Camino por la calle junto a mi grupo, no sé dónde ir, me siento perdido, Jace, me falta mi Parabatai en esta misión y sin él pensar se me hace imposible, nuestro vínculo es más grande de lo que todos piensan, no puedo tenerle lejos o me vuelvo un papel en blanco, mis conocimientos se esfuman. Trató de prestar atención donde voy, tengo personas detrás de mí que pueden ser atacadas por grupos del submundo si la información ha llegado, buscamos en todos lados, miro la pantalla, pero su localización, el de ambas es muy débil, Clarissa se ve pero Jace casi nada, es como si estuviera o no. Les indico a donde ir, pero cada vez que llegamos los puntos de localización se mueve y va a otro lugar, es un juego, un truco, no los voy a localizar así.

A las horas de dar vuelva todos los grupos divididos volvemos a juntarnos, estamos cerca del instituto, los he obligado a comer algo antes de seguir, ver si las máquinas ya están aptas y planear una estrategia para no deambular, podemos ser presas fáciles de los subterráneos si nos ven recorriendo por toda la ciudad, no pondré en peligro a mis equipos, solo no lo haré, ya es mucho con prohibirme buscar a mi Parabatai por mí mismo, mucho con obligarme a buscar a una niña que no quiero, que solo por obligación debo ser amable, porque es pareja de Jace y amiga de Isabelle, pero ella no hizo nada para buscar a mi hermana ¿Por qué no puedo hacer lo mismo? 

Cuando estamos ya cerca de llegar, somos acorralados, y atacados sin siquiera notarlo, puedo verlo cuando observo caer a más de diez Nephilim frente a mis ojos, y siguen cayendo, ordeno a gritos atacar y correr al instituto, veo a los licántropos unidos a los hijos de la noche juntos, y uno que otros brujo, no podremos con ellos.

Veo a todos correr hacia el instituto, algunos mueren en el camino, corro mientras intento atacar a algunos, son muchos y están unidos, puedo notarlo en la manera que atacan, en la manera que me hacen burla a no poder matarlos, cuando entro al instituto y miro hacia atrás ya nadie está vivo, hay cuerpos, más de veinte cuerpos de Nephilim en los suelos de la calle, siendo triturados por los subterráneos. Eran personas inocentes, no merecían ser asesinadas como animales que han sido cazados. Entró cerrando la puerta detrás de mí y veo a los Nephilim que han quedado, asustados, solo veinte Nephilim contados, he perdido más de la mitad justo en la entrada del instituto y estoy molesto, muy molesto.

— ¿Qué sucedió aquí? ¿Qué están haciendo aquí? ¿La han encontrado?— pregunta Valentine.

Qué ha aparecido por los pasillos para mirarme con molestia, desvío la mirada para caminar hacia las máquinas mientras en el paso uso la estela para curarme, aún no están, aún están en proceso, estamos perdidos, estamos acorralados, y cada vez hay más tensión porque Magnus Bane los matara, a los dos y yo seré el culpable. Valentine viene hacia mí y me llama desde lejos, voy sin evitar sus órdenes y me paro a unos pasos.

— ¿Acaso no me has escuchado Alexander?

— Nos han atacado, más de la mitad sus cuerpos están siendo destruidos afuera, no hemos encontrado nada, porque Magnus Bane nos está jugando un juego— informo— necesito refuerzo o no saldremos de aquí, con veinte personas no puedo hacer nada, se cancela la búsqueda.

Siento un golpe en mi mejilla y tambaleo hacia atrás confundido, sintiendo un gusto de sangre en mi boca, y como Valentine me mira más que furioso, detrás observando todo están los demás Nephilim y Joselyn, me siento humillado y tratado como un don nadie al no ser escuchando mis opiniones, yo más que nadie se qué pasará si salimos afuera con este poco ejército, o como se ve afuera con todo el peligro, no él, quien ha estado encerrado en este instituto todo estos años junto a su esposa, ni han salido a buscar por ellos mismos a su preciada hija. Entiendo su desesperación pero yo también estoy igual, estoy al borde de la locura.

— ¿Cómo que cancelar la misión? Afuera tenemos a la mejor guerrera de estos tiempos Alexander ¡Debes salir y buscarla! Juraste al ser mi mano derecha proteger a mi familia cueste lo que cueste.

— Pero como Nephilim, prometer todo aquello que esté en peligro, toda esta gente tiene familia, y si, dejaré de lado a tres personas, dos que ellos son familia, para proteger a estos Nephilim— contesto irritado— voy a perder a mi Parabatai está noche, morirá, pero no haré nada Valentine, renunció mi puesto, no pondré en peligro más gentes, iré solo en búsqueda. Lo siento Valentine pero puedes obligar tú y a la vez guiar al suicidio a tus seguidores.

Me voy antes de que diga algo, camino a mi habitación para sufrir la primera humillación de mi vida y auto castigarme solo, he cometido traición, no para Valentine, siendo que he hecho bien con mi decisión de proteger las vidas de inocentes, pero si traición a mi familia, a mi Parabatai que lo he abandonado, ahora, en el peligro de esta guerra que se está alzando ¿Y que estoy haciendo aquí? En mi habitación, lamentando sobre mis acciones.

— ¡Alexander!

Me paro a ver la puerta abierta y recibir una cachetada, la segunda del día, por parte de Joselyn, me levanto, molesto y le sostengo el brazo para detenerla, se suelta y se va de seguro a hablar con Valentine de mis acciones, me sorprendo como todo puede cambiar por un momento tan tenso como este, abandonando a todo, y de seguro ahora obteniendo el odio de quién me eligió como su mano derecha, todo por unas reacciones necesarias en los mundanos, pero que después no se pueden volver atrás. Aunque no puedo hacer más nada, estoy perdido, he perdido todo, he perdido mi vida, he perdido mi segunda mitad, todo culpa de los subterráneos. Veo una carta llegar a mi escritorio y no dudó en ir y leerla, más cuando veo las letras de uno de los familiares de Magnus Bane.

"Alexander Lightwood.

Bajo a tu almohada encontrarás una pantalla nueva que hemos comprado para esta ocasión tan importante. Si quieres saber sobre tu Parabatai como la Morgenstern y verdades ocultas que mereces tener conocimiento, entonces mereces mirar con atención lo que se revelara en el artefacto que se te ha dado, todo se revelara frente a tus ojos y veras quienes son en verdad las personas que han traicionado en esta guerra, pero si tienes los ojos muy cegados para hacer caso a mis palabras, de un subterráneo, un amigo de Magnus Bane entonces rómpelo y sigue buscando a las personas que nosotros tenemos en nuestras manos, pero perderás una gran noticia, una gran verdad que puedes saberlo ahora mismo.

Raphael Santiago, segunda mano de los hijos de la noche de Brooklyn."