04: † Blood and Dead †
El agua caliente caía por el cuerpo de Kira, relajando sus músculos tensos después de la noche agitada. Las gotas golpeaban el suelo de la ducha con un ritmo constante, mientras ella cerraba los ojos, repasando los eventos de anoche. Había asesinado a los aldeanos que intentaron atacar el castillo, no porque quisiera salvar a las vampiras, sino porque prefería evitar masacres innecesarias. Sin embargo, sabía que las Dimitrescu no lo verían de esa manera.
KIRA:*Pensando con preocupacion* [Ellas me buscarán... Es inevitable. Pero por ahora, dejaré que las cosas pasen. Si vienen, que lo hagan.]
Terminó de ducharse, sacudiendo el agua de su cabello mientras se envolvía en una toalla. Al buscar ropa, se dio cuenta de que estaba al límite. Solo quedaba un pantalón limpio, y la camisa de anoche, aunque desgarrada, tendría que servir.
KIRA:*Pensando mientras se vestía* [Urgente conseguir más ropa... y menos urgente, pero igual importante, recuperar mi gabardina. Esa no tiene precio.]
Se colocó el sombrero sobre la cabeza, ajustándolo ligeramente, y salió de su cabaña. Su fiel caballo la esperaba fuera, junto a sus lobos, que la miraron con sus intensos ojos rojos, listos para acompañarla.
El grupo comenzó a moverse, y el sonido de los cascos del caballo rompió el silencio del bosque mientras Kira cabalgaba hacia el pueblo. Quería encontrar al Duque, abastecerse de provisiones y, de ser posible, resolver su problema de ropa.
Tras un largo paseo por los alrededores, lo encontró cerca de la entrada de las tierras de Lady Beneviento. El Duque estaba en su carruaje, organizando mercancías cuando la vio llegar.
Duque:*Sonriendo ampliamente* ¡Ah, mi estimada forastera! Qué agradable sorpresa.
KIRA:*Con una ligera sonrisa* Duque, siempre es un placer verte. Necesito unas cosas.
Ambos comenzaron con los negocios. Kira compró camisas, pantalones, y algunas provisiones esenciales. Mientras revisaba las mercancías, el Duque le mencionó algo que llamó su atención.
Duque:*Con tono casual* Por cierto, hace poco estuve en el castillo Dimitrescu. Una de las jerarcas más poderosas me compró todo mi material de construcción. Parece que tuvieron un... inconveniente anoche.
KIRA:*alzó una ceja, manteniendo la calma.* ¿Inconveniente, dices?
Duque: Oh, sí. También mostró mucho interés en cierta forastera. Dicen que monta un hermoso corcel negro, acompañada de cuatro lobos de pelaje oscuro y ojos rojos. Me preguntó si sabía algo de ella.
KIRA:*Con una risa ligera* Déjame adivinar, no mencionaste que soy una Van Helsing, ¿verdad?
Duque:*Riendo suavemente* Por supuesto que no. Solo mencioné lo que todos saben: que eres una forastera que vive en las afueras, cerca de los campos, en busca de una vida tranquila.
KIRA:*Lo miró por un momento, luego asintió.* No hay rencores, Duque. Entiendo que solo haces tu trabajo. Pero la próxima vez, considera ser más discreto. Solo quiero vivir tranquila en este pueblo sin que mi pasado interfiera.
El Duque inclinó ligeramente la cabeza en señal de acuerdo. Pero antes de que pudieran continuar hablando, un aroma peculiar llenó el aire. Era un olor dulce, floral, que hizo que los lobos de Kira se pusieran en alerta de inmediato, retrocediendo un paso y gruñendo suavemente.
Kira giró la cabeza hacia la dirección del aroma y vio una silueta acercándose lentamente. Era una mujer alta, vestida de negro, con un velo cubriendo su rostro, y una muñeca de novia descansando en uno de sus brazos.
Duque:*En voz baja* Ah... Lady Beneviento.
Kira desmontó de su caballo con calma, observando cómo la mujer se acercaba con pasos ligeros, casi como si flotara. Con un movimiento elegante, se quitó el sombrero y lo colocó a la altura de su pecho. Luego, inclinó ligeramente la cabeza en una reverencia respetuosa, como un caballero ante una dama.
KIRA: Lady Beneviento. Es un honor, mi señora.
Donna no respondió directamente, pero asintió levemente, aceptando el gesto. En cambio, su muñeca, Angie, rompió el silencio.
Angie:*con tono juguetón* Oh, ¿y quién eres tú, forastera? ¡Qué interesante! Una mujer tan seria, rodeada de lobos... ¡Me gustas!
KIRA:*no se inmutó ante la voz de la muñeca.* Solo soy una humilde vieja que busca una vida tranquila en este humilde pueblo.
Donna permaneció en silencio, observándola atentamente, como si estuviera analizando cada detalle. Tras un momento, Kira volvió a colocarse el sombrero, montó su caballo y miró a ambos con una leve inclinación de cabeza.
KIRA: Duque. Lady Beneviento. Si me disculpan, debo continuar mi camino. Que tengan un buen día.
Los lobos la siguieron de cerca mientras se alejaba al trote, dejando atrás al Duque y a Donna.
Cuando estuvieron solos, Donna giró ligeramente hacia el Duque, su voz suave pero directa.
Donna: ¿Quién es realmente esa mujer?
El Duque, con una sonrisa diplomática, simplemente respondió:
Duque: Ah, mi señora, una cliente frecuente. Pero incluso yo no sé todos sus secretos.
Mientras tanto. Kira regresó al trote hacia su cabaña, su mente trabajando rápido mientras analizaba el encuentro con Lady Beneviento. Había algo en la manera en que la jerarca la observaba, como si intentara leer a través de su alma. No era extraño que las jerarcas se interesaran en ella después de los eventos en el castillo Dimitrescu, pero Beneviento... su calma silenciosa le había dejado una inquietud que no podía sacudirse.
Sus lobos corrían a su lado, fieles y vigilantes, sus ojos rojos escaneando los alrededores. Una vez en la cabaña, desmontó con agilidad, acarició el cuello de su caballo y le permitió pastar libremente en el claro cercano.
KIRA:*Susurrando a sus lobos* Será mejor que estén atentos esta noche. No me sorprendería que tengamos visitas.
Los animales soltaron un leve gruñido de comprensión antes de dispersarse, rodeando la cabaña en sus habituales posiciones de guardia.
Adentro, Kira encendió una lámpara de aceite y revisó las provisiones que acababa de comprar. Los nuevos pantalones y camisas eran sencillos, funcionales, y más importantes aún, limpios. No obstante, la idea de recuperar su gabardina seguía pesando en su mente.
Se sirvió un vaso de licor barato, que tenía guardado, apoyó los codos en la mesa de madera y suspiró profundamente.
KIRA:*Pensando* [Primero Dimitrescu, ahora Beneviento... Al final todos se acercarán. Tendré que lidiar con ellos tarde o temprano, pero por ahora... que vengan si quieren.]
Afortunadamente, no ha tenido algún encuentro con las dos jerarcas que conoció ni con madre Miranda, desde entonces.
Pasaron cuatro días desde el encuentro con Lady Beneviento y del incidente del castillo. Kira había retomado su rutina en el pueblo, esforzándose por mantener una vida tranquila y útil para los aldeanos. Los niños la visitaban regularmente, como de costumbre, pero con la diferencia que sus padres ya no les molestaba tanto la idea que vinieran a verla.
Elly, la hermana mayor del pequeño Jack, solía traerle comida al pasar por su cabaña, especialmente cuando acompañaba a su hermano menor. Kira no podía evitar notar cómo la joven encontraba excusas para quedarse más tiempo del necesario. Aunque sospechaba que Elly estaba desarrollando sentimientos por ella, prefería no decir nada, disfrutando simplemente de la compañía. Nuestra cazadora no era ingenua, pero tampoco no quiere darle falsas ilusiones a la chica.
En esos días, Kira había ayudado a reparar establos, ajustar aparatos electrónicos y dar consejos sobre el cuidado del ganado y los cultivos de verano. También compartía algunos remedios caseros y medicinas con los aldeanos. Se había convertido en una presencia familiar y respetada en la comunidad.
Una tarde, mientras cabalgaba hacia la casa de Elly y Jack con carne fresca como agradecimiento por su amabilidad, fue recibida con una cálida bienvenida. Los hermanos estaban felices con el gesto, y Kira planeaba quedarse a almorzar con ellos.
Sin embargo, mientras conversaban, algo llamó su atención: una vaca había escapado de su corral y corría desbocada por el camino principal del pueblo.
Jack:*Gritando* ¡Esa vaca va a lastimar a alguien!
Sin pensarlo dos veces, Kira montó de un salto su caballo y sacó una soga de la mochila que llevaba.
KIRA: ¡Quédense aquí!
Espoleó a su corcel negro, que salió al galope detrás de la vaca. Los lobos corrieron tras ella, ladrando, pero manteniendo una distancia prudente para no asustar más al animal. Kira aceleró hasta que logró acercarse lo suficiente. Con precisión, lanzó la soga y atrapó al animal por el cuello, tirando con fuerza para detenerlo antes de que pudiera embestir contra una dama que caminaba desprevenida más adelante.
KIRA:*Murmurando* No en mi guardia.
Aprovechando que la vaca se detuvo un momento, Kira saltó desde su caballo y aterrizó en el lomo del animal. Este comenzó a moverse con violencia, tratando de derribarla. Pero Kira, con una mano sosteniendo firmemente la soga y con la otra alzando su sombrero para mantener el equilibrio, logró mantenerse arriba. Los aldeanos que se acercaron a ver la escena comenzaron a aplaudir y vitorear mientras la vaca poco a poco se iba calmando hasta que, finalmente, quedó completamente domada.
El dueño del animal llegó corriendo, pidiendo disculpas por el incidente y llevándose a la vaca de regreso al corral.
-Mil gracias, señorita. No sé qué habría pasado si no estuviera usted aquí.- Dijo agradecido.
Kira asintió con una sonrisa mientras volvía a colocarse su sombrero y luego miró hacia la dama que casi había sido embestida.
KIRA: ¿Se encuentra bien, señorita?
Pero cuando sus ojos se encontraron con los de la mujer, su expresión cambió por completo. Kira quedó paralizada.
La persona que había salvado no era otra que Alcina Dimitrescu, y a su lado estaba Madre Miranda.
El corazón de Kira se aceleró. Dio un paso hacia atrás instintivamente, sus manos temblaron ligeramente mientras su mente se llenaba de recuerdos.
Madre Miranda la observaba con una expresión impenetrable, pero sus ojos brillaban con conocimiento. Kira sabía que Miranda la había visto transformarse en mujer lobo aquella noche en el bosque. La líder de la aldea era impredecible, mucho más que cualquier monstruo que Kira hubiera enfrentado antes.
Por otro lado, Alcina Dimitrescu miraba a Kira con una mezcla de confusión y curiosidad. Aunque no reconoció a la mujer que tenía frente a ella, recordaba claramente a la misteriosa figura que había salvado a sus hijas del ataque al castillo. Lo que más le intrigaba era el corcel negro y los lobos que la acompañaban.
Alcina:*Alzando una ceja* Tú... ¿eres la forastera de la que todos hablan, no es así?
Kira tragó saliva, manteniendo la calma a pesar de que sentía el peso de sus miradas.
KIRA:*con una reverencia* Sí, mi señora. Solo soy una humilde viajera buscando tranquilidad en este pueblo.
Madre Miranda inclinó ligeramente la cabeza, su voz suave pero cargada de autoridad.
Miranda: Humilde viajera... Pero tus acciones no son las de alguien que busca pasar desapercibida, ¿o me equivoco?
Kira sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Sabía que Miranda no confiaba en ella, y mucho menos después de haberla visto en su forma de loba.
KIRA: Mis disculpas si he causado algún inconveniente. Solo intentaba evitar un accidente.
Madre Miranda no respondió de inmediato, simplemente la observó en silencio, como si estuviera evaluando cada detalle de su ser. Finalmente, habló con una sonrisa apenas perceptible.
Miranda: Por supuesto. Todos cometemos errores, ¿no es así?.
Kira sintió cómo la tensión en el aire aumentaba, pero antes de que pudiera decir algo más, Alcina tomó la palabra.
Alcina:*Con un tono casi altivo* Lo que sea que busques aquí, forastera, asegúrate de no cruzar el límite. Mi paciencia no es infinita.
Sin querer dar pie a más confrontación, Kira inclinó la cabeza respetuosamente.
KIRA:*Entendido, señora Dimitrescu.* Ahora, si me disculpan, debo retirarme.
Montó su caballo rápidamente, y sus lobos la siguieron mientras se alejaba de la escena. No se detuvo hasta que estuvo de vuelta en su cabaña, donde finalmente dejó escapar un suspiro tembloroso.
KIRA:*pensando con preocupacion* Esto no va a acabar bien...
La nieve comenzaba a cubrir los campos con mayor intensidad mientras Kira, acompañada por sus fieles lobos, cabalgaba hacia su cabaña. Su mente vagaba entre los agradables momentos que pasó con Elly y Jack, y la incomodidad latente tras su encuentro con Alcina y Miranda. La tarde con la familia le había traído recuerdos de tiempos más simples, pero también le hizo notar las miradas furtivas y los sutiles gestos de Elly. Kira suspiró, no porque le desagradaran, sino porque aún no estaba lista para enfrentarse a emociones de ese tipo. Su corazón seguía aferrado al pasado y a un amor que creía perdido para siempre.
Mientras tanto, en las profundidades de una iglesia abandonada, la reunión entre Miranda y los jerarcas estaba en pleno desarrollo. El ambiente estaba cargado de tensión y misterio, la única iluminación provenía de las velas que proyectaban sombras danzantes sobre las paredes. Miranda se mantenía imponente, observando a cada uno de los presentes mientras hablaba con su habitual tono calmado, pero autoritario.
Miranda: La forastera no es una simple extranjera. Es algo mucho más... interesante.
El susurro de esas palabras hizo que todas las miradas se concentraran en ella. Incluso las jerarcas más distraídas ahora prestaban atención. Alcina, que hasta hace poco estaba perdida en sus propias sospechas, arqueó una ceja y cruzó los brazos, mientras Donna permanecía en silencio, aunque las manos de Angie tamborileaban inquietas en su regazo.
Heisenberg: Oh, por favor, ¿qué tiene de interesante? ¿Que sabe montar un caballo y jugar a ser heroína? No veo por qué deberíamos perder el tiempo en algo tan trivial.
Karl Heisenberg, con su arrogancia habitual, agitó la mano con desdén. Sin embargo, su despreocupación duró poco.
Miranda: Porque no es una simple mortal. Logré obtener información sobre su linaje... Es una Van Helsing.
Un silencio sepulcral cayó sobre la iglesia. El nombre "Van Helsing" cargaba consigo un peso que ninguno de ellos podía ignorar. Incluso Heisenberg, siempre desafiante, dejó de jugar con su martillo y frunció el ceño.
Alcina:¿Van Helsing? *repitió, inclinándose hacia adelante con interés.* ¿Esa forastera pertenece a ese linaje?
Miranda:*Asintió lentamente, su mirada evaluando las reacciones de sus jerarcas.* Así es. Según los rumores que he confirmado con el Duque, esta mujer viajó aquí para escapar de su pasado. Pero su reputación la precede: cazadora de monstruos y de humanos por igual. Incluso el Vaticano tuvo que negociar con ella después de que exterminara a varios de sus enviados.
Donna:Habló por primera vez, su voz suave pero cargada de curiosidad* ¿Y qué quiere aquí? ¿Qué busca?
Miranda:Paz, según los rumores *Respondió, con un tono de desdén.* Pero no podemos confiar en rumores. Por eso quiero que la capturen con vida. Necesitamos saber cuáles son sus verdaderas intenciones.
Angie soltó una risa burlona mientras Donna desviaba la mirada, claramente incómoda con el tema. Alcina, por su parte, permaneció en silencio, sus pensamientos girando en torno a la imagen de la mujer lobo que salvó a sus hijas. ¿Podría ser la misma persona? La posibilidad la intrigaba y la irritaba al mismo tiempo.
—Y si no coopera, ¿qué haremos con ella? —preguntó un hombre de aspecto de albañil, rompiendo el silencio con su habitual tono desafiante.
Miranda:*clavó su mirada en él.* Eso dependerá de cuánto se resista. Pero recuerden esto: no será una presa fácil.
La reunión terminó con las tensiones aún en el aire. Cada uno de los jerarcas tenía sus propias razones para querer capturar a la forastera, pero la verdad era que ninguno de ellos podía ignorar el peligro que representaba.
En lo profundo de la noche, mientras Kira llegaba a su cabaña, una sensación de inquietud la invadió. Algo estaba cambiando en la aldea, y aunque no podía ponerlo en palabras, sabía que su aparente paz estaba a punto de desmoronarse. Los lobos aullaron en la distancia, como si compartieran su inquietud.
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No tengo mucho que decir así que, vamos directo con las preguntas:
¿Qué trama Miranda ahora?.
¿Cómo será la relación de Kira con las damas?
¿Cómo será un enfrentamiento de Kira con algún jerarca o con la misma Miranda?.
¿Qué puede pasar de ahora en adelante?.
¿Qué tantos misterios tiene nuestra protagonista?.
¿Qué pude pasar ahora?.
Nos vemos en una próxima actualización.
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