Hola. Perdona por lo que voy a decir, pero son las palabras más sinceras que leerás de mi parte.

Siempre había creído que era capaz de huir cuando fuera el momento preciso y saber afrontar mis miedos cuando tenga la suficiente valentía de hacerlo. ¿Sabes? fue mentira. ¿Recuerdas que te mencioné de mi miedo a enamorarme? eso sí fue verdad. Pero la vida muestra tantas sorpresas que a uno le dejan incrédulo ante una realidad alternativa que se presenta de imprevisto, para convertirse en una realidad actual. Yo te he querido, como no quise a nadie. Te he dedicado letras que no pensé en dedicarle a nadie. Te convertiste en mi musa, la que inspiraba cada verso, cada poema, cada palabra que escribía este poeta principiante. Pero todo vino tan rápido, todo sucedió tan de prisa que me costó darme cuenta de lo que sucedía a mi alrededor y dentro de mí. Tu amor vino inesperadamente, de sorpresa. Me sorprendió y llegué a pensar que por fin saldría de mi cárcel del miedo, la inseguridad y la mentira. Superaste mis expectativas y me sacaste de mi mundo, de mi falsa burbuja para dejarme libre, pero como siempre, nunca aprovecho mi libertad. Cuando me di cuenta y entré en razón, me di con la sorpresa que nunca dejé mi cárcel, todo ha sido un sueño, una ilusión, la más linda tal vez. Me llené de de esperanzas, tantas, que transtornaron mi mente y me hicieron rozar la locura. Pero entré en razón. Y ahora te lo digo, no es ninguna intención mía ilusionarte, tal vez lo hice, pero en mi defensa puedo alegar que fuiste tú la que me habló primero, tú me gustaste, y terminé por quererte sin querer amarte. Todos fuimos pasajeros de trenes que no iban a ningún lado. Yo fui, soy y seguiré siendo uno de esos. Sin rumbo, sin destino, ni siquiera tengo origen aunque siempre creí que fuiste tú la que me hizo nacer de nuevo. Basta de tontas ilusiones, de sueños adolescentes y de ir tan lejos. Aquí termina esto. No ha sido mi intención herirte ni nunca lo será. Pero esto no es por ti. No tengo razones para irme así más que la de mi propia inestabilidad emocional. Te elegí para asumir consecuencias y ahora huyo.

 Soy un idiota, lo sé. No tienes que decirlo. El ser poeta no garantiza que sea un ángel. Ser poeta es una maldición, una condena. Y la persona que se quede conmigo sufrirá de las altas y bajas de este maleficio del destino. Vete y no sufras conmigo, sé feliz sin mí, ya muchas lo han hecho y por eso estoy condenado a terminar solo. Tal vez con una que otra aventura, pero nunca con alguien permanente. Nunca.

Eres mucho para merecer tan poco, a alguien como yo que no controla su inseguridad que algún día acabará con él al igual que sus letras.

Si me expreso a veces tan 'bonito' como tú lo dijiste un día, es porque esto tan tormentoso es sarcástico, una trampa para enlazar tu corazón con el mío con palabras lindas llenas de un propósito maligno. Es algo que yo nunca elegí ser, honestamente preferiría cambiar mi vida y dejar de lado este talento que se ha convertido en mi desgracia. Prefiero morir antes que ver una sola persona más sufrir por mi culpa y esa persona más eres tú. Cuídate de los que saben escribir, no caigas de nuevo. Las palabras se las lleva el viento y las letras se esfuman con los años. Mi nombre no quedará en la memoria de nadie, porque lo único que prevalece aquí son las acciones. Así que no te enamores de alguien que escriba bien o se exprese de la mejor manera, enamórate de alguien que prefiera demostrar lo que siente antes que decirlo. No te pido que me perdones, no lo merezco. Juré nunca más en mi vida enamorarme y hacer sufrir a alguien más otra vez, y aquí estoy, haciéndote derramar más de una lágrima, haciendo que enciendas de furia e ira contra mí por no saber cumplir mi palabra de amarte. Pero no es culpa mía, tal vez sí, pero no del todo. Mi intención nunca ha sido herirte, de eso estate segura. Esto es uno de los tantos misterios que me aprisionan, no se especifica, pero los actos hablan mostrando un augurio de lo que soy en verdad. No soy un ángel, nunca lo seré. Debes saber que me sobran los defectos, debes saber que también soy humano o, tal vez, algo peor. No llores por mí, no lo merezco, por favor, no me hagas sentir peor de lo que ya me siento. Soy un ser insensible pero irónicamente frágil. No soy como tú esperabas. Incluso, no soy ni como yo esperaba ser. Me decepcioné y de la misma manera te decepcioné a ti. Estoy sumido en una prisión pagando por varios crímenes que nunca voy a admitir, y eso alarga mi condena hasta perpetuarme y morir aquí. Tal vez un día salga, tal vez no, quién sabe, ha pasado tanto tiempo que es imposible para mí imaginarme fuera de esta cárcel. Pero no quiero que seas parte de esto. Tienes la oportunidad de salir, hazlo antes de sufrir lo mismo que estoy sufriendo. Tienes la única oportunidad de tu vida, no la eches a perder. No parece, pero esto me parte el alma. No sé cómo pude salir por un momento para buscar una víctima y traerla hasta aquí, pero lo hice, lo hice y créeme que me arrepiento. Cada lágrima parece mentira, pero son sentimientos que, afortunadamente en un escrito no se pueden ver. No te merezco, eres demasiado. No me mereces, soy tan poca cosa. Huye de mí y no vuelvas, busca tu refugio fuera de mis brazos. Olvídate de mis besos porque nunca mereciste caer tan bajo. Vuela a un lugar diferente, lejos de las decepciones, lejos del dolor... lejos de mí.