Superviso desde lejos junto a Jace como Alexander es metido dentro de Alacante por los guardias, lo van a sanar, creo que su plan le va a salir bien y como él quería, y nosotros ya hemos realizado nuestro trabajo. Estaré en contacto con él para saber los siguientes movimientos y cómo vamos a emboscar a Valentine y a los traidores. 

De seguro que una carta después de su lenta recuperación llegará a mis manos, mientras tanto coloco una mano en el hombro de Jace para hacer un portal a casa, aún debemos ocuparnos de nuestros invitados subterráneos que vendrán esta noche a casa para hablar. Una cena que sea agradable para ambos, una charla ya improvisada y un acuerdo de sangre para que no habrán la boca, los hijos de la luna a veces son muy charlatanes con temas innecesarios y la traición puede estar en todos lados, hasta de la persona que das de comer. 

Eso es lo que he aprendido con los años, la confianza es un hilo muy flojo, siempre tienes que estar alerta por si acaso, lo que crees que pueden traicionar no lo harán, como Alexander o los niños Nephilim que tengo en casa porque ellos vieron la verdad, y lo que creo que no me pueden traicionar puede ser todo lo contrario. No puedo cerrar los ojos ahora.

— Espero que Alec esté bien, las heridas fueron profunda, sentí su dolor en mi cuando fue herido— dice Jace— debería haberle puesto una runa.

— Niño, calma, Alexander estará bien, el sabe lo que hace, ahora por favor debes retirarte junto a Isabelle, Simón les acompañará, está reunión es importante— le respondo— si sale mal, puede que nos cueste esta misión.

— ¿Y cómo crees que hablaré con el vampiro?

Le hago aparecer el cuaderno de donde aprendí junto a Raphael el lenguaje de señas para después correrlo de la sala para que vaya a la habitación. Simón se va detrás de él junto a Isabelle después de despedirse por séptima vez de su pareja, diciendo que vendría de inmediato si escuchaba que se complicaba, volvió a los segundos para besarlo una vez más, teniendo que correrlo cuando la puerta fue golpeada. 

Miro el reloj de mi muñeca derecha y veo que es la hora donde dijo que estarían aquí, de seguro son ellos, camino hasta donde está la puerta, primero afirmando si son ellos, para abrir y darle una agradable bienvenida dejándoles pasar a mi morada, el jefe de los licántropos está bien vestido y una joven adolescente que puede verse a leguas que es la representante de los vampiros de Idris después de la muerte de docenas de vampiros aquí, junto a Ragnor que fue un tutor suplente. Cuando pienso en él algo cruza dentro de mí al recordarlo, saludo con un estrecho de mano, como Raphael con Nathan, y un beso en la mano con caballerosidad a la adolescente que ríe con picardía, pero parece haberle echado un ojo más a mi niño vampiro, lástima que solo el beso en sus nudillos haya sido de caballerosidad y que no sepa que el chico que tiene en frente tiene una pareja metida en una habitación, Simón se volvería loco si viera esto.

— Vengan, sentaos, hemos estado esperando por ustedes— digo cerrando la puerta.

La mesa es larga pero no tan grande, estamos todos frente a frente y las variedades de comida y de bebida están presentes, ninguno come, ni la niña que mira con delicia la jarra de sangre que preparamos, vemos solo como analizan todo como si hubiera una desconfianza de esta cena.

— Lo lamento Magnus, pero desde que pasó la cena del clan, no acostumbramos a comer cena que no sea hecha por nosotros— dice Nathan— además distraernos con comida no vendrá a hacernos olvidar lo que he visto y han visto mi niño esta tarde. Ahora pedimos explicación, antes de que todo submundo se ponga alerta.

Asiento mientras tomo algo de comida, porque no voy a desperdiciar algo tan delicioso así que a la vez me levanto un poco para servirme un trago y dar un bocado, si ellos no quieren comer esa preocupación es suya, yo me muero de hambre, y en verdad quiero saciar para cuando duerma no sueñe con ello, los ojos de ambos representante están en mi, Raphael toma la jarra de sangre para servirse en su copa un poco de ella y darle un trago entonces la niña vampiro levantando su hombro también se sirve un poco.

— Ahora pueden comprobar que no hay nada malo en mi comida, pero tienes razón, tu más que nadie me conoces por las anécdotas de Ragnor, mi difunto Ragnor— le digo— y como el cuidador de todo el submundo te diré lo que está pasando, antes por un verdadero sentido de cuidado, no porque desconfíe de ustedes, deberán firmar con sangre un acuerdo de silencio.

— No necesitas tratarnos así, somos subterráneos, los subterráneos somos unidos— dice la vampiro— no firmaré nada que no quiera, quiero explicaciones, tengo veinte personas en mi clan que siguen viva y no esperaré que más nadie muera.

Veo como Nathan le dice algo al oído y la consuela para ver cómo ella baja la mirada hacia su regazo y el licántropo acaricia su cabello rubio, una niña que ha sido convertida en una edad adolescente y que ahora es representante puede traer serio problemas.

— Sepas disculpar sus palabras, pero en cierto sentido, también me conoces por Ragnor y me decepciona saber que no confía en alguien que ha colocado a mi familia, mis cachorros en tus manos— dice el hombre— cuando tienes Nephilim en esta casa contigo.

Muy bien nada de contrato, lo rompo y le explico las razones de porque era, y que no desconfiaba de ellos, solo por curiosidad, al lado mío Raphael no deja de darme golpes por haber hecho eso, si romper el acuerdo de silencio y haber cedido a sus palabras, solo no quiero que salgan de acá, sintiéndose tratados mal y cuenten esto, comienzo a contarle todo lo sucedido y como, porque tengo los Nephilim aquí conmigo, desde que capture a Clarissa y Jace, hasta lo que pasó hoy hace solo unas horas, algunas partes, no todas, de lo que se hará, no revelando tanto detalles y tratando de tranquilizar de que todo está bien y que si todo sale bien, muy pronto los viejos acuerdos volverán, y todo el submundo podrá caminar por las calles sin el temor de ser asesinado.

— ¿Qué dicen? ¿Guardarán este minúsculo secreto? Una mano por parte de ustedes estaría muy bien.