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Capítulo 20

—No quiero hablar contigo Aiden —Nadia apartó la mirada hacia la pared más cercana.

Él ya se había disculpado por mentirle, sin embargo el amargo sabor de la tradición no era algo que pudiera desaparecer. Ella odiaba sentirse engañada, y que fuera su mellizo quien lo hubiera hecho, empeoraba las cosas. Necesitaba unos días para asimilar el drama en el que su vida se había convertido. Ella había accedido por petición de su tío y de su hermano a dormir en la casa de “su padre”. Jackson no estaba feliz con su decisión, pero el hombre la había respetado con la condición de pasar con ella más tiempo.

—Lo siento —Aiden dijo con resignación. Segundos después sonrió viendo como ella se dejaba abrazar por él—. ¿Me perdonas? Prometo que te voy a recompensar como la vez que te mordió el perro por mi culpa. Habrá muchos postres y helado.

Ella achicó los ojos y después le lanzó una mirada envenenada. Él sabía muy bien cómo sobornar a su hermana, la comida podía hacer maravillas con el temperamento de Nadia. Incluso su madre se había sorprendido cuando vio a Aiden pasándole sus postres a Nadia después de que el perro la atacase. Eso solo había confirmado lo que todos pensaban, Aiden era el culpable de que su hermanita estuviera herida; Por otro lado ellos necesitaban de una gran cantidad de alimentos. La ventaja de su naturaleza era que sin importar cuánto comiesen ellos no sufrirían ningún cambio en su peso. Claro que con el ejercicio y usando su transformación Aiden si había notado los cambios en su masa muscular. Ahora tenía seis cuadritos en su torso y el resto de su cuerpo tenía mucha musculatura.

—Tendrás que darme algo muy bueno para recompensar el daño que me hiciste. Pero por ahora estaremos bien, ya después buscaré una forma de cobrar.

Aiden contuvo las ganas de poner los ojos en blanco. Una de las ventajas de que su hermanita no conociera la malicia, era que siempre pedía algo sencillo en comparación de lo que otra mujer pediría. Estaba seguro de que ella terminaría pidiendo que le comprase un perro, un pez o tal vez una tortuga. Era aficionada a los animales, sin embargo su madre no los dejaba tener una mascota por la faltan de tiempo entre la escuela y los entrenamientos de su abuelo.

—Te lo pagaré comprándote una iguana.

—En serio, a veces pregunto qué tan normal eres. ¿Para qué podría querer una iguana?

Aiden se encogió de hombros sin tener una respuesta.

—No te quejes sino no te voy a decir lo qué los clanes están planeando. Soy el mejor hermano mayor que puedas desear. Tengo una jugosa propuesta para ti hermanita.

—Eres tres minutos mayor, eso no cuenta.

—Bueno, eso lo vamos a aclarar después. Ahora...

Aiden empezó a relatarle las noticias nuevas de las que se había enterado. Sabía que su hermana siempre disfrutaba de una buena Caza. De nueva cuenta los mayores los habían dejado de lado, ¿Por qué todos se negaban a creer que ya no eran unos niños? Ellos era cazadores de nivel 1. Tenían cinco estrellas que les daba el título de un cazador adulto y con experiencia.

James yacía reposando su cuerpo en una cómoda cama en la casa del "imbécil arrogante", a pesar de los años nunca podría cambiarle el apodo al lobo. Había dejado a sus sobrinos en algún lugar por ahí y por allá. Ahora Anker sentía lo qué Dustin llegó a sentir cuando otro hombre estaba arrebatándole la atención y el tiempo con su hija. James no estaba burlándose o algo parecido, simplemente estaba haciendo una pequeña comparación de lo que vivió el cazador. Él adoraba a sus sobrinos, sin embargo ellos pronto tendrían que empezar a tomar sus propias decisiones. Ambos habían nacido para cumplir con un gran propósito, y él confiaba en que ellos siempre tomarían excelentes decisiones. Su prima a pesar de sus errores, siempre fue una madre maravillosa, todo lo que hizo fue con un propósito del destino. Ahora Dustin estaba al tanto de las nuevas noticias el hombre estaba agradecido y feliz de tener a su hija con vida.

Alaia no solo era la adoración del hombre sino también era lo mejor que el cazador había llegado a tener. Ella era su única hija, no era la primogénita, Dustin tenía otro hijo en alguna parte del mundo llamado Elliot Blackwood. No muchos sabían de él, ni siquiera Alaia lo sabía. Dustin era viejo y con los años aprendió a mantener a su familia en las sombras de la manera más cruel. Estuvo casado dos veces antes de que Alaia naciera. Dos veces vivió el terrible dolor de ver morir a sus hijos y a las mujeres con quiénes los concibió.

Con la madre de Alaia nunca se comprometió, pobre de su prima había sido creada en una noche de locura y borrachera. El pobre cazador había estado aterrorizado cuando la madre de Alaia la dejó abandonada en la puerta de la casa de Dustin un día. Se suponía que ellos la iban a criar juntos, sin embargo la mujer tomó el camino fácil. Lena siempre estuvo con él y ella se convirtió en la mejor madre del mundo, Lena no podía concebir. Tener a Alaia fue el mejor regalo que la mujer pudiera pedir. También el viejo Dustin no pudo resistirse a la bondad y dulzura de su ahora esposa y madre de su única hija.

—No te acomodes en mi casa con tanta tranquilidad —Anker apareció de entre las sombras.

—¿Quieres que te acuse con mi prima? —en esos momentos el cazador se sentía poderoso.

Molestar al lobo siempre era su prioridad estando en la casa. Claramente el lobo no pensaba que fuese gracioso o algo parecido.

—Deja de jugar —Anker evidentemente quería arrancarle la cabeza—. Vigila a Aiden, que no se acerque al cuarto de Alaia.

Eso era una orden.

—¿Por qué tendría que evitar que mi sobrino vea a su madre?

—Deja las estupideces para otro momento. Tengo cosas que resolver y sabes muy bien lo que ocurrió ayer.

Sí, James lo sabía...

Aiden se coló en la habitación donde mantenían a su madre y eso no terminó bien. La mente de su prima había recibido un reinicio de lo que intentó hacer el primer día o mejor dicho, noche de su regreso. Atacó a Aiden sin contemplación alguna gritando que ellos tenían que morir para que sus hijos vivieran. Eso era algo muy loco, ellos eran sus hijos. Desde ese momento ninguno de sus sobrinos tenía permiso de entrar en esa habitación. Por suerte en la habitación no había nada que Alaia pudiese usar como arma, Anker incluso había retirado la cama y solo había dejado un par de colchones lo suficientemente grandes para que ella estuviera cómodamente. Sin mencionar también que Nadia casi hace lo mismo. Ella todavía estaba enojada con su hermano, con él y con Anker.

—Aiden prometió no hacerlo de nuevo, él siempre cumple sus promesas. Él no quiere que su madre tenga algún colapso por su culpa, es un buen hijo —James dio por finalizada la conversación.

Anker siguió su camino para salir de su casa.

Había cosas que no le había informado a nadie. Dos clanes habían sido exterminados una semana atrás, y otros estaban en caos. La guerra ya estaba empezando y todos estarían en medio de ella. Sin el diamante no podrían sellar el poder de Caín si él se liberase de la prisión en la que los primeros cazadores lo habían dejado. El consejo estaba listo y agradecía eternamente que estuviera en las  cercanías de su pueblo.

—Buenas tardes señores —Anker hizo un gesto de desagrado cuando vio a Dustin y a otro hombre con él.

Era un hombre de alrededor de un metro noventa, con el cabello de color negro y los ojos de color gris. Era increíble el parecido con Dustin y por lo tanto también con su mujer.

—Bienvenido —dijo el más anciano de los lobos sentado detrás de un escritorio.

—¿Por qué los cazadores están aquí? —Cedric se hizo presente llegando un minuto después de Anker.

—Ustedes como siempre son los últimos en unirse —Edwin los reprendió desde su asiento al lado de los cazadores.

—¿Qué hace el otro tipo de en una reunión tan importante?

Las miradas se dirigieron al hombre de unos treinta años.

—Tengo nombre perros —el pelinegro respondió—. Además a ustedes no les interesa quién soy.

—Pueden dejar sus estúpidos e innecesarios pleitos de pareja.

—Ya veo —Anker no pudo ocultar su expresión de burla—. Tenemos al líder de las sanguijuelas presente. Hola Andrei.

El nombrado ignoró al lobo por completo.

—¿Ese es el jefe y líder de los vampiros? —Cedric inquirió con más curiosidad de la que deseaba.

—¿No falta uno de ustedes? —Dustin miró detrás de los lobos buscando algo.

—Sí, ese sería Jackson —Edwin evitó mirar la enojada expresión de Anker—. Llegará en un rato.

—Él no vendrá — Anker escupió las palabras.

—¡Vaya! Luces cómo si el lobo te hubiera robado algo —el otro cazador provocó al lobo.

—Ese no es tu asunto.

—Esa es la cara de un hombre al que le dieron una patada en la entrepierna. Dime lobo ¿te sientes celoso del otro Alpha más joven?

—Es hora de empezar la reunión —Anker dio por finalizada la conversación.

Hablaron durante media hora de los problemas que afectarían a cada criaturas. Algunos de los presentes eran rivales por naturaleza, sin embargo no podían quejarse por el bien de cada persona de sus pueblos. Aun les faltaba uno de los líderes, el brujo.

—Esperamos no interrumpir —Nadia apareció por la puerta del salón donde estaban reunidos.

Anker y Dustin inmediatamente sintieron sus rostros desencajados. La mirada de los presentes era de curiosidad y desaprobación. No había mujeres presentes.

—¿Niña, qué haces aquí? —Dustin tenía la cara con un evidente disgusto.

—¿Cómo entraste a este salón?

Las miradas pasaban de uno a otro sin comprender cómo una jovencita había burlado la seguridad del príncipe de los vampiros, el rey de los cazadores y el consejo de los lobos.

—En serio, tengo que recomendar un mejor equipo de seguridad.

El hombre que estaba con Dustin intentó acercarse, sin embargo Dustin cruzó un brazo en su camino negando. Eso dejó desconcertado al hombre.

—¿Qué le hiciste a mis guardias? —el príncipe Andrei parecía fuera de si. La jovencita era hermosa y con un aura de pureza que la rodeaba en su total esplendor. Verla le hacía tragar duro con el recuerdo de su difunta esposa—. Ninguno contesta.

—Mis lobos tampoco, no parecen estar activos.

—¿Nadie piensa atrapar a esa niña e interrogarla?

—Oiga eso parece una ofensa, y si de ofensas hablamos le sugiero que vea lo viejo que está. Además no soy una niña —Nadia no parecía tener paciencia con los lobos—. No he causado daño a ninguno de sus guardias. Simplemente están fuera de combate, unos están muy dormidos. Nunca había dejado inconsciente a un grupo tan grande de vampiros, tengo que decir que se sintió súper bien.

—¡Cómo! ¿Qué les hiciste a mis guardias?

—Los durmió a todos —Dustin fue quien respondió—. ¿Cuánto tiempo estarán dormidos?

—Dos horas, Dustin —sí, señor ella estaba enojada con su abuelo, por tres razones, después ella le iba a decir una por una—. Los lobos lo harán en el mismo tiempo todo dependerá de cuánto somnífero inhalaron.

—A nosotros no nos afectan esas cosa —el anciano no estaba feliz por la interrupción.

—Nadia... —Anker la reprendió—. Por qué no vas con tu hermano a casa.

—Porque esta reunión también nos afecta directamente.

—¿Sabes quién es la niña? —Andrei inquirió.

—Soy una cazadora de cinco estrellas, ten más respeto. Además soy la siguiente líder de los clanes.

—¿Ahora reclutas niños, Dustin? —el cazador parecía disgustado con Dustin—. Pensé que eras mejor qué eso.

—No le digas niña, creeme terminarás siendo el siguiente en terminar dormido en medio de todos —Dustin conocía bien el temperamento explosivo de su nieta. Ella era incluso más terrible que su madre—. Ella es el demonio en persona cuando se cabrea.

—¿Quién es el tipo? —ahora fue el turno de Nadia de analizar al cazador—. No recuerdo haberlo visto en alguna reunión.

—Nadia estamos apunto de tocar un tema muy delicado. Podrías por favor regresar a la mansión —Anker estaba perdiendo la tranquilidad.

—No. — ella negó—. Terminarás igual que Jackson, si sigues  menospreciándome. No soy una niña y eso tienes que entenderlo, Aiden y yo hemos tenido tres peleas en menos de dos años con los sirvientes de Caín. ¡Adivina qué! Él ya ha salido de su prisión. Aiden y yo peleamos con él, sobrevivimos por qué él estaba débil.

—Dejá de jugar con eso niña —el cazador dijo viendo de ella a Dustin—. Obviamente tu mundo de fantasía es demasiado grande.

—Ahora resulta que no eres tan normal como te ves —el lobo más viejo se burló.

—¿Alguien puede llevarse a la... Joven para que podamos seguir con la reunión? —el principe Andrei estaba aburrido—. Además Caín sigue en su prisión.

—Ninguna mujer es bienvenida a mi consejo. Eres una niña estúpida que pronto pagará su osadía de interrumpir una reunión tan importante —el lobo intentaba mostrar su superioridad—. Ahora haz el favor de ir a trapear los pisos y a cocinar. Ese es el trabajo de una mujer.

Ella estaba realmente enojada. Nadie adivinó lo qué iba a hacer. Sacó una especie de Kunai y lo lanzó con tal rapidez que los presentes estaban anonadados. El filo corto parte de la mejilla del viejo lobo antes de atravesar la pared.

—Tienes suerte de seguir con vida. ¿Quieres ver lo peligrosa que puedo ser con mis enemigos? Te has burlado de mí de una forma degradante y eso no es bueno anciano.

—Nadia... —Duatin tenía el semblante pálido—. No hagas una estupidez. Él es el más viejo de los lobos y por lo tanto es igual de peligroso.

—No lo es — dijo caminando en dirección al lobo.

Anker se interpuso en su camino evitando que siguiera.

—Te ordeno que salgas de aquí —dijo el tomando su pequeño rostro entre sus manos.

—Evolución —ella rió—. Sorpresa. Nada funciona con la misma fuerza dos veces en nosotros.

—Atacar a un anciano conlleva a la muerte sin importar edad género o circunstancia. Yo rey de los lobos te condeno a muerte cazadora.

—Entonces ven y hazlo tú mismo —ella lo retó.

—¡Basta Nadia!

—¡Deja las estupideces, Louis! —Anker puso a Nadia detrás de él alejándola del lobo más viejo—. No pienso permitir que le toques un solo cabello.

Nadia pinchó su espalda.

—Soy tan letal como él. De todos los presentes solo hay ocho auras con tal poder que pueden hacer temblar a cualquier criatura. Dos cazadores, un vampiro y cinco lobos.

—¿Qué quieres decir? —el principe Andrei, era un simple espectador lleno de curiosidad—. Sólo hay cuatro lobos.

—Hay cinco —Dustin jaló una silla sentándose con el orgullo saliendo por los poros. Ahora el cazador demostraba tranquilidad viendo que su nieta era una gran cazadora. Ella no estaría retando al lobo sin antes medir su fuerza.

—¿Quién es la niña, Dustin? —el cazador más joven, parecía empezar a unir las piezas del rompecabezas.

—En unos segundos lo sabrás, Elliot...

—No soy una persona con paciencia. El viejo me dijo loca y pienso dejarle en claro quién soy.

—Hazlo —Dustin rió—. Eres una princesa bastante orgullosa hija.

—¿Hija? —Elliot miró a Dustin con recelo—. Ella no es tu hija.

—Soy Nadia Blackwood, heredera al trono de los cazadores.

Eso fue suficiente para dejar a los presentes aturdidos. Algunas miradas iban desde Anker a ella. La estupefacción y la mirada fulminante de Anker al cazador le permitió escabullirse hasta detenerse frente al viejo lobo.

—Cuando mencioné a los cinco lobos, tú no estabas en la lista —ella retó al hombre que ya estaba lo suficientemente cabreado para dar una buena pelea—. Ni siquiera te podría catalogar como un lobo bendecido.

El anciano tomó su cuello con una velocidad inhumana dejando aturdidos a los presentes. La elevó del suelo con los ojos de un intenso color rojo demostrando su superioridad. Ella permaneció con la cabeza hacia abajo cubriendo sus rostro con el cabello.

—Si se acercan le romperé el cuello en un segundo—dijo mirando a los presentes—. Ya no eres tan anormal y habladora, ¿Verdad? Te dejaré vivir su me súplicas perdón de rodillas.

—Esta es la parte que más me encanta —ella dejó a los presentes con la mirada de estupefacción. Seguía manteniendo la cabeza hacia abajo y a pesar del fuertes agarre en su cuello hablaba con tranquilidad—. Eres débil —dijo elevando su cabeza con los ojos cerrados. Una de sus manos se detuvo el el brazo que sostenía su cuello, manteniéndola medió metro sobre sus pies—. Y yo soy tu peor pesadilla.

—¡Ah!

El lobo intentó liberar su brazo del fuerte agarre de ella. Sus uñas se clavaron en la piel llegando al hueso, el hombre se vio obligado a soltar su cuello. Cayó de rodillas en el suelo chillando.

—Soy la princesa Nadia Novikova Blackwood. Mi herencia es de dos especies de la realeza, tú solo eres un lobo más para mí. Nadie puede dominar lo que ha nacido en libertad.

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