Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(34)

Horas después Clarissa parece un animal salvaje enjaulado, no le ha gustado que la hagamos dormir, está reclamando, está furiosa y Simón no puede evitar irritarse queriendo matarla ya, pero no puede, aún no, Raphael se lo ha prohibido porque hay información que aún podemos sacarle, pero el menor está furioso, irritado, molesto, quiere matarla ahora y poder hacer que su pasado descanse ya que se borre junto a la chica, pero tiene que aguantar un poco más, ser paciente, todo se hace mejor cuando se da su tiempo, Simón debe saberlo, pues Raphael le dio su tiempo al menor en su vida mundana, en su transformación y ahora lo tiene ahí a su lado.

— Tranquilos, todos podemos estar en armonía y sin estos gritos irritantes— susurro— oh cielos, que dolor de cabeza.

No es que me duela la cabeza, solo que quiero parar por esto, parece la casa de los locos Adams y creo que la casa de ellos es más silenciosa, en la segunda sala han quedado los tres Nephilim, me ha dado tanta lástima ver al niño Herondale sufrir por amor, como dice esa frase A corazones rotos, mas mal me porto, solo espero que por esa cabeza no pase ninguna estupidez, aunque es un Herondale, la estupideces están en su sangre, solo espero que teniendo un poco de dosis Lightwood pueda calmar su mente, aunque eso no es así, los Herondale y los Lightwood unidos siempre son desastres, traen sorpresas malas. 

Entiendo su dolor, ser usado es lo peor que puede haberse enterado, y que al mismo tiempo esa persona oculte tantas cosas la cual te enteras por otro, pero bueno, es un fracaso, un tropiezo y hay que seguir adelante, hay tantas chicas, personas por delante, lo digo yo, alguien con tanta experiencia en amores y fracasos, muchos de ellos, y aún sigo aquí de pie, luchando, esperando por nuevos amores cuando esto acabe.

— ¡Yo no hago trato con ustedes! Pero esperen nomás, morirán, morirán por las manos de mi familia y por el estúpido de Alexander Lightwood, que va a vengar la muerte de su Parabatai.

Una sonrisa burlona se asoma en mis labios, si supiera que ese mismo chico, su Parabatai y la Nephilim pérdida están del otro lado viendo el show, que están escuchando todo, caería sentada al suelo por lo irresponsable que ha sido con sus palabras, hago un ademán con mi mano para darle a entender que no me interesa sus palabras mientras sigue gritando, algún momento su voz se va a acabar, eso espero, porque no creo que ninguno este tan feliz con ese tono agudo resonando en toda la casa, es una púber recién.

— Niña, voy dos pasos más adelante que ti ¿Crees que me van a capturar? Lo han terminado haciendo todo un año, pero no lo harán, nadie nos podrá una mano encima— respondo— al contrario, si yo fuera tu estaría preocupada, muy pronto llega tu turno, y Simón está ansioso por hacerlo.

— No le tengo miedo a la muerte, y más sabiendo que no podrán matarme, soy Clarissa Fairchild Morgenstern, la mejor guerrera de mis tiempos, ustedes no son nadie.

— Pobre niña moribunda— me burlo— solo quiero verte caer de la sima niña, cuando tú muerte te haga arrodillar a sus pies, y veas toda tu miserable vida pasar por tus ojos ¿Suplicaras? Lo aseguro, todos temen a la muerte cuando están frente a ellos, tú no eres la excepción, los Morgenstern han sido reconocidos en sus años por huir de ella al miedo de verle a los ojos.

Los gritos no cesan, está más que molesta a escuchar salir de mis labios la verdad, todos sus ancestros han huido de su muerte, excepto el famoso asesino que está gobernando todos los Nephilim, ese al parecer no ha querido seguir su linaje y por esas razones hoy está haciendo grandes destrozos, aunque puedo asegurar que muy en el fondo ese miedo lo consume. Comencé a hacer caso omiso cuando sentí la alarma de los Nephilim, con la cual me llamaban, creo que haberle puesto eso fue un error mío, ya que si piden por mi por cosas innecesarias me habré caminado unos pasos para nada. 

Cuando entro a la sala veo a la chica Nephilim durmiendo en los sillones y a Jace tratando de leer o eso al parecer hace, pues el libro no está abierto, su mirada parece perdida y parece al punto de descomponerse, entre tanto debo suponer que ha sido Lightwood el que ha pedido por mí, porque está mirando hacia otro punto mientras está esperando a unos pasos de la puerta.

— Necesito que amarres a Jace— me dice.

Abro un poco los labios, sorprendido, no he captado lo que he escuchado o solo trato de que diga lo que ha dicho de nuevo para así entenderlo, miro al niño rubio una vez más, no parece hacer ningún movimiento, pero ahí está su Parabatai pidiéndome aquello, amarrarlo, no entiendo las razones.

— ¿Qué?

— Necesito que lo amarres, él lo ha pedido, si sigue escuchando a Clarissa gritar ira hacia ella, no queremos eso, así que hazlo— ordena.

— Yo...

— Hazlo.

Esta vez es Herondale quien lo dice, ha dejado el libro, se ha levantado del lugar y viene hacia mí, su voz está muy grave para poder no prestarle atención y sus runas están... ¿Brillando? Asiento a medias para dejar que parte de mi magia haga aparecer una jaula en esa sala, pero esta vez con vidrios para disminuir el ruido por si se le da por gritar, podrá escucharnos pero nosotros no, lo llevo a que entre y le indico que si necesita algo solo llame la atención, dentro hay una pizarra y algo para que lo use para escribir, si supiera lenguaje de señas sería más fácil, pero mientras tanto eso podrá mantenernos comunicados, creo que ha tomado una buena decisión en controlar sus emociones por el bien de los demás.

— Bien Jace, estaré aquí a tu lado en todo momento— dice Lightwood— confía en mi hermano, todo estará bien.

Cuando ya el chico está dentro de la jaula veo hacia atrás, Isabelle mira toda la situación pero no ha hecho ningún movimiento, está llorando en silencio, sin meter nada de ruido, al parecer algo hay entre sus manos, me acerco antes de darle una mirada a como los Parabatai se siguen comunicando, me arrodillo a lado de su cara y acaricio su pelo como si de un padre me tratara, entonces abre sus manos y lo veo, una nuez rota, malas noticias, ella lo sabe, yo lo sé, entonces se deja llorar ya a llantos.

— Merliot está muerto porque no nos encontraron en la otra casa.

La vida era tan injusta a veces con pobres personas inocentes. Esta vez le toco a Merliot un futuro padre que quería proteger a su familia, ahora no es más que cenizas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro