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✨ Refuerzos ✨

Antes que nada, quiero agregar que esa 👆 será una especie de himno para esta historia 😉

Capitulo Tres

✨Refuerzos ✨

20 Rotaciones Después

Naruto se mantuvo firme mirando al palacio de Grevity por la ventana lateral del comando de su nave transbordador. Sólo sus hombres de confianza lo acompañaban.

La nave transbordador no era muy grande, ni la mas nueva, sólo cinco machos podían entrar en ella sin sentirse demasiado apretados. Esperaba que estos supuestos refuerzos tuvieran su propio transbordador o estarían muy apretados para volver.

Lax le había mandado un mensaje, explicándole que tendrían una reunión con una agrupación llamado Ángeles Caídos. Era un nombre raro, pero no le importaba ello. Naruto quería creer que eran buenos en lo que hacían y serían un buen agregado a sus fuerzas.

- Comandante, abriendo comunicación- dijo Haku mientras tocaba la pantalla.

Naruto asintió y miró a la cara de Grevity cuando el videoCum se conecto.

-¿Todo listo Naruto?

- Así es, señor.

-Bien, aterriza en la sección 17-C. Te estaremos esperando.

Naruto abrió la boca para preguntar si los refuerzos habían llegado, pero Grevity desconectó la comunicación, como si estuviera apurado. Naruto frunció el ceño y cerró la boca.

-Ya lo has escuchado, Haku- gruñó-. 17-C.

-Si, Comandante.

Naruto se movió para sentarse en su silla y asegurarse. Miró a cada uno de sus camaradas. Zabuza se mantenía en las armas del lado izquierdo, y aunque era territorio amigo, siempre tenía una mirada sospechosa en sus ojos pequeños y negros. Haku se movía de forma mecánica en sus controles, el muchacho prácticamente había crecido entre esos controles y podía manejarlos hasta con los ojos vendados. Sora se mantuvo mirando el aterrizaje, manejando los escudos y experto en vegetación, no tenía mucho más que hacer. Y por último estaba Nagato, su mano derecha y su más íntimo amigo, manejando las armas del lado derecho y el que estaba más cerca a él.

Nagato a diferencia de Zabuza, se mantenía tranquilo y relajado, él miró a Naruto.

-Estas tenso- observó-. ¿Algo no te cuadra?

Naruto no apartó la mirada de la pantalla, viendo cómo Haku maniobraba la nave.

-No tengo un mal presentimiento, si eso me estás preguntando-. Habló lo suficientemente alto para que todos los machos lo escucharán-. Pero algo no me cierra. Siento que algo no está del todo bien.

Zabuza gruñó.

-¿Podrían castigarnos por nuestra misión fallida?

Naruto lo pensó sólo unos segundos.

-No lo creo, las batallas se ganan o se pierden. Hicimos nuestro mejor esfuerzo...

- Aún así, no ganamos- Sora rezongó.

Naruto lo observó de reojo, los puños del macho estaban cerrados con fuerza y tenía sus ojos nublados por el odio. Naruto suspiró, Sora era una de sus hombres más afectados por la pérdida de su concubina en la última batalla. Todos habían perdido a alguien en lo que iba de esa guerra, eso era lo desolador de la situación. Todos habían pasado por lo que estaba sintiendo Sora en algún momento. Naruto sabía que tendría que haberle dado unas rotaciones (como se llamaba en el espacio los días) de descanso. Pero el macho había insistido en no querer dejarse llevar por la depresión. Naruto había aceptado, en contra del consejo de Nagato.

Naruto sabía lo que era perder a sus seres queridos por las sucias manos de los bastardos de los Nakys. Por eso había decidido no dejar a nadie más entrar en él, no quería dejar que alguien más ocupara su corazón. Sabía que no soportaría perder a otro ser amado. Ni siquiera dejaba que Lax o Nagato se acercarán mucho a él.

Naruto ni siquiera parpadeó cuando el transbordador se movió violentamente antes de aterrizar. Sus manos se movieron por inercia, desabrochando el seguro y acomodando sus armas cuando se levantó. Los demás machos arreglaron los seguros de armas, escudo y Haku bajo la compuerta para descender de la nave. Naruto comenzó a moverse a la puerta una vez que todos sus machos ya estaban levantados.

Naruto de frente bajó, seguido de Nagato, mientras Sora, Haku y Zabuza eran los últimos. Él miró la sección desierta mientras Haku cerraba la compuerta con el código reglamentario. Cuando todo estuvo como tenía que estar, los cinco se movieron como uno para tomar el largo y ancho pasillo para entrar a la mansión.

Naruto conocía el lugar como si fuera su propia casa, muchas veces había estado allí con Lax cuando Jiraiya era llamando a una junta con los Deus. Conocía a Grevity desde la infancia, aunque el macho ya estaba más desarrollados que ellos. No sabía cuál era la edad de Grevity, pero él había estado más apartados de ellos cuando fueron crías. Lax le había contado que el Deus se mantenía ocupado con una hembra de un planeta llamado Tierra. Naruto jamás la había visto y sólo creyó que Lax le estaba jugando otra de sus bromas. El caso era que no conocía muy bien a Grevity, pero era el macho mas honorable y amable que había conocido hasta ahora. También muy poderoso, una vez había sido testigo de un entrenamiento de este con Lax.

Grevity había destrozado a Lax. Pero su hermano lo había merecido. Lax tenía la mala costumbre de decir las cosas más descabelladas y molestas. Era un maldito grano en el culo a toda regla.

Naruto asintió con la cabeza a los dos guardias que se mantenían en la puerta del pasillo que los llevaba al interior de la mansión. Ellos le devolvieron el saludo, sus alas negras agitándose cuando pasaron. Naruto sabía que no era un movimiento hostil, simplemente un nervio por verlo a él. No tenía fama de ser muy amable y él estaba bien con ello. El hecho de haber crecido más alto y ancho que la mayoría de los machos, era algo atemorizante también.

Siguieron caminando, sabiendo cuál sería la sala donde sería la reunión.

-¿Haz visto como temblaron?- susurró con diversión Haku.

-Sus rostros parecían haber visto un fantasma- le siguió el juego Zabuza.

-Te temen, Naruto- dijo Haku casi con admiración.

Naruto no contestó, el muchachos aún era joven y, aunque era bueno en el manejo de la nave, parecía débil. El muchacho era delgado y sus rasgos casi eran femeninos. Delicado era la palabra que surgía cuando pensaba en Haku. Zabuza era el más cercano al muchacho y era muy protector con él. A Naruto no le molestaba, aunque ya le había explicado a Zabuza que debía entrenarlo mejor para la pelea si alguna vez surgía la necesidad. No siempre habría alguien para cuidarlo.

Caminaron por los distintos pasillo, en silencio. Naruto cada vez sentía su cuerpo más tenso. Para cuando llegó a las grandes puertas que eran cuidadas por otros dos guardias, sus músculos estaban tan tirantes como si estuviera por entrar a la zona de guerra.

Los guardias abrieron ambas puertas y Naruto fue el primero en entrar seguido por sus machos. Sólo dos miembros del Consejo estaban sentados en una mesa no muy alejada de la puerta. No necesitó más que unos diez largos pasos para quedar frente a ellos. Naruto hizo la reverencia reglamentaria y miró a los costados, buscando al grupo de los Ángeles Caídos, pero nadie más había allí.

Grevity se levantó de su silla y le hizo una seña al guardia.

-Diles que ya pueden venir-, ordenó.

Naruto miró a su hermano y su ceja se alzó cuando vió su expresión sombría y enojada. Lax generalmente siempre tenía algo inteligente que decirle, pero parecía demasiado enojado para ello. Su mano se apoyó en el mango de su espada, pero fue sólo instintivo. Intentó relajar su cuerpo cuando miró a Grevity.

- Estarán aquí en unos segundos- le confirmó con una sonrisa amable.

Naruto hizo la mejor gala de su sonrisa tensa, no sabía lo que estaba mal, pero la expresión de su hermano no era alentadora.

-¿Nos darán una nueva misión?- preguntó Naruto intentando aligerar ese sentimiento.

Grevity asintió.

-Lo haremos, pero primero esperemos que ellas estén aquí.

El corazón de Naruto comenzó a golpear en su pecho como si quisiera salir de sus costillas.

-¿Ellas?- gruñó incrédulo.

La puerta se abrió llamando la atención de todos los machos. Naruto se giró y sus ojos se abrieron tanto que podría haberse salido de sus órbitas. Cinco hembras le devolvieron la mirada. Él observó a todas sin poder creerlo.

¿Estás eran sus refuerzos?

Naruto gruñó desde lo profundo de su pecho, frunciendo el ceño.

La hembra del medio fue la primera en avanzar y él clavó su mirada el ella. Sus pulmones se llenaron de aire y su expresión se volvió furiosa cuando vio sus ojos. Un gruñido aterrador salió de un costado suyo cuando él estaba llevando su mano de nuevo a la funda de su espada.

-¡Naky!- rugió Sora lanzándose contra la hembra.

Naruto sólo escuchó que las sillas a su espalda se deslizaban por el suelo antes de que Sora se estrellará contra la hembra. Naruto estaba listo para lanzarse contra las demás hembras, igual que sus machos cuando Lax lo tomó del brazo. Se detuvo de inmediato, pero no apartó la mirada de Sora.

Las cuatro hembras restantes se alejaron un poco mientras la hembra Naky abría sus piernas y manos para recibir a Sora. Ella uso el brazo que él lanzó para tomarla, esquivando el golpe, sus pies tomaron impulso y ella se colgó de Sora. Naruto jamás había visto los movimientos que esa hembra uso.

La hembra Naky pareció trepar por el cuerpo de Sora por su costado, mientras él giraba intentando agarrarla cuando se detuvo en su espalda. Ella usó la propia fuerza del macho cuando clavó su rodilla en la espalda. Sora cayó como un árbol, rápido y duro. Los ojos de Naruto se agrandaron cuando la hembra, que había quedado a horcajadas sobre la espalda del macho, apretó su puño en el cabello de Sora, levantando su rostro y dejando su cuello al descubierto.

La hembra Naky agitó su cabeza para quitar su largo cabello oscuro con tintes azules de su rostro y alzó su cara para ver a Grevity. El Deus mantenía sus alas abiertas, negando el paso a Zabuza y Nagato. Naruto entrecerró los ojos al ver un cuchillo pequeño, pero extremadamente filoso, contra la tráquea de su macho. Sora tenía el rostro lleno de incredulidad, Naruto dió una ojeada a las demás hembras, pero estás se mantenían relajadas mirando a su compañera reducir a su macho, como si él no le doblará en tamaño.

Naruto regresó su mirada a la hembra Naky, él estaba seguro que lo era. Los ojos sin pupilas era el razgo de la raza, además del extraño color perla.

-¿Qué debo hacer señor?- habló la hembra, su voz falta de emociones hizo que los labios de Naruto se apretaran.

- Suéltalo, Hinata.

Hinata ...

La hembra dudó y Naruto sintió su cuerpo tenso cuando la punta del cuchillo se clavó más en la garganta de Sora. Pero ella terminó apartándolo y saltando lejos de su macho.

Naruto no sacó sus ojos de la hembra, fue consciente de como la pequeña daga se escondía en la pulsera que llevaba. Su mirada recorrió a la hembra de pies a cabeza. Cuerpo pequeño, con músculos y curvas de una mujer madura, pero joven.

Sus pies estaban escondidos en unas botas negras que la cubrían toda la pantorrilla para terminar debajo de la rodilla. Sus piernas estaban torneadas por un pantalón negro que parecía ser su segunda piel. Un cinturón se abrazaba a la curva de su cadera, dónde tenía enfundada una larga espada de doble filo. El traje negro seguía subiendo por su estómago tensó y delgado, para curvarse en sus senos grandes y terminar en su cuello, sus brazos y manos cubiertas por el mismo material. Tenía una pulsera ancha en cada muñeca y una funda de arma en su muslo derecho. También tenía un collar ancho en su garganta, que parecía más una protección que un adorno.

Los ojos de Naruto volvieron a entrecerrarse cuando observó su rostro. Su piel blanca era otra señal de la descendencia de su raza, además de sus desafiantes ojos sin pupilas que lo miraban a él directamente. Su largo cabello estaba atado en una coleta arriba de su cabeza y caía hasta la curva de su pequeño y apretado trasero.

Sora se levantó y gruñó de nuevo a la hembra, Hinata sólo alzó una ceja negra y delgada. Pero su expresión no mostró molestía o miedo.

-Naruto, controla a tu macho-, exigió Lax que se mantenía a su lado.

-Sora -, lo llamó cuando sintió las garras de Lax clavarse en su brazo.

Sora dejó de mostrar sus dientes y dió un paso cauteloso hacía atrás. No dejó de mirar a la hembra Naky cuando gruñó: -Ella es el enemigo.

-No, Hinata muestrales tus orejas.

Naruto alzó las cejas por la extraña orden del Grevity y, al no separar su mirada de la hembra, fue testigo de como su mandíbula se apretaba. Pero ella movió el poco pelo que le cubría las orejas. Dónde tendrían que haber sido puntiagudas y un poco curvadas, las orejas eran pequeñas y redondeadas. Naruto frunció el ceño, sin entender qué había pasado. Pero gracias a ello volvió a mirar de arriba a abajo a Hinata. Si ella fuera una hembra Naky, debía ser más alta, la hembra era más pequeña que Haku. Además que sus mejillas de repente se tiñeron de un rosado claro cuando acomodó su cabello y volvió a mirar a Grevity. Los Nakys no podían cambiar el color de piel...

-Hinata es híbrida. Sus genes tienen un 40% de Naky y un 60% humana-, explicó Grevity-. Ella fue criada por humanas y es la capitana de la agrupación Ángeles Caídos. Ella es una aliada y la nueva adquisición de las fuerzas del Consejo para pelear contra los Nakys-. Grevity se volteó para observar a los machos y dió una mirada grave a Sora-. Espero que esto no se vuelva a repetir. Si Hinata fuera una Naky, al estar en mí casa es una invitada. ¿Entendido?

Los machos en seguida asintieron y bajaron la mirada con el tono duro del Deus. Naruto fue el único que no dió indicio de haberlo escuchado. No podía dejar de mirar a la hembra. Parpadeó cuando Lax volvió a clavarle las uñas.

-¿Tienes algún problema con ello, Naruto?- gruñó su hermano.

-En absoluto-, contestó en seguida.

Lax lo soltó y Naruto observó como las hembras volvían a ponerse en posición alineada. Él dió un paso hacía ellas y la comisura derecha de su labio se levantó al ver qué ninguna parecía intimidada por su tamaño. Ese era un problema que tenía todo el tiempo con las hembras.

-Mi nombre es Naruto Namikaze, Comandante de las fuerzas del Consejo PUI. Mí mano derecha- señaló a su amigo-, Nagato. Mí jefe en armamentos, Zabuza, en escudos Sora y mí piloto principal Haku- presentó a sus machos señalando a cada uno.

Grevity y Lax se mantuvieron a los costados mientras se hacían las presentaciones protocolares. Hinata dió un paso adelante.

-Mi nombre es Hinata, soy la capitana de la agrupación Ángeles Caídos-. Señaló a la mujer de su derecha que tenía el cabello corto de color lila y ojos dorados-. Ella es Konan, experta en armas a distancia-. Señaló a la que estaba en la punta, una sonriente hembra, que parecía más una niña que una adulta-. Ella es Tamaki, experta en armas a corta distancia-. Ahora señaló a su izquierda, a una mujer de cabello negro azabache y ojos de distintos colores. El de la derecha era negro, mientras que él de la izquierda era rojo-. Ella es Izumi, se especializa en lucha y transporte-. Y la última hembra era una cosa pequeña, pero con curvas exuberantes. Tenía la mirada baja y las mejillas sonrojadas-. Matsuri, nuestro cerebro.

Hinata llevó la mano con la que presentó a sus hembras a la curva de su cadera y miró a los miembros del Consejo, como esperando algo.

-Muy bien, ahora que las presentaciones se hicieron. Diremos cuál es la misión para ustedes. Por favor, sientense-, Grevity se movió, igual que Lax para tomar las sillas que habían ocupado.

Naruto no esperó que las hembras se sentarán primero, simplemente agarró una silla, justo al frente del Consejo y se sentó. Sus machos sentándose de su lado izquierda. Fue consciente que Hinata se sentaba del lado derecho y sus hembras. Pero no le dirigió la mirada, aunque estuvo muy tentando cuando sintió el ligero olor dulce de ella.

¿De verdad tendría que trabajar con hembras?

Él sabía que sería un problema, tendría que estar observando que no se metieran en problemas. Fijarse que sus machos no se distrajeran con ellas. También intentar controlar su temperamento, las hembras eran delicadas y aunque estás parecían no encogerse, aún no lo habían visto enojado.

Naruto desechó eso apenas lo pensó. Ellas querían entrar a la guerra contra los Nakys, pues nada era color de rosas. No era como entrenar. Iba haber muerte, sangre, sudor, olores que no te sacarías de ti ni aunque te sumergieras en el agua por horas. Los acontecimientos de una guerra podían romper a un macho. Definitivamente, romperían a estás hembras.

Grevity llamó su atención cuando se movió para que la imagen holográfica de un planeta apareciera sobre la mesa.

-Este es Ghinco. Tenemos un informante de alto nivel dándonos las últimas noticias-. El Deus miró hacia su compañero de Consejo y frunció el ceño-¿Lax?

Naruto observó a su hermano y sus cejas se alzaron al verlo incómodo, pero separó muy rápido la mirada para saber a qué hembra había estado mirando. Lax sonrió, mostrando sus colmillos.

-La misión es introducirse en Ghinco, los Nakys tienen una mina de minerales y los pobladores del planeta están siendo esclavisados para conseguirlo. Nuestra informante es una hembra, una de las hijas de Hizashi. Pero no sabemos cuál.

Grevity asintió.

-Deben ser cuidadosos. Son dos hijas y una está de nuestro lado. No apoya lo que está haciendo su padre, ni los de su raza. Deben conseguir saber quién es, y desbaratar la mina.

-¿Por qué ella simplemente no dice su nombre?- preguntó una de las hembras.

Naruto sintió la tensión en el cuerpo de Hinata.

-Tamaki-, reprendió.

-¿Qué? Es algo que nos estamos preguntado todos ¿o no?

Naruto miró a sus machos cuando algunos hicieron un gesto de afirmación. Su mirada dura diciendo que no apoyarán a las hembras.

-No puedes interrumpir, Tamaki- gruñó Hinata para después mirar al Deus-. Lo siento.

Grevity sonrió.

-Es una pregunta válida. La hembra tiene miedo de que la información se filtre antes de que lleguemos y sufrir las consecuencias.

Naruto entrecerró los ojos. La muerte sería la consecuencia más piadosa si el papa de la hembra se enteraba de la traición.

-No habrá muchas fuerzas en el terreno, Naruto-, dijo Lax llamando su atención-. Sólo puedes llevar a cinco del personal, contigo incluído-. Naruto sonrió, pensando que ese era el número completo. No tendría que llevar a las hembras con él si hacía bien sus movimientos-. Además de los Ángeles Caídos.

Naruto borró su sonrisa cuando su hermano dijo eso último. Él miró de mala gana a la capitana de las hembras y ella le devolvió la mirada. La comisura de su labio grueso se subió un poco y lo retó con la mirada a que dijera algo al respecto.

Naruto se mantuvo con la boca cerrada.

Órdenes eran órdenes... Aunque miró a su hermano con la promesa de mucho dolor en el próximo entrenamiento.

Hinata apretó los labios al ver el pequeño transbordador dónde habían llegado los machos. Dio una mirada a sus hermanas y todas parecían algo recelosas en subirse a esa basura de nave.

Había lugares del casco que estaba de color del óxido y parecía medio ladeada.

Se cruzó de brazos y miró a Namikaze. Él alzó una ceja al encontrar su mirada.

-No teníamos planeado que los refuerzos volvieran con nosotros. Generalmente tienen su propio transbordador-, se defendió de su crítica no dicha.

Hinata no perdió su tono molesto y gruñón. A ella no le costaba ocultar sus emociones, pero este macho la puso a prueba rápidamente.

-Somos de la Tierra. El Consejo no ha querido darnos transbordadores. Pero si tu piloto quiere enseñarle a Izumi, ella aprenderá rápido.

Namikaze negó con la cabeza.

-No tenemos el suficiente tiempo para perder en eso-, él se volteó sin esperar respuesta-. Haku, baja la compuerta, ya debemos irnos para llegar en el tiempo estimado.

Hinata se mordió el labio para no decir algo inapropiado al macho, pero escuchó el susurró de Konan.

»Idiota...«

Todas apoyaron el insulto con un asentimiento. Namikaze se giró lentamente para clavar su mirada en ellas, pero todas lo miraron con ojos inocentes, parpadeando. Él frunció el ceño y se apresuró a subirse cuando la compuerta bajo.

Hinata no pudo evitar la diversión y sonrió a sus hermanas. Tal vez no sería tan malo... Empezaba a sentir la emoción burbujear en su interior. Molestar a Namikaze sería una buena forma de pasar las insoportables horas de viaje.

Hinata se acercó a la puerta del transbordador cuando sólo el macho llamado Haku se mantenía a un lado. Ella caminó, apoyó su pie en el piso de la compuerta y está gimio. Hinata hizo una mueca y miró al macho.

-¿La nave madre se encuentra en las mismas condiciones?

El macho parpadeó, tenía el rostro de un muchacho de unos 17 años. Su piel clara y sus rasgos suaves.

-No, señora capitana. Este transbordador es el que usamos para viajes cortos. Puede que parezca precario, pero es el más veloz que tenemos.

Hinata lo dudaba, pero asintió.

-Puedes llamarme Hinata.

El macho sonrió mostrando unos dientes rectos y blancos.

- Será un placer, Hinata. Puedes llamarme Haku. Con respecto a darle unas clases a tu hembra, no tendré problemas en mí tiempo libre.

Hinata miró sobre su hombro a Izumi y está asintió dando un paso hacía ellos.

- Sería un honor. Muchas gracias señor Haku- dijo agachando la cabeza en reconocimiento.

Hinata sonrió cuando vió la expresión del macho consternado y tímido.

- Será mío-, respondió mientras le daba el mismo reconocimiento.

-¡Haku!

La sonrisa de Hinata se borró cuando escuchó el rugido dentro del transbordador. Era Namikaze.

-Muy bien, veamos cómo va esto-, murmuró mientras entraba a la nave.

El lugar era pequeño y no estaba tan arruinado como afuera. Hinata jamás habría esperado ver todo reluciente cuando entró, aún así no mostró su sorpresa. Su ceño se frunció al no ver lugares para sentarse. Sus hermanas subieron después de ella y todas se quedaron a un lado de la puerta, esperando que Namikaze les dijera dónde ir.

El comandante se había sentado en la silla que estaba entre las otras cuatro y se estaba abrochando los cinturones cuando Haku cerró la compuerta. El piloto dió una mirada a Hinata antes de casi correr a la única silla vacía.

La mandíbula de Hinata se apretó cuando Namikaze ni las miró cuando habló.

-Pon esto en marcha, Haku.

Tamaki la miró pidiéndole permiso para hablar, Hinata asintió. No estaba segura de ser respetuosa si abría la boca, era extraño como el comandante podía hacer que ella quisiera mostrar todas las emociones que había podido mantener en raya hasta ahora.

Tamaki dió un paso adelante.

-¿Dónde podemos ponernos Naruto?- preguntó con la irritación en la voz.

Namikaze se tensó cuando la escuchó y giró su cabeza para verlas desde arriba de su ancho hombro. Una pequeña sonrisa creció en sus labios, y Hinata retuvo el escalofrío.

-Justo arriba de sus cabezas hay un caño-, Hinata miró dándose cuenta de que era verdad-. Deben agarrarse fuerte...

Hinata agitó su cabeza a él, Namikaze la miraba con una ceja alzada, retando a que dijera algo. Ella apretó los labios y asintió a sus hermanas cuando ellas la observaron. Naruto entrecerró los ojos y volvió su vista al frente.

-Y no tienes permitido decirme Naruto. Soy Comandante, para ustedes.

Hinata se mordió el labio tan fuerte que sintió el gusto metálico. Se tragó su propia sangre para no decir algo filoso.

-Vamos Haku, sal de aquí.

-Si, Comandante.

Hinata sintió la vibración de la nave en sus pies y manos. Cuando la nave se agitó violentamente se estiró para tomar a Matsuri antes de que cayera. Era la más baja de estatura y apenas llegaba al caño.

-Gracias...- susurró Matsuri con el rostro rojo.

Hinata asintió para después mirar al resto de sus hermanas.

- Formación Omega.

Todas se movieron rápido y con la fluidez de la práctica. Aunque era una formación de defensa que utilizaban de último recurso, donde sus hermanas se sacrificarían para salvar a una. Generalmente Hinata siempre iba adelante, pero está vez Konan y Tamaki, al ser las más altas se colocaron al frente de Matsuri, dándole la espalda a los machos y agarrando el caño sobre la cabeza de su hermana.

Rodeada por sus hermanas, Matsuri terminó contra la pared del transbordador. Izumi y Hinata se pusieron a los lados, evitando así que ella pudiera caer y miraron a los machos cuando ellos se giraron al ver sus movimientos.

Hinata conecto con la mirada de Namikaze, el enojo obvio en su expresión.

Él sólo las miró unos segundos para volver su vista al frente cuando el transbordador volvió a sacudirse. La mano de Hinata dolió al cerrarse con más fuerza en el tubo, pero se mantuvo firme con su mirada furiosa clavada en la nuca del macho. Matsuri permaneció agarrada de las dos manos libres de Hinata e Izumi, logrando así mantenerse.

Hinata no olvidaría esto...

Y se lo haría pagar...

Continuará...

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