Despierto o entre abro un poco los ojos cuando siento una hoja caer a mi cara, estoy dormido en el sillón, mi cuerpo está adormecido, arriba mío siento un poco de peso, entonces todo lo que ha pasado hace una hora vuelve a mí, me he quedado dormido en los sillones borracho con el niño Herondale, abro los ojos viendo que es lo que me tiene aplastado y suspiro al solo ver qué son las piernas de Jace que están arriba de mi pecho, no me lo perdonaría nunca haberme aprovechado de un chico borracho, con el corazón roto y siendo el Parabatai de Alexander Lightwood. 

Siento una punzada en mi cabeza y la carta es tendida frente a mis ojos, alzo la mirada para ver a mis dos niños mirarme con gracia, detrás de ellos y con una taza entre sus manos esta Isabelle mirando también, tomo la carta para sacar las piernas de Jace, del pobre niño que está roncando boca abajo, y así me paro de una vez.

— Una borrachera después de un corazón roto no está mal— les digo— dormirá por todo el día.

Camino hacia la cocina, tomando mi cabeza con una mano y con la otra con la carta que he ya sacado del sobre para leerla, no hace falta saber qué es de Alexander Lightwood, me he memorizado su letra cursiva de la anterior carta al leerla una y otra vez, me ha dado gracias de que haya tenido una pizca de razón al poner un rastreador en su arma o que me haya escrito por mi nombre y no por ser solo un brujo, creo que estoy comenzando a ver cosas donde no hay y eso significa que estoy comenzando a sentir algo donde no debería, pero tonto mi corazón porque es difícil de controlarlo cuando se pone de modo así.

"Magnus.
Hoy antes del atardecer saldré de "búsqueda" con Joselyn, iremos para la zona sur de Alacante, trata de que si vez mi localización, escóndete y mira en silencio. No tendremos una búsqueda sobre ustedes, ha sido una salida propuesta por ella, solo nosotros dos, creo que será una lucha de vida o muerte, pero presiento que alguien más nos estará vigilando. Estás avisado, y no te entrometas en la peleas si llegas en el momento y nos vez luchando. Esta es mi lucha.
Alexander."

Muy bien, ahora debo ir a cuidar la espalda del segundo niño Nephilim porque acaba de meterse en problemas, solo quiero presentir que ha supuesto que capaz no va solo de ataque con la Nephilim sino que lo rodeen entre muchos de ellos para asesinarlo, debe comenzar a pensar en otras posibilidades más que lo que cree que está acertado, solo espero que sea cierto de qué va solo o que si lo vigilan sean pocos, porque no podré agarrarlos si hay muchos y Alexander tendrá consecuencias. Abro la heladera para ver qué hay, aún queda horas para la tarde, puedo comer y preparar una ropa cómoda por si debo luchar, algún maquillaje que no se corra y alguna frase no estúpida cuando deba hablar con Alexander y decirle que he soñado con él, y que en el sueño lo he follado más de diez veces, porque es un niño y lo voy a asustar.

— Magnus estás caminando con un problema masculino mañanero por todos lados si no te has dado cuenta— avisa Isabelle.

Y ahí estaba lo que me estaba olvidando después de haberme despertado, el problema bajo mis pantalones, me voy casi corriendo avergonzado de ahí, no es culpa mía desde que hace meses estoy sin ningún tipo de acción, es culpa de esto que las fiestas, los encuentros se han acabado, y con ello ha llegado una abstinencia a mi cuerpo, porque a esta casa no, Simón y Raphael siguen follando todos los días, sin detenerse a pensar en lo pobre que soy. Me encierro en mi pieza mirando la cama, hablando de personas que follan todos los días, la cama no podrá arreglarse por un tiempo culpa de estas personas, camino al baño, enciendo la ducha y sin sacarme nada, bajo el agua fría trato de que se borre cualquier indicio de que he despertado excitado, con ello espero que también se reprima en lo más oculto mis sueños perversos que he tenido en esta misma noche.

— Oh Magnus, que diría Ragnor en esta situación— me digo a mi mismo— que cada día más me vuelvo más loco, irresponsable y que soy un inútil por tener sueños caliente y desear acostarme con un adolescente que hace días lo odiaba por haber matado a subterráneos inocentes pero que ahora la he perdonado porque es sexy, se ha arrepentido, y nuevamente es sexy.

Comienzo a reírme solo porque en cierta manera puede ser probable que me he estado volviendo loco por el siempre hecho de perdonar a estos Nephilim, pero creo que solo me está dominando mis hormonas que se alborotan al dale abstinencia cuando nunca la han tenido, además un chico malo o que se muestra como malo, como Alexander hace que todo dentro de mí se caliente. Si solo son mis hormonas, ahora lo estoy comprobando, no puedo decir eso sabiendo que aún tiene diecisiete años, es un niño, va contra las reglas, es un Nephilim, que es mucho más importante, está un poco maniático y que tiene problemas severos por su pasado de perdidas, que podría matarme si se le salta la chifleta y que aún dudo de su gustos, que no saldrá con un subterráneo por sus exquisitos gustos donde ambas razas no deben cruzarse, sé que no lo ha dicho, pero solo lo sé, esa repulsión por los subterráneos no se le va de un día para otro, eso sería imposible. Debería dejar de pensar y solo concentrarme en esta misión que tengo con él.

— ¡Jodida mierda!

Soy obligado a salir, para ir a desayunar, aunque no quiera, no puedo desobedecer, ya he tenido peleas por esto con Raphael y aunque no me gustaría que me sacara por la fuerza, aún la herida está casi a punto de desaparecer y no quiero complicarle la sanación, salgo a los minutos colocándome ropa nueva después de haberme afeitado y acomodado mi pelo, si me hago lucir más joven puede que tenga posibilidad.