Jace está a mi lado, ambos colocando nuestras runas correspondiente, se siente bien sentir aquellas marcas de nuevo y tener en nuestras manos las armas, creo que todo esté tiempo que he estado sin ellas he sentido que me ha faltado algo, ningún Nephilim después de sus ocho años de edad anda sin una daga en alguna parte de su uniforme, las espadas son esenciales, la estela es importante, todo debe estar con nosotros porque es nuestra naturaleza, no puedo evitar acariciar el filo de la espada y pensar donde será incrustada está vez, a quien ¿Estará Valentine allá afuera? ¿Sabrá que estamos aquí? Tengo la necesidad de cambiar de planes y hacer otra cosa, no seguir los pasos del brujo esta vez, entiendo que ha dicho cubrir espalda, pero cuando Valentine note que estamos aquí, huirá y será más difícil para nosotros.

— Izzy, Jace, escuchen con atención— les llamo— necesito de su ayuda, esto es una orden.

Ambos me miran, el brujo se ha ido a supervisar que todo esté listo para irse una vez que el ataque se salga de control, un portal donde nos iremos de pareja para que el portal no se recargue. Según ha dicho, no a los demás, sino que a mí, que Clarissa no pasará de esta noche, algo que desatará el odio si es así del otro Morgenstern, habrá una guerra; les digo todo lo que he improvisado de plan a ambos y sé que me apoyaran, entonces después de decirles que se cuiden me voy hacia las habitaciones, sé que hay una ventana donde podré abrir y nadie notará nada antes de que el brujo las cierre. Cuando pego con la oscuridad de la noche al salir de la casa doy cuenta que no hay marcha atrás, es dar todo o morir en el intento, cierro la ventana y corro hacia el bosque que los rodea y me oculto para dar pasos rápidos a la parte delantera de casa, tengo que encontrar a Valentine, entonces alguien me sorprende y caigo al suelo, una espada está frente a mi cara.

— Soy Alexander Lightwood— digo.

Y entonces es él, Valentine esta frente a mis narices, me ayuda a pararme después de dejar de apuntarme con el arma, significa que no me ha visto de donde he salido, no sabe que he estado en esa casa y que esta vez vengo a infiltrarme para matar desde adentro por haberse reído de mi y haberme mentido para usarme como su trabajador personal, me sacude un poco y mira hacia la casa, aún no hay movimiento para irlos a atacar ni de adentro para dar un aviso, Magnus tenía razón lo habían localizado.

— ¿Qué haces aquí?— pregunta— ¿Dónde has estado? ¿Por qué escapaste?

— No podía dejar a Jace, me enteré que estaban por estos lados, soborne a un brujo y lo mate cuando me trajo aquí, no creí que también estarían ustedes por estos lados.

— Muy bien hecho, podemos unirnos una vez más y matarlos, los tenemos rodeados, podrás por fin hoy matar al asesino de tu familia Alec— dice con una sonrisa— ¿Qué dices? Sin rencores.

Me ha tendido la mano y estoy temblando de enojo, como puede ser capaz de hacer esto después de todo lo que ha hecho, tomo aire y estrecho mi mano con la suya para terminar en un abrazo, él no sabe lo que pienso, él no sabe que ahora voy un paso adelante junto al brujo y que lo mataré, ya no hay cariño de mi parte hacia él, ya no hay afecto, solo un odio que se va aumentando en mi pecho, culpa suya he hecho atrocidades que espero reprimirlas algún día para que no me torturen, culpa suya soy así. Me dirige hacia un lugar más cercano a la casa y me da indicaciones de todo lo que sabe, entrarán a matar, solo espero que el brujo se dé cuenta de mandar a Isabelle a otro lugar antes de seguir, y de Jace tomar precauciones a la hora de mostrarse.

— Muy bien, es hora.

Saco una de las espadas y susurro su nombre, hoy no usaré el arco, no cuando no quiero atacar, sé que con la espada solo puedo mentir de querer matar ya que no es mi fuente, veo como Valentine le hace señas a un chico más adelante, pelo grisáceo, más blanco que cualquier persona, la luna solo lo alumbra a penas pero puedo verlo, el es el famoso Jonathan Morgenstern, todo es verdad, está aquí, el asesino, mejor dicho la marioneta que mató a mi familia y culparon a los subterráneos, todo lo que me ha dicho es verdad y está golpeando mis ojos, y no veo ninguna expresión nerviosa en la cara de Valentine por mostrar a ese chico, solo sigue fingiendo.

— Ve y cuida la espalda de ese chico, yo cuidare la tuya.

— Entendido.

Me acerco más al chico, no se ha detenido ni a mirarme, parece ansioso por entrar a rescatar a Clary, escuché que eran hermanos pero se amaban como pareja, ella lo afirmó todas estas veces, el vampiro lo dijo también, aunque viéndolo no veo más que un Nephilim que se ha ocultado por todos estos años, con una pizca de sangre de demonios entre la sangre de sus venas. 

Entonces comienza a caminar y yo voy detrás suyo, viendo como Valentine y cinco soldados más detrás de él, los demás se han quedado, deben recibir la orden, parece que está confiado de que somos suficiente para acabarlos. Jonathan derriba la puerta y entonces veo, Isabelle no está y eso me calma, Clary está fuera de su jaula sostenida por uno de los vampiros, con una de sus manos en su cuello, está débil y herida, el otro vampiro esta a su lado mostrando sus colmillos, un poco flexionado para atacar y Magnus Bane con sus ojos gatunos una vez más y la magia saliendo de sus manos, se sorprende al verme, pero no hace nada, sí ha comprendido mi mirada sabe porque lo he hecho, esta vez doy un paso más adelante que él.

— Clary— dice Jonathan.

Entonces la guerra se desata, Jonathan corre a atacar pero Magnus le prohíbe que se acerque mucho, Clarissa ha reaccionado y quiere escapar, pero no puede, el portal está detrás de ellos para irse cuando llegue el momento, entonces veo como el brujo logra matar a dos de los Nephilim que venían con Valentine y ha perdido la protección delante, Clarissa se ha ido de las manos del vampiro que ha dado dos pasos hacia atrás cayendo de trasero. Valentine está luchando con el otro vampiro, y entonces ella corre hacia su hermano, me quedo quieto, la misión se ha estropeado, pero me sorprendo a ver una espada atravesar el pequeño cuerpo de ella y caer al suelo casi de inmediato sin moverse, todos nos hemos detenido y solo se puede escuchar un grito, el de Jonathan. Veo a Jace detrás de los subterráneos respirando agitado, su mano aún sigue en el aire, no puedo creer que la haya matado, el vampiro que iba a matarla tampoco lo imagina, mi Parabatai no pudo soportar verla ganar después del dolor causado.

— ¡Clarissa!