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Gema de diferente color

/Narra Astrid/

Hoy tocaba entrenamiento vikingo y los chicos y yo fuimos para que Bocón nos enseñara. El primer enfrentamiento fue entre Brutilda y Brutacio. Ambos, solo usando los escudos, se hicieron daño. Al final la ganadora del encuentro fue Brutilda y Bocón nuevamente nos resaltó la importancia de los escudos. El segundo fue entre Hipo y yo. El intentó huir pero yo lo capturé y lo inmobilize. Al final no tuvo más remedio que hacerse el muerto.

Astrid: ¿Estas bien?

Hipo: Si, mi hombro debería reacomodarse en un rato.

El siguiente enfrentamiento debió ser entre Patán y Patapez pero este último no estaba. Lo buscamos incluso después de la hora del entrenamiento.

/Narra el autor/

Patapez estaban en una isla algo lejana de Berk. Él y Albóndiga estaban allí para escapar del entrenamiento ya que a Patapez le molestaba la conducta de Patán pero sobre todo le temía. Estaba relajado en la playa con su dragón hasta que éste de repente comenzo a escavar en la arena y allí encontraron algo místico.

Varias horas habían pasado y Astrid y sus amigos seguían buscando al gordito vikingo. Como había desaparecido ya hace varias horas, comenzaron a preocuparse hasta que apareció en el aire junto a su dragon mientras brillaba.

Brutacio: ¿Patapez esta brillando?

Hipo: Así es. Esto se esta poniendo raro.

Cuando Patapez bajó de su dragón, Patán comenzó a molestarlo pero él no le hacía caso.

Astrid: Patapez ¿Por que estás brillando?

Patapez: No soy yo *Saca el objeto de su bolsa* Es esto.

Todo Berk se reunió en el gran salon para ver el objeto que había encontrado Patapez. Bocón se acercó hasta estar a su lado y dijo lo que era.

Bocon: Es una piedra de la buena fortuna - Todos los que escucharon quedaron maravillados mientras que el herrero seguía explicando - El hermano de la esposa de mi tio abuelo una vez me contó de sus poderes.

Abono: Creí que era mudo.

Bocon: Hasta que encontró la piedra, luego no pudimos callarlo - Dijo para luego volver a hablar con el pueblo - La piedra trae buena suerte aquel que entre en contacto con ella.

La gente del pueblo comenzó a enloquecer y todos fueron hacia Patapez para pedirle que les entregara la piedra. La desesparacion de la gente parecía desbordarce y hacerlos enloquecer. El Gran Salón era un caos y el pobre chico estaba siendo axfisiado por la gente hasta que llegó Estoico y comenzó a calmarlos. La personas del pueblo comenzaron a ofertar por la piedra, atemorizando más al joven. Apenas salieron, Patán trataba de convencer a Patapez de que le diera la piedra, sin embargo todos se negaron. Este juró que haría lo que sea para tomar aquello que él viera y queria.

Esa noche, Hipo y Astrid acompañaron a Patapez para que este devolviera la piedra a su lugar.

Hipo: ¿Estas seguro de esto?

Patapez: Tú viste como se pusieron Hipo. *Sarcastico* Buena suerte, si claro.

Los chicos llegaron a la isla en donde supuestamente había provenido la gema pero estos se encontraron con una peculiar sorpresa. Habían más piedras de la buena fortuna pero todos estaban en las ramas de los arboles dentro de unos pequeños nidos hechos de ramitas.

Astrid: ¿Por qué hay gemas en unos nidos de dragones? ¿Por qué los dragones harían eso?

Hipo: *Se da cuenta* Es por que no son gemas, son huevos.

Patapez: *Se da cuenta* Claro, debió caerse de su nido y enterrado en la arenas, y ahí fue donde lo encontré. *Triste* Por poco alejo un huevo de su mamá.

Hipo: Pero no lo hiciste. Dejemos el huevo antes de que llegue su mamá.

Patapez dejó el huevo en donde pertenecía pero justo en ese momento los dragones comenzaron a alterarse. Las cosas se volvio más complicada cuando los jinetes estuvieron bajo ataque. Un dragón que se volvía invisible y arrojaba ácido hirviendo comenzó a perseguirlos. Los jinetes apenas lograron salir, huyeron hacía Berk sin saber de los problemas que tendrían a continuación.

Al día siguiente, los chicos leían del libro de Borg acerca del dragón que vieron, sobre todo sus huevos. Resultó ser un Alacambiante y la poca información que había sobre este dragón preocupo a los jinetes.

Patapez: No hay nada acerca de sus huevos. Si tan solo lo hubiera sabido.

Astrid: No es tu culpa.

Patapez: Claro que lo es. Yo no soy así, debí saber que era un huevo sino...

Hipo: Ya basta. El huevo esta donde pertenece y nada malo pasó. De haber traído más de esas cosas Thor sabe que catastrofe hubiera ocurrido.

En eso mientras hablaban los gemelos llegaron con un huevo de Alacambiante. Astrid trató de actuar como lider y quitarles el huevo pero estos corrieron, no sin antes decirles que Patán se hizo con muchas piedras de buena fortuna y que los estaba intercambiando.

Los chicos llegaron justo cuando Patán vendió el último huevo que le quedaba a Cubeta quién lo intercambio por cuatro gallinas, siete Yaks y un juego de hachas. Astrid trató de convencerlo de que los devolviera pero este se negó mientras se burlaba de sus amigos por tener más objetos que ellos. Como la chica no pudo razonar con el trató de molerlo a golpe pero el joven herrero la detuvo. Cuando Patán se fue, lo único que se podia escuchar eran los lloriqueos de Patapez por la culpa que sentía.

Patapaez: Si no hubiera ido a aquella isla, no hubiera traido el huevo y Patan no hubiera sabido como conseguirlos. Y ahora una mamá dragon furiosa vendra a Berk por ellos y acabara con todo.

Astrid: Cuando lo dices así, creo que si es su culpa - Hipo la vio y esta solo dijo - Solo decía.

Hipo trató de animar a su compañero y luego Astrid se unió para consolarlo. Juntos, ya con ánimos, fueron a buscar los huevos de Alacambiante. Sabían que los gemelos tenian uno asi que fueron a por ellos.

Brutacio estaba en un acantilado y trató de matarse debido a que se sentia con suerte. Antes de que sufriera una doloras y horrible muerte, Astrid y Chimuelo lo salvaron. Al explicarle la situación a los Torton, estos lo entendieron y señalaron al dragón que Astrid e Hipo describieron. Resultó ser que tres de los dragones trabajaron en equipo para recuperar el huevo y luego se fueron. Los chicos al entender la gravedad del asusnto fueron a explicarselo al jefe. Hipo convenció a Astrid acerca de la idea de evacuar y esta intentó convencer a su padre pero eso no salió como lo esperaban.

Esa noche, que había comenzado tranquila, terminó en un caos debido al ataque de tres Alacambiantes que atacaron al pueblo con su presencia... y ácido. Al ver lo temible y peligrosos que era uno de estos, Estoico no tuvo más opción que pedirle a su pueblo evacuar hacia el muelle mientras que los chicos se encargaban de los dragones.

Astrid y su equipo fueron por toda la isla para recuperar los huevos y alejarlos de las personas pero se toparon con los dragones quienes terminaron recuperaron ellos mismos los huevos.

Los jinetes fueron hacia el muelle avisando que habian terminado, solo para encontrarse con la sorpresa de que eran cuatro dragones quiénes vinieron por sus bebes. Patapez descubrió donde estaba el último y fue a confrontar finalmente a Patán mientras que los otros distraían a las madres.

Patapez subió al barco y con un tono amenzante ahuyento a Gustav (El nuevo ciervo de Patan) y enfrentó aquello que lo tenía atemorizado.

Patan: *Amenazante* Donde está el huevo Patán.

Patan: ¿Y que pasa si no quiero decirte donde está?

En ese momento Patapez enloqueció y comenzó a destruirlo todo. Al no encontrar el huevo se acercó a su enemigo y lo amenazó nuevamente.

Patan: ¿Sabes Patan? Puedes amenzarme, burlarte de mi, burlarte de mi increible conocimiento sobre dragones, pero lo que nunca podrás hacer es interponerte entre una madre y su bebe - En ese momento, Albóndiga encontró el huevo y Patapez lo tomó - Voy a llevarme esto ¿Alguna objeción? - Patán quedó paralizado sin poder decir nada debido al miedo que sentía - Eso pensé.

Patapez montó a su dragón y fue hasta el centro del pueblo para confrontar a las madres y devolverles lo que era suyo. Cuando el chico sintió sus presencias, corrió hasta quedar acorralado. Con calma intentó negociar con los dragones mientras trataba de devolverle el huevo mientras juraba progerlos para que nunca volviera a suceder lo mismo. Los dragones tomaron a la cría sin eclosionar, le dieron un buen susto al vikingo, quien se desmayo, y luego se fueron.

Al día siguiente, Hipo y Patapez estaban tratando de actualizar el libro de Borg mientras entrenaban. Cuando Bocón llamó al gordito vikingo, este se preparó para por fin enfrentarse a Patán de una buena vez por todas.

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