Había mucho que hacer. La barrera de rocas frente a la cueva tenía una gran abertura por el desgaste de tiempo, y necesitaba reparación. Teníamos que recoger madera del bosque cercano también, y muy temprano a la mañana siguiente se dispusieron a organizar una gran fiesta.

Fui con ellos. Pasé el día recogiendo las ramas caídas de los árboles. Caminamos bastante lejos antes de que empezáramos con la tarea, lo cual no entendí. Ullr intentó explicármelo.

"I wei tejen grim sloe a liep ettara pa liep compen o liep Icha, den wei hov a mov rar whe ni id friddid, ut i wei colet liep rar stints won den wei hwew du hov rar a uy whe liep icha compen."

Lo miré en blanco. Frunció el ceño y comenzó a hacer mímica.

"Wei." Dijo, señalándolos a todos. "Colet." Fingió que juntaba cosas. "Sloe." Pensó un segundo y después sonrío. "Sloe." Dijo de nuevo, manteniendo las manos lejos de él. "Rar." Dijo y las movió todavía más lejos. "Sloe. Rar. Sloe. Rar."

Asentí y repetí las palabras junto a él. Su sonrisa se hizo más grande.

"Wei colet, den whe friddid compen." Fingió que temblaba por el frío. "Du stints sloe caridoet. Ut wei colet rar, den whe liep friddid compen, wei hov stints sloe."

Asentí, casi lo entendí. Si recolectábamos la madera que estaba cerca ahora, entonces tendríamos que ir más lejos por ella más tarde, y haría mucho frío para eso. Así que en su lugar caminábamos lejos para recogerlo ahora.

Ullr sostuvo tímidamente la mano en alto.

"Ni id hinahden won. Dunka yu Lowki." dijo.

Miré su mano; había una pequeña cicatriz, la línea en forma de v dejada por la mordedura. Casi parecía un pájaro en vuelo.

"Yu welcome... ah... hebton." dije sonriendole.

Pasamos el día recogiendo leña y la dejamos caer por el agujero hacia las manos que esperaban abajo. Thor y los otros cazadores también habían estado ocupados. Estaban haciendo algo con cuerdas, atándolas a largos postes de madera en un patrón sencillo. Me senté y los miré mientras el sol se ponía y la luz se desvanecía.

Esa noche Thor se sentó a mi lado y me dio algo para cenar. No era mucho.

"Dawa-awa wei craw liep pace fwa liep ocean-metts." Me dijo, envolviendo su brazo alrededor de mi cintura y dejando que sus dedos se deslizaran hacia abajo para jugar con los lazos de mi ropa. Dejé que mi cuerpo se apoyara contra el suyo. Me dije que sólo era porque estaba tibio, y que no tenía nada que ver con la forma en que su contacto hacía que mi piel hormigueara.

Y si lo entendía bien, mañana cazaríamos en el océano. No entiendo cómo, pero este no era mi mundo. Mi gente iba a las montañas y cazaba los renos. Esperaba que mis parientes pudieran reparar las trampas que pusimos años anteriores y usarlas para sobrevivir.

Thor me empujó sobre mi estómago y me besó por la espalda mientras sacaba la ropa de mi cuerpo. Su boca llegó a mi entrada y para mi sorpresa, presionó sus labios contra ella, haciéndome saltar. Sus grandes manos me sujetaron la cintura y me mantuvieron firme mientras me mordía la piel una y otra vez. No pude reprimir mis gemidos ante las sensaciones que recorrían mi cuerpo.

Thor tarareó de placer y retrocedió lentamente hasta mi cuello. Tiró de mis caderas y se empujó suavemente contra mí durante unos minutos, su virilidad deslizándose entre mis piernas para empujar a la mía. Se retiró sólo un poco para tomar algo de grasa y comenzó a trabajar entre mis piernas.

Me moví hasta estar sobre mis manos y rodillas. Incliné mis caderas para darle un mejor acceso, luchando para evitar que mi respiración se saliera de control.

Thor se inclinó sobre mí y apretó su virilidad en mi entrada. Me mordió el cuello y se deslizó lentamente hacia dentro. Jadeé un poco ante la sensación de él, obligándome a tomar su longitud. Pasó justo por ese lugar dentro de mí, y por un momento pensé que había visto estrellas delante de mis ojos.

Otro empujón y él estaba completamente dentro de mí. Sus caderas se presionaron firmemente contra mi trasero mientras su pecho descansaba sobre mi espalda. Permanecimos juntos durante mucho tiempo, Thor respiró mi aroma y acarició mi cabello. Sus caderas me daban sólo el más mínimo movimiento; la sensación me estaba volviendo loco.

Solté un grito que no podría haber mantenido dentro aún si lo hubiera intentado, Thor me empujó hacia atrás duro contra él, tratando de alentar el movimiento. Se levantó y agarró mis caderas. Con un gruñido de placer se balanceó hacia atrás y luego se estrelló contra mí. Jadeé y levanté ligeramente las caderas para que encontrara ese lugar dentro de mí. Su siguiente empuje me hizo gemir en una voz tan alta que hasta ahora no sabía que podía hacer. Durante unos minutos nos balanceamos juntos a un ritmo constante. Nuestros jadeos y gemidos resonaron a través de la cueva.

La mano de Thor dejó mi cadera y empezó a moverse debajo de mí hacia mi virilidad. Encontró su objetivo y rodeó mis sacos entre sus dedos y yo gemí desesperadamente. Podía sentirme endureciendo ante su toque. No quería derramarme, pero, realmente, ¿dónde estaba la línea que separaba el hacer esto lo más agradable posible o simplemente disfrutarlo? Ya he dado tanto que esto a penas parece importar.

Thor movió su mano hasta que rodeó por completo mi miembro, me sacudía en su mano con cada empuje, y en cada movimiento hacia atrás se enterraba más en mí. Atrapado entre ambas sensaciones, no pude mantener el control. Gemí, jadeé y lloriqueé bajo él. No pude detenerme, y no quise hacerlo. Mi mundo se estrechó hasta que todo lo que pude pensar era Thor, todo lo que podía oír era su respiración, todo lo que podía oler era su aroma, todo lo que podía sentir era su mano y virilidad, trabajando juntos para destruirme completamente.

Llegué con un jadeo, mi humedad se derramó en fuertes chorros. Detrás de mí, sentí a Thor tensarse, y un momento más tarde sus empujes se calmaron mientras dejaba su humedad dentro de mí.

Nos derrumbamos sobre las pieles, Thor todavía enterrado dentro de mí. Gemí débilmente y traté de liberarme. Thor serpenteó su brazo alrededor de mí y me besó la mejilla juguetonamente. Me agaché e intenté sacármelo de encima. Me agarró de la mano y me detuvo. Hice un ruido indignado y me retorcí un poco más. Su longitud ahora suave se deslizó de mi cuerpo. Suspiré de alivio al mismo tiempo que él gruñó en desilusión. Lo miré por encima del hombro y entrecerré mis ojos hacia él, pero no pude mantener mi boca haciendo un gesto serio.

Lo vio y me besó, envolviendo sus brazos alrededor de mí y presionándome contra las pieles con su cuerpo. Yo sabía cuándo rendirme, y nos besamos durante mucho tiempo. Todavía estábamos besándonos cuando sus padres vinieron a la cama. El Azotador suspiró y murmuró, pero Frigga lo hizo callar.

****

Los cazadores llevaron esa creación al océano al día siguiente. Había un sendero desde la cueva hasta ahí. Estaba empinado y era estrecho. Los vi bajar con los ojos muy abiertos.

Luego fue mi turno. El resto de la tribu iba hacia las rocas para reunirse. No sabía lo que planeaban hacer al llegar allí, pero los niños parecían emocionados. Hice mi camino lentamente hacia abajo, tratando de no saltar ante los sonidos fuertes que el océano seguía haciendo.

Una vez que llegamos a un punto cercano al fondo, nos abrimos camino a través de las rocas a un lugar donde el océano no llegaba.

Había cuencos en las rocas que estaban llenas de plantas. Probé el agua y la escupí enseguida, ¡era salada! ¡Asquerosa! Hice una mueca y Frigga se echó a reír cuando me vio. Hizo un gesto para que me acercara a ella.

Algunos de la tribu estaban cavando junto a un tipo de planta. El resto utilizaba sus cuchillos para raspar las grandes conchas de las rocas, aún más personas recogían pequeños caparazones negros, usando piedras para derribarlas de las rocas. Frigga sostuvo una de las conchas más grandes para que yo pudiera ver. Había una criatura dentro del caparazón. Comida.

Tiré de las plantas, justo como que vi a otras personas hacer. Eran viscosas y olían a agua salada. No estaba seguro de que me gustaría, pero en tiempos como este no hay comida que pueda ser rechazada.

Los cazadores habían terminado lo que estaban haciendo. Habían construido varias redes tejidas que ataban en puntos clave a lo largo de la costa. Entonces comenzaron a caminar por la orilla, buscando algo. Volví la vista a mi tarea. Había un montón de plantas y conchas, pero como el invierno ya estaba aquí, seguro que había menos. Tuve que reunir todo lo posible para demostrar mi derecho a permanecer. No soy tan tonto como para creer que salvar la vida de Ullr mantendría mi posición segura para siempre.

Dejamos nuestra recolección mucho antes de lo que pensábamos. Miré en confusión mientras que la tribu comenzaba a caminar de regreso. Frigga me hizo un gesto para que la siguiera. Ella vio mi expresión y sonrió.

"Yu seh." dijo.

Una vez que estábamos de vuelta en la cima del acantilado, Frigga señaló sobre el borde a donde habíamos estado. El océano estaba mucho más cerca que antes, el fondo del sendero estaba casi mojándose. ¿Qué es esta magia? Lo miré con creciente temor mientras el camino se llenaba de agua, luego el lugar en que habíamos estado recolectando fue tragado lentamente por el océano.

"¿Vendrá por nosotros?" Le pregunté a Thor, que venía unos metros detrás de mí. "¿Hwew ni craw ah?"

Él sonrió de esa manera seria y rodeó mis hombros con su brazo.

"Du Lowki, ni hwew du gat di ieei. Seh liep linnea dere, ¿la liep ruk?" Señaló al acantilado. Había una línea a donde creo que él quería que yo mirara. Lo señalé para que viera que entendí. "Liep ocean compen woop a dere, ut du rar." dijo.

Me consolaba el hecho de que él no estaba preocupado. Creo que estaba diciendo que la línea impedía que el océano se elevara demasiado, aunque no podía imaginar cómo. Debe ser una especie de magia.

Pasamos el resto del día recogiendo leña. Cuando volvimos a la cueva, Frigga y Sif destaparon una gran olla, demasiado grande para cargarla. Había quedado allí desde la última vez. La limpiaron y comprobaron si había grietas. Satisfechas de que todavía estaba bien la colocaron sobre el fuego y la llenaron de agua. Frigga encendió el fuego, ambas se sentaron y esperaron que el agua se calentara. Thor me sonreía, sus intenciones eran claras. Con gran deleite me mostró el pez que había capturado. Era bastante grande, y lo había atravesado directamente con una lanza. Rodé los ojos por su entusiasmo, sonriendo. Él me vio y me guiñó un ojo.

Con asombro me di cuenta de que estábamos coqueteando, justo como un hombre y una mujer harían. Tragué rápidamente y fui a mirar por la boca de la cueva.

El océano se estrellaba contra las rocas. Me envolví con mis brazos e intenté no imaginar el océano trepando por las rocas para alcanzarme.

Thor me rodeó con los brazos por detrás. Me incliné hacia atrás para descansar contra él. Su pecho era firme y reconfortante, era algo familiar en una tierra extraña.

Las criaturas de los caparazones fueron arrojadas a la olla cuando estaba lo suficientemente caliente. Dejaron de ser viscosas y se volvieron suaves y masticables. El sabor era agradable, aunque inusual. El pescado también era diferente a todo lo que yo estaba acostumbrado. Era más salado pero no menos delicioso.

La planta fue picada y puesta en la olla con las conchas y el pescado. Todo se convirtió en una sopa espesa que la tribu compartió. Añadieron más agua cuando terminamos para que la olla caliente no se secara durante la noche.

****

Me asustaba el océano. El resto de la tribu parecía saber cuándo se movería hacia atrás y adelante, pero yo no. Yo los miraba a ellos y confiaba en sus acciones para saberlo. Yo estaba nervioso de bajar la cabeza a buscar comida en caso de que se movieran y me dejaran atrás. Me dije una y otra vez que Frigga no haría tal cosa, pero ella no siempre estaba con nosotros, ella a menudo se quedaba cerca de la olla que teníamos sobre el fuego, manteniendo el agua alta y hirviendo.

Estaba empezando a llover fuerte, pensé que vendría la nieve y cubriría el suelo con su mortal blancura.

Las esteras que los cazadores habían construido formaban redes. Pronto me di cuenta de que cuando el océano llegaba alto, el pescado nadaba con él, pero cuando volvía a bajar algunos de ellos se quedarían atrapados en las redes. El agua se escurriría a través de las esteras dejando sólo un pequeño espacio para que los peces nadaran. Entonces los cazadores se quedaban allí y los atrapaban. Cogieron muchos peces de esa manera.

Todos los peces y las criaturas del océano irían en la olla, la cual hervía continuamente en el fuego. Pero había otra comida. Había pájaros que vivían en las rocas junto al océano, llegaron a descansar en lo alto del acantilado por la noche. Thor y los otros cazadores dejaban la seguridad de la cueva y escalaban los acantilados antes de que se pusiera el sol. Esperaban a los pájaros con las redes recogidas en sus manos. Una vez que los pájaros volaban, soltaban las redes y los capturaban. Los pájaros se enredaban mientras intentaban volar y los cazadores arrastrarían las redes y los matarían.

A veces la red quedaba atrapada en las rocas y uno de los cazadores tendría que bajar para liberarla en la oscuridad. Esa era una actividad peligrosa. Estaban justo en el mismo borde del acantilado, y la lucha que ofrecían los pájaros sacudía la red en direcciones aleatorias. Me preocupé constantemente de que Thor fuera arrastrado hasta su muerte, pero él siempre regresaba.