Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 48: Demasiado poco

ANTRY:

Su rechazo me dolió más que cualquier golpe que me hubieran dado. Tenía todo listo para abandonar el comando e irme a el bunker.

Rompí tantas cosas después de mi conversación con Scarlett que mi maleta se redujo considerablemente.

—¿Porqué tan de mal humor? —preguntó Yulian.

Alce la vista y me encontré con el odioso vampiro mirándome con una sonrisa.

Me hallaba sentado en la entrada del comando a la espera del auto que iba a llevarme al bunker.

—Quizá porque ver tu cara me da úlcera —comenté con sarcasmo.

—Ay alguien a quien no le da úlcera ver mi rostro —añadió con una sonrisa.

Sabía a quien se refería. El muy imbécil estaba interesado en Scarlett.

En mi Scarlett.

Me puse de pie; la sangre me hervía con la sola idea de que Scarlett estuviese interesada en alguien más.

Nunca fui un hombre celoso, hasta ahora.

—Ella es tan hermosa, y hacemos una excelente pareja —siguió Yulian—. Ambos somos muy parecidos; tenemos muchas cosas en común.

Cada músculo de mi cuerpo se tenso al instante. Quería estrangular a el vampiro con mis propias manos.

Sin embargo, si llegaba a agredirlo estaría fuera de la operación. Y eso era justo lo que el vampiro quería.

—Tienes razón, tu y ella tienen muchas cosas en común. Ambos son juguetes del concejo vampírico; son solo sus bestias asesinas —respondí mirándolo mal.

—Si, somos dos bestias y no te imaginas lo que podemos hacer los dos...

Imbécil.

Frío estúpido.

Cálmate Antry.

Toda mi fuerza de voluntad era necesaria para controlarme.

—¿A qué viene todo esto Yulian? —interrogue haciendo mi mano hacia atrás.

Alcance el arma que llevaba en la parte trasera de mi pantalón. Nunca había asesinado a alguien. Probablemente había llegado el momento de hacerlo. Además mi arma tenía balas de plata.

Si lograba darle directo a el corazón Yulian estaría muerto antes del medio día.

—Quiero que te quedé claro que Scarlett no es para ti; es demasiado poderosa para fijarse en un simple humano —Yulian me miro de abajo hacia arriba—. Debo admitir que eres un humano al que la naturaleza dotó de unas cualidades particulares; pero nada más, no dejas de ser sólo un humano frágil y mortal.

—Si estas tan seguro que soy tan simple, ¿Porqué estas aquí?, Estás bastante inseguro a causa de un frágil humano?

—Es porque quiero que te quede claro una cosa —Yulian se acercó a mi, apreté con más fuerza el arma—. Scarlett no es para ti; y si te quedan dudas de ello volverás más rápido de lo que crees a el hospital.

Él se lo había buscado.

Quite el seguro del arma y en el segundo en que iba a sacarla escuche una voz chillona que provenía de la calle.

Vi de reojo a Alice que venía llegando y corría hacia mi.
Yulian sonrió triunfante a la vez que Alice se me abalanzaba encima. Logre guardar el arma antes de que ella se me pegara como un pulpo.

—¡Antry! ¡Mi bebé! —chillo tomándome del cuello—, ¿Porqué no me avisaste que te habían dado de alta?

No podía despegar mis ojos de Yulian quien iba hacia un vehículo.

Hubiese deseado asesinarlo con mis propias manos

Toda mi rabia era a causa de ella.

—Corazón…

Observé a Alice a los ojos. Ella era una mujer muy bella. Aun no entendía porque no podía quererla.

Alice tenía una familia perfecta. Padres ricos, hermanos exitosos y tías adineradas.

Ella habia podido fácilmente rechazarme cuando nos emparejaron. Sin embargo desde el instante en que me vio me quiso, sin ningún tipo de reparo. Sin importarle que yo fuera un huérfano sin familia. Un hombre sin dinero ni posición.

Ella me amaba tal y como era. Su amor incondicional hacia que me sintiera más mal. Debía hacer un esfuerzo para complacerla, quererla y cuidarla.

Sabía que era injusto tratar de reemplazar a Scarlett con ella. Pero no tenía opción, si no lo hacía el rechazo de Scarlett iba a matarme.

—Estaba a punto de llamarte —conteste—. Nos trasfirieron a otra parte, por eso estuve algo ocupado.

—Tenía tanto miedo, casi me muero cuando te vi en esa cama —confesó ella con tristeza—. ¡Qué bueno que ya estás bien! ¡Recuerda que nos casamos la próxima semana!

Por estar pensando en el culo de Scarlett se me había olvidado la insufrible boda.

Alice ya tenía todo listo; menos el novio.

—No se me ha olvidado —mentí—, ya todo esta listo ¿Verdad?

—Claro que si; ayer compré tu traje, te verás tan guapo  —dijo ella besando con suavidad mi mentón—. Quiero que sea ya nuestra luna de miel.

¡Qué Luna de miel!

¡Lo que tendría sería una Luna de hiel!

Ella quería seguir besándome, coloque mis manos sobre sus hombros y la aleje de mi. Me fastidiaba que se pegara a mi como un chicle.

—Aquí no Alice, alguien podría vernos y me pueden llamar la atención.

Me moví hacia un lado para alejarme y fue allí cuando la vi.

Estaba a pocos metros de nosotros. Sus ojos verdes no se despegaban de Alice. Wenter venía con ella, la vampira parecía mas entretenida con su móvil que con nosotros.

Me quedé mudo; tenía las cejas arqueadas y la boca fruncida, los brazos cruzados, y miraba terriblemente mal a Alice, pareciera como si estuviese enojada.

O celosa...

Lo mejor era no hacerme ideas tontas en la cabeza. Alice se fijó en Scarlett y avanzó hacia ella.

Ay no, algo no iba a salir bien.

Scarlett siguió con su mirada asesina que me producía escalofríos.

—Hola, ¿Tú eres Scarlett? —inquirió Alice.

—Sí —respondió ella a secas.

Me acerqué a las dos. Alice a veces podía ser muy imprudente y no quería que hiciera sentir mal a Scarlett.

—¿En serio?, es que...

Alice observo a Scarlett de arriba abajo mientras movía las cejas de manera despectiva.

—¿Qué? —la instó Scarlett con más ira que antes.

—Es que te imaginaba diferente —comentó Alice con sarcasmo.

—¿Diferente?,¿cómo? —preguntó Scarlett.

Podia ver como apretaba los dientes con molestia. Scarlett estaba en verdad enojada.

—Más bonita... más delgada; estás gorda.

¡Maldición!

Vi como el rostro armonioso de Scarlett se contrariaba. Sus mejillas se tiñeron de un color rosa pálido. Apretó la boca antes de esbozar una sonrisa.

Alice mantenía su sonrisa porque sabía que con eso hacía aumentar la ira de Scarlett. Alice siempre sintió celos de ella, y ahora estaba desquitándose.

—En cambio yo si te imaginé exactamente a como te estoy viendo —dijo Scarlett.

—¿Cómo es eso?

—Siempre te imaginé estúpida y tonta  —soltó Scarlett sin dejar de sonreír—, pero, la realidad superó la expectativa.

Mierda.

Me sentía como un referí de boxeo. Sin saber que hacer al final de cada round.

Alice palideció de la ira. Antes de que siguiera metiendo la pata decidí intervenir. La tome del brazo y la aparte de Scarlett.

—¿Qué crees que estas haciendo? —replicó ella—, le diré a esa perra unas cuántas verdades.

—¡No le vas a decir nada! —replique enojado—, ella con un solo dedo puede mandarte a el hospital; así que déjala en paz.

—¿Porqué la defiendes? —repuso mirándome mal—, ¿tanto te importa?

—Hemos hablado de esto tantas veces que estoy arto —dije largando un suspiró—, vete por favor. Por la noche iré a verte.

—¿En serio? —preguntó arqueando una ceja.

—Sí, solo voy a instalarme en el nuevo lugar y cuando terminé nos podemos ver —añadí con desgano.

Era la única forma que tenía de tranquilizar a Alice.

—Esta bien.

Ella deslizó sus manos sobre mi pecho.

—Encontraré la manera de que esta noche sea inolvidable —comentó dándome un corto beso—. Te estaré esperando, no faltes.

Antes de marcharse Alice le dio una última mirada a Scarlett. Las dos se observaron como un par de fieras a punto de atacarse.

Alice sonrió triunfante y salió del comando. Me alivio verla alejarse porque ya no quería tener más problemas con Scarlett.

Cuando voltee a verla ella estaba cruzada de brazos, cada poro de su piel exhalaba furia.

En otra ocasión quizá me hubiese disculpado con ella por la forma en la que Alice la había tratado; sin embargo, ya nada valía la pena.

Era como desgastarme en vano. Eso no arreglaría en nada nuestra situación.

El auto que me llevaría al bunker aparcó afuera del comando. Me apresure a tomar mi maleta, pase por un lado de Scarlett y me dirigí al vehículo.

Para mi mala suerte Scarlett iría con nosotros. Justo en frente de mi.

Como un recordatorio de que hiciera lo que hiciera su presencia permanecería a mi lado como un sombra.

Se cruzó de piernas y alzó la barbilla. Miraba por la ventanilla con soberbia como si fuese la reina de un país lejano.

Como diciéndome a cada segundo que estaba allí tan cerca y que no tenía derecho a tocarla; a besarla, a penetrarla.

Su forma de mirar me hacía sentir más pequeño. Hacia que cada palabra que me dijo Yulian cobrará sentido.

Era demasiado poco para ella.

En cambio para mi ella era suficiente, y más. Desvió la mirada y sus ojos se encontraron con los míos.

Percibí un atisbo de sonrisa asomarse en sus labios rojos. Había decidido usar pintalabios; en esos momentos me preguntaba que sabor tendrían. Sí sabrían igual que la última vez o mucho mejor.

Claramente no volvería a probarlos. Ni siquiera ella dejaría que la tocará de nuevo. Ante su negación yo no tenía ni una sola opción.

Era ella quien mandaba.

Dejé de mirarla como un pervertido y puse mi atención en los mensajes que Phoe se estaba enviando de seguro con una chica. Mi amigo no dejaba de sonreír a la vez que sus dedos se movían de una forma impresionante.

Él tenía mucha suerte ya que ninguna mujer se le resistía.

A diferencia mía, que sufría por amor.
 
Vi el nombre de la persona con quien se escribía Phoe y me di cuenta que era Jael.
 
¿De qué me había perdido?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro