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Capítulo 11

Castigo eso era lo que tenían. Dustin no tuvo compasión de ellos, justo en ese momento ellos estaban en la escuela recorriendo los pasillos de la entrada. Hace una semanas que los habían castigado y no tenían permisos para salir o usar el auto justo en ese momento tenían un viaje escolar a un bosque en las afueras de "Old Town" el pueblo donde estaban y su abuelo los había obligado a ir. Mejor dicho, casi les dio una patada en el trasero para hacer que bajaran del auto del que el hombre se había apoderado.

-¿Puedes decirme qué estamos haciendo aquí?

-Ni idea, pensé que íbamos a regresar a casa con el abuelo. Incluso ayer en la noche le escuché hablando con el tío James y él también le preguntó lo mismo...

Él se encogió de hombros.

-Son cuatro días en medio de un lugar desconocido -Ella lloriqueo inútilmente, cómo si su hermano pudiera hacer algo.

-Deja de quejarte y empieza a caminar si el grupo nos deja el abuelo no enviará a un reclusorio para menores.

-No existe tal cosa -dijo caminando detrás de su hermano en dirección al profesor Ethan que estaba empezando a pasar el listado de los estudiantes.

-Dile eso al abuelo Dustin y tú misma lo vas a construir con tus propias manos hermanita -dijo él con sarcasmo, sacando los permisos firmados por su abuelo.

-No es justo. Ya deberíamos estar comiendo pastel de la abuela.

-Anda ve y busca un par de asientos en el autobús o vas a terminar poniéndome histérico.

Ella lo fulminó antes de dirigirse al autobús más cercano cargando un pequeño bolso con la ropa de los próximos días, algunas golosinas y cosas para la higiene personal. Giró la cabeza para ver a Aiden entregando los permisos y refunfuñando por tener que estar en ese lugar. Ella subió al autobús viendo todo a su alrededor. Kayla su hermana irían en el otro autobús con los chicos por llegar temprano se salvaron de ir con Tabatha y su séquito de perras locas. Ese no era su día.

-La puta del instituto ha llegado.

Ella fingió pensar algo antes de hablar.

-Dirás las putas, porque ustedes son varias.

Ella sonrió descaradamente viendo a las cinco lobas furiosas.

-Sabes bien que estoy hablando de ti zorra.

-Bien dicen que el león juzga por su condición ¿No?

Nadia le dio un empujón caminando hasta el final del autobús apartando dos asientos del fondo. Tabatha la encaró cuando ella giró con una ceja arqueada.

-Te advertí desde el principio y no escuchaste.

Ella se encogió de hombros viendo con distracción a los estudiantes que estaban ya en sus asientos. Eran el grupo que según ellos mismos eran los "Mejores" los altaneros y descarados.

-Empiezo a creer que tú eres masoquista -dijo poniendo los brazos en su cintura dando un paso hacia adelante viendo a Tabatha directo a los ojos. Tabatha era diez o doce centímetros más alta, pero eso en una pelea no le ayudaría-. Sinceramente no entiendo este circo que has armado pretendiendo creerte superior. ¿Adivina qué? ¡No lo eres, ninguna de ustedes lo es!

-Chicas... -las cinco la rodearon sujetando sus brazos, ella sonrió viendo a las mujeres más tontas que hubiera conocido-. Será mejor que empieces a suplicar clemencia, porque de este viaje ni tú ni tu copia masculina van a regresar -Tabatha amenazó.

El rostro de Nadia se descompuso.

-¡En tu perra vida te metas con mi hermano maldita loca! -ella empujó a las chicas que pretendían retenerla para enfrentar a Tabatha-. Puedo aguantar tus malditos ataques de loca -dijo sacando un pequeño cuchillo de la funda oculta por su chaqueta caminando para sujertar con firmeza el cabello de la aturdida Tabatha, obligándole a agacharse-, pero nadie en su sano juicio tendría la suficiente estupidez para incluso pensar en tocar a mi hermano. Escúchame bien... -la suavidad en su voz era peligrosa eso lo sintió Tabatha cuando la plata del cuchillo en su cuello la hizo retorcerse en medio del autobús. Los jadeos de sorpresa no tardaron en llegar-. Voy a cortar tu garganta lentamente, si intentas incluso pensar en dañar a mi hermano, perra. Después de todo, eso hacemos los cazadores de linaje puro mantener a raya a los estúpidos como tú.

El tono gélido de su voz hizo a Tabatha caer temblando al suelo. Por el rabillo del ojo vio al capitán del equipo de fútbol del instituto acercarse. Las garras y los ojos rojos de un Alpha en el chico. Era seguramente el sucesor de alguna manada cercana. También el verde brillante de diversión que tanto conocía y adoraba.

-¡Kevin! -exclamó divertdo-. ¡Vaya, hombre! -Aiden colocó su mano en el hombro del otro chico apretando con fuerza este-. Nunca he permitido que algún idiota por ahí, ande molestando a mi hermana y hoy no será la excepción.

Tres estudiantes más se levantaron de sus asientos, rodeándolo.

-Nadie puede tocar a nuestro futuro Alpha.

-Uno muy cobarde por lo visto -dijo soltando el hombro de Kevin parándose enfrente de su hermana con una mano en el bolsillo de sus pantalones de deporte-. Nadie puede tocar a mi hermana, menos alguien tan cobarde como tú -el enojo en su tono de voz era muy intimidante. Él vio a los tres Lobos parados detrás de su líder-. Un hombre no atacaría a una mujer por la espalda mientras ella este distraída. Vuelve a tu lugar y deja a las mujeres arreglar sus problemas.

Kevin tembló cuando vio los ojos de Aiden. No conocía a su padre, pero sin duda alguna el hombre era muy poderos. Podrían jurar por sus vidas que era uno de los lobos bendecidos.

Ellos eran jóvenes no tontos, nadie podía negar el parecido de ellos con ese tipo de ojos verdes. Pero en esos momentos sus prioridades eran otras. Querían que su madre fuera quien les dijera la verdad.

-No tenemos intenciones de crear conflictos, sin embargo no todos piensan igual -Nadia vio a Tabatha levantarse con ayuda de sus amigas quienes la vieron con los ojos llenos de promesas oscuras y vengativas-. Si ustedes atacan, nosotros nos defenderemos, esa es la ley de las manadas y tendrán que respetarlas. No me agrada tener enemigos en mi espalda, pero puedo asegurar que quien nos ataque seguramente se arrepentirá.

-Eso es una amenaza Thompson -la profesora que estaba el primer día de clases con el profesor Ethan Georges la miraba como a un insecto. Su esbelta figura cubierta por unos Jeans y un sweater rosa palo, estaba apoyada en la puerta de entrada del autobús-. Usted -caminó con la mirada puesta en Aiden-. Va a ir en el otro autobús y su altanera hermana viajará en este. Seguramente podremos enseñarles respeto por sus superiores.

-Sí con superior, querría decir "Lobos" usted ni siquiera entraría en la lista. Seguramente su cacería salió mal, ¿verdad? Dígame, ¿El lobo que la mando con la cola entre las patas al rechazarla fue quien descubrió lo podrida que esta su alma? -la malicia en la voz de Nadia esperaba provocar una reacción agresiva en la mujer. Era evidente la esencia de la magia negra emanando de sus poros, sin mencionar que también había notado el ligero parecido a Tabatha-. Me pica la nariz de la frustración que emana de su cuerpo.

La mujer hizo rechinar sus molares por la fuerza que utilizó en un intento por parecer profesional.

-He dicho señor Thompson que vaya al otro autobús o prefiere una carta al director con el comportamiento de ambos para ser expulsados.

Aiden controló su enojo todo lo que pudo. Su abuelo los había obligado a terminar el año escolar en esa escuela por haber desobedecido sus órdenes al ir a ese sitio por su tío. No podrían permitirse ser expulsados por su temperamento eso sólo alargaría su estadía en tal lugar.

Su hermana sujetó su mano acariciando el dorso con el pulgar.

-Estaré bien campeón -susurró en su oído para que nadie más les escuchase, aún con su super audición-. Anda te veré en el campamento.

-Si tienes algún problema no dudes en informar al profesor Ethan el viajará en este autobús -Ella asintió con seriedad, viendo a todos observando la escena.

-Tranquilo yo también puedo morder -dijo despidiéndose de su hermano.

Él tomó sus cosas bajando del autobús sin mirar atrás o iba a terminar en una discusión con la mujer. Él y su hermana siempre pasaban todo el tiempo juntos, raramente pasaban más de un día lejos del otro, no era una cosa extraña para su familia pues ellos eran el pilar del otro. Además su madre los hacía siempre un combo doble, para no perderlos de vista. Actividades, compras, comidas, baños. Ellos solían tomar baños juntos de pequeños, hasta que empezaron a hacerlo cada uno por su cuenta cuando cumplieron siete. Incluso sus habitaciones tenían una puerta que las conectaba directamente. Esa fue la única manera de hacerles dormir en habitaciones separadas cuando cumplieron nueve, porque habían estado llorando asustados pensando en que iban a separarlos. Ahora ya eran mayores y confiaban plenamente el uno del otro, no necesitaban una puerta.

Aiden vio una camioneta 4x4 llegando al estacionamiento del instituto antes de adentrarse en el autobús donde sus amigos ya estaban muy cómodos.

Jackson bajo de su camioneta y empezó a caminar hasta Ethan.

-¿Anker ya sabe qué vienes? -Ethan dijo con el bolígrafo en la boca sin mirarlo mientras estaba revisando el listado de lo estudiantes.

-No tengo porque informarle. Soy uno de los supervisores cada año para garantizar la seguridad de los estudiantes.

-Y siempre buscas una excusa para no venir... -Etha murmuró por lo bajo, pasando una página del listado.

-Tonterías, soy muy responsable -él dio un par de pasos más cerca de Ethan, ojeando el listado también.

-¿Iras en eso o vas a viajar en el autobús conmigo? -preguntó, apuntando a la camioneta y después el autobús de la derecha con el bolígrafo-. Ese es el que menos estudiantes llevará. No entiendo, por qué todos odian a la hija de Tania. ah... Ya sé, es igual de detestable que su madre.

-No pienso ir a ninguna parte con esa loca. No ha parado de acostarme desde que le dije que no volviera a mi casa.

-Ah, pobre. Seguramente has llorado en tu baño de lo usado que estás. ¿Te sientes violado? ¿Te da asco mirarte en un espejo? ¿Has llorado mientras estás tomando un baño recordando lo horrible qué fue ser abusado por esa bestia cruel y malvada?

El tono sarcástico de Ethan combinado con la diversión no pasaron desapercibidos para Jackson. Él simplemente cruzó los brazos matándolo con la mirada. Era un hecho de que nadie le obligó a estar en la misma cama con Tabatha o tener relaciones durante casi dos años. Él siempre fue muy claro diciendo que no pretendía nada más que un rato de mutuo placer.

-Eso no tiene gracia -dijo caminando hasta su camioneta ignorando los gritos de Ethan quien le señaló el autobús.

Jackson le sacó el dedo de en medio antes de subir a su camioneta nuevamente.

Tres horas más tarde estaban en el campamento, él empezó a caminar a la cabaña de los encargados. Dejó sus cosas en uno de los cuartos del fondo, dejando abierta la ventana para sus planes nocturnos.

Antes de poder salir Tabatha lo interceptó arrojándose encima de él, con su cuerpo cubierto solamente por una toalla miniatura.

-Estoy muy caliente amor -susurró colgando sus brazos en su cuello cuando trató de alejarla de él-. En unos días la temporada de calor empezará y ambos sabemos que no habrá poder que te haga resistirte a mí.

-Tú sabes muy bien qué nunca he sido un hombre de poca moral, siempre me he considerado alguien que respetaría a la mujer de su vida -la mirada de Tabatha se iluminó entendiendo mal sus palabras.

-¡Acepto! -chilló feliz, Jackson negó apartándose cuando vio a Ethan entrar junto a Carol.

Ethan lo fulminó cruzando los brazos sobre su pecho.

-¿Interrumpimos algo? -la mujer cruzó la entrada viendo el aspecto de Tabatha.

-Jackson acaba de pedirme ser su pareja -chilló feliz Tabatha .

Jackson vio con desagrado a ambas mujeres. ¿Esperen dijo pareja? ¡¿Qué él había pedido qué?!

-Jackson ya tiene pareja -se limitó a decir un aturdido Ethan.

-Supongo que un hombre no necesita una pareja, sí puede tener a una mujer mejor, ¿No? -el veneno en la voz de la mujer era evidente-. Además él hombre ya ha escogido a mi sobrina.

Ethan rió saliendo de la cabaña, era evidente que se estaba burlando de la mujer.

-Tabatha no has entendido nada. Soy muy transparente cuando digo algo y tú simplemente lo has malinterpretado o estás fingiendo.

-Espero que pronto puedas informar a Anker o yo lo haré -dijo la mujer empezando a caminar a una de las habitaciones.

Tabatha bateo sus Pestañas mirándolo y dejando caer la toalla mostrando su cuerpo en toda su desnudez.

-Tengo a una hermosa compañera y a ella le soy leal. Nunca he pretendido nada contigo y eso te lo he dejado muy claro, por eso es mejor que le digas la verdad a tu tía para evitar problemas.

Sin una planta más, Jackson dejó a una Tabatha con el rostro desencajado por el enojo.

Justo a las siete de la noche él ya estaba en su habitación acechando a su presa desde la ventana de su cuarto. Ella tenía una sonrisa brillante burlándose de su hermano mientras contaba una historia de su infancia. Algo con abejas, árboles, picaduras y nalgadas. Al parecer Alaia le había dado un pequeño castigo por molestar a las abejas.

Un pequeño grupo de seis jóvenes incluyendo a su compañera estaban alrededor de una fogata. La vio levantarse diciendo que necesitaba un abrigo y diciéndole a su hermano que estaría bien. En menos de un minuto él estaba acechando a su preciada presa, detrás de un árbol en medio de la oscuridad.

Ella jadeo sorprendida cuando la arrinconó contra un árbol sujetando su pequeña cintura con uno de sus brazos.

-¿Qué rayos? -dijo empujándolo-. sueltam...

Ella calló sintiendo los carnosos labios de Jackson sobre los suyos. No tenía ni la menor idea de qué hacer, solo permanecer quieta y temerosa por la sensación de calidez combinada con el hormigueo de su cuerpo. Cómo si él pudiera leer sus pensamientos dijo con tranquilidad.

-Déjame enseñarte cómo hacerlo -el sonido de su voz hizo que sus piernas se sintieran como gelatina-. Eres deliciosa.

Él acarició su labio inferior con el pulgar, antes de volver a unir sus bocas en un beso muy lento. Permitiendo que ella empezará a mover sus labios y su lengua con torpeza. Por alguna razón ella sentía la necesidad de pegar aún más sus cuerpos, colocó los brazos alrededor del cuello de él. Uniendo sus pechos, eso la hizo jadear separando sus labios para respirar.

-Eso no debería haber pasado.

Ella se alejó en un intento por calmar las deliciosas sensaciones que su cuerpo estaba sintiendo.

-Eso debería haber pasado hace un tempo -Jackson intentó recuperar su respiración -. Para ser tu primer beso, puedo decirte amor que eres una fiera.

Ella lo empujó con el rostro rojo de vergüenza. Empezó a caminar escuchando la risa de Jackson ignorando a sus traidores pies...

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