Capítulo 3
Durante la noche, el Azotador y su mujer se acostaron en la parte delantera de la cueva. Los miré sin moverme cuando se acomodaron. El Azotador estaba murmurando en silencio, lo vi girarse en mi dirección, pero no podía ver mis ojos en la penumbra. Me pregunté si él sabría que yo era el hijo de su enemigo o si sólo era que él odiaba a todos los forasteros. Me sentí preocupado esa noche. No sabía cuánto tiempo Thor planeaba mantenerme aquí. ¿En qué momento su lujuria quedaría satisfecha y yo sería entregado a los hombres para que me mataran? No tenía sentido mantenerme vivo, su tribu no se lo permitiría. Tal vez a una mujer sí, sobre todo si es bonita y fértil, pero ¿un hombre? No. Mi vida sería corta.
Me pregunté si El Azotador tendría el sueño pesado, y si yo podría llegar a matarlo ahí donde dormía antes de que Thor se cansara de mí.
La luz de la mañana despertó a la mujer, que se levantó y caminó a la salida. Suspiró en la entrada y se agachó para recoger el hueso que Thor había lanzado tan descuidadamente la noche anterior. Ella lo miró y despúes me miró a los ojos mientras yo estaba bajo su brazo.
Ella sonrió suavemente y desapareció, aparentemente contenta de que me quedara. Maté unas cuantas pulgas que brincaron a mi piel mientras esperaba a que Thor se despertara. Catorce, en realidad. Este lugar necesitaba una sacudida.
Pocos minutos después, la mujer volvió, sosteniendo un cuenco hecho con el cráneo de una bestia. Ella lo acercó a mi boca y yo probé el agua. Estaba fresca y calmaba mi garganta seca.
"Gracias." Susurré.
Ella sonrió, entendiendo el significado incluso si no entendía mis palabras.
"Frigga." Dijo suavemente, colocando una mano en su pecho.
"Frigga." Repetí igual de suave.
Ella me apuntó.
"Loki." Dije.
"Lowki." Repitió con el mismo acento que Thor. Señaló al Azotador, que seguía roncanddo sobre su espalda. "Odín."
Me negué a decir su nombre. Él era y siempre sería el hombre asesinó a mi padre.
Frigga me observó por un momento, luego repitió. "Odín."
Sacudí la cabeza y entrecerré los ojos.
"No." Dije.
Mis movimientos habían despertado a Thor, él gruñó y se movió, atrayéndome cerca.
"Lowki." Dijo, sonriendo hacia mí. Vio a la mujer al borde de la cama. "Madra." dijo.
Ella sonrió y se inclinó para acariciar su cabello. "Gool Dawa Thor, da gat dool." Dijo ella y se levantó.
La observé mientras salía de la cueva. Thor me acercó y me acarició el cuello. No me gustó y me retorcí en sus manos. Él se movió y yo sentí su virilidad contra mí.
Luché un poco más, pero igual que anoche, no había escapatoria de su agarre. Se empujó dentro y hacia arriba y yo sofoqué un grito, agradecido de que, por lo menos, la grasa animal de la noche anterior todavía estaba resbaladiza dentro de mí. Su hombría era grande, y me sentí expuesto mientras él balanceaba sus caderas contra mí.
"Flacks, Lowki, flacks, Gool Lowki, flacks." Susurró, cambiando entre besar y acariciar mi cabello y mi cuelll. Traté de alejarlo, pero no había manera de detenerlo.
Vi a Frigga volver con el cuenco, se acercó a nosotros mientras nos balanceábamos juntos.
"Thor, yu mud woo fan." Dijo tranquilamente, y dejó el cuenco a un lado de la cama. Ella nos dejó solos en nuestro apareamiento.
Había lágrimas en mis ojos de nuevo cuando Thor derramó su humedad dentro de mí. Se alejó y me enrolló en sus brazos para besarme profundamente.
"Niye Lowki." Dijo de nuevo. Limpió las lágrimas de mis mejillas y las besó cariñosamente antes de estirarse y tomar el cuenco.
Él comió bien, recordando dejarme comer unas cucharadas de granos de trigo. En el exterior podía oír los sonidos de la tribu levantándose. Me sentí dividido en dos. Una parte de mí quería alejarse de esta cueva y alejarse de Thor. La otra parte no deseaba salir nunca, porque estaba seguro de que allí afuera iba a encontrar mi muerte.
Thor se levantó y se estiró, luego se inclinó y me levantó a su lado.
Él me arrastró fuera de la cueva, a la débil luz de la mañana. Los cazadores se habían reunido en preparación para el día. Estaban revisando sus lanzas y cuchillos. Al ver a Thor se enderezaron, al verme, sus ojos se estrecharon.
Thor me empujó sobre una roca para hacermesentar y él se acercó a sus hombres. Miré alrededor del campamento y tomé nota del sendero y la posición de los guardias.
Estaban discutiendo, y por la forma en que seguían mirandome, sabía que estaban discutiendo sobre mí.
Uno de ellos estaba haciendo gestos y grandes señas con sus brazos, se estaba poniendo muy rojo de la cara.
"Je tejen ah dool!" Gritó él. "Da hew du craw pwo je hwew at!"
"¿Jewa hwew seh je whe yu craw? Je hwew du yrustil. Je hwew fruk ah kindri!" Gritó una mujer, sus gruñidos eran de apoyo.
Me encogí en mi lugar, el miedo dentro de mí comenzó a crecer de nuevo. Thor puede ser el líder, pero había muchos otros aquí que sin duda serían felices de tomar su lugar.
Thor gruñó de rabia. Sus ojos parecían salvajes, pensé que era sólo cuestión de segundos antes de que se atacaran unos a otros.
"Da hwew seh je." Dijo el Azotador desde detrás de mí.
Me congelé, podía sentie su maligno ojo en mi espalda. No sé que fue lo que dijo, pero la tribu se calmó.
"Dadra, ¿yu hwew seh je sten?" Preguntó Thor.
"Jar. Da hwew clat je a da, je hwew du gron rar wit wri kan hevin je dwon." Dijo el Azotador.
"¿Fwa i je fruk yu?" Preguntó un hombre.
"Den je hwew hov wri *ded* kan hevin je dwon." Gruñó el Azotador.
Los observé durante su intercambio, incapaz de entender lo que querían. En cualquier caso, parecía que las cosas estaban resueltas. Thor parecía complacido.
Antes de que los cazadores se fueran, Thor me ató con una cuerda a el Azotador. La cuerda era gruesa y los nudos de cuero estaban atados firmemente. No podía ir a ninguna parte sin él. Pensé que podría desmayarme de miedo, él me miraba con intenso odio. Lo único a mi favor era que mis manos no estaban atadas ahora, los lazos de cuero de los últimos cuatro días habían dejado marcas profundas en mis muñecas y era un alivio poder frotarlas.
Poco después de que los cazadores se hubieran marchado, un grupo más grande de mujeres, niños y guardias partió hacia las llanuras. El Azotador y, debido a la cuerda que nos ataban, yo, fuimos con ellos.
Cuando llegamos allí, él me entregó una bolsa de piel y señaló los granos que crecían en las hierbas largas ante nosotros.
"Pwuk dem." Dijo, y comenzó a recoger los granos.
Me incliné hacia adelante y lo imité, arrancando las vainas de grano de la hierba mientras avanzábamos por la llanura. Yo no era tan viejo como para haber olvidado la mejor manera de recolectar, y mis dedos largos trabajaron rápidamente y bien. Después de un tiempo él miró mi bolsa y gruñó en lo que parecía ser aprobación a regañadientes. Sin embargo, no dijo nada y seguimos con nuestra tarea.
A mediados del día el grupo había alcanzado un área de hierba baja por el comienzo de un bosque. Vi conejos alimentándose aquí y allá. Algunos de los niños hacían como si quisieran perseguirlos, pero eran demasiado rápidos, o más bien, los niños eran demasiado lentos. Las mujeres los sujetaron y se alejaron.
No entendí esto, ¿cómo iban a crecer siendo rápidos y lo suficientemente ágiles como para atrapar a los conejos si no practicaban? Teníamos un buen suministro de cereales, bueno, yo lo tenía, y el mediodía fue un momento agradable ya que la mayoría de los adultos estaban tomando un descanso a la sombra de los árboles.
Me senté tan lejos de el Azotador como la cuerda lo permitía, e intenté descansar. Podía ver la forma en que los adultos me observaban, sin confiar en mí. Me quedé quieto y traté de no mostrar que estaba tratando de deshacer los nudos que me ataban.
El Azotador se movió y yo me quedé helado. Él me aterrorizaba, incluso ahora, mientras se sentaba encorvado en la sombra. Su cabello era más gris que rubio, y su rostro estaba tenía severas lineas de expresión marcadas. No lo había visto desde el día en que mató a mi padre, y el cambio era inquietante, como si estuviera viendo algo prohibido. El Gran Azotador era un anciano, gruñendo bajo su aliento y recogiendo granos con sus dedos marchitos. Caminé por el alrededor, fingiendo que no buscaba en secreto una roca lo suficientemente grande como para molerle la cabeza.
El resto terminó, los adultos se trasladaron otra vez a una nueva parte de las llanuras y volvimos a arrancar granos.
La luz se desvaneció cuando los cazadores regresaron. Pude ver enseguida que no habían tenido éxito. Sus hombros estaban hundidos y sus rostros mostraban qué tan mal se sentían.
Conocía bien el sentimiento. La mayoría de las grandes cacerías en mi tribu no tuvieron éxito, comiamos granos y frutas la mayor parte del tiempo, peces ocasionalmente y conejos, por supuesto, siempre cazabamos conejos.
Las mujeres se limitaron a llevar las bolsas, había suficiente grano para esa noche y tal vez un poco para la mañana siguiente también. Entregué mi bolsa junto con la de el Azotador, me alegró ver que la mía era una de las más grandes del grupo, al menos no podría ser acusado de no ganar mi comida.
Thor lucía complacido conmigo, y se giró para asegurarse de que los otros cazadores pudieran ver ese gusto en su rostro. Entonces, uno de los cazadores, el que me había traído un pedacito de conejo la noche en que me atraparon, señaló al bosque con entusiasmo. Luego me señaló a mí.
Me congelé en mi lugar mientras él balbuceaba hacia ellos, señalando hacia adelante y hacia atrás entre mí y el bosque.
Thor pareció intrigado, se acercó y cortó mis ataduras, tomando mi brazo y jalándome hacia el área del bosque.
La tenue luz había hecho salir a los conejos; era el mejor momento para atraparlos. Thor los miró, y después a mí. Trató de entregarme una lanza.
"Craw dem." Dijo, señalando los conejos.
Miré la lanza. Usarla no era la forma para atraparlo. Yo podía atraparlos con un cuchillo de sílex a la distancia, pero la forma más común de atrapar un conejo era correr tras él.
Empujé la lanza para regresarsela y me alejé.
Escuché los gritos detrás de mí, pero los ignoré. No tenía manera de explicarme, así que no me molesté. Me lancé hacia el centro de donde se reunían los conejos y corrí mientras huían. Corrieron de un lado a otro, zigzagueando para tratar de sacudirme, pero yo avanzo ligero en mis pies. Palmeé, aterrizando sólidamente cerca de uno de ellos y agarrándolo entre mis manos.
Rodé sobre mi espalda en la tierra y me encontré frente a un número considerable de lanzas. Los cazadores me habían perseguido, sin duda creyendo que había intentado huir. Thor estaba entre ellos, mirando el conejo en mis manos sorprendido.
Lo sostuve en mis manos con calma, quedándome quieto, no tenía herramientas para ayudarme a sobrevivir, y Thor era más rápido que yo, como ya lo había demostrado. Huir no era posible en este momento, lo mejor que podía esperar era ser lo suficientemente productivo para que no me mataran.
Thor tomó el conejo y le torció el cuello. Me puse de pie cuidadosamente.
El otro hombre fruncía el ceño.
"Peni." Dijo. "Yu craw peni."
Levantó la mano y extendió cuatro dedos. La última vez, yo había atrapado cuatro conejos. Entonces extendió sus manos y señaló alrededor de él. Todos los conejos se habían ido, escondidos bajo el suelo.
"Tenemos que esperar." Dije. Parecían confundidos. Hice un gesto para que me siguieran y regresé al resto del grupo. Cuando estábamos lo suficientemente lejos, me senté y los miré.
"Esperen." Dije de nuevo.
Thor me observaba con ojos astutos.
"Stei." Dijo él. Los otros asintieron con compresión repentina.
El grupo principal se fue, llevandose el primer conejo. Thor y un pequeño grupo de hombres se quedaron conmigo mientras esperábamos que los otros conejos regresaran.
La luz del día poco a poco comenzó a desvanecerse. Después de un tiempo los conejos volvieron. Los miramos mientras salían de sus madrigueras y empezaban a comer de nuevo. Uno de los hombres me empujó. Cuando lo miré, hizo un gesto hacia el campo. Sacudí la cabeza. Demasiado pronto.
Esperamos un poco más, luego me levanté despacio y me preparé.
Thor se acercó a mí.
"¿Wa hew wei hew?" Dijo. Era una pregunta, pero yo no sabía qué quería. Hizo un gesto hacia sí mismo y a sus hombres y repitió sus palabras.
Adivinando lo que quería decir, señalé a dos de ellos e hice un gesto hacia la izquierda. Luego señalé a Thor y al otro e hice un gesto hacia la derecha. Flanquearlos, les hice gestos, hay que mantenerlos contenidos en un sólo lugar.
Me levanté y corrí. Detrás de mí escuché que los hombres se alejaban hacia ambos lados. Me lancé furiosamente entre los conejos, lanzándome hacia uno y atrapandolo en el suelo. Le rompí el cuello rápidamente y me levanté, esperando que los hombres hubieran contenido a más conejos.
Lo hicieron, pero sólo a unos cuantos, seguí por el suelo y perseguí a uno detrás de otro. Casi se me escapa uno, pero Thor surgió repentinamente en su camino y el animal cambió de dirección. Seguí y aterricé, atrapándo con una mano a la criatura. Lo arrastré rápidamente hacia mí antes de que tuviera la oportunidad de morder y torcí su cuello.
Nos retiramos a nuestro lugar para esperar otra vez. Los hombres estaban contentos con mis esfuerzos, aunque yo ya estaba cansado debido a mis pequeñas comidas y a la falta de sueño. Esperamos otra vez e hicimos un intento más antes de que la luz se volviera demasiado tenue. Esta vez no tuvimos éxito, los conejo se deslizaron fuera de mi alcance cuando traté de atraparlos. Thor no parecía molesto, envolvió su brazo alrededor de mí y me acercó a él mientras caminábamos hacia su base.
No conseguí comer nada de conejo. La carne era compartida entre los hombres, y los restos eran ofrecidos a cualquier mujer con la que quisieran aparearse. Me dieron un tazón pequeño de granos para llenar mi estómago. Tenía sentido, yo era una carga para estas personas, unos cuantos conejos no cambiarían eso.
Thor me mantuvo a su lado mientras la tribu comía. Todavía no era de su confianza, podía verlo mientras me observaban. Mantuve la cabeza baja y traté de parecer manso en su presencia. Había muchos de ellos y no tenía esperanza de escapar, todavía no.
Thor terminó su comida y me apartó de la hoguera. Tragué nervioso, pero no pude hacer nada. Yo era suyo para que hiciera lo que él quisiera. Traté de estar agradecido de que no iba a morir, al menos, no por un tiempo. Eventualmente, cuando Thor pierda su interés en mí, no tendrá ninguna razón para mantenerme vivo.
Comenzó besándome, le gustaba besarme. Su boca sabía a conejo, lo que me hizo enojar. Pero yo ya no era el hijo de un jefe de tribu, ya no era un cazador que un día sería el jefe mismo, yo era una presa, atrapado y retenido, no era lo suficientemente importante para comer el conejo.
Sus grandes manos corrían por mis costados, deslizándose bajo mis glúteos, apretándome posesivamente. Me sostuve e intenté no gemir. Ya no había necesidad de molestarse, ya era un ergi y Thor me había hecho llorar como un niño en más de una ocasión, pero me hacía sentir mejor tratar de aferrarme a algo.
Se acurrucó contra mi cuello y lo cubrió con besos húmedos. Una de sus manos se metió entre mis piernas y deslizó sus dedos hacia adentro. Salté y me retorcí, tratando de detener lo inevitable.
Thor tomó esto como una invitación a sumergir sus gruesos dedos en la grasa de animal junto a la cama y prepararme con ella. Su siguiente intento fue con facilidad. Mi respiración sonaba ruidosa en la cueva, no podía oír nada más a parte de como él trabajaba sus dedos dentro de mí. Intenté otra vez alejarme de su agarre, pero no pude detenerlo.
Él se movió, tirando de mí hacia arriba hasta que me senté en su regazo. Pasó un brazo alrededor de mí y el otro siguió trabajando debajo de mí. Giré la cabeza mientras él me besaba, sus labios estaban apretados contra la esquina de mi boca.
"Detente." Susurré, sabiendo que aunque él pudiera entenderme, no lo haría. Yo era su prisionero, era suyo. Así es como eran las cosas. No me tenía que gustar, pues yo no era lo suficientemente importante como para que mi opinión se tomara en cuenta.
Sacó sus dedos de mí y agarró mis nalgas en sus manos. Me dejó expuesto incluso mientras yo luchaba por detenerlo, y me bajó hasta su virilidad. Un grito rompió la suavidad de la cueva. Era yo, alto y agudo cuando sentí que él me rompería. Me empujó hacia abajo lentamente hasta que estaba completamente dentro de mí. Él estaba respirando pesadamente por el placer y me miró con ojos salvajes y llenos de lujuria. Sus caderas se abalanzaron hacia arriba, arrancando otro grito de mis labios. Esto sólo lo estimuló cuando se movió de nuevo, me levanté y caí en sus brazos con cada embestida, mientras los sonidos de la tribu fuera se filtraban a través de las pieles colgando en la entrada.
Cuando terminó y me recostó después, estaba demasiado cansado para correr. Cerré los ojos antes de que él se hubiera acomodado y me sumergí en un profundo sueño.
El día siguiente fue lo mismo, excepto que ahora fui llevado a los campos de los conejos antes, por los cazadores. De igual forma conseguí una buena bolsa de granos, y mis esfuerzos me hicieron atrapar dos conejos antes de que Thor regresara. Él se quedó conmigo en la luz tenue mientras esperábamos a que los conejos volvieran.
Su mano se mantuvo acariciandome la pierna. Yo sabía lo que él quería, pero realmente esperaba que con sus hombres aquí presentes él no me tomaría. He podido evitar ser entretenimiento para estas personas hasta ahora. Me aferré a la esperanza de que eso continuara igual.
Afortunadamente, los conejos eran más importantes. Me levanté y corrí hacia ellos, corriendo de un lado para otro hasta que tenía uno en mis brazos. Le rompí el cuello y me puse de pie.
¡Thor había atrapado un conejo! Estaba de pie con el en sus brazos, muy satisfecho consigo mismo. Sus hombres se agrupaban alrededor y le golpeaban en la espalda alegremente. Me sentí extrañamente molesto. Esta era una herramienta de negociación para mí, algo que podía hacer que me consideraran valioso. Y Thor me lo había quitado.
Pero él había tomado todo lo demás en mi vida, así que ¿por qué no esto también?
Entregué mi presa con una mano de forma dudosa. Thor me agarró y me abrazó posesivamente.
Traté de mantener la calma. Thor era rápido y un buen cazador, pero los otros no eran lo suficientemente rápidos. Pude ver eso. Todavía tengo algo de valor, a menos que Thor planee ser el único colector de conejos de la tribu.
Nos acomodamos en el lugar de espera. Thor aprovechó la oportunidad para acariciarme y frotar sus manos bajo mi taparrabos.
Me retorcí incómodamente; sus hombres estaban mirando y claramente disfrutando el espectáculo. Thor pareció darse cuenta de lo que me estaba molestando. Yo no esperaba que se preocupara, pero él me abrazó y miró severo a los demás.
"Niye." Murmuró con los ojos entrecerrados. Todos parecieron encontrar otras cosas que mirar.
Thor no atrapó nada más. Era rápido, pero no tan ágil, y no podía girar tan rápido como yo. Sus gruñidos de frustración hubieran sido graciosos si yo no tuviera miedo de su enojo.
En total cazamos siete conejos para comer. No tenía mucha esperanza de probar uno, excepto de la boca de Thor.
Tuve razón, y comí mi pequeño plato de granos de trigo sin quejarme. No era suficiente para un hombre de mi tamaño, y ciertamente no para uno que corría por los conejos cada día. Yo estaba agotado. Me pregunté si habría alguna manera de esconder un poco de comida, seguramente ellos quitarían sus ojos de mí pronto.
Mi suerte siguió siendo mala. Estas personas no confiaban en mí, me observaban constantemente, no sólo los guardias, sino las mujeres e incluso los niños mayores. Yo era el extraño en su tribu y no se relajaban a mi alrededor. Esto era un problema, no sólo para mi escape sino para mi propia supervivencia.
Mi padre siempre dijo que yo era listo, y como ya me habían arrebatado mi honor, tenía pocas razones para abstenerme de actuar como quisiera. Bueno, si Thor estaba tan decidido a llamarme suyo, tendría que alimentarme mejor, y yo sabía exactamente cómo hacer que eso sucediera. No tenía ninguna duda de que obtendría mi oportunidad pronto.
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