Me gustaría escribir algo que valga la pena. A cambio tengo esta vida con algunos sueños truncados, llena de fantasmas, vicios, una guerra perdida, una herida que no sana y una que otra fotografía mal lograda.

Escribo porque tengo la necesidad imperiosa de exorcizar al buen muchacho de todos los días, al buen samaritano de mis inicios y al canalla en el que también un día me convertí, confieso que cada noche tengo que luchar contra los restos de imágenes del pasado que quedaron como dinamitas escondidas en mi vida y que en un momento a otro estallan sin previo aviso, causando daños por doquier.

Gozo, con todo mi ser, los pequeños placeres de la improductividad literaria, y de todo aquello en lo que ya me he convertido. Soy el fracaso echo persona, la derrota hecho pedazos, las lágrimas en abundancia, el pecado más grave, el vencido por la desesperanza, pero por encima de todo el Hijo Predilecto, el amado por el Padre.
No tengo prisa por vivir la vida, pero si nostalgia por toda aquella que he perdido, que confundido estaba cuando creía que todo se basaba en instancias de trascendencia. Hoy que cumplo un año más, reconozco el don que se me ha dado “La vida no es cualquier cosa” Confieso que que estoy lleno de ojalas, de deseos y de quizás, estoy lleno de noches rotas, de horas muertas, veintitantas primaveras que no se si han válido la pena, de muchos veranos la mayoría de ellos inolvidables y alguno que otro invierno.
Y como todos, quizá hasta como tú, que estás leyendo esto, también tengo un par de Imposibles, besos esperando haciendo pausa por si algún día decido regresar, una guerra contra lo miserable de mi mismo, un sueño inaccesible, quizá una causa perdida… a lo largo de estos años estuve lleno de besos cianuro, de te amos, y de "te juros" de amaneceres rotos, de luces, de excesos, de promesas de amor eterno que duraron un par de meses.

Lo que me queda, creo son millones de recuerdos, pasos, besos en la frente, kilómetros de dulce dolor, gente que conocí que ya nunca más vi, lugares en los que no me olvidan que sin el afán de presumir creo que son bastantes incluyendo almas y corazones, también tengo soles, lunas y atardeceres que no pueden morir mientras sigan viviendo en la memoria. Algunos pecados rojos, estrellas azules, cielos de diciembre y un eterno Noviembre.

Pero, hablando con sinceridad, amo que mi falta de éxito sea por méritos propios y viceversa, para que así todos los méritos estén donde deban de estar, en aquel Ser superior que llamamos Dios, Gracias a mi Dios Por esta Vida y por colmarla de tanto amor y tanta belleza. Hay tanto que agradecer que un día no supe como mas que entregarme por completo, a su lucha y a su causa, por otra parte soy de esos que se imaginan cantando en un escenario, cuando la música de los audífonos están a tope; soy de esos que aman como si no hubiese mañana; de esos que hablan con propiedad en una conversación de intelectuales y bromea sin pudor en una plática con mis amigos albañiles; Duermo poco, soy Feliz, leo a más no poder, practico a corazón abierto mis platicas nocturnas con el Rey de universo. Sí, señor.

Soy un mar de incongruencias, les digo cual rola de Arjona y que de esto no se culpe nadie, o en todo caso el mundo entero.

Un día de Noviembre veintitantos años después...

Con dedicatoria a mis cuatro lectores de siempre...