“Yo soy el infinito creador de mí mismo; sí me da la gana me destruyo o me salvo, si quiero me abandono o me encuentro, me amo o me desprecio, me habito o me aparto, me miro o me enceguezco, me acepto o me desconozco. Y así, inevitablemente, todo el tiempo. Cuando me da la gana reflexiono mis pasos y veo que no todo ha sucedido como esperaba. Es natural que las cosas nunca pasen como se desean, son deseos y así mueren. Pero si aceptara que las cosas pasan sin pensarse, sin acomodarse, sin meditarse, sólo pasan y eso es todo. Viviría más tranquilo, más feliz, más sereno, pero no puedo y eso me condena. Y ese es mi dilema; que yo soy mi enemigo…”