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Capítulo 13

—¡Atención jóvenes!

Ethan vio al grupo de cincuenta y tantos alumnos frente a él.

—¡Cómo sabrán cada año celebramos los juegos en honor a nuestros antepasados!

Aiden vio a su hermana sin entender, qué eran los juegos. Ella se encogió de hombros mirándolo.

—Este es el comienzo de los juegos que se hacen cada año para ver la capacidad de cada estudiante.

Los mellizos miraron a Kayla explicando que clase de juegos eran.

—¿Entonces tenemos qué encontrar una bandera negra?

—Sí, pero los equipos están divididos en dos partes.

—¿Cómo?

—mujeres y hombres. 

Cinco horas más tarde estaban jadeando en medio del bosque.

La bruja de Tabatha había tomado la bandera, cuando ella la encontró.

—¡Deja eso!

—Ya perdieron.

—¡Eres tan boba qué ni aunque la bandera fuera verde neón la encontrarías!

—Y aun así yo la Sostengo.

Tabatha movió la bandera de un lado al otro burlándose descaradamente de ella.

—Eres una mentirosa.

Ella intento acercarse, pero fue detenida por Kayla y su hermana.

El profesor apareció con la mujer encargada de vigilar a los jóvenes en el campamento.

—Felicidades Tabatha ahora tu grupo recibirá su premio.

Ella estaba echando humo por las orejas viendo a Tabatha celebrando con la bandera que ella había encontrado.

Aiden estaba solo en el bosque un poco perdido, los otros muchachos habían tomado la dirección contraria buscando la tonta bandera. Caminó por un estrecho sendero escuchando el sonido de un río correr muy cerca. De un pequeño instante a otro su cuerpo se estrelló contra un árbol y cayó al suelo, sacudió la cabeza intentando recuperar su orientación.

—Veamos si eres un trofeo.

Él levantó la cabeza viendo a un hombre descalzo y sin camisa, solo unos pantalones de color negro cubrían su cadera.

—¿Quién eres?

Él preguntó levantándose del suelo.

—¡Aiden! ¡Aiden!

Ella grito con un nudo en la garganta viendo como el hombre sujetaba el cuello de su hermano levantándolo del suelo.

Aiden jadeaba sin poder quitar el agarre del hombre de su garganta. ¿Qué clase de ser oscuro era?

Nadia uso su media transformación para atacar al hombre, su ataque fue esquivado con facilidad. En cuestión de unos segundos él también la tenía por el el cuello junto a su hermano. Ninguno de los dos podía soltarse de fuerte agarre, tampoco podían usar su transformación en ese momento. Ella clavó sus garras en el brazo de hombre sintiendo desesperación cuando vio a su hermano empezando a cerrar los ojos y dejando de luchar. Ella también estaba cerca de perder la consciencia sin poder liberar el agarre del hombre de sus cuellos. Sin importar cuanto lo golpeará con sus puños y píes él no disminuía su fuerza.

Un lobo de color negro apareció saltando a la cabeza del hombre arrastrándolo un par de metros. Ambos cayeron al suelo jadeando en busca de aire.

—¡Oh, dios! Su aura es tan poderosa que hace temblar mis rodillas solo con verlo —Ethan los arrastró un poco más sin apartar la mirada de Jackson teniendo problemas con el hombre.

—No pudimos causarle ni un poco de daño —Nadia tosió colocando una mano en su garganta.

—¡Tienen qué salir de aquí! —Ethan les miró con severidad.

—No. —Aiden se arrastró mientras tosía.

Un chillido les hizo girar la cabeza viendo a Jackson en el suelo retorciéndose en su forma lobuna y al hombre con un pie en sus costillas. Jackson se liberó y mordió una pierna del hombre. Pasaron unos minutos hasta que Jackson fue estrellado contra el suelo de nuevo. Él hombre pateó sus costillas antes de clavarle las garras en el costado. El cuerpo de Nadia entró en un estado de shock, sus oídos estaban zumbando con los latidos de su corazón. Su parte salvaje apareció dejando en libertad a una loba de pelaje plateado y ojos rojos. Corrió tomando la cabeza del hombre apartando las garras del cuerpo de Jackson, quien se retorció en el suelo sangrando. Ella no se detuvo mientras mordía y usaba al hombre como un muñeco entre sus fauces.

Minutos después su hermano veía con horror al hombre liberarse de las fauces de su hermana. Lanzó una patada que la hizo derribar un gran árbol cuando se estrelló. Ella cayó a suelo inconsciente por el impacto. Él también se transformó en un lobo negro y ojos rojos. Alejó al hombre quien reía como desquiciado sin mostrar algún daño o signos de agotamiento.

—¡Yo soy el principio y el final! ¿Si mi padre y sus dioses no pudieron conmigo qué les hace pensar que ustedes pueden?

Aiden ignoró el ligero temblor de sus extremidades al escuchar esa voz y la oscura aura que lo rodeaba.

Observó a Jackson arrastrarse detrás del hombre. Ambos le atacaron al mismo tiempo. Él pudo desgarrarle un brazo en el instante que Jackson fue golpeado y arrojado un par de metros lejos.

—¿Quién eres? —la voz de Ethan tembló con la pregunta.

—No eres nadie quien merezca la pena para responder —Dijo con voz infernal.

Empezó a caminar en su dirección, Aiden lo interceptó atacando en su forma lobuna. El hombre abrazo el cuello del lobo llevando el pesado cuerpo al suelo, dejándolo inconsciente por el impacto. El cuerpo humano de Aiden apareció lleno de sangre y tierra segundos después.

La sonrisa que se formó en los labios del hombre no le gustaba a Ethan.

—¡No! —gritó viendo como el hombre levantó el pie con intención de aplastar la cabeza de Aiden.

Algo le empujó haciéndolo caer de espaldas cuando empezó a correr para detener al hombre. Un borrón negro hizo salir volando al hombre y lo hizo estrellarse con los árboles en su camino.

—¡No te distraigas, Velkan! —Ileana gritó apareciendo desde el bosque.

Traían puestos un par de trajes negros de cazadores.

—¡Saquen a los heridos de aquí!

Ethan tomó el cuerpo de Aiden dejándolo en el tronco de un árbol. Ileana se encargaba de Jackson de igual manera.

—Necesitamos un medio de transporte.

—Ye he avisado a los líderes, vienen en camino.

Ileana vio todo alrededor buscando algo con la mirada.

—Dame tu camiseta.

—¿Para qué?

Ni siquiera pudo parpadear cuando fue despojado de la prenda. Él maldijo recordando a Nadia.

Cubrió un poco el cuerpo de Nadia dejándola junto a su hermano y al otro hombre. Cerró los ojos escuchando los crujidos de los árboles cayendo y la fuerza sobrenatural de la horrible batalla que su hermano estaba peleando. Tenía que ayudarlo lo más pronto posible o él también terminaría gravemente herido.

—No se ven bien. Tampoco están sanando.

Ella miró a Ethan con los ojos rojos como la sangre y sus manos hechas puños a sus costados. Él retrocedió un par de pasos.

—Ahora te corresponde a ti salvarlos.

Dijo corriendo en busca de su hermano. La bestia que enfrentaba era la mano derecha de Caín y sin mucho esfuerzo había vencido a tres lobos muy poderosos.

Ella vio un lobo marrón correr en dirección a donde su hermano estaba peleando. Deberían ser los refuerzos.

Velkan vio al hombre en el otro lado del bosque parado y sangrando.

—¡Vaya! Eres como esos dos adolescentes moribundos. Con la gran diferencia de que tú tienes más experiencia, fuiste cazador ¿Verdad? Eres rápido y puedo decir que por tus venas corre la sangre de uno de los primeros.

—Eso no te importa, ¿Además qué ganarías atacando a un par de adolescentes? 

—Es una simple prueba. No son dignos de la sangre que portan, aún son débiles.

—Supongo que por eso intentaste matarlos ¿No? Después de todo no podrás con ninguno de ellos en unos cuantos años.

—Ustedes no deberían existir, solo sirven para arruinar nuestro nuevo mundo.

Velkan chasqueó la lengua sin apartar la mirada del hombre.

—Lamentablemente existimos y no pueden terminar con nosotros con facilidad. Si no mal recuerdo esos niños se defendieron muy bien o ya estarían muertos, ¿Verdad? Viendo los ataques que hiciste no dudo que tu intención era esa.

—¿Y quién dijo qué no voy a matarlos está noche?

Velkan tomó una postura firme cuando recibió un fuerte impacto. Podía sentir unos cuantos huesos romperse cuando cayó al suelo. Durante unos diez minutos estuvieron lanzando y esquivando los ataques del otro. Ahora comprendía porque los chicos habían caído en medio del combate. Los lobos se caracterizaban por su fuerza y resistencia. Los vampiros como él y su hermana eran muy letales con la velocidad de un vampiro puro. Cada raza tenía su propia habilidad para subsistir.

—¡Velkan!

Ileana apareció detrás del hombre. Ella chasqueó los dedos y por arte de magia una fuerza invisible lo lanzó contra los árboles muy lejos de él.

—¡Te dije qué te quedarás atrás!

—No entiendo por qué no has usado tu don.

Tres lobos de un tamaño colosal rodearon al hombre.

—¡Esto no ha terminado!

El hombre desapareció dejando a los presentes con la boca abierta.

—Es muy fuerte.

Velkan cayó de rodillas en el suelo sujetando sus costillas con el brazo derecho, su brazo izquierdo colgaba a su costado sangrando.

—Eres un idiota, deberías haber usado tus dones.

Su hermana lo reprendió ayudándolo a levantarse. Los lobos regresaron a su forma humana y empezaron a caminar en su dirección.

—¿Necesitan ayuda?

Velkan negó apoyando su peso en el hombro de su hermana.

—Deberían llevar a los otros tres chicos a un hospital, están bastante mal.

Ileana vio como uno de los hombres recibió algo de ropa de un lobo recién llegado. Él corrió como alma que lleva el diablo.

—¿Seguros?

—No puedes curar las heridas de un tipo como ese. Es nada más que la mano derecha de Caín, un lobo y cuatro Mestizos es lo que se necesito para hacerlo retroceder. No quiero imaginar cuando Caín aparezca y tengamos que enfrentarlo.

—¿Cómo? —Edwin avanzó un par de pasos viendo a Velkan a los ojos.

—Tienes que estar equivocado —Cedric vio el lugar por donde el hombre desapareció.

—Fue una prueba —Ileana vio a los tres.

—Eso dijo. Tienen que alejar a esos chicos de aquí, somos peligrosos para Caín, y ellos son vulnerables todavía. Nosotros podemos cuidarnos, pero ellos aún no.

—Necesitarán algo de tiempo para recuperarse.

—Vamos...

Anker corrió con el corazón martillando en su pecho. Él había salido como poseído de su manada cuando Ethan les avisó del ataque al campamento.

Vio a Ethan junto a tres cuerpos en el suelo. Por primera vez agradecía a Jackson desobedecer sus órdenes.

—Tenemos que llevarlos a un hospital.

Ethan revisaba el pulso de los tres.

—¿Qué tan heridos están?

Él se agachó viendo la sangre saliendo de la cabeza de sus hijos.

—Tus hijos recibieron golpes muy fuertes en la cabeza, Jackson tiene la mayor parte de heridas en el cuerpo. Todos tienen huesos rotos.

Bryce aparcó la camioneta y salió con rapidez.

—Oh, demonios es peor de lo que pensaba.

Bryce arrastró a Jackson a la camioneta. Anker estaba en un horrible dilema de cómo podía cargar a ambos chicos a la camioneta. Sentía que no podía tener preferencia por ninguno, ¿cómo llevaría a los dos? Ethan pareció leer sus pensamientos tomando el cuerpo desnudo de Aiden.

—Lo siento amigo, no voy a cargar a tu hija desnuda. Él es hombre y no intentaras arrancar mi cabeza si me acerco.

Él bajo la mirada confirmando las palabras de Ethan, entonces sus hijos sí se habían transformado y peleado para proteger a los jóvenes del campamento. Le quitó la camisa a Bryce y cubrió un poco más el cuerpo de su hija. Entre los lobos era natural la desnudez, pero mierda que le iba a cortar la cabeza a cualquiera que viera a su hija.

Levantó el pequeño cuerpo acunándolo en su pecho, ella era más pequeña que su hermano. Era tan hermosa como su madre, también era tan salvaje y fiera como ella. Deposito un casto beso en su cabeza empezando a caminar hacia la camioneta.

—El hospital de la manada de Edwin ya está preparado para recibir a los tres.

Anker subió inspeccionando las heridas de los tres.

—¿Cómo pasó esto?

—Sinceramente todo fue muy rápido, en un instante estábamos celebrando en el bosque con las chicas y al otro, tu hija estaba corriendo diciendo que su hermano estaba en peligro. Cuando llegue fue inútil me paralice con solo sentir el inmenso poder del hombre. He fallado como tu mano derecha.

—Incluso nosotros llegamos muy tarde —dijo viendo el rostro de sus hijos con impotencia—. Les he fallado.

 —Ese tipo era muy poderoso, he visto a tus hijos pelear y créeme no son débiles, incluso Jackson cayó sin poder herir al hombre.

Ethan bajo la cabeza con la vergüenza cayendo en sus hombros.

—El ataque de los vampiros de ayer también me parece extraño.

Anker recordó que había tenido que llamar a Ethan de regreso a la manada por eso.

—Regrese en la mañana y no había nada fuera del lugar. Todo estaba en total calma.

Nadia gimió abriendo los ojos su mirada estaba desorientada, fue un poco difícil notar al hombre que estaba sosteniendo su cuerpo y mirándola.

—¡Aiden! —Intentó reincorporarse pero el hombre negó.

—Vamos a un hospital no puedes moverte demasiado.

Ella movió la cabeza buscando a su hermano. Su pulso se disparo viendo a Aiden y Jackson en el suelo de una camioneta.

—Está teniendo un ataque de pánico.

Ethan informó viendo como su respiración era anormal.

Anker sujeto su cabeza haciendo que le mirase.

—Duerme.

Como si fuera una orden sus párpados empezaron a cerrarse. Lo último que escuchó fue un lo siento, seguido de unos labios en su frente.

—Nunca había visto a un Alpha hacer eso.

—Nunca lo había hecho antes. Es como mostrar tu dominio y tu poder hacia la otra persona, pero solo funciona con tu propia sangre.

—Eso es grandioso.

—No, no lo es.

Dos horas más tarde los tres estaban en el hospital. Los mellizos estaban en una habitación y Jackson en otra al lado. El hospital era pequeño y no tenía suficiente espacio para tres camas en un solo cuarto.

Anker estaba sentado en una pequeña silla. El médico les informó que era una suerte de que la mayoría de las lesiones de los tres eran huesos rotos por diferentes impactos, también heridas en la cabeza cuando el tipo los impacto contra el suelo. Las heridas de sus hijos estarían curadas en algunos días, mientras las de Jackson en una semana. Debido a las perforaciones de las garras del hombre en sus costados.

Él se levantó cuando escuchó a Aiden toser incorporándose de golpe en la cama con una mano en su cuello.

—Tranquilo —Anker puso una mano en su pecho obligándolo a mantener la calma—. Están a salvo.

La mirada de Aiden se dirigió a él temblando lentamente.

—Te recuerdo.

—¿Qué?

—Había una fotografía, nuestra madre nos la enseñó cuando éramos niños.

Aiden se acostó en la cama nuevamente cubriendo su rostro con un brazo.

—¿Qué fotografía?

—Estabas sentado en una motocicleta y había un parque detrás de ti. Ella dijo que eras nuestro padre.

Anker sintió su corazón paralizado por un instante, sin saber qué decir. Pudo distinguir un leve sollozo proveniente de Aiden.

Después de unos eternos y agobiantes minutos decidió hablar.

—No tengo palabras para disculparme. Alaia es mi esposa. Cometí algunos errores sin darme cuenta hace algunos años, sin importar cuanto la busque no pude encontrarla después de que me dejó. Años después tuve que cambiar el lugar de mi manada por uno más seguro para mi gente —habló con dolor—. Nunca supe que ella estaba embarazada cuando se fue, tampoco quiero que pienses que estoy culpándola de algo —aclaró—. Mi mayor deseo era ser padre, criar y educar a mis hijos.

—Nosotros siempre preguntamos por nuestro padre... Ella siempre nos decía una maldita promesa vacía. Siempre lo mismo y lo mismo.

Anker abrazo a Aiden sintiendo la culpa por el sufrimiento del joven. De un modo u otro Alaia y él fueron los únicos culpables del sufrimiento de sus hijos por crecer sin sus padres. Ellos fueron las víctimas del egoísmo de ambos. 

Quiero aclarar que Ileana no lleva doble LL, es ileana.

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