El rey de los Gusafuegos
/Narra Patapez/
Por fin, despues de tantas cosas y de tantos problemas, por fin pudimos hacer el primer censo de la isla de la orilla del dragón.
Recorrí toda la isla anotando la cantidad de Terrores nocturnos que habían. Primero fui al norte, luego fui al sur y luego al este, solo me faltaba el centro y el oeste de la isla. Me detuve en el centro a contar a los que estaban por la zona. Quería terminar rápido ya que le prometí a Albóndiga que luego contaríamos a los Gronckels, quizás hasta haría nuevos amigos. Comencé a contar cuando de repente del cielo cayó un gusafuego que terminó quemando mi mapa. Lo pude espantar, pero despues de eso vi a otro quemando un arbusto. La cosa no pintaba bien.
Después de uno o dos días se lo mostré a los demás el problema.
Patapez: Comenzaron uno o dos, pero luego su número aumentó. Creo que se trata de una imigración.
Astrid: ¿Eso que significa?
Patapez: Quiere decir que estan buscando una nueva isla para vivir.
Hipo: ¿Ya comenzó?
Patapez: No, estos son solo exploradores. Pero si mis cálculos no fallan entonces...
Astrid: ¿Cuanto tiempo nos queda?
Patapez: Si se trata de una inmigración completa, nos queda una semana... como mucho.
Patán: Me voy. Gracias por todo isla, pero me voy.
Astrid: ¡Alto ahí patán!
Patán: No puedes detenerme.
Astrid: Cierto, no puedo, pero si puedo enviarle una carta a tu padre diciendole que escapaste como cobarde solo por unos Gusafuegos.
Patán detuvo su huida en seco. La mejor forma de lidiar con un Jorgenson es atacando su orgullo.
Patán: Te odio.
Hipo: Vayamos preprandonos, no nos queda tiempo.
Durante las siguientes horas, todos nosotros estuvimos preparandonos para lo peor. Hipo recogió sus herramientas e hizo un inventario de alimentos y armas, Patán preparó las defensas, Astrid estaba guardando las cosas y preparando los baldes con agua, y yo busqué una cueva para los dragones de la isla en caso de necesitarlo.
Luego de hacer nuestras tareas y aún discutiendo sobre lo que debíamos hacer, llegan los gemelos a interrumpir. Al parecer estuvieron ocupados por y no hicieron nada de lo que les pedimos. Cuando les preguntamos que fue exactamente lo que hicieron, ellos se limitaron a guiarnos.
Ellos nos mostraron una piedra de propiedad. Lo peor de todo este asunto es que era una piedra de propiedad legítima y estaba a nombre de los Tortons y todos sus descendientes.
Patán: Debe ser una estupidez ¿Esta isla les pertenece?
Hipo: Según esto... si.
Patán: No puede ser legítimo. De seguro lo hicieron ellos.
Patapez: Imposible.
Patán: ¿Por qué?
Patapez: Porque no tiene errores de ortografía.
Patán: ... Rayos.
Los gemelos comenzaron a presumir y a alardear acerca de su isla. Incluso tuvieron la osadía de decir que todo lo que estaba aquí les pertenecía ahora por derecho. Lo malo de todo esto es que tienen razón.
Brutacio: ¿a donde crees que vas?
Patán: Mevoy de aqui. Pueden ser dueños de la isla, pero no de mi.
Brutacio: Vuelve antes de que esto se vuelva feo.
Patán: *Burlón* Es demasiado tarde para ustedes.
Brutilda: *Golpea a Brutacio en el hombro* Feo.
Astrid: BASTA. Primero lo primero. Tenemos que verificar que esto sea auténtico.
Todos volamos a hasta Berk y fuimos a buscar al jefe y a Bocón. Les contamos acerca del problema y los llevamos a la isla lo más rápido que pudimos.
Bocón comenzó a inspeccionar la piedra de propiedad. Se fijó de todas las maneras posibles, la escritura, el sello y la calidad de la piedra.
Bocón: Es auténtica.
Todos: ¡¿Qué?!
Patán: ¿Eso quiere decir que la isla en serio les pertenece?
Bocón: Si.
Estoico se limitó a sacar su espada y nombrar de manera oficial a los gemelos como los nuevos propietarios de la isla.
Brutacio: ¿Y ahora qué?
Estoico: No me preguntes a mi. Es tu isla ahora.
Los gemelos celebraron mientras que nosotros solo podíamos limitarnos a ver y quejarnos.
Astrid: Padre, no puedes hacernos esto. No puedes dejarnos con esto así.
Estoico: Si puedo. Bienvenida a mi mundo, solo que ahora también es el tuyo.
Una vez que Estoico y Bocón se fueron.
Astrid: ¿El cerebro del grupo tiene una idea?
Hipo: *Sonrie levemente* Sigamosle el juego.
Los tres: ¿Qué?
Hipo: Primero, no podemos hacer nada. Y segundo, notaran que liderar no es tan fácil cuando lleguen los gusafuegos y quemen toda la isla.
Al día siguiente, estaba leyendo un libro para distraerme un poco cuando de repente escucho a los gemelos. Nos reunieron a todos en el ruedo.
En resumen, a mi me nombraron poeta aurelio oficial, a Astrid la nombraron removedora de malezas, o jardinera para abreviar, casi se explota por eso, a Patán lo nombraron el jefe en armas o nuestro carcelero en otras palabras, y a Hipo lo nombraron el chico del establo. Despues de eso nombraron unas reglas, como que debíamos inclinarnos en cada momento, basicamente. Despues dijeron que debíamos para una cuota cada vez que hacíamos algo, sacaron la S del abecedario y otras cosas más.
Luego de que decretaron sus leyes raras, y la aparición de algun que otro gusafuego, los gemelos comenzaron a hacer de las suyas.
Primero fueron con Hipo para molestarlo, luego multaron a Astrid y la pusieron en el "calabozo" junto con Chimuelo. Yo les leí la mejor poesía que pude escribir y me llevaron a mi y a Albondiga al calabozo debido a que no les gustó.
Astrid y yo estabamos cansados de la idea de Hipo y queríamos terminar con todo esto, sobre todo porque ahora mismo teníamos resolver el tema de los gusafuegos.
Astrid: Esto no está funcionando, Hipo. Debes hablar con ellos o yo mismo los mato.
Patapez: Ya casi no queda tiempo, Hipo.
Hipo: Ok, veré que puedo hacer.
No pasó mucho tiempo hasta que Hipo y Tormenta entraron con nosotros. Chimuelo lo recibió con un coletazo y una burla.
Astrid: *Burlona* ¿Y? ¿Todo bien?
Hipo: *Serio* Astrid.
Astrid: ¿Que? Solo trato de aportar algo de humor.
Pocos segundos despues entró Patán.
Patapez: Debemos terminar con esto antes de que sea demasiado tarde.
Astrid: Concuerdo.
Patán: Entonces usemos mi plan. Solo debemos *Señal de matarlos*
Pasó un par de minutos más, y por fin, el más terco de nosotros dijo que era suficientes. Por fin Hipo había cedido. Sin embargo en ese momento los gemelos llegaron y pidieron nuestra ayuda, tal como Hipo lo predijo.
Aprobechamos para decirles que nunca más hicieran esto, que la isla era de todos y que debían ayudar a detener esto. Una vez que accedieron, Astrid tomó el liderazgo nuevamente.
Con el equipo acoplado nuevamente, emprendimos la mision de detener a los gusafuegos.
Intentamos de todo, pero era inútil. La imigración ya había comenzado.
Pensamos que todo estaba perdido hasta que vimos a la reina de los gusafuegos, o algo así. En realidad de trataba de los Terribles Nocturnos haciendose pasar por la reina.
Astrid: Hipo.
Hipo: Si engañamos a los gusafuegos, entonces podremos alejarlos de la isla y llevarlas a la isla cercana que es puro tierra y rocas.
Astrid: Yo iré, apaguen todo esto.
Obedecimos las ordenes de Astrid mientras veíamos como a lo lejos ella guiaba a Smidvarg y a todos los terrores nocturnos y gusafuegos lejos de la isla. Varios minutos después, ellos volvieron victoriosos y sin ningún gusafuego siguiendolos.
Una vez solucionado ese problema, nos encargamos de arreglar el problema de los gemelos y asegurarnos de que jamás volvería a pasar. Ellos prometieron no volver a hacernos esto y es más que suficiente para nosotros. Ah, y Albóndiga se comió la tierra de propiedad de los Torton.
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