Estoy sorprendido con la frialdad del Lightwood por elegir a su puesto, seguir asesinado a subterráneos sobre todo, sangre de su sangre, a pesar de que lo he amenazado con la propia muerte de la persona más cercana a él, cada vez mas pierdo la esperanza de que los Nephilim tengan sangre angelical sobre sus venas, parecen haber perdido aquello que tanto los definían, aquella protección a cualquier ser a pesar de que otra sangre corriera por sus venas, esta generación está perdida, sus ancestros estarían tan decepcionados sobre los Nephilim de ahora y sus acciones. 

Volvemos a casa, junto a mi nuevo inquilino prisionero, lo he drogado casi a penas, está alucinando antes de volver a la realidad, no le voy a matar, no soy capaz de asesinar a aquellos muchachos por la mente ambiciosa del Lightwood, al contrario le engañaré con glamour sobre partes de cuerpos de cadáveres, a veces me odio tanto por ser tan compasivo con personas que están destruyendo al submundo, a veces le doy lo cierto a mi padre sobre que la bondad siempre trae cosas malas. Veo como Jonathan camina como una momia, sus ojos perdidos, camina hasta donde la jaula he hecho aparecer y Raphael lo encierra, como Simón lo ha hecho con Clarissa a unos pasos de donde he encerrado al chico rubio. Veo como Presidente Miau acaricia su cuerpo con mi pierna y me agacho para acariciarlo, como indicándome que no estaba de acuerdo con lo que he hecho, mi pequeño tan compasivo como yo.

— Pequeño ve a la habitación ¿Si? Confía en que esto terminara pronto.

Veo como el pequeño gato me hace caso y se pierde por los pasillos, les doy privacidad a los Nephilim hasta que se le pasará el efecto para ir hacia la cocina, donde podía suponer que estaba Raphael y Simón comiendo, dándolo en el blanco, encontrando sentados viendo como el vampiro mayor le daba de comer al menor mientras ambos sonreían, me gusta ver la mirada de mi hijo adoptivo de un ser enamorado hacia su pareja. A veces envidio aquel amor de ellos porque yo, a pesar de todos los siglos que estoy vivo no he encontrado un amor permanente, y ahora en estos momentos, en esta crisis sobre los Nephilim, menos encontraré a alguien para compartir mis momentos, solo seré un anfitrión de fiestas nocturnas, con subterráneos rogando por estar una noche conmigo y yo aceptando para saciar mis necesidades. Extraño las fiestas, malditos niños ángeles que tuvieron que llevarme a cancelarlos.

— Chicos, buenas noches.

— ¿Ya está todo listo? ¿Podemos comenzar ahora o cuando se les pase?— pregunta Raphael— Simón está ansioso por comenzar.

— Su hermano prefirió su puesto y su venganza— respondo para sentarme con ellos— pero averigüe que estamos siendo rastreados, pero ahora sus máquinas han sufrido un desperfecto. Tengo al Parabatai aquí, drogado y no, comenzaremos después de que se le pase. Simón debes esperar un poco.

Cuando estuvimos en la habitación de aquel niño Lightwood use mi magia para ir hacia los pisos inferiores donde todas las máquinas estaban, y pude ver que mis suposiciones eran ciertas, tiene las localizaciones de cada uno de nosotros y más de mis dos hijos adoptivos y Tessa, al igual que yo como principal, pero tengo un As bajo la manga y use mi magia para que las máquinas se destruyeran por lo menos por unos días, se que les costara lograr tener nuestra localización de nuevo y tendré dos pasos más adelante de ellos.

— Pero mientras tantos no los quiero fuera de aquí, los quiero a mi lado, los quiero conmigo hasta que todo el peligro pase, no sé qué haría si les pierdo a ustedes también, prometí a Guadalupe protegerte en tu inmortalidad Raphael y con eso cuenta también sobre ti Simón, son lo poco que me quedan.

— Basta de tu sinceridad tan cursi Magnus, estuvimos hablando con Simón y pasaremos unas décadas o unos siglos contigo, además no me iré cuando se que mi pareja puede estar en peligro fuera de este lugar— me responde— y no te dejare solo con este dolor.

"Ahora tenemos que ponernos firmes Magnus, nos buscarán más que nunca, tenemos a Clarissa, la hija de Valentine y a Jace el Parabatai de Alexander, esto será correr y aplastar." me dice Simón.

Simón tiene razón, pero antes debo hacer algo, me preocupa demasiado y debo conseguirlo, necesito comprobar donde está la otra Nephilim, Isabelle Lightwood, parece haberse esfumado de la tierra y se quien tiene la respuesta, me retiro de la mesa para caminar hacia las oficina, agarro una hoja y una pluma para pedir la presencia de la mano derecha de la Reina Seelie, con urgencia, ya que cuando visite por última vez el Reino de las Seelie pude comprobar que la Nephilim junto a aquel chico parecían tener un tipo de relación, y algo no estaba cuadrando. Solo espero que Merliot vea que trata sobre su pareja y venga de inmediato por ella, para hablar sobre lo que puede saber. 

Mi alma es muy compasiva, no puedo ver cómo le hacen daño a alguien, no puedo destruir a una persona, solo mi odio debe ser dirigido a Valentine y Alexander Lightwood, las únicas personas que no van recibir mi compasión por lo todo el daño que ha sido causado, aunque presiento que será solo para Morgenstern, tuve una amistad con los ancestros Lightwood, solo esperare que llegue el momento. Entonces la puerta es golpeada y salgo de inmediato para atender sin antes estar alerta, pero cuando abro, con llamas azuladas entres mis dedos veo a Merliot algo agitado, con su pelo suelto y su armadura, con aquella mariposa tatuada bajo su ojo que tanto le identifica y su mirada de preocupación.

— ¿Qué sabes brujo?

— ¿Qué se? Por eso te he llamado, para que me digas la verdad.

Veo como Merliot pasa hacia adentro rápido, mientras hace su pelo hacia atrás, parece preocupado, acorralado, como si estuviera escondiendo algo y me doy cuenta, que Isabelle Lightwood, la guerrera más prometedora de los Nephilim, está con él ¿Pero dónde? ¿Por qué? ¿Y por qué nadie puede localizarla? Debe haber una razón porque ambos estén juntos y ella escondida como no queriendo ser encontrada, un subterráneo escondiendo a una Nephilim debía haber una razón, un motivo, o solo un Seelie lo bastante enamorado como para esconder a una chica de una raza que se habían convertido asesinos.

— Está embarazada brujo— dice de repente— si la encuentran la mataran, a mi Isabelle y a mí cría, a mi familia, a las personas que amo con mi vida.

— ¿E-Está embarazada?