Nos adelantamos a pasos lentos, dos brujos van a cada lado del grupo que van detrás de mí y de Alexander que está hombro a hombro conmigo, parece mucho más grande como las veces que nos enfrentamos y lo creí mayor de edad. Miro hacia atrás viendo un brujo al final, armaremos una barreras por si llegan a tener algún tipo de arma con flechas que pueda tomarnos por sorpresa, avanzamos a pasos lentos mientras esperamos que la noticia de que la otra mitad están entrando por las otras puertas lleguen. 

Vamos a rodearlos allá adentro, si atacan mi gente lo hará también, no le he prohibido eso y no he escuchado a Alexander oponerse, ambos queremos algo, matar a una persona. Recibo un llamado cuando alcanzamos a la puerta, y significa que están entrando, los Nephilim comienzan a hacer marcha atrás mientras entramos por la puerta, tienen razón, la barrera se ha debilitado por completo, solo un poco de fuerza de rechazo se nos presenta cuando pasamos por ella, pero no es nada tan fuerte como para no dejarnos pasar, Alexander aumenta unos pasos para mostrarse a su gente.

— Por favor, bajen las armas, no les harán nada, solo venimos por Valentine— dice— por favor, se los suplico, bajen las armas.

Pero los Nephilim parecen desconfiados, no hacen caso a las súplicas de Alexander al contrario sacan más espadas por desconfianza y preparándose para luchar, los estamos intimidado y no sé qué malo podrían haberles dichos por la supuesta traición del ojiazul, no podemos esperar más, coloco una mano en el hombro del chico ojiazul viendo como me mira, y comienzo a negar señalando lo obvio, no van a obedecer y nosotros debemos seguir se una vez por todas. Comenzamos a avanzar viendo como no se detienen, les indico al grupo que es hora de luchar mientras me llevo a Alexander hacia un costado para seguir avanzando, debemos llegar a donde está Valentine, cuando esté muerto todo acabará.

— Yo, creí que se detendrían, que bajarían sus espadas.

— Están cegados por la misma venda que te mantuvo a ti por años, no podemos abrir sus ojos de un día para otro, eso nunca se lograría— le digo.

Mientras caminamos atentos por las calles hago volar algunos Nephilim que se nos cruzan por delante y Alexander deja escapar algunas flechas cuando me distraigo por un momento, ninguno de los dos habla, solo nos movemos para llegar a donde debe estar oculto Valentine Morgenstern, porque de Alacante no ha salido, podríamos localizarlo con solo poner un pies fuera de aquí, entonces minutos después todo parece desiertos, se pueden escuchar gritos lejanos, y los aullidos de los licántropos, y fuego, se puede ver mucho fuego, cuando yo exclusivamente dije nada de fuego.

— Estoy preocupado por Jace, nunca lo he tenido tan lejos de mi lado como hoy.

— Lo entiendo, pero puedo prometer que está en buenas manos, en tiempo de luchas Maia sabe cuidar a los suyos, por razones obvias se lo llevó, no dejara que nada malo le pase— le digo— además como es el niño, no dejara que nadie le pase por encima en estos tiempos así, tienes muy buenas habilidades con las armas y un don muy particular. Así que relájate, debemos preocuparnos por algo peor.

— ¿De qué don hablas?

— ¿Acaso aún no lo logras descifrar? Tú Parabatai tiene por sus venas sangre angelical pura, es un experimento más de Valentine sin siquiera notarlo.

Lo hago una señal de que no hable cuando siento un ruido cercano a nosotros, a pesar de que nos queda un camino casi corto para llegar, dos Nephilim salen frente a nosotros y nos tratan de atacar, muevo con rapidez a Alexander hacia atrás y me interpongo haciéndolos volar hacia atrás, me he llevado un susto de muerte por haber estado distraído hace unos momentos, debemos dejar de hablar por lo menos unos momentos hasta después de la misión, me desconcentro mucho cuando se trata de este chico a mi lado.

— Gracias, pero podría haberlo por mí mismo, así que no lo hagas de nuevo.

— Que manera de decir gracias por haberte protegido Lightwood, que manera.

Estamos a pasos largos en el Gard mientras abro las puertas que han sido atracadas, hasta que llegamos a la sala principal, puedo reconocer al inquisidor y al cónsul quienes ocuparon los puestos y cambiaron todos los acuerdos, detrás de ellos Valentine con sus espadas, se está escondiendo, hará sacrificar más personas por su maldita avaricia de poder. Seguimos adentrándonos viendo como la pareja mantienen sus espadas hacia adelante, cuando puedo verlos temblar, hace mucho que no salen detrás de una oficina, ya son grandes, será difícil esto para ellos.

— Entrégate Valentine, acá estoy, ven y luchemos, mate a tu familia y tú lo hiciste con la mía ¡Baja de ahí maldito! Muéstrame que eres un hombre.

— Mira como te han llenado la cabeza ¡Eres la deshonra para tu familia Alec! Unido a subterráneos, no eres más que una persona fácil de manipular.

Aún a pesar de todo Valentine sigue negando, sigue victimizándose para seguir manipulando la mente de Alexander, pero ya no, el ojiazul sabe ya en quien confiar, ya ha abierto los ojos y no se moverá de mi lado, no va a creer en sus palabras, porque él ha entregado ya toda su confianza en mí. Al parecer Valentine lo nota haciendo un lado a la pareja de mayores que lo están defendiendo para quedar adelante y comenzar a reír, una risa que recorre todos mis huesos y me hace desprender una molestia que hace que mi magia quiera salir de mis manos, la cual estoy apretando ¿Qué estoy esperando? No lo sé, será que tiene una protección por demonios hacia mis poderes, así que solo estoy ahí, al lado de Alexander viendo como se burla el otro hombre de nosotros como si fuéramos nadie, como si no se tomará en serio que hemos dominado todo afuera y venimos a matarlo a él.

— Magnus, los honores de matarlo es toda tuya, así que espera mi señal— me dice Alec mientras me dedica una sonrisa— Valentine, ven y luchemos, y veamos quien es el débil.

Mientras deja su arco y tira el saco de flechas para sacar una espada serafín, sé que no es su mejor habilidad pero lo tiene controlado al parecer, me debo encargar de la otra pareja mientras lo distrae, y ahí agarrarlo por detrás.