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C L I C H É
En este lugar,
donde esta mi hogar,
es esa misma contrariedad,
a todos nos encanta opinar.
Como en cualquier otro lugar,
es penosa esta necedad,
de normas tan poco naturales:
tan egoístas, tan superficiales.
Así no debe de ser,
no sentenciemos sin entender;
hay tanto que se puede creer,
si todo lo que hacemos es ver.
Las apariencias engañan,
la mayoría, nos dejamos engañar;
las experiencias educan,
así que aprende, antes de hablar.
En esta humanidad,
de tanta exigencia descarada,
difícil es darle la espalda;
pero así contribuirás a sanarla.
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