Lo miro y algo diferente ha cambiado en mi, ese sentimiento de querer matarlo que tengo reprimido con mucha fuerza dentro de mí, es solo un adolescente, aún no ha pasado su edad para entrar a la adultez en su raza, es un niño que ha vendido su vida a la una persona que supo manipular a la perfección, supo engañar sus cabeza, no tiene la culpa de que fuera intoxicado por un hombre que sabe cómo entrar en la cabeza de sus soldados, este niño quedó sin sus padres joven, no tenía a nadie que le dijera que lo que iba a venir iba a ser la destrucción de su alma y su vida. 

La misma niña Morgenstern lo dijo, cuando todo termine ellos serán asesinados como la familia que fue sorprendida en camino a Idris por ellos mismos, por el niño mayor de los Morgenstern que está escondido por aquellos lados, no soy capaz de hacer daño a alguien a quien le han llenado la cabeza, si yo sé que tengo el poder de volverlos a la realidad y ponerlo de mi lado, solo debo hablar y mostrar las evidencias, se que lo conseguiré, ya he avanzado un paso con tenerlo aquí.

— ¿Tienes hambre niño?

— No me llames niño, soy Alexander Lightwood, y si eres compasivo por favor sí, estoy muriendo de hambre.

Hago aparecer un plato con el mismo contenido de comida que le serví a su Parabatai y como sospechaba comenzó a devorar todo como lo hizo el chico rubio, son chicos con apetito grande, adolescentes que seguirán creciendo, deben alimentarse bien, y no le negare esa necesidad básica, por lo menos a ellos dos, a los cuales tengo una esperanza de cambio, pues están bajo mi responsabilidad, yo decido que hacer con ellos. Uso mi magia para hacer desaparecer todas sus armas viendo como éste se sobresalta y comienza a tocar en busca de ellos.

— No confío en Nephilim, menos en un asesino como tú niño, pero no te preocupes, eres mi inquilino hasta poco tiempo, hasta que las vendas de tus ojos caigan, si estamos bajo ataque te las devolveré— le digo— tenemos un sabueso fuera que quiere a su hermana y al parecer también es su pareja y no va a permitir que no esté viva.

— No confío en subterráneos, estás aprovechando para matarme más fácil.

— Lo fácil no va conmigo niño, si tenemos que luchar tú y yo, de seguro que te daré todas las ventajas, porque aunque quieras no puedes destruir a un hijo de Asmodeus, uno de los reyes del infierno— respondo— Los demonios a los que te has enfrentado no son nada como los demonios mayores o yo Alexander.

Después de eso se queda callado y sigue comiendo, atranco la ventana por seguridad y hago desaparecer cualquier cosa con la cual pueda atacar, le dejo ropa nueva en la cama y coloco en la pantalla una vista previa de sus dos compañeros, esta vez con audio, le indico donde esta todo y el baño para que se duche, acepto todo excepto desorden y mugre en mi habitación, y salgo de la habitación cerrando con seguro sin antes avisarle que lo haré por un bien, que en la habitación hay botón para llamarme si quiere hablar, ya que el interrogatorio va para los tres Nephilim capturados, hay tantas cosas que deben decirme. Bajo a la sala viendo como Simón esta insultando en señas al chico Herondale mientras Raphael mira un poco más atrás, la Nephilim parece estar inmóvil calculando todo.

— Muy bien, Simón pelear con un Herondale es pelear con una pared, no gastes tiempo — digo— Oh que recuerdos, el difunto y honorable Will Herondale era el chico mas terco y busca pelea que había en su tiempo, después estuvo su hijo James, esa familia era irreparable, lo bueno es que Tessa supo ponerse los pantalones ahí.

— Ellos son una deshonra, ir a la par de sucios subterráneos, tendrías que aprender a no hacer lo mismo Jace, debes marcar la diferencia de tus estúpidos ancestros— dice Clarissa.

— Niña, tu padre estuvo jugando con demonios, con la mismísima Lilith, por lo menos los Herondale y sus parejas tienen una historia honorable, tu padre solo ha hecho experimentos y en los libros es la deshonra de todo este mundo, deshonra son los Morgenstern desde hace muchos siglos — defiende Raphael.

— ¡Cállate, no sabes de qué estás hablando maldita basura! Cuando Jonathan venga por mí todos ustedes será nada ¡Nada! No son nadie para hablar de mi familia.

— ¿Jonathan? ¿Quién es Jonathan?

Después de eso la conversación quedo entre esos dos adolescentes, el niño rubio pidiendo una explicación de quién era ese tal Jonathan y la chica hablando molesta de todo para evitar la pregunta, Raphael se fue de la habitación por lo insoportable de los ruidos y Simón se fue detrás de él, ya que el vampiro mayor tenía más sensibilidad en sus oídos que los demás, y la chica pelirroja tenía una voz con unos tonos muy agudos, así que me quede escuchando esperando que el niño que está arriba pueda escuchar las confesiones inconsciente que está dando la niña, es un gran descuido para Valentine dejar su hija perdida por ahí, su boca está diciendo más de lo que corresponde y eso es bueno para nosotros, pero no para él, no para ella, porque todo está quedando grabado también.

— Clary, puedes responderme sin evitar mi pregunta ¿Quién es ese Jonathan?

— No te importa Jace, solo cállate...

— En las afuera de Alicante, en la casa que se quemo de los Morgenstern por ellos mismos como forma de distracción, habita el primogénito de Valentine y Joselyn esperando órdenes para matar— interrumpo— Por su sangre corre sangre de Lilith, sangre de demonios, no le importa quien sea, él matara hasta su propia raza si ellos o tu querida novia lo ordena.

— ¡Cállate! ¡Mientes! ¿Por qué no nos matas ya?

— Es una buena idea, ya me están irritando, pero aunque quiera, no puedo matarte a ti Clarissa, de ti se encargara Simón, no voy a arruinarle tal deseo a mi arandito que está ansioso por poner unas manos en tu cuello— digo— pero Jace, ha llegado tu hora ¿No? Nadie ha venido por ti aún, y no te necesito aquí si nadie le importa tu vida.

Muevo mis dedos hacia su jaula, escuchándolo gritar de que tenga compasión mientras todo se alumbra y comienza a carbonizarse, el chico grita como si en verdad lo estuviera matando cuando en verdad solo es una transportación épica a donde está su Parabatai, los reuní mucho más rápido de lo pensado, deberían estar agradecido de mi buen corazón y la confianza de tenerlos a ambos encerrado en mi hogar, escucho los últimos gritos y solo queda una marca en el suelo, Clarissa solo se ha quedado viendo un poco atónita a lo que ella no puede descifrar, se ha creído la muerte, será más fácil manipularla o comenzar a torturarla.

— Tú turno no será tan tarde niña.

— ¿lo mataste?

— Soy una persona de palabra, él ya está muerto, reza por su alma pecadora ya que tú lo llevaste a ser así.

— Solo me has sacado un peso muerto de encima— comienza a reír— me has hecho un favor, ya estaba cansada de él y sus estúpidas palabras cursi, eres patético, ya quiero verte cuando Alexander vea esto.