Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

➳ |3| 85 Millones

El barco se balanceaba suavemente por las olas del East blue. En la cubierta se encontraban tripulantes felices y ocupados en cada uno de sus deberes, cada uno de ellos ignoraba al pequeño polizón que se hallaba en el almacén.

El pequeño niño de sombrero de paja estaba acostado boca abajo, mientras balanceaba sus pies y tarareaba canciones sobre las islas del sur. Su completa atención estaba sobre el Jolly Roger que dibujaba en el piso de madera con la tiza que encontró rodando en el suelo.

Una vez terminado, asintió con aprobación mientras miraba el dibujo abstracto de una calavera sonriente con sombrero de paja.

Han pasado dos días desde que partió y Luffy ha intentado distraerse comiendo y jugando consigo mismo, algo muy patético la verdad.

La paciencia no era precisamente su fuerte, tuvo que contenerse para no subir arriba y bailar o correr sobre la cubierta. La tiza fue casi un salvavidas para alguien tan inquieto como él.

Pero había otro problema que a pesar de la soledad y tiempo no había logrado resolver. Por el momento todos estaban a salvo, pero solo era una situación pasajera que podría cambiar en cualquier momento. No podía volver, eso estaba claro. Lo que lo lleva a la siguiente pregunta.

¿Ahora qué?

Luffy había estado muy feliz de tener la aventura que tanto había deseado desde que era un niño, pero hizo una promesa: No convertirse en pirata hasta tener 17 años. Dicha promesa estaba parcialmente rota por sus propias decisiones y a causa de la situación, sin embargo, no era un pirata de forma oficial. Así que estaba a tiempo de mantener su promesa. Y Luffy quería mantenerla, pero la idea de viajar solo no era muy atractiva para él.

El joven chico es una persona sociable por naturaleza y la propia idea lo hacía sentir solo.

Pero ahora pensando fervientemente al punto de salir humo de sus orejas, tuvo la respuesta clara.

Lo haría.

La promesa estaba por encima del miedo y la soledad.

Solo tenía que aguantar tres años y se alzaría en lo más alto, iría rumbo a una aventura increíble con personas igual de geniales. Solo tenía que esperar un poco más.

Luffy vio el Jolly Roger con pesar e hizo una promesa silenciosa de ponerla en su bandera una vez estuviera listo.

***

Han pasado tres días desde que el mocoso del Roger escapo y los miembros del CP9 no podían estar más ansiosos e inquietos.

En estos mismos momentos los tres estaban sentados en posición india, rodeando el den den mushi, que desde esa mañana no dejaba de sonar. Sabían quién era, Sapandam estaría furioso si supiera lo que había pasado, pero no le temían, no era la razón por la que no contestaban, la razón era que querían un poco más de tiempo, solo un poco más.

Desde que Jabra encontró ese gato salvaje que lo había atacado al abrir la caja sospechosa, se había jurado a si mismo encontrar al mocoso, eso se había vuelto personal. Así que los días siguientes, acompañado de Fukuro y Kumadori, se embarcaron en buscar en islas cercanas, volviendo ocasionalmente a Dawn Island por si acaso. Pero como pensaba, era mucho más difícil y trabajoso.

Aun así, su propia terquedad le impedía rendirse, Kumadori no quería ninguna mancha que dañara su honor y Fukuro, aunque había intentado chismear al jefe de su fracaso, estaba bastante molesto de que el muchacho escapara, bastante hipócrita de su parte, por cierto.

En fin, la suerte no estaba de su lado y Jabra quiere arrancarse los pelos de la frustración.

Entonces alguien toca la puerta y Fukuro que estaba más cerca la abre. Apenas lo hacen el den den mushi, que era llevado por el marine, hace una expresión molesta.

—¡¿Por qué no contestan?!

Los tres espías se congelaron y abrieron los ojos de sorpresa.

¡Mierda!

No había salida. Se disculparon y escucharon la larga reprimenda del jefe por unos minutos. Luego llego la pregunta que tanto detestaban.

—¿Cuándo llegaran con el mocoso? —dice un poco más calmado.

Silencio.

—¡Respondan!

Acorralados y sin poder resistirse más, Fukuro salto y derramo todo. Los detalles innecesarios fueron interrumpidos por Jabra, pero no importa cuánto quisieron explicarse, la cara del den den mushi parecía explotar de enojo.

El caracol temblaba de ira, sus ojos estaban enrojecidos por la misma razón y estallo.

—¡Inútiles! ¡¿Cómo lo dejaron ir?! ¡Era el pase a mi ascenso!

Kumadori sugirió hablarles a los superiores sobre la situación, pero Spandam se negaba rotundamente.

—Escuchen. Les daré un poco más de tiempo, tienen que darme un informe a diario. ¡No lo jodan y atrápenlo!

***

El barco dejo de balancearse entre las olas, arribando a una bonita isla rodeada de árboles.

El pequeño chico de sombrero de paja asomo la cabeza por las escaleras, con su boca llena de carne recién echa que había robado estirado el brazo sin que se dieran cuenta.

Ahora que estaban en tierra, el joven se desprendió de su encierro y sin ninguna preocupación camino sobre la cubierta como si fuera uno más.

Los tripulantes ni siquiera lo miraban y hablaban amenamente lo bien que ganarían con la carga del almacén.

Uno de ellos, que era nuevo en el barco saco un caracol cámara y se puso enfrente, listo para la foto de recuerdo. Cuando escucho el flash se apresuró a ver la foto y para su sorpresa en la foto revelada había un sonriente chico de sombrero de paja.

Volteo de inmediato y solo pudo ver como ese chico corría velozmente sobre la arena antes de desaparecer entre los árboles.

Al poco tiempo se escuchó un fuerte grito del almacén.

Todos se apresuraron a bajar y encontraron al capitán de rodillas, con la boca abierta y ojos desorbitados, mientras veía el almacén lleno de cajas vacías y desordenadas. En las paredes había varios dibujos hechos con tizas. Se podría llamar arte abstracto por las líneas irregulares y pintadas fuera de las líneas. Uno, no, dos dibujos en particular sobresalían entre todos ellos. Uno de ellos estaba sobre el suelo, el dibujo mostraba un extraño Jolly Roger de una calavera con sombrero de paja. Y el otro estaba sobre el techo, que en realidad no era un dibujo en sí, era un mensaje, que parecía ser remarcado una y otra vez, tan grande y simple, pero que de igual manera impacto.

"Gracias por la comida", decía.

El capitán salió de su letargo, leyó la oración una y otra vez con la vena en la cien cada vez más marcada. Finalmente alzo un grito al cielo de pura rabia.

***

Ace está a punto de caer en la locura.

En el primer día pensó que no habría nada de malo si su hermanito se separara un poco, ósea, se iba ir de todos modos, talvez buscaba algo de independencia, así que, aunque estaba desesperado y talvez algo paranoico viendo a todas partes cada pocos minutos, lo dejo pasar.

El segundo día, con ojos ojerosos de no poder dormir, la poca paciencia que tenía, se extinguió. ¿No podría avisar o dar, aunque sea un signo de vida? Ace estaba furioso y exaltado, iba a golpear a ese idiota gomoso, lo sacudiría hasta que le explicara y lo arrastraría a casa, no necesariamente en ese orden.

Pero mientras más buscaba no lo encontraba, y poco a poco su ardiente ira, se fue apagando y convirtiéndose en angustiosa preocupación. Regresó a la casa del árbol, preguntó a los residentes de Gray terminal, bajo a Villa Fosha a preguntar a Makino y demás pueblerinos, pero nada.

Cientos de imágenes corrían por la mente del pecoso, entre ellas estaba la de Luffy cayendo por un precipicio, cayendo al mar, siendo secuestrado por piratas, una persona sin rostro ofreciéndole carne para que lo siguiera casa, etc. Podría haber pasado cualquier cosa y Ace no estaba allí para protegerlo.

Ace se dispuso a una búsqueda profunda, acompañado de Dadan, los bandidos, Makino y demás adultos de Villa Fosha.

Asalto a las tripulaciones piratas que pasaban por allí. Dadan, Makino y los otros buscaban hasta por debajo de las piedras del Monte Colubo y Gray terminal. En algún momento Ace pensó que podrían ser los padres de Sabo tratando de hacer su vida miserable, así que entró a su casa a escondidas, pero no pudo encontrar nada.

Ace estaba tan molesto consigo mismo por no buscarlo de inmediato, por dejar que pasara al tiempo.

Casi le da un paro cardiaco cuando en la noche el tercer día, un grupo de habitantes de Villa Fosha recomendaron con pesar, que buscaran en el mar. Ace no era tan estúpido, sabía lo que significaba y con un gruñido los mando al infierno y salió de allí.

Se negaba, se negaba a si quiera pensarlo.

Algo malo debió haber pasado, lo sabía. Pero era Luffy, su hermanito con sueños tan grandes que no podían ser reprimidos por una mala situación.

Luffy no puede simplemente...

Su corazón dolió de solo pensarlo, lágrimas de rabia y angustia empezaban a salir, pero se las seco casi de inmediato.

Solo le rogaba a quien sea que estuviera bien.

***

Luffy tarareo alegremente mientras admiraba árbol tras árbol. El lugar le recordaba a su isla natal y de alguna manera eso lo hizo sentir bien.

Pero su estómago no estaba feliz de no encontrar alimento. No está seguro de cuánto tiempo lleva buscando, pero a pesar de ser un lugar lleno de árboles y a su parecer estable para albergar vida, solo pudo encontrar unas cuantas manzanas. Ace solía espantar a algunos animales por su mal genio, pero él no estaba aquí, no tiene sentido.

Fue entonces en donde pudo escuchar pisadas acercándose.

Frunció el ceño y ladeo la cabeza con curiosidad. Los frondosos arbustos se movieron y entre ellos un color más claro de verde muy parecido al pasto sobresalió.

Luffy abrió los ojos exageradamente cuando lo que identifico como pasto verde en realidad era una mata de cabello muy particular, que pertenecía a un joven chico, que con ojos fulminantes observaba a su alrededor, como si no creyera que estuviera allí de nuevo.

De repente los ojos salvajes del peliverde se detuvieron en él y lo estudio por unos momentos con el rostro impasible.

Ambos cruzaron miradas igual de extrañados.

-¿Qué quieres? ¿Estás perdido? -dice el peliverde.

***

Zoro no sabe cómo termino así. Solo una cosa llevo a la otra y ahora estaba en una clase de campamento con el extraño chico de sombrero de paja. La fogata ardía con furia, mientras cocía el jabalí que en un principio pensó que sería solo para él.

Al poco tiempo ambos estaban comiendo y tuvo que luchar para mantener la comida que el mismo había atrapado. El adolescente pelinegro ni siquiera cambio su sonrisa brillante, aunque Zoro golpeara su mano cada vez que se acercaba a su carne. No le molestaba la compañía, pero la situación era extraña de por si.

Mientras comían, el extraño adolescente pareció darse cuenta de algo.

—Ah —golpeo su puño en su palma—, gracias por la comida. —se inclinó levemente—. Pero, ¿quién demonios eres?

Zoro casi escupe en su cara.

Luego lo miro acusadoramente.

Él es quien lo siguió y se aferró a el cuando vio que tenía un jabalí. No sigues a un extraño solo porque tiene comida. Zoro lo había ignorado todo lo que pudo, pero se quedó sentado mirando como prendía la fogata, despellejaba al jabalí y se le caía la baba cuando empezó a adorarse. Zoro casi se sintió obligado a darle de comer y así lo hizo. Una parte de él se sentía usado.

Se masajeo el entrecejo, buscando paciencia.

—Zoro.

—Yo soy Luffy —dice sin dar más explicaciones.

El espadachín decidió ignorarlo nuevamente y se dispuso a dormir. En algún momento se aburriría y se iría. Pero no dejo de sentir la mirada insistente del chico. Abrió un ojo y allí seguía él con ojos negros e intensos que parecían escarbar dentro de su alma.

—¿Eres fuerte? —pregunta de golpe, entre mordidas.

Zoro se sentó de golpe y lo miro con el ceño fruncido, obviamente ofendido.

—Lo soy.

Pareció estudiarlo unos segundos más y luego mostro una sonrisa cegadora llena de dientes. Zoro estaba bastante seguro que era imposible tener una sonrisa así de inmensa.

-¡Genial, Zoro! ¡Serás mi nakama!

El nombrado alzo una ceja.

—¿Que?

Luffy se paró y puso las manos en sus caderas.

—¡Si! ¡Nakama de mi tripulación pirata! —su sonrisa se borró por unos segundos, pensando en algo con fuerza—. Pero en tres años. Aún no.

—¡Tu no decides eso enano! No quiero ser pirata, y si lo fuera seria el capitán, ¡me niego a ser tu subordinado!

Luffy se metió un dedo en la nariz.

—Pero ya lo eh decidido.

—¡Me niego!

—¡Me niego a que tú te niegues!

Zoro soltó un fuerte gruñido y con pasos fuertes se fue de allí.

—¡Sera genial Zoro! —lo sigue— ¡Tendremos muchas aventuras y encontraremos el One piece!

Zoro paro en seco y se volteo.

—¿Vas por el One piece?

—¡Por supuesto! ¡Porque yo seré el Rey de los Piratas!! —mostro unos ojos determinado, antes de soltar una carcajada confiada, como si fuera un hecho.

Zoro frunció el ceño, mirara por donde mirara, era solo un niño, pequeño, delgado y con mucha energía. Pero no se sintió con el derecho de reprocharle por un sueño inalcanzable. Él mismo tenía un sueño que muchos darían por imposible, pero aquí estaba él, entrenando todos los días para que se haga realidad.

—¿Cuál es tu sueño Zoro? —dice, sacándolo de sus pensamientos.

Zoro lo miro por unos momentos. Muchos se rieron de él cuándo confesaba su sueño, si él lo hacía... Ni siquiera estaba seguro de que esperaba de Luffy, pero igual lo dijo.

—Ser el mejor espadachín del mundo —dice firme. Su ambición es grande, él lo sabe. Pero no se ha esforzado tanto como para dudar ahora

Luffy lo observo con verdadera admiración y emoción.

—¡Increíble! El mejor espadachín del mundo tiene que ser nakama del rey de los piratas. ¡Lo conseguiremos!

El espadachín lo miro con nuevos ojos, una verdadera e involuntaria carcajada broto de él, que de inmediato fue seguida por Luffy.

Un chico extraño, ciertamente cálido, lleno de sueños aparentemente imposibles y que amaba la carne, es todo lo que sabía de él hasta ahora, y podía decir que le gustaba. Aun así, su orgullo le impedía aceptar su propuesta.

—¡Lo seré¡, ¡pero no como tú nakama! —dice con menos saña de la que quisiera.

Luffy solo le responde con una sonrisa.

Y Zoro de alguna manera sintió que era una batalla perdida.

***

Spandam esta bastante inquieto por cómo se está desarrollando la situación.

El último reporte que fue recibido hoy, hablaba sobre como encontraron el barco donde había escapado, pero lo único que pudieron conseguir fue una foto de él.

Una foto con el adolescente sonriente, con la cara un poco sucia y saludando como si no tuviera ningún problema. Como si no estuviera haciendo su vida difícil. Como si estuviera burlándose de él.

Spandam no sabía que podía albergar tanto odio y enojo por un mocoso que ni conocía. Quiso golpearlo y lastimarlo gravemente por meterlo en un lio así.

Los superiores ya se habían contactado con él, y esperaban resultados próximos lo más pronto posible. Spandam no pudo encontrar valor para decirles la verdad.

"Ah, el mocoso es escurridizo como el infierno y escapo, ¿galletas?", no, de ninguna manera.

El den den mushi sonó, y el contesto malhumorado.

—¿Quién demoni..

—Spandam —dice con voz profunda y seca.

El nombrado casi se cae de su silla cuando reconoció la voz.

Sengoku,

¡Mierda!

—¡Almirante!... Humm, ¿pasa algo?

—No lo sé, Spandam ¿hay algo que deba enterarme?

El no pudo encontrar palabras ni escusas, joder, ¿lo sabía?

-Ven a mi oficina. Ahora -corto la llamada.

Spandam maldecía a su suerte y al maldito hijo de Roger en cada paso que daba a su perdición.

Al poco tiempo estaba frente al escritorio de Sengoku, que mostraba una expresión tan estoica e impasible como acostumbraba. Lo fulmino con la mirada por unos segundos y lanzo un sobre abierto que mostraba la foto del sonriente Ace.

A Spandam se le fue el aire de los pulmones, sintiéndose al límite de su vida. No hacía falta que dijera más (luego mataría al soplón o a quien sea que se lo haya dicho), se lo conto todo. Tal vez exagero algunas cosas, como que el mocoso era un niño listo y perspicaz que había sabido planear un plan tan perfecto que pudo evitarlos todo este tiempo.

—No me importa Spandam. Tu deber como responsable, era avisar todos los avances y no mentir con una falsa captura. La situación se te fue de las manos y en vez de comunicarlo, te lo guardaste y dejaste que esto se agrandara más y más.

—Bueno, yo...

—Ya no es una pequeña isla, ¡es todo el East Blue! Y se irá extendiendo si no hacemos algo. Esto dejo de ser una operación secreta. Su recompensa empezara a circular mañana. Y tu serás suspendido por medio año.

Spandam chillo con lo último, pero no hubo nada que pudiera hacer.

Al día siguiente una nueva recompensa se repartió por los mares del mundo.

GOLD ACE

85 000 000

Aquí la recompensa de "Ace".

Ah, ¡que hermoso es! ❤

En el próximo capitulo leeremos la reacción del mundo, que no se si será para este mes o el otro año.

Ah, no se que mas decir. Espero que les haya gustado.

Si tienen alguna pregunta, no tengo ningún problema en responder.

¡Gracias por el apoyo! ❤

Nos leemos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro