(39)
Cuando llegamos a las afueras de la casa, siento a duras penas como Valentine me lleva sostenido del brazo sobre su hombro hasta el bosque, entonces al fin puedo comenzar a respirar y toser por los segundos que no he podido respirar, pero la casa explota y todos los Nephilim se agachan, excepto yo que en el intento de calmar la respiración he caído de cara al piso sin poder sostenerme, maldita sea y del brujo que hoy se ha lucido tan bien como si en verdad me odiara o en verdad lo hacer, creo que esto de darme un golpe de magia ha sido una ayuda tanto para todo con un pizca de venganza por todo lo que he hecho, por lo menos me dejó seguir viviendo, eso es lo que importa en estos momentos.
— No, no, no— escucho a Valentine.
No podrá revivir a sus criaturas, sus cuerpos están destrozados, no encontrara nada, está solo y vulnerable para ser acabado por los subterráneos y por mí, me levanto aún con una pizca de molestia en mi garganta, la respiración aún está a medio componerse y trato de volver a calmar mis pulmones, ahora debo tomar confianza de este hombre una vez más, coloco una mano en su hombro y le digo cuanto lo siento por aquello que hemos acabado de pasar, que yo debería haber estado en sus lugares, aunque en verdad me siento tan bien a qué le esté pasando esto. Veo como Joselyn aparece entre medio de los Nephilim aturdida y busca con la mirada a sus hijos, solo me ve a mí, consolando a su esposo, le dedico una pequeña sonrisa de reencuentro y que recuerde mis palabras en aquella habitación que tuvimos hace días, he vuelto y se toda la verdad.
— ¿Donde están?— pregunta.
Valentine le indica con la mano la casa y se lamenta, no sé si lo hace porque en verdad amo a sus hijos o porque eran herramientas fundamentales en su dominación de estas tierras, creo saber cuál aunque no voy a suponer, no sé qué pasa por su cabeza en estos momentos, si en verdad los quiso o no, una vez supuse lo mismo y negué sobre lo que sentían los subterráneos y estuve muy equivocado de eso. Joselyn se tapa la boca con sus manos y como su esposo comienza a llorar, esto mismo es lo que tendrían que estar viendo todos los Nephilim del mundo para sentir la satisfacción, esto mismo tendrían que estar viendo mis padres para sentir la paz de haber vengado esta vez de manera correcta su muerte, aunque aún esto no termina, esto recién comienza, la próxima será Joselyn, porque sé que cuando esto, su lamentaciones, termine se dedicará a querer destruirme y yo no tendré piedad.
— Valentine debemos irnos, los licántropos y los vampiros de esta zona van a aprovechar nuestra vulnerabilidad, debemos ir a Alacante— le digo— tenemos que fortalecer el ejército, tengo que saber porque mis hermanos me han traicionado.
Entre palabras casi en susurro asiente y informa ir hacia Alacante, él se dedica a llevar a su esposa abrazada mientras yo voy detrás, la diminuta sonrisa de mi cara está siendo camuflada por la noche y sus sombras, desde que me enteré que ellos eran los verdaderos asesinos de mi familia no he podido evitar pensar como me sentiría lastimar a las personas que me cuidaron todos estos años, ahora lo estoy pasando y es lo que siempre imagine, la satisfacción de destruir como lo hicieron conmigo, uno por uno, hasta exterminarlos, verlos sentirse perdidos mientras suplican compasión, mi juego está en la mesa, es hora de avanzar, nadie juega con Alexander Lightwood.
— Debemos correr— informo— presiento que estamos siendo perseguidos.
Y aunque no crea, no es mentira, he sentido los pasos de los hijos de la noche y de la luna cerca, los Nephilim no deberían andar por estas hora aquí, comenzamos a correr mientras dejo que mis espadas salgan entre mis manos, he escuchado Nephilim ya gritar al ser emboscado, conmigo hoy no y menos con mis presas, nadie sacara el beneficio de hacerlo, además debo cuidarlos, Magnus tiene que tener el honor de matar a unos de ellos también. Protejo la espalda de ambos Morgenstern hasta que cruzamos la puerta de la pequeña ciudad de Alacante, solo pocos Nephilim han logrado cruzar con nosotros, trato de no pensar cuanto hemos perdidos, solo quiero armar un plan ya.
— Luis informa a la clave que estamos aquí— indico— Valentine y Joselyn irán a la casa de los Morgenstern ancestros, se quedarán ahí para descansar hoy, yo iré a la casa de mi difunta familia. Hablaremos de lo ocurrido mañana con la clave, ahora descansen, hoy ha sido un día lleno de perdidas.
Acompaño a los Morgenstern hasta la puerta de la casa y una vez más, con palabras fingidas sigo diciendo lo cuanto siento por la perdida y camino por las calles hasta donde está el hogar de mis padres de jóvenes, cuando se casaron y aún no se mudaban vivían aquí, entro a la casa viendo como un humero de polvo se levanta, hace un montón que no se habita este lugar, tapo mi nariz prendiendo las velas para cerrar la puerta y deambular, Isabelle estaría muy contenta de volver a la casa de su niñez, cuando veníamos de vacaciones. Trato de solo no mirar y hacer nostalgia y preparar algún plan, entonces una carta llega a mis manos, el nombre Magnus Bane en la parte delantera de la carta, lo abro para mirar que dice.
"Alexander Lightwood.
Prometo que cuando te vea te golpeare, en forma mundana para que lo sientas ¿Acaso no ibas a decirme de los cambios de planes? ¡Iba a matarte! Por lo menos tu familia está bien, mis niños están bien y estamos cerca de Alacante. Espero explicaciones de lo que vas a hacer por lo menos para estar al tanto de tus acciones y yo podes seguirte o ir a la par. ¿Puedes venirte a los bosques de Idris lo más pronto posible? Creo que merecemos hablar de esto. Magnus."
Sonrío casi apenas por su escrito, parece como si fuéramos amigos y me está pidiendo charlar con confianza, pero no lo somos, somos compañeros en esta tregua que hemos pactado, le agradeceré siempre haberme mostrado la verdad de la situación y que cuide de mi familia, que este protegiendo la espalda de ellos y la mía, y viceversa, pero amigos no somos, Magnus no es digno para ser mi amigo, no encaja en esas características también. Es un hombre fuera de lo común con muchos brillos, sonrisas en cualquier momento y ayuda a personas que no lo merecen, no, no sería mi amigo porque mientras yo solo me encierro en un pensamiento, maltrato a personas sin sentido, él hace todo lo posible para protegerlos a pesar de que todos lo hagan sea malo, como asesinar a una familia, su familia. Camino para supervisar todas las habitaciones para poder encontrar algo para responder mientras hago que desvanezca la carta enviada para que nadie la vea.
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