueden usar la violencia, de una manera muy retorcida. Pero también son seres inteligentes. Pueden encontrar su debilidad, no se dejen vencer fácilmente...

El cuerpo de Hinata saltó cuando su cuchilla se clavó detrás de su rodilla, pero ese no era un punto de ruptura. Ella soltó un suspiro silencio, controlando la respiración y no pensando en las manos sobre ella. Hinata abrió los ojos cuando escuchó un ruido ahogado y los cerró de nuevo cuando vió el destello de un miembro masculino duro al lado de rostro.

- Piensen en otra cosa, cualquiera. Busca tu lugar favorito y quédate allí.

La mente de Hinata hizo eso. Rebuscó en su cerebro oscuro hasta que vió un destello dorado. Ella caminó hacia allí, la luz cada vez haciéndose más clara y sonrió cuando vió su lugar seguro.

Hinata corrió a los brazos abiertos de Naruto.

Continuará...

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