Estaremos juntos
Ese viaje resultó ser bastante intenso, no solamente tenían que lidiar con el problema de las chicas, sino que ahora, tenían que buscar una solución con respecto al niño.
-Cielos, no habíamos pensado en eso- miró al pequeño y después al hechicero -Seth, él no puede continuar con nosotros. Cuando lleguemos a Joilidin, las cosas serán muy difíciles-
-Lo sé. Los Goblins devoran niños y la Fortaleza de los Canaleros, es casi una laberinto sin salida- hizo un gesto con su rostro -No sé que haremos...-
Respondió, frustrado. Él alquimista miraba el mapa, analizandolo.
-Esperen, estamos a unos pocos kilómetros de Totokanta- señaló un punto en el mapa -Si doblamos en la siguiente intersección, podríamos dejarlo con tus padres-
-Eso está muy bien, nadie podría cuidarlo mejor que la tía Cleo- indicó la cazadora, levantando al pequeño en brazos -¿Quieres pasar unos días con los abuelos, mi hermoso hombrecito?-
Preguntó al niño, juntando sus frentes y ojos.
-¡Siii! ¡Los abuelos!- respondió feliz.
-Hay un problema. Ellos están de viaje, fueron a Amestris con Alegra- sopló todo el aire en sus pulmones -No quiero hacer esto, pero no hay otra opción-
-No- mencionó sin derecho a réplica -Él no se quedará con Sophia, Seth-
-No hay otra opción, Ivette- contestó igual que ella.
-Piénsalo, Seth- intervino su amiga, para evitar una nueva discusión entre ellos -Tu hermana es una estúpida que no sabe ni para que sirven sus pies- puntualizó -¿Que garantías hay de que ella cuide bien del niño?-
-Tú eres su padre, amigo. Pero ellas tienen razón- apuntó con su pulgar a las jóvenes detrás -Tú conoces a tu hermana y sabés que no puede cuidar ni a una planta de sombra, sería otra historia, si habláramos de Alegra-
-No se habla más, Elliot se quedará con nosotros- lo abrazó con fuerza -Yo cuidaré de él- aseguró, confiada.
-No, él se quedará con mi hermana, no puedo cuidar de ambos, Ivette- no quería mirarla, sabía que lo estaba matando con sus ojos -Por favor, comprende, él corre peligro con nosotros-
-Más peligro corre con tu hermana- refutó ella.
-Yo decido, soy su padre-
-¿Y yo qué? ¿Mi palabra no cuenta aquí?- contestó a la defensiva.
-No, tú eres mi empleada, por eso te pago-
Respondió sin pensar, lanzando una bala que afectó a todos.
-Estúpido-
Murmuró su compañero, tomando el puente de su nariz y bajando la mirada.
-¡Seth!-
Exclamó su amiga, horrorizada, cubriendo su boca y volteando a mirar a su prima con sus ojos bien abiertos.
-Deten el auto-
Mencionó ella con su voz cargada de amargura.
-Lo siento, no quise decir eso- no sabía como disculparse.
-Deten el auto o me tiraré- advirtió y él, obedeció -Adiós, mi niño-
Besó al pequeño y bajó del vehículo, caminando hacía el bosque a un lado del camino.
-¡Ivi! ¿Dónde vas?- el niño intentó ir tras ella, pero su tía lo detuvo -¡Ivi! ¡No te vayas! ¡Quiero ir contigo!-
Estiró sus bracitos por la ventanilla, mientras ella, seguía su camino.
-¡Ivette!- el conductor bajó del vehículo y corrió tras ella -¡Vuelve al auto!-
La tomó de un brazo cuando la alcanzó, pero ella, lo abofeteó.
-¿¡Cómo te atreves!?- lo apuntó. Lágrimas de impotencia caían de sus ojos -¿¡Cómo te atreves decirme algo como eso y delante de él!?- su voz se quebró -¡Yo amo a ese niño y tú no me pagas por eso!-
Señaló hacía el auto con sus labios temblorosos.
-Lo sé, mí reina. Lo siento, perdóname- le acarició la mejilla secando sus lágrimas con su pulgar -Por favor, no llores- suplicó juntando sus frentes y cerrando sus ojos -Él y tú, son lo más importante en mi vida- confesó con toda la sinceridad del mundo -Quiero que estén a salvo, que estén bien, pero no puedo hacerlo si tú no me ayudas, mi amor- ella rompió en llanto y no sabía porque, él siempre la hizo sentir extraña con sus sentimientos -Lo siento, soy un idiota, no quería hacerte llorar- le robó un pequeño beso.
- Está bien- sorbió su nariz y limpió sus lágrimas, cuando se apartó de él -Odio que me veas así-
Dijo riendo y él, le apartó un rizo de su rostro, colocándolo tras su oreja.
-Ves, Elliot- caminaba hacía ellos con el niño en brazos, acompañada del alquimista -Te dije que estarían bien- lo besó en la mejilla bajándolo al suelo -Ahora... Págame, Dante- estiró su mano hacía él -Te dije que no estarían peleando-
-Maldita sea- murmuró, colocando billetes en la palma de ella -Nunca aprenderé a no a hacer apuestas contigo-
Ella sonrió, guardando el dinero en su bolsillo.
-Nunca te enfrentes contra una vidente- aseguró, golpeándolo en la nariz con su dedo -Siempre ganar...-
No pudo continuar, un par de enredaderas salieron de la nada, amarrándola y tirando de ella hacía la profundidad del bosque, a gran velocidad
-¡Dante!-
Gritó desesperada estirando su mano, cuando él, quiso atraparla.
-¡Eyra!- corrió tras ella junto con sus amigos -¡Maldición!- exclamó -¡No la veo!- miraba alrededor, desesperado -¡Ivette! ¿¡Qué era eso!?- preguntó, cuando la tuvo al lado.
-¡No estoy segura!- estaban siguiendo los gritos de ella -¡Pero creo que es un demonio camaleón!-
-¡Rayos!- corría con su hijo aferrado a su espalda -¡Ellos son muy rápidos! ¡Orphen una vez se enfrentó a uno, junto con tu padre, Ivi!- estaba tan perdido como como su amigo. Ese bosque era muy denso -¿¡Dónde están!?-
-Es por aquí, siganme- ella había encontrado el rastro -No hagan ruido- habló por lo bajo, haciendo la seña de silencio y despertando su espada -Allí están-
Señaló hacía delante a un ser humanoide con apariencia de reptil y color verde. Era muy grotesco y repulsivo.
-Vaya...- se acercó a su víctima, que se encontraba atada a un árbol y con su boca amordazada por las enredaderas -Que cosa más bella acabo de encontrar o atrapar, mejor dicho- ella lo miraba con desprecio y asco -Los Globlins van a darme mucho por ti-
-¿Goblins, dijiste?- habló tras él, apuñalándolo por la espalda. El demonio gritó de dolor, apartándola de un golpe que ella esquivo -¿Ahora esos malditos duendes utilizan demonios como tú para secuestrar mujeres?- expresó con repugnancia.
-Eso a ti no te importa...- tocaba su herida que estaba comenzando a cerrarse -Veo que eres una cazadora...- la observó con malicia, moviendo su cabeza de un lado a otro -Y muy buena, tu marca lo dice- su herida se cerro por completo -Pero no eres rival para mi-
Lanzó su poder contra ella, pero un escudo, la protegió.
-Ella no esta sola, demonio- él se encontraba a su lado sosteniendo el escudo, después de decir un mantra -Y queremos a nuestra amiga de vuelta-
-Un hechicero, hacía mucho tiempo que no veía uno- afirmó con su voz distorsionada -Mi hermano murió hace unos años, en manos de un cazador y un hechicero que viajaban al inframundo-
-¡No nos interesa!- chasqueó los dedos y llamas salieron de ellos -¡Sueltala!- estaba furioso, tomando posición delante de sus amigos -¡O te mataré! ¡Tú elige!-
Volvió a chasquear sus dedos, una vez más.
-¡No! ¡No lo haré! ¡Ella vale mucho!- exclamó con su cuerpo envuelto en llamas -¿¡Qué es lo que eres!?¿¡Un mago!?- río con dolor.
-Soy Dante Elric, un alquimista de fuego - habló sereno y con su voz cargada de peligro -Y hoy...te mueres-
El demonio corrió a gran velocidad, pero él lo atacó sin piedad. Cuando estuvo a unos centímetros de llegar a su oponente, se detuvo de golpe y su cuerpo, se volvió cenizas.
-Wow- pronuncio con asombró, abrazada al hechicero y al niño -Eso fue grandioso- tragó saliva.
-¿Cuándo te volviste tan fuerte?-
Preguntó igual que ella, pero él los ignoró, para liberar a la chica con ayuda de una daga.
-¿Estás bien?-
La inspeccionó con cuidado, tenía golpes y raspones por todo su cuerpo.
-Creo que sí- miró sus brazos maltratados -No tengo nada roto, pero duele- puso cara de dolor y suspiró -Gracias por ayudarme- mencionó incómoda -Creo que, nunca voy a dejar se necesitarte en situaciones como estas-
-De nada, hermosa- le acomodó el cabello y miró su rostro una vez más -¿Puedes caminar?- ella asintió, perdida en sus ojos dorados -Mmmm...No estoy muy seguro-
Se inclinó, tomándola de la rodillas y cargándola sobre hombro.
-¡Dante!- exclamó con pánico -¡Bájame!- lo golpeaba en la aspalda -¡Ivi! ¡Ayúdame!-
Estiraba un brazo, en búsqueda de auxilio.
-No, Eyra. Él es muy alto- levantó sus brazos haciéndose la tonta -Después de lo que acabo de ver, no voy a meterme con él-
-Es lógico, nadie quiere morir así- llevaba a su hijo en los hombros -¿Qué dices, campeón?- dirigió su mirada al pequeño -¿Ayudamos a la tía Eyra?-
Él negó con sus ojitos grandes, mirando con miedo al alquimista.
-¡Hola!- una chica morena con enormes ojos rojizos, abrió con entusiasmo la puerta de entrada -¡No puedo creer que estén aquí!- abrazó a su hermano con fuerza, quitándole a su sobrino de los brazos -¿¡Cómo se encuentra el pequeño angelito de la tía!?-
Apretaba y besaba los cachetes del niño, hablándole, como si fuera tonto. La cazadora, la miraba irritada y con ganas de querer matarla. Mientras que, su prima, hacía gestos para no reír de esa muchacha que era realmente estúpida. Por esa razón, congeniaban a la perfección con su cuñada Isabel, ambas eran iguales.
-¡Ivi!-
Pidió por ella, incomodo, en los brazos de su tía. Ella se acercó y le arrebató al niño de los brazos, mirándola peor que antes.
-¡Sophia! ¡Es un niño!- juntó su mejilla con la de él -¡No un muñeco de peluche que puedes apretujar!-
No la toleraba en lo más mínimo y el sentimiento, era mutuo.
-¿¡Qué haces tú aquí!?-
La señaló con asco y con una cara aún peor. Ella arremeda en el mismo tono y se aleja del grupo
-¡Eyra!- dió unos pasos para abrazarla y casi, derribarla -¿¡Cómo se encuentra Sebastián?- levantó su mirada -¡Hola, Dante!-
Exclamó extasiada con su voz chillona. Él la saludó con su mano.
Esa atractiva y exótica morena, estaba profundamente enamorada del hermano de la vidente, pero él no le correspondía, ya que estaba perdido por la gemela de ella, Alegra.
-No lo sé- contestó estrangulada -Los del último año están de vacaciones, no pude verlo en la Torre- intentó apartarla de ella -Iría a visitar a los tíos a Amestris-
La chica estaba atónita, ella no viajó con sus padres a ese país, porque se aburría muchísimo en la casa de sus tíos.
-Maldita sea mi suerte y yo aquí- murmuró, apartándose de ella -Bien, ¿A qué han venido?- preguntó, fingiendo calidez.
-Tenemos poco tiempo y eres a la última persona que le pediría esto...Pero- dijo su hermano, pero miró a la cazadora que negaba con la cabeza, abrazando al niño con sus ojos cerrados. No quería dejarlo -Nada... Olvídalo - ella lo miró como si estuviera loco -Vámonos, chicos- besó a su hermana y se acercó a ella a paso apresurado -Escúchame bien...- levantó su dedo, señalandola -Él se quedará contigo, sé que lo cuidarás bien- sonrió al verla aún con sus ojos cerrados -Ivette... Estoy hablando contigo- ella abrió sus ojos de golpe.
-¿¡De verdad!?- preguntó emocionada y él, asintió -¡Gracias!- estaba feliz -¡Escuchaste eso, Elliot!- levantó al niño en el aire -¡Vas a quedarte conmigo!- el pequeñito reía al igual que ella.
-Hiciste lo correcto, Seth- su amiga lo abrazó por un instante -Iban a sufrir mucho si los separabas a pesar del peligro... Gracias-
Caminó hasta su prima, para también, jugar con el niño.
-Ivi es una buena madre... Adoptiva, pero lo es- apoyó su brazo en el hombro de él, mirando a las muchachas que jugaban entretenidas -Aún no puedo creerlo, ellas adoran a tu hijo- las miró con orgullo.
-Yo tampoco, pensé que nunca iban a aceptarlo, pero ya ves...- los señaló -Las ha hechizado-
Sonrió y caminaron a su encuentro, para luego, acercarse al auto y continuar con su camino.
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