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Apetito por la destrucción

/Narra Astrid/ 

  Por fin, luego de tanto tiempo, Hipo y yo estabamos juntos y a solas en una misión. Nadie podía molestarnos y eramos los únicos a kilometros. Hipo y yo estabamos arrojandoles pinturas a los dragones ya que esto surgió de una idea loca entre Patapez y él. La idea era marcar a los dragones y así identificarlos. La verdad, como jefa eso debería ser una prioridad sobre todo ahora que los dragones conviven con nosotros.

  Estabamos pintando los dragones hasta que se me escapó uno, incluso usando a Chimuelo. Hipo y Tormenta lograron alcanzarlo y sorprenderlo. Hipo usó su escudo multiuso y logro pintar al dragon.

Astrid: Ok, tengo que admitirlo. Ese escudo es muy útil.

Hipo: Lo sé.

Astrid: Bueno ¿Ahora qué?

Hipo: Nos queda ver que estan haciendo los gemelos.

Astrid: *Sarcastica* Ja, eso debe ir de maravilla.

Hipo: Debemos hacerlo jefa.

Astrid: ¿Sabes? Serías un excelente consejero.

Hipo: *Sarcastico* Ja ja.

  Fuimos a la isla en donde estaban los gemelos, quienes pintaban con color púrpura a los dragones. Había llegado junto a los gemelos y por poco termino pintada. Ellos estaban peleandose con la pintura.

Astrid: ¿Chicos Pueden dejar de hacer tonterias por una vez en sus vidas y tomarse algo enserio?

Brutacio: Esto fue tu culpa. Sabías como iban a terminar las cosas si nos daban esto.

Brutilda: Si, y nosotros somos los tontos.

Astrid: Chicos, debemos catalogar todos los dragones, así sabremos de donde vienen y a donde van. Es algo que como jefa debo hacer, y como pueblo que amamos a los dragones también. Esto es obligatorio para todos, nos guste o no.

  De repente, escuché a Hipo quien parecía algo confundido. Bajó de Tormenta y comenzo a caminar en círculos mientras murmuraba. Me acerqué a él y le pregunté que era lo que pasaba y él me respondió.

Hipo: Esto no tiene sentido. Acabo de ver dragones de distintos colores. No creo que nos hayamos equivocado. Debe suceder algo o... no se. Debería preguntarle a Patapez, ya que fue su idea el de catalogar a los dragones por color. Él debe tener el registro de los dragones y sus islas.

Astrid: ¿Y qué? ¿Vas a ir a Berk a preguntarle en persona?

Hipo: No va a ser necesario. Le dire que nos vea en la isla dragón.

Astrid: ¿Y cómo lo haras?

Brutacio: De seguro debe tener ese papel mágico que andamos buscando.

Brutilda: *Queja* ¿Por qué siempre debe tener las mejores cosas?

Hipo: No es papel mágico. Es algo que Patapez y yo desarrollamos. Lo llamamos correo aéreo - Decia mientras ataba un papel a un Terrible Terror - Los Terribles Terrores son muy territoriales, por lo que siempre vuelven a su hogar, sin importar de donde vengan.

Brutacio: ¿Funcionará?

Astrid: Si eso funciona, besaré a Patán en la boca.

Hipo: *Riendose bajo* Jefa, no le recomiendo hacer apuestas que no puede ganar.

Astrid: Hipo, aun no soy la jefa, y solo dime Astrid, comienzo a sentirme rara que solo me digas jefa.

Hipo: Okey... jefa.

  Hipo y yo fuimos a la isla dragon y allí encontramos a Patapez y a Patán, quienes nos esperaban. Vi a Hipo y el me hizo la mueca de un beso mientras se reía.

Hipo: Vaya, vaya. Te lo advertí... Astrid.

  Era justo ahora que me llamaba por mi nombre. Por dentro me prometía que cuando esto terminara, lo iba a castigar en Berk.

  Nos acercamos a los chicos y Patapez preparó su mapa y mostraba las islas que conociamos pero marcados con distintos colores.

Hipo: Patapez ¿Te parece normal que los dragones verdes esten en la isla Creciente?

Patapez: Claro que no. La isla creciente esta marcado de morado. No deberían de estar ahi.

Astrid: ¿Y que hacen ahí? ¿Tienes algo en mente?

Patapez: No. Yo etiquete a esos dragones en la isla Arbol Alto.

Astrid: Esos dragones no estan en donde deberian estar. Habrá que ir a averiguar.

  Los tres nos pusimos en marcha a ir a la isla Arbol Alto cuando de repente escuchamon a Patán ir de vuelta a Berk ¿Por qué? Por que quiso.

  Volamos durante un buen rato y no estabamos encontrando la isla Arbol Alto. Tanto Hipo como Patapez comenzaron a sentirse incomodos. Ellos parecían nerviosos y muy alertas debido a que según ellos algo andaba mal. Yo no pensaba como ellos, pero tenia el presentimiento de que algo iba a suceder.

  Seguimos sin encontrar la isla cuando de repente algunas Pesadillas Monstruosas comenzaron a huir en direccion contraria a la que ibamos.

Astrid: ¿Naranja?

Patapez: Melocotón quemado.

Hipo: Segun esto son de la isla Piedra Solar.

Patapez: Tiene lindas playas y ricos minerales para Albondiga.

Astrid: No se diga más.

  Fuimos para alla y resulto ser una isla pequeña. Ni siquiera se podría considerar una isla debido a lo pequeña que era. Comencé a pensar que una isla desaparezca no era tan loco.

  Volvimos a la isla Dragon sin perder más tiempo y encontramos a varios dragones de distintos colores. Rojo, naranja, verde, y más estaban a punto de venir. Los tres analizamos el mapa y pudimos ver que se formaba una linea. Más islas y dragones iban a estar en peligro si nosotros nos actuabamos ahora que teniamos tiempo. Hipo quiso ir a investigar pero le di la orden de que no iria sin refuerzos. Ambos nos subimos a nuestros dragones y volamos en direccion a las islas que quedaban mientras que Patapez se quedaba a vigilar y ver si llegaban más.

  Fuimos a la isla Jabalí pero este no estaba. Comenzaba a sentir que la teoría de la ira de los dioses de Patapez no estaba tan errada. Fuimos a la isla Piedra de Thor y solo quedaba un pequeño fragmento de lo que era. Bajamos para averiguar y Había un gran agujero.

Hipo: Estas marcas me son familiar, pero... más grande.

Astrid: ¿Que tanto?

  De repente, una gigantesca cabeza salió del hueco y junto a este le seguía una larga, espinosa y fea cola. Sus escamas eran blancas, la punta de su cola era roja y sus ojos eran tan rojos que parecía estar teñido con la sangre de nuestros ancestros. Era el Grito Mortal y parecía más grande.

Hipo: Parece que alguien comió sus vegetales

Astrid: *Alterada* Toda isla a su paso.

  Esa criatura intento devorarnos y nosotros solamente pudimos huir. Su grito alteraba a nuestros dragones y sus disparos destruían las columnas de piedras. Intentamos de todo hasta que aprovechamos una oportunidad que se nos dio. Él estaba un poco aturdido luego de chocar con varias columnas de rocas. Chimuelo y Tormenta le disparamos al mismo tiempo y eso lo hizo retirarse. Nosotros volvimos con Patapez y le dijimos lo que habiamos visto mientras el contaba los dragones nuevos.

Patapez: Llegaron de la Isla Jabali y Piedra de Thor.

Astrid: Lo sabemos. El Grito Mortal destruyó sus islas. Es más grande que nunca y también más feo.

Patapez: *Nervioso* ¿Qué tan grande?

Astrid: *Libera de a poco arena de su mano* Chomp chomp, adios isla. Así de grande.

Hipo: Hay que detenerlo. Según el mapa, el Grito Mortal esta siguiendo una linea imaginaria hasta aquí. Luego de la isla Dragon, solo quedara una isla más.

Astrid: Berk.

Patapez: Hay que avisarle a Estoico.

Astrid: Estoy de acuerdo.

Hipo: *Agarra de la mano a Astrid* ¿Puedo hablar contigo un rato? - Me alejó de Patapez y habló conmigo. Estaba feliz y todo pero esto era una emergencia. Para él, la decisión que iba a tomar no era la correcta - No hay mas islas más alla de Berk. Debemos detenerlo aquí y ahora o amenazará a todos.

Astrid: Pero Hipo...

Hipo: Confio en ti. Nos has guiado siempre. No te voy a decir que hacer, solo quiero asegurarme de que sabrás que es lo mejor para todos. Confio en ti y te seguiré.

  Eso me dio fuerzas y decidi por enfrentar a esa bestia. Hipo tenía razón, no podiamos dejarlo avanzar mas.

Astrid: Vamos a enfrentarlo.

Hipo: Si, pero necesitamos refuerzos.

  Hipo escribió en un papel un mensaje y lo ató a un Terror. Al parecer iba a usar nuevamente el correo aéreo.

  Esperamos un buen rato y no pasó nada. Ya habían llegado una gran cantidad de dragones y solo quedaba la isla Dragon. Hipo tenía razón, esta isla y nosotros eramos lo unico que se interponia entre él y Berk.

Astrid: Voy a detenerlo.

Hipo: Te sigo.

Astrid: No. Necesito una linea de defensa preparada por si fallo. Te necesito aqui con Patapez.

  Se quedó callado y había impotencia en su rostro cuando aceptó mis ordenes.

  Fui volando con Chimuelo y juntos intentamos distraerlo. Hicimos todo lo que estuvo en nuestro alcance, lo distrajimos con luz y hasta le dimos uno o dos disparos pero seguía como si nada. No solo era mas grande, sino que también era más inteligente. Con su cola por poco nos derribó e hizo caer al agua. No levantamos como pudimos. Tratamos hacer de todo pero el resultado era el mismo. El Grito Mortal ya estaba sobre la isla e iba a hundirla en cualquier momento pero algo pasó. Hipo y Tormenta comenzaron a distraerlo. Lograron desviar su atención pero eso solo los puso en peligro. Iban a ser devorados hasta que Patapez, Albóndiga y varios Gronckles comenzaron a atacar al Grito.

Patapez: ¿Qué te parece Astrid? Los Gronckles tambien son territoriales, como los Terribles Terrores. Ellos protegeran su hogar de cualquier peligro.

Astrid: Buena idea.

  El Grito estaba siendo rodeado pero antes de perder decidio hacer un "pequeño" hoyo en la isla. Chimuelo y yo lo seguimos y notamos que quería hundir la isla desde adentro.

  Logramos sacarlo pero aún asi no podiamos enfrentarlo, no solos. Iba a ir por nosotros pero justo aparecieron Patán y los gemelos. Junto a ellos, un montón de Nadders y Gronckles logramos combatir al Grito. Hipo y Patapez dirigian los rebaños mientras nosotros cuatro atacabamos de manera individual.

  Al final el Grito Mortal se retiró y logramos salvar la isla, casi. Esta comenzaba a hundirse y no sabíamos que hacer hasta que a Patapez se le ocurrió llenar los agujeros con bolas de lava.

  Cuando llegamos a Berk, Hipo y Patapez fueron a buscar información para saber mas de él. Cuando volvimos a juntarnos, Hipo no parecía feliz.

Astrid: ¿Qué pasa Hipo?

Hipo: Hay buenas y malas noticias. La buena es que solo hay un Grito Mortal cada 100 años.

Patan: ¿Y la mala?

Brutacio: Dejame adivinar ¿El fin del mundo?

Hipo: Más o menos.

Astrid: La mala es que sigue vivo, y vendrá a recuperar su hogar ¿O me equivoco?

Hipo: No.

Astrid: *Seria* Entonces lo esperaremos. Cuando vuelva, estaremos listos para contraatacar.

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