Capítulo 11
/Narra Astrid/
Lo que dijo Hipo me dejó sin palabras. Podía sentir tristeza en su voz.
Mi amigo fue hacia Tormenta y comenzó a revisarla. Le aplicó nuevamente su ungüento y comenzó a guardar sus cosas para luego retirase hacia su casa con un semblante triste en su rostro.
Hipo: Por favor, no dejes que la encuentren. Yo me voy yendo.
Me quede viendo cómo se retiraba del lugar mientras. Al rato, mi dragona se acercó a mí y también vio como se iba. Ella me miró y al ver sus ojos entendí lo que quería.
Astrid: Ni se te ocurra. Esta es su decisión - Dije pero ella comenzó a caminar - Oye ¿A dónde vas?
/Narra el autor/
Hipo iba caminando por el bosque en dirección hacia su casa cuando de repente es secuestrado a por algo con una gran velocidad. Comenzó a gritar horrorizado hasta que la criatura lo deja en la rama más alta de un árbol y y esta se posó también en la copa del mismo. Hipo alzó la vista y vio que era Tormenta quién lo había capturado y sobre esta estaba Astrid.
Hipo: *Molesto* ¡¡¡Astrid!!! ¡¡¡¿Que haces?!!!
Astrid: Por favor Hipo, no te enojes.
Hipo: ¡¡¿Como no me voy a enojar si me raptaste y ahora estoy aquí?!! ¡¡¡¿Y encima estás volando a Tormenta?!!!
Astrid: Déjame explicártelo.
Hipo: ¡No voy a escuchar nada de lo que vayas a decir!
Astrid: Entonces no voy a hablaré. Déjame mostrarte... por favor.
Con algo de duda, el joven se subió al dragón con la ayuda de su amiga y se aferró a la cintura de ella para evitar caer. Astrid, algo sonrojada, le pidió a su compañera salir de allí.
Astrid: Ok chica, con cuidado.
El Nadder, lentamente alzó el vuelo hasta que de repente comenzó a volar muy rápido espantando al joven. Hipo se aferro con fuerza a la cintura de su amiga mientras que está se aferraba a la corona de su mascota.
Astrid: ¡Tormenta mala! Tenemos que impresionarlo.
Tormenta voló de arriba a abajo de manera constante. Luego se sumergió bajo el agua y subía a la superficie varias veces. Ya al final se elevó muy alto y luego comenzó a caer en picada mientras daba volteretas.
Hipo: *Aterrado* ok, ok. Está bien. Lo siento. Perdón por gritarte. Solo termina con esto.
Tormenta sonrió y comenzó a volar tranquilamente mostrando así un paisaje hermoso. Un cielo en su punto crepuscular. El sol poniente y las nubes anaranjadas eran lo único que los rodeaba. Hipo abrió sus ojos y contempló aquel bello escenario
Hipo: *Fascinado* Ok, debo admitirlo. Esto es estupendo. Ella es estupenda - El momento de tranquilidad no duró mucho ya que Hipo se dió cuenta de algo importante - Astrid ¿Que harás con tu prueba final? Ahora tienes... *Susurro* tienes que matar a un dragón.
La dragona, de repente, sintió algo extraño y de inmediato comenzó a seguir un rumbo específico. Poco a poco, los jóvenes comenzaron a notar a varios dragones y estos llevaban consigo alimento. Luego entraron a una cueva y allí notaron a un dragón gigantesco que se comió a un Gronckel de un solo bocado.
Asustados, Hipo, Astrid y Tormenta huyeron de ahí para volver a la isla.
Astrid: Esto es increíble. Encontramos a la reina de los dragones. Esto es lo que nuestros ancestros han buscado durante generaciones.
Hipo: Astrid... creo que.
Astrid: Ya sé. No me atrevería a entregarla. No luego de todo lo que pasamos.
Hipo: No podemos guardar el secreto para siempre, y aparte lo de mañana.
Astrid: Hipo, cálmate. Estás muy preocupado por mi. Creo que demasiado.
Hipo: ¿Pero como...?
Astrid: Tranquilo. Se cuidarme - La chica tomó las manos del castaño - Voy a estar bien.
Después de eso. Ambos volvieron a sus respectivos hogares esperando a que el día siguiente llegara.
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