VI : Ojos huecos
"La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa"
(Albert Einstein)
Parte II
Miércoles 30 de Octubre del 2024, Curicó, Chile
El sonido de las sirenas me despertó, me demoré unos minutos en ponerme de pie, sentía el cuerpo pesado pero al final, la luz que comenzó a entrar por la ventana ya me hacía muy difícil mantener mis ojos cerrados. Al sentarme en la cama, tardo unos minutos en poder detener o por lo menos, suavizar, el dolor creciente en mi cabeza; al mirar la cama vacía junto a mi, lo comienzo a buscar por toda la habitación, pero nada. Los ruidos que iban en aumento por toda la casa me hace salir del pequeño dormitorio con algo de duda, ayer no había nadie aquí, pero hoy podía contar a lo máximo unas quince personas sin incluir a Einar o a mí. Camino frente al jardín de lavanda, varias personas estaban allí tratando de conseguir señal para enterarse del porqué de todo el bullicio, camino más lejos hasta salir de la casa de hospedaje y ahí lo veo parado junto a la dueña del hostal y a unas cuantas personas más; sus ojos caen inmediatamente en mi al notar mi presencia, su expresión es de preocupación.
— Mackenzie — su voz retumba en mis oídos, sentía que me iba a explotar la cabeza, él lo nota al ver como me sobo la frente y cierro los ojos.
— Qué está pasando... — suelto en un hilo de voz, tenía la boca y garganta secas.
— Hubo un asesinato — mis ojos lo miran con detenimiento, buscando en él un ápice de no estar hablando en serio, pero no pude encontrar nada.
Por los murmullos advertí que no era una broma.
Nadie bromea con esas cosas, Mac.
Claro que sí.
Claro que no.
— Señorita, hasta que despierta... me preguntaba cómo podía seguir durmiendo con todo este ruido — la dueña se acerca a nosotros, su tono es muy pasivo agresivo cuando se dirige a mi.
— Bueno... admito que sí me costó levantarme... ¿Saben dónde... quién...? — Me cuesta ordenar la pregunta en mi mente.
— Mira aquí, hace unos minutos salió esta noticia — Einar se acerca con un video pausado en su IPhone, coloca su mano en mi espalda alta, cosa que agradezco para no perder el equilibrio.
— ¿Puedo? — él asiente, cediéndome el aparato para tomarlo entre mis manos.
>> Hace unas horas ha sido encontrado el cuerpo de una trabajadora de este restaurante que está de paso para muchos viajeros, al iniciar el turno de hoy, una de sus compañeras que llegó para abrir el establecimiento se encontró con una escena que no es apta para todo público... yo diría que para nadie... <<
Una mujer de traje verde oscuro sujeta un micrófono frente a su rostro, se encuentra hablando frente al lugar donde pasamos a comer con Einar ayer. Se le ve pálida, de seguro por su imprudencia y de querer tener la primicia del día, se adentró a la escena del crimen viendo lo que allí dentro la dejaría traumada.
>> "Holy" como era conocida en el trabajo fue encontrada sin vida, su cuerpo abandonado en una de las tantas mesas que son normalmente usadas para la ingesta de alimento. Ivonne Willson, su verdadero nombre, era una joven de veinte y dos años, quien era madre de un pequeño niño de tres, trabajaba diario en este lugar hasta bien entrada la noche para darle una buena vida. Hoy lamentamos su apresurada partida. Los federales no han querido revelar mayor información de en qué condiciones se encuentra el cuerpo, pero esperamos tener alguna respuesta lo más pronto posible <<
— Tenemos que ir — me mareo un poco y Einar detiene mi caída — Gracias...
— Hoy no te ves muy bien — puedo sentir su aliento cerca de mi frente, yo solo me aparto.
— Estoy bien, iré por mis cosas... primero me daré un baño —
Lo dejo con la palabra en la boca y me adentro a buscar mi ropa y toalla para poder relajarme un poco en la regadera. Pasados unos cuarenta minutos ya estábamos rumbo al restaurante donde los policías seguían registrando el lugar; al llegar tras la hora y media de viaje, mucha gente estaba allí de curiosa, intentando ver más de lo que deberían. Al bajar del auto unos orbes café claro me sorprenden, pero cuando intento volver al auto, su voz me deja paralizada en mi sitio.
— ¡Mac! Así que aquí... estaban — el entusiasmo en su voz se apaga al ver salir del carro a mi jefe.
— Detective — Einar se acerca para estrechar sus manos, Steve sonríe de manera cínica y corresponde al saludo.
— Señor Hunt — cierro la puerta del auto volviendo a ganarme la atención de Steve.
— Qué haces aquí — el dolor de cabeza había cesado levemente, pero la luz del día no ayudaba, mucho menos su presencia; mi voz sale más hostil de lo que esperaba.
— Vine buscándote, te lo dije ayer cuando te llamé... pero no esperaba encontrar una escena del crimen — Einar me pregunta con su mirada de que habla Steve pero solo niego con la cabeza.
— No es tu jurisdicción —
— Sí, sí es sobre uno de mis casos... Hay sospechas de que se trate del asesino de Rubí... — pone su mano en mi brazo con delicadeza — ¿Podemos hablar de lo de ayer? — pregunta cerca de mi oído y yo me aparto.
— Estoy traba... —
— Trabajando, lo sé. Yo también — vuelve a agarrarme del brazo, esta vez un poco más fuerte.
— Detective, le está haciendo daño — Einar señala su agarre y Steve me suelta haciendo chasquear su lengua.
— Supongo que quieres ver la escena — vuelve su sonrisa de rutina, solo asiento acercándome por instinto a Einar — Por aquí...
Steve avanza unos pasos y Einar se acerca de manera sutil a mi oído para susurrar.
— ¿Estás bien? — asiento dedicándole una sonrisa ensayada y me apresuro para alcanzar a Steve.
Pasamos la cinta amarilla gracias al detective que tengo como "amigo".
Ese ya no debería ser tu amigo.
Ruby...
Hablo enserio, Mac. Si no haces algo, lo haré yo.
Ya no puedes hacer nada...
— Pasen, cuidado por donde pisan, la sangre sigue fresca — es primera vez que escucho la voz apagada y grave de Steve, pero después me preocuparé de ello.
— ¿Dónde está la víctima? — pregunto sacando mi celular para grabar el audio de lo que sea que nos digan los oficiales.
— Por aquí — no se digna a mirarme, está enojado.
Pero no es problema tuyo.
Lo sé.
— Colóquense estos — un oficial joven se nos acerca con protectores de zapatos y guantes negros para no contaminar la escena.
— Gracias — le sonrío de manera amable y el chico se sonroja levemente.
Einar a mi lado sonríe y se le escapa una pequeña risa que disimula mirando hacia otro lado; ya con lo necesario para acercarnos al cuerpo, Steve permanece a una distancia prudente de mi. La imagen frente a nosotros es grotesca, a pesar de no sea este el escenario en donde la mujer fue asesinada, las salpicaduras de sangre en la mesa y los asientos, indican que una vez muerta, se le cortó el cuello de manera salvaje que hizo salpicar la sangre en múltiples direcciones. Los huecos negros en donde antes estaban sus globos oculares hacen que me pierda profundamente en ellos, tragándome como si de un gran vórtice se trataran. Sus muñecas tienen marcas de haber sido atada con demasiada fuerza que dejó expuesta un poco de piel, su boca llena de cortes sangrantes comenzaban a expulsar un olor mal oliente y su cabello antes largo estaba corto hasta las orejas, como si le hubieran propinado varios tijeretazos a lo loco.
— Es un trabajo... — Einar de pie a mi lado se cruza de brazos.
— Muy personal — termino su frase sin perder ningún detalle.
— ¿Qué te hace pensar eso? — pregunta mi jefe, Steve permanece en silencio.
Camino sin responder aún a su pregunta, lento, dando cada paso con extremado cuidado de no estropear algo que no se vea a simple vista, me acerco al cadáver y me acuclillo a su altura, sin tocarla, examino su rostro, su ceño hundido en miedo y su boca abierta.
— Ella tenía el pelo largo ayer... por como lo tenía se notaba el cuidado que ponía en él... — entrecierro mis ojos — Y sus ojos... recuerdo que tenía un bonito color...
— Entonces... ¿le quitó lo que más le gustaba de ella misma? — ahora preguntaba Steve, yo asiento.
— Por como le hacia ojitos al señor Hunt, sabía que su mirada era preciosa — me pongo de pie y miro los alrededores.
— Como sabes eso, tu no sabes diferenciar sentimientos y mucho menos intenciones — su voz sale tosca, el detective estaba muy molesto conmigo.
Si no te conociera diría que ese comentario te dolió.
Pero no es mi caso.... Eso creo.
Mac...
— El señor Hunt es un hombre apuesto y Rubí me enseñó muchas cosas — su semblante cambió a la mención de mi mejor amiga.
— Gracias por el halago — Einar me sonríe.
No vaya a malinterpretar tus palabras... él y Steve.
No lo creo.
Steve está echando humo por su cabeza.
Que lo soporte.
— Aún no entiendo una cosa — Steve se acerca a mi, ya parecía más calmado.
O lo disimula muy bien.
Ambas sabemos que ese no es el caso, no sabe disimular.
— Qué cosa — lo miro de reojo ignorando a la voz en mi cabeza.
— El por qué, dices que fue personal... pero por qué — Me quedo pensando unos momentos mirando las manchas de sangre en el piso.
— Por como trató a Mackenzie ayer, creo que nuestra víctima no era una persona muy amable... aún así no merecía morir de esta forma — Einar me mira directo a los ojos.
— Aún así, no creo que sea simplemente porque miró mal a la persona equivocada — Steve se soba la sien.
— La gente no siempre va a actuar bajo los estándares de la sociedad — mis ojos caen en la herida en su cuello — Al parecer se metió con alguien que no debía...
— ¿El asesino de mujeres? — pregunta Einar y yo niego.
— El modus operandi es distinto... Él o ella — lo miro con una ceja elevada por haber asumido el sexo del ignoto — no suele llevarse los ojos.
— Pero si se lleva partes del cuerpo — añade Steve.
— Pero siempre tiene cuidado con esa parte de ellas en específico — muevo un mechón de cabello ensangrentado que cubría sus ojos — Tenemos a otro asesino suelto...
— Creo que nosotros tenemos una idea de quien es — una voz femenina me hace voltear, mi expresión se relaja por primera vez.
Después de Ruby, la otra persona que me hacía sentirme en mi zona de confort, era Danae. Junto a ella estaba de pie con un rostro pálido el señor Kim, tiene que mirar cualquier otra cosa para no vomitar.
— Ustedes qué hacen aquí — Einar sonríe pero no de manera honesta.
— Nos llamaron... esta mujer entra dentro del perfil de las víctimas que hemos estudiado por años... solo hay un asesino o asesina capaz de algo así — a Kim se le dificulta un poco hablar.
— "El asesino de las joyas" — Dicen los dos al mismo tiempo.
— Es un nombre horrible — fruncí el ceño, Danae reprime una risa.
Einar suspira a mi lado y vuelve su vista a "Holly".
— Aprovechando nuestro viaje, brindaremos nuestro apoyo a su equipo con esta investigación — Einar Hunt ahora me mira a mi.
Nos retiramos de la escena del crimen y condujimos de vuelta al hostal, con Danae y Kim siguiendo nuestros pasos en otro carro; solamente íbamos a buscar nuestras cosas para después trasladarnos a otro lado del pueblo para hospedarnos junto a nuestros compañeros de trabajo. Steve se fue antes de poder despedirnos, con la excusa de tener que acompañar a los policías de la zona para visitar la residencia de la víctima y así armar un mejor perfil sobre quién era Ivonne Wilson; por nuestro lado, debíamos comparar datos y descartar al cien por ciento que este no sea el ignoto que con Einar nos encontramos investigando. Tras tres horas que nos tomó ir a retirar nuestras cosas, soportar las preguntas insistentes de la dueña del hostal, además de miradas furtivas que me daba, por fin nos encontrábamos en un hotel pequeño, pero con mucho mejor olor que el lugar donde pasamos la noche anterior; con Danae íbamos a compartir habitación mientras que Einar y Kim estarían en otro, justo al lado del nuestro. Con mi amiga del trabajo estábamos organizando nuestras maletas para poder ir al comedor del establecimiento a reunirnos con nuestro jefe y supervisor.
— Y eso pasó — le hice un breve resumen de lo que ocurrió entre ayer y hoy, desde el momento en que Einar me fue a buscar hasta el momento incómodo que tuve con Steve.
Danae me agrada... es como otra yo, me deja tranquila.
No hay nadie como tú, Ruby... no tienes reemplazo.
Owww eso es lindo viniendo de ti...
De qué hablas...
Es que tú... eres tú...
Ruby estás actuando raro...
— Steve es un idiota, es el típico hombre obsesivo posesivo, que cree tener un mínimo de derecho sobre ti solo por que él tiene sentimientos hacia ti. No le hagas caso — tenía una mueca molesta mientras tiraba las cosas en el pequeño closet de la habitación.
— Es mi amigo — estoy estirada en mi cama, ya había terminado de ordenar mi ropa.
— Él no lo ve así — termina de tirar su ropa y se sienta a mi lado — Debes terminar con esa amistad, no le veo un buen futuro... puede terminar muy mal, Mac.
Para ambos, ella es sabia, Mac...
— Pero no sé como, digo... sin herirlo. Ruby ya no... está — paso mis manos por mi rostro con frustración.
— Pero estoy yo, una vez estábamos tomando unas copas con Ruby — la miré de reojo — me hizo prometer si es que llegara el día en que ella faltara... — se aclara la voz — si ese día llegara... Ruby quería que yo estuviera allí para ti como ella lo estaba...
Pero sigue sin ser tú.
Es lo mismo.
No lo es.
— Lo agradezco... — Cubro mis ojos con mi antebrazo.
— Todo estará bien, Mac — pone su mano sobre mi hombro unos minutos para ponerse de pie — Ya deberíamos ir... deben estar esperándonos.
— Sí... — me incorporo sin ánimos y la sigo fuera de la habitación.
. . .
— Entonces, qué es lo que tienen — Einar se dio un baño y se cambió de ropa, viste la ropa formal de siempre.
El magnate está reclinado hacia atrás en la silla con sus brazos cruzados, a su lado estaba Kim aún pálido por lo visto en el pequeño restaurante, yo estaba sentada de frente a Einar y a mi lado, Danae, devorando una dona.
— Para ser honesto, nos costó relacionar todos nuestros casos con un solo ignoto... creíamos que podría tratarse de varios casos aislados... pero... — habla Kim sujetando el puente de su nariz, le sirvo un vaso de agua y se lo cedo, me agradece con una débil sonrisa — a pesar de los años sigo sin acostumbrarme a ver ese tipo de... cosas...
— Todos los asesinatos tienen un modus operandi distinto, no habíamos encontrado una firma clara hasta hoy... — Danae deja de lado su Dona para sacar su Tablet y abrir un documento con imágenes pegadas una sobre otra, formando un especie de collage.
— Eso es... — hundí el ceño al mirar las imágenes en conjunto.
— Literalmente es una firma... marca los cuerpos con un especie de gema... los talla en la piel de las víctimas... Aún no podemos identificar que gema es, no creo que tenga mucha relevancia... — Danae le pasa el aparato a Einar, quien examina con el ceño fruncido cada imagen.
— Como no lo vieron hasta hoy — pregunta desviando levemente su vista de la Tablet a mis compañeros, luego su mirada cae breves segundos sobre mí.
He notado que tu jefe te mira mucho.
Yo igual... es un sentimiento raro... pero no me agrada.
Lo sé, estoy en tu mente. Sé todo lo que sientes y piensas.
— Siempre fue un detalle mínimo, parecía un simple corte... pero hoy... — Kim traga saliva — es más profundo y grande... Esperamos que cuando limpien las heridas, el forense nos pueda aclarar la forma de esta gema... puede que sea una pista importante.
— Una gema... — digo ensimismada en mis pensamientos.
— ¿Tienes algún comentario, Mackenzie? — Einar no despegaba sus ojos café oscuro de mí.
— No lo sé... es complicado... por qué marcar sus cuerpos así y cambiar el modo en que asesina a sus víctimas, y si es el mismo de su caso... por qué tomar sus ojos ahora — bebo un sorbo de mi café americano.
— Quizás... quiere tener un recuerdo... como el asesino de mujeres — Danae toma de vuelta su Tablet para buscar otra imagen — Los ojos de todas las víctimas tienen un extraño detalle en ellos... como cuando un flash te ciega... La retina no tiene tiempo a retraerse y se enrojece levemente, aunque es más difícil notarlo en ojos cafés u oscuros, pero todas estas personas tenían ojos verdes, azules... pardos... — muestra las fotos de los ojos de algunos de los cadáveres.
— Ha estado fotografiando sus ojos... — digo de golpe mirando a Einar, que también se encuentra observando mis movimientos.
— Entonces estamos persiguiendo a dos asesinos en serie, buen trabajo los tres — Se pone de pie — Mackenzie, deberías haber sido perfilador criminal — sonríe — Bien, a alistarse... Kim y Rivera, vayan a la estación policial del pueblo a ver si ya descubrieron algo más... Mackenzie y yo volveremos a hablar con la madre de la primera víctima de nuestro caso... hay algo raro con estos dos asesinos... es como si...
— Como si estuvieran compitiendo entre sí... — Kim y Danae tragan saliva ante mi afirmación.
— Pero por qué... ¿Se conocen? — pregunta Danae desconcertada.
— Es probable... como también puede que cada uno tenga conocimiento del otro sin haberse topado nunca... Que se llevara los ojos es la primera señal... está comenzando a imitar ciertos detalles de lo que hace el asesino de mujeres... — digo revolviendo mi café con una cuchara pequeña — Pero el asesino de las joyas... — carraspeo, no me agrada el nombre — lleva matando por mucho más tiempo.
— Eso quiere decir que no le agradó algo que hizo el asesino de mujeres... para querer imitar una parte de lo que hace... ¿Trata de inculparlo? — Kim estaba recuperando los colores en su rostro.
— Puede ser... o no —
Mac, ellos no están en tu mente... explica tu idea.
— No entiendo — Danae cuestiona. Einar permanece en silencio.
— Si conocen a detalle el trabajo del otro, quitar los ojos y no otro lugar del cuerpo fue un error. Ya que el asesino de mujeres cuida muy bien las orbes de sus víctimas... como si las atesorara... ambos atesoran los ojos pero nuestro segundo ignoto los quiere poseer... por eso se los debió llevar... Entonces pudo haber cometido un error o simplemente... sea una declaración hacia el otro — juego con mi café, perdida en mis pensamientos.
— Quiere probar que es mejor — Einar Hunt rompe el silencio que estaba llevando. Con eso dicho, se retira a la habitación que comparte con Kim.
Luego de unos minutos en silencio, los tres nos ponemos de pie siguiendo a nuestro jefe para volver a nuestras habitaciones. Al tomar las cosas necesarias para nuestro siguiente paso, con Einar Hunt ya estábamos de vuelta en la carretera para volver donde la señora de ayer.
— Señor... Einar — le llamo con mi teléfono en manos.
— Mackenzie —
— Por qué estamos volviendo... digo, ayer nos dijo todo lo que necesitábamos —
— Le pedí revisar las cosas de Maribel — sus dedos dan pequeños golpes en el manubrio, siguiendo el ritmo de una canción que se reproduce en la radio.
— Pero la policía ya hizo eso... cuando desapareció — lo miré confundida.
— A la policía se le suelen pasar algunos detalles... además, ellos no te tenían a ti — me mira de reojo unos momentos.
— ¿Por qué cree que yo encontraré algo más? — fruncí el ceño.
— Mackenzie... tienes algo que solo pocos perfiladores poseen... por alguna razón entiendes las mentes de nuestros asesinos — se detiene en un semáforo en rojo y voltea a verme — Eso es un arma poderosa en contra de cualquiera...
— Pero no soy perfilador criminalístico —
— Y aún así eres mejor que muchos, a veces incluso pareciera que fueras uno de ellos — vuelve su vista al camino cuando la luz da a verde.
— Aún así... no me tenga mucha fe, solo digo lo que veo — observo por la ventana, ya estábamos cerca de la casa.
Terminamos el viaje en silencio, la señora nos recibió con una sonrisa y un abrazo, que correspondí con un poco de incomodidad. Nos encontrábamos en la habitación que pertenecía a Maribel, al parecer, la mantuvieron intacta todo este tiempo. Sus paredes mantenían un olor a pintura fresca, me daba a entender que cada cierto tiempo le aplicaban otra capa de pintura para que no se deteriorara. La cama de plaza y media estaba perfectamente estirada, con sus cojines perfectamente ordenados; los carteles pegados en las paredes estaban arrugados de tanto ser retirados para pintar la habitación, un pequeño escritorio arrinconado es el que llama mi atención, me acerco lentamente trazando una línea sobre él con mis dedos, estaba lleno de polvo, era el único sitio que no estaba limpio en todo el espacio.
— A mi Maribel... no le gustaba que nadie se metiera ahí, ella solamente lo limpiaba y ordenaba... decía que tenía su orden... Ahora muerta no creí... no quise pasar a llevar esa única regla de su habitación... — La voz de la señora Martínez sale temblorosa.
— ¿Puedo revisar aquí? — sus ojos se llenan de lágrimas, pero los cierra y asiente.
— Estaré en la cocina... los dejo trabajar — sin esperar una respuesta de nosotros, se retira con pesar, como si le costara dejarnos en este lugar de la casa a solas.
— ¿Crees que allí encuentres algo? — Einar se acerca con las manos en los bolsillos de su pantalón.
— Quizás — mis manos toman unos libros ordenados según su tamaño, nada importante, solo contenían información sobre planificación territorial y otros temas relacionados con el ambiente, lo que llama mi atención son las pequeñas anotaciones en los costados de cada página.
— Que ocurre — no noté cuán cerca estaba de mi hasta sentir su aliento en mi mejilla.
— Era un poco infantil — le muestro los dibujos junto a sus anotaciones.
— Me parece adorable... demuestra cuánto le gustaba el medio ambiente — sus ojos paran en una pequeña libreta con candado — ese debe ser su diario...
Dejo de lado los libros informativos para ahora tener entre mis manos el pequeño diario, le doy unas vueltas, se veía dañado, el empastado de color celeste tenía rasguños negros y algunas manchas cafés de suciedad, el candado estaba suelto, ya alguien lo había abierto para leer su contenido.
— Quizás encontremos algo sobre el ignoto en estas palabras — paso de manera rápida las páginas, mis ojos leen palabras claves que me den alguna pista, no leo todo, la mayoría son ideas de como mejores el aire y otras cosas por el estilo, hasta que me detengo en una página con corazones — Esto es distinto.
— "Anoche conocí al hombre perfecto. Salí con mis amigas y allí estaba, me observaba como si quisiera devorarme... era muy atractivo y sus ojos denotaban experiencia... me acerqué y charlamos unos minutos, su risa era agradable; por sus palabras supe que era alguien culto y educado. Compartimos nuestros ideales, también cree que el mundo estaría mejor con menos fábricas que contaminan nuestro aire y a nuestros animales... quedamos en volver a salir... no puedo esperar para volverlo a ver... Eric es un bonito nombre..." — Einar lee lo que dice la página y eso es todo el contenido.
— No es mucho, no creo que a la policía se le haya pasado esto —
— ¿Puedes preguntarle al detective? — me remuevo incómoda ante su mención.
— Haré lo que pueda — sus ojos me examinaron con cuidado.
— Puedo hacerlo yo — niego con una sonrisa fingida.
— Somos amigos... puedo hacerlo —
Seguí investigando el escritorio, pero solo lo del diario me daba una señal sobre alguien nuevo que conoció Maribel, el resto de sus cosas tenían que ver con su trabajo. Al salir de la habitación, noté unos ojos sobre nosotros, provenían desde la habitación al final del pasillo, la puerta estaba entreabierta y estaban todas las luces apagadas en esa dirección, pero sus ojos quemaban con intensidad.
— Ese es mi esposo... no le gustan las visitas. Durante el día permanece sentado en su silla de ruedas mirando los recuerdos de nuestra pequeña en nuestro álbum de fotos... pero no enciende las luces... — La señora Martínez se nos acerca vistiendo un delantal, en el cual se seca las manos.
— ¡Sácalos de mi casa! — gritó sobresaltado.
— Lo siento... pero ya deberían irse — le sonrío.
— Ya terminamos aquí, lamentamos las molestias — digo lo último mirando en dirección al pasillo oscuro.
La señora nos guía hasta la salida, donde el cielo ya está oscurecido. Sus ojos se remueven incómodos como queriendo decir algo, hasta que toma aire y me toma de las manos.
— ¿Leyó el diario? — asentí — dejó de escribir sobre el ambiente y sus ideas... lo sé porque leí su segundo diario... pero la policía no ha podido encontrarlo — con Einar intercambiamos miradas.
— ¿Alguna idea de donde puede estar? — ella niega al borde del llanto.
— Por favor... encuentre a quien me arrebató a mi niña... por favor... — se desploma, arrodillada frente a mi, aún sosteniendo mis manos mientras estalla en llanto.
— Haré lo que pueda... haremos lo que podamos... —
A veces tienes sentimientos...
Ruby...
No te desvíes... debes encontrar a quién me asesinó... Me lo debes.
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