Después de que el brujo se fue, la alarma comenzó a sonar por todo el instituto, salí corriendo hacia afuera viendo como todos corren por los pasillos, entro colocándome los pantalones y los borcegos, a tientas la remera, corro hacia la habitación de Jace como primer impulso, quiero pensar que solo ha sido una alucinación y Jace está roncando en su cama, o alarmando vistiéndose, pero no está, capaz ya está en los pasillos, pero nunca nos separamos en batallas, y aún que no quiera pensarlo, se ha llevado a Jace, Magnus Bane se ha llevado a mi Parabatai. Corro hacia la sala principal viendo a todos ahí, los empujo hasta llegar arriba viendo a Valentine y Joselyn.

— ¿Qué pasó?

— ¡Se han llevado a mi Clary!— dice la mujer.

— Jace tampoco está— comento mirando a Valentine.

— No me importa ese niño, necesitamos encontrar a Clary, vi a vampiros corriendo por los pasillos Valentine, se la han llevado— dice la mujer desesperada.

Siento en mi pecho una ira correr por mi cuerpo ¿No importarle? Jace era mi Parabatai, vivió en este instituto más tiempo que cualquiera de su familia, fiel seguidor de su esposo, y es el futuro prometido de su hija ¿Acaso no le importaba? Solo quiero pensar que es solo por la preocupación de su hija perdida y no porque en verdad piense eso de mí Parabatai. Escucho como Valentine le dice que pare, que todo se solucionará y esta vez sí me mira para hablarme.

— Las máquinas han dejado de andar, se han escuchado ruidos en los pasillos y más de dos Nephilim han visto vampiros correr por los pasillos— informa Valentine— y ahora ni Jace, ni mi Clary están ¿Sabes algo?

— Acabo de tener un enfrentamiento con Magnus, tenía a Jace nomás— le digo— ¿Cómo que las máquinas han dejado de andar? ¿Vampiros?

Camino hasta la máquina más cercana para tratar de encenderla, pero nada, veo como los Nephilim que se encargan de arreglar llegan de inmediato y les doy su lugar para que trabajen, le insisto que lo hagan rápido mientras miro todo a mi alrededor todo es un alboroto, estoy buscando una explicación de cómo subterráneos han entrado al instituto, podrían haber entrado a matar, pero yo sé que no era así, solo vienen a negociar y ahora hemos perdido dos Nephilim, el más importante es mi Parabatai y después Clarissa Morgenstern hija de Valentine.

— Escuchen, cálmense, ya todo paso— habla Valentine— no hay ataques por hoy, pero nadie volverá a la cama, buscaremos a mi hija Clarissa por cada minúsculo lugar de esta ciudad...

— Y a Jace— interrumpo.

— Y a Jace, a ambos, no cansaremos hasta encontrarlos, son dos personas importantes en este instituto, busquen a mi hija ahora.

Camino hacia los pasillos pero me detengo cuando Valentine me llama, ya todos se han ido a alistar, pero él y Joselyn siguen ahí, ambos caminando hasta mi, pero principal Valentine, quien me mira con una expresión que no puedo comprender y no quiero hacerlo ahora, solo quiero encontrar a Jace, si lo pierdo entonces me caeré a la locura, perderé mi conciencia, mi otra mitad del alma, a mi razón, a mi vida.

— Alexander...

— Por favor Valentine, debo formarme para dar indicaciones e irme.

— ¿Buscarás a nuestra hija o no, Alec?— pregunta Joselyn.

— Haré lo posible, pero primero está mi Parabatai, lo encontraré primero, y si ella está con él la salvaré, pero primero a mi hermano— contesto— y sabes Valentine lo importante que es Jace en mi vida, no me impongas una orden que no podré cumplir.

Veo cómo ambos adultos me miran molestos, he seguido sus órdenes siempre, he hecho por ellos todo lo que ordenaran, pero ahora no y ellos lo saben, aunque me ordenen yo no lo haré, ellos más que nadie saben que un Parabatai es más importante que todo, iría hasta el fin del mundo solo para salvarlo, no me importa si más vidas están en juegos, con solo verle vivo mi felicidad bastaba.

— Tienes que buscar a nuestra hija primero, eres nuestro seguidor, debes buscarla ¡Sí no lo haces será traición!— grita Joselyn histérica.

— Puedes buscar a Clarissa por tus propios medios, si la encuentro con Jace entonces traeré a ambos, pero si no será la segunda que buscaré— volví a repetir sin perder la paciencia— lo siento Valentine, pero sé que después me entenderás.

Camino de nuevo para ir a mi habitación tratando de no escuchar los gritos de que pare de ambos adultos, me alisto y salgo viendo como todos ya están esperando orden, Valentine y Joselyn están ahí, adelante de todos, me coloco a unos pasos con los demás Nephilim, ninguno de los dos me miran, solo se miran entre sí, y sé que vendrá después, veo a Valentine soltarla y dar dos pasos hacia adelante, me dirige una mirada por segundos para mirar de nuevo al frente.

— Toda la patrulla será dirigida a la búsqueda de Clarissa Morgenstern, después de que la encontremos comenzaremos la búsqueda de Jonathan Herondale, Alexander será su guía en esta búsqueda— informa Valentine— ¿O no Alexander?

Me mira, me ha tendido una trampa, soy su mano derecha, como me va a hacer elegir entre su hija o mi Parabatai, quiero gritar de rabia por esto, no puedo no obedecer, perderé el instituto, lo poco que me queda de mi familia si lo hago. Valentine y Joselyn siguen esperando, me miran con esa mirada de molestia, miro al ejército y los veo observarme, bajo la mirada avergonzado de lo que estoy por hacer y hablo.

— Haré lo necesario...

"Lo necesario" eso significa que me he rendido y buscaremos primero a esa niña y no a mí Parabatai, acabo de traicionar nuestro juramento, acabo de abandonarlo como hice con Isabelle que ahora no sé dónde está, con mi vida, con mi voluntad, acabo de perder mi dignidad para demostrar lo que soy, solo un seguidor. Ya dudo si soy la mano derecha de Valentine cuando me obligó a buscar a su hija y no entender que mi Parabatai está perdido igual que ella.

— Bien decidido Alexander.

Me dice Valentine cuando pasa por mi lado después de darme un apretón en el hombro como si estuviera orgulloso de mis palabras, de dejar a mi Parabatai como segunda opción, veo como Joselyn se para frente mío, y me doy cuenta que acabamos de romper nuestro vínculo que teníamos porque ella me mira sonriente, con burla, superior.

— Tráela sana y salva, Alexander.

— Esperemos, quizás tendremos que llamar a los hermanos silenciosos— respondo.

Y la veo irse molesta, casi por explotar, pues decir de llamar a los hermanos silenciosos es reflejar que hay un cadáver de Nephilim y deben ir a recogerlo, me doy vuelta y comienzo a dar indicaciones, dividir grupos y los cuidados que deben dar, y aún que no soy apto, pido con casi súplica encontrar a la par a mi Parabatai.