No puedo haber caído tan bajo, es una pérdida de dignidad a mis palabras, usando una vestimenta que va fuera de mis líneas de deseo y ley, todo culpa de estar cerca de Isabelle y sus náuseas del momento, parezco haber salido de vacaciones, borracho, sin nada de conciencia en lo que podría haberme puesto, pero no es así, solo es una ropa de un brujo que se le dio ganas de portarse como un desconsiderado y no usar su magia para traer mi ropa por excusa de seguridad, teniendo que estar con esto hasta no se cuanto, y lo peor de todo, se están riendo de mí, todos los hacen, no me está gustando pasar por esto. No puedo evitar sentirme incómodo, es tan insoportable todo esto, lo odio, lo odio tanto.

— Bueno, hoy Simón quiere contar los hechos que paso con la Nephilim Morgenstern— dice el brujo— pero si no tienen interés de saberlo, porque somos subterráneos, podemos omitir y el no contar nada, solo está haciendo esto por el simple hecho de que uno de ustedes tuvo curiosidad, y cuando llegue el momento de que cumpla su venganza, sepan la razón.

Veo a Jace, parece haber cambiado su alegría por una facción sería, casi tensa, veo como Isabelle le toma la mano para que no haga nada que no deba, sabemos que él no dejará de querer a Clarissa de un día para el otro, que a pesar de lo malo que está haciendo, hizo o hará, él no podrá odiarle, pero sabe tanto como yo que lo primero es la familia y después el amor, aunque dudo que no se deje dominar un poco por ello, Jace desde el momento que apareció fue como algo distinto que le ocurrió, nunca sabré que es eso, porque no he pasado por lo mismo, solo espero que el día que la maten Jace comprenda que fue por acciones que ella ha hecho, que es para salvar.

— No te preocupes, puedes contarnos— dice Isabelle.

Nos ha tomado la palabra, aunque el vampiro sigue al lado del brujo, con sus manos delante de su cuerpo, sin ninguna expresión, sus ojos calculadores mirándonos, en comparación del brujo, los vampiros parecen ser fríos, con posturas erguidas y ojos calculadores, trajes sin colores como los nuestros, nada de habladurías, pero el brujo es todo lo contrario, más cálido en el sentido de todo, ayudar, hablar, vestirse, sonreír, mirar, subterráneos tan distintos pero tan unido al parecer, se puede ver, es tan intenso como el amor que siento por los míos.

— Yo seré el traductor, como saben o ya han visto, Simón es mudo, habla lenguaje de señas ¿Hablan lenguaje de señas?

Todos negamos, puedo presentir que ya lo sabía, nosotros no aprendemos eso en nuestros entrenamientos, solo lengua de demonios hasta cierto punto, latín y algunos que otros idiomas, ahora pienso que es necesario aprender ello por estos motivos tan necesarios. Veo como ambos se sientan, delante nuestro, el vampiro un poco más adelante para poder indicar con sus manos y el brujo pueda entenderle, todos los Nephilim tratamos de prestar atención a pesar de no entender. Y lo estamos esperando, es mucha intriga ¿Qué le hizo Clary a este subterráneo?
Entonces lo vemos como el vampiro habla.

— Oh santos cielos Simón, indica más lento— reta el brujo— comencemos...
Estamos en un momento serio, a ver comenzamos, todo comenzó cuando fui mundano, un adolescente mundano de poca edad, creo tener entre diecisiete o dieciocho años, no me acuerdo pero fue hace unos pocos año así que imaginen mi cabeza lo abrumada que está, con entrenamientos y esas cosas, ya saben para poder protegerme de ustedes, Raphael me ha enseño muy bien...

Todo comenzó a estructurarse después, el vampiro había conocido a Clarissa unos año atrás, o eso estaba diciendo por Magnus, vivían casi en el mismo barrio, o eso supuso él, porque Clary se estaba quedando con nosotros, recién siendo transferida, según ambos tenían una relación normal y mundana, como todos los mundanos de este mundo, se amaban o eso supuso, ese fue un golpe bajo para Jace que se sorprendió a saber que le estuvo engañando, pues el vampiro no mostraba ni una pizca de broma o mentira en sus movimientos. 

Cómo decía el brujo, el vampiro había pasado algunos meses con ella, pero comenzó a verle distante y le invito a caminar, acorralando en un callejón donde apareció Jonathan Morgenstern, la persona que no podemos ver aún, y lo sorprendió de atrás cortándole la garganta llegando a las profundidades de sus cuerdas vocales, si hubiese estado por mucho tiempo ahí solo moría, pero el otro vampiro le salvó justo a tiempo.

— Raphael fue la salvación de toda mi vida, fue la luz de mi vida, haríamos lo que fuera por el otro, hasta matar— dice el brujo traduciendo— y es por eso que estoy aquí, siendo el que tiene la decisión sobre esa Nephilim, ella a pesar de todo destruyó mi vida, me mato para mí familia, todo y no permitiré que nadie me evite matarla.

— ¿Cuánto tiempo estuvo contigo, vampiro?— pregunta Jace.

— Cuatro meses— informa el brujo— y todo ha encajado con lo que ha dicho hace unos días, me mato para deshacerse de mí y estar contigo Nephilim Herondale, su misión eras tú.

Vemos cómo el brujo le dice algo en su oído, asiente casi a penas, se levanta y se va a la sala, el brujo cierra los ojos mientras muerde su labio para después seguir, hacer como si aquello no le doliera. Miro a Jace que ha bajado la cabeza entre sus piernas y puedo verlo como está a punto de entrar en una crisis, le ha afectado saber que solo había sido usado y que todo aquello había llevado a una serie de problemas y ilegales sucesos en la vidas mundana, rompió los acuerdos con las vidas mundanas, eso debería recibir castigo y todo lo sabemos.

— Muy bien, esto ha sido incómodo— susurra Isabelle— pobre vampiro al decir verdad, me ha dado lastima y siento lo que está sintiendo.

— Los subterráneos también sentimos, también sufrimos, también lloramos, también nos duele, también odiamos— responde el brujo— espero que ahora lo noten, nosotros también somos humanos.

Si, lo son y nosotros los estuvimos matando, pero no lo voy a decir, no puedo admitirle al brujo lo equivocado que he estado.