— ¡Localiza a los subterráneos!

Estoy a punto de perder la cabeza, mis manos tiemblan a pesar de estar apoyada en el mesa, puedo sentir todos mis músculos tensos y mis dientes doler por estar apretados, estoy sintiendo calor en todo mi cuerpo y puedo ver una posible jaqueca por todo lo que estoy sintiendo, pero no puedo aflojar ahora, Magnus Bane a vuelto a mudarse y esta vez parece haber desaparecido de los mapas, y toda su familia la cual estoy tratando de asesinar para que salga de su escondite están con él, no sé si estoy más tenso por la desaparición de Isabelle, pero quiero asesinar a estar personas ahora, no quiero esperar más. 

Aún las palabras de la Reina Seelie llegan a mis oídos, alguien tiene a mi hermana o alguien la ha asesinado ¿Pero quién?, Los licántropos pueden estar haciendo venganza, o los hijos de la noche por todas sus familias... O Magnus Bane por venganza de la matanza a Ragnor Fell, este último es más probable, me ha jurado guerra, a mi.

— ¡¿Acaso no me escuchas?! ¡Busca!

Me siento tan frustrado y Valentine no ha hecho nada sobre toda esta situación, ni para buscar a mi hermana, solo me ha dado una palmada como una forma de consolarme en lo que no quiero creer, pienso que él ya la da por muerta pero yo aún siento que está viva y puedo rescatarla, sé que Isabelle está dando pelea sobreviviendo lo que más puede, tocarla será un desafío para aquel subterráneo, aunque todos del instituto digan que ya es un cadáver bajo un montón de tierra porque los subterráneos no dejarían viva a una Nephilim.

— Alec...

Volteo viendo a Clarissa a una distancia, no estoy para soportar su cara en estos momentos y menos su voz chillona, ella es culpable de no estar al lado de mi hermana, ella es culpable de no saber dónde está.

— ¡¿Qué?!

— Mi padre te espera en su oficina.

Asiento de mala manera, mientras le doy indicaciones a Lidya de que siga buscando o sufrirá las consecuencias para ir hacia la oficina de Valentine, cuando llego a su puerta trató de soltar todo aquella tensión que tengo y mostrarme paciente, no quiero que me restituya de mi puesto si ve que no estoy controlando mis emociones, pero quiero averiguar si ese brujo tiene a mi hermana o matarlo por lo menos ya que lo estoy por encontrar, golpeo mientras espero.

— Pasa Alexander.

Abro la puerta encontrando como Valentine me da la espalda mirando a través del ventanal que está detrás del escritorio, mi padre sabía ocupar aquel lugar que estaba decorado de una manera diferente a lo que es ahora, caminó hasta al frente del escritorio con las manos detrás de la espalda esperando sus palabras, mientras no dejo que mi mirada se desvíe del hombre que nos está dando el privilegio de participar en la extinción de los subterráneos, siento admiración por cada palabra que dice, cada acción que hace, sin él nosotros tendríamos que estar soportando más asesinatos, Valentine llegó a mi vida por destino y le debo la vida por lo que hace por mí, como por mi familia, a pesar de que ahora esté comportándose así con la desaparición. Veo como se voltea y me mira, para sentarse en su silla y señalarme que yo haga lo mismo con la mía.

— Estoy recibiendo quejas de tus comportamientos, Alec.

— Son unos inadaptados para trabajar, merecen mi comportamiento hacia ellos —respondo — ¿Cómo es que estas personas no pueden encontrar a Isabelle? ¿O como no pueden seguir los rastros de Magnus Bane? ¡Quiero matarlo!

Veo como Valentine se levanta de su lugar y da la vuelta del lugar para acercarse a mí, colocando una de sus manos en mi hombro apretándolo con cuidado, me tenso bajo su tacto sintiendo mi cara comenzar a enrojecer, no puedo evitarlo, soy una persona vulnerable en estos momento, me concentro en la mirada de Valentine, sé que quiere decirme, que deje de buscar, que no hay esperanzas, pero trato de no entender, no puede fallarme en esto, en buscar a la persona que más amo en mi vida, o terminar el trabajo que espere desde la muerte de mi familia.

— Alec...

— No, Isabelle está viva, sé que está viva.

— Estamos hablando de que posiblemente está en manos de Magnus Bane ¿Acaso no entiendes lo peligroso que es él? No perdonaría la vida de Isabelle, ya debe estar muerta, son subterráneos, son demonios, la muerte corren por sus venas—dice con voz compasiva— ellos quieren exterminar nuestra raza para dominar el mundo, tenemos que ser más inteligentes y derrotarlos primero, pero no busques algo que ya está por perdido.

Trago con fuerza mientras desvió la mirada, no puedo aceptar no buscarla, es mi hermana menor, mi pequeña Isabelle, prometí que la protegería de cualquier maldad que se interponga en su camino, secar sus lágrimas cuando sus ojos comienzan a mojarse por la tristeza, ser capaz de ayudarla con un abrazo si ella quiere y puede, no puedo dejarla, sé que está viva, abandonarla sería mi mayor error, pero tampoco puedo dejarle saber a Valentine que no le voy a obedecer, me sacara de mi puesto, este que me costó lograr llegar, tendré que mentir, por primera vez voy a mentirle a alguien que me ayudó desde el momento que apareció a mi vida, a la persona que admiro.

— Está bien — susurró.

— Muy bien, así se dice, ahora ve y relájate, mañana iré de caza con ustedes.

Después de asentir me marché de la oficina donde me tuve que sostener de la pared de los pasillos para no caer, ahora no sé qué haré, no tengo ni idea de cómo buscar a Isabelle por mi cuenta y como pasar por desapercibido en el instituto sobre mis acciones, siento como Jace corre hacia mi preocupado, agarrándome para poder establecer mi equilibrio, puedo escuchar su pregunta de si estoy bien, miró hacia todos lados para ver qué nadie este observando y le digo que me lleve a la habitación aún con un mareo en mi, necesito una runa y sé que estaré bien.

— ¿Estás bien?

— Estoy bien, necesito tu apoyo Parabatai, necesito que estés a mi lado ahora en esto o me volveré loco.

Puedo ver la preocupación en los ojos mi Parabatai mientras aún me sostiene, saca su estela para llevar la punta a mi piel sintiendo el calor y el efecto produciéndose, entonces pude relajarme y pensar en frío.

— Soy tu Parabatai Alec, en todo te apoyaré.

—Tenemos que buscar a Izzy por nuestra cuenta, nadie debe saber de esto, tendremos que desobedecer a Valentine — le digo — y a la vez lograr acabar nuestra misión.

Veo como duda, nunca hemos traicionado o no hecho caso a los pedidos de Valentine Morgenstern, pero esta vez es por la vida de nuestra hermana, nuestra hermana menor.

— No dudes de mi hermano, donde tú vayas yo iré, encontraremos a Izzy y cumpliremos la misión de matar a los asesinos de nuestra familia.