Prólogo
Este lugar donde le han enviado luce mucho como la ilustración de un purgatorio, de esas que hay en los techos de cúpulas de las iglesias antiguas. Quita las mujeres semidesnudas meciéndose sobre los muslos de algunos tipos, la música baja y el dinero circulando, y el ambiente de este sitio sería idéntico.
Aquí abajo hace un calor sofocante que no hace más que acentuar el olor a vómito, sangre y sudor en una mezcla desagradable, quizá debido a la cantidad de personas que hay en tan reducido espacio. En el centro hay un ring con el suelo de arena y todos se amontonan rodeándolo, sus gritos eufóricos y ondeando los billetes en una mano; apostando por por quien encontrará su camino al infierno primero.
De manera lejana se escucha un estruendo de madera rompiéndose y el indicio de lo que podría ser una reyerta, Taehyung no lo sabe con certeza, ni le importa.
Incluso si ha tratado de tomar nota mentalmente de todo lo que hay aquí dentro extendiendo sus sentidos al máximo, sus ojos siguen dirigiéndose a esa arena manchada en carmesí. Sangre seca, pero no por mucho. Pronto volverá a mojarse de líquido fresco, ya sea saliva, orina o sangre. O todo a la vez.
Taehyung escuchó una vez que la suerte requiere de habilidades. Y ahora contemplando mientras tiembla como una hoja al hombre que atraviesa la fila de personas como si este lugar fuese su reino y él su dirigente, Taehyung sabe que el refrán es cierto.
Porque seguro como un amanecer tras otro que no sería tan afortunado de salir vivo de aquí.
El hombre aparta una de las bandas que limitan la arena y sube. Es alto, mucho más que Taehyung, y desde los nudillos de su mano derecha hasta el pectoral derecho se extiende una cadena de tatuajes intrincados, unos más oscuros que otros. Su cara está cubierta por una especie de bozal plateado de hierro, como si fuera un perro, o algo más letal.
Sus ojos, negros como el carbón y carentes de cualquier humanidad, es lo más intimidante que ha visto en su corta vida. Y están fijos en él, con la misma intensidad de un alcón listo para dejar caer a la presa entre sus garras y estrellarla contra el suelo.
Un ruido metálico retumba en el aire, y la pelea ha comenzado.
Cuarenta y dos minutos. Eso es todo lo que le toma a este tipo vencer a sus rivales. Lo hizo con tal facilidad como quien dobla un fósforo por la mitad. No había ninguna herida, apenas unos rasguños en su hombro y eso es todo. Si no fuera por la firme piel con ese ligero brillo de sudor mezclado en salpicaduras carmesíes que llegan hasta su rostro, nadie podría decir que habría peleado y vencido contra trece hombres. Uno tras uno, hasta que no fueron más que un montón de cadáveres sacados a rastras de ahí.
Taehyung le admiraría, sino fuera por la posición en la que está.
Ha visto, con las piernas temblorosas incluso si está arrodillado y el pulso taladrando en sus oídos, la brutalidad salvaje que domina a este hombre; sus puños estrellándose en el adversario, los huesos que sobresalieron a la vista y los golpes que sobrevinieron dejándoles como solo una masa amorfa y ensangrentada que una vez fue una persona. Cuando daña no escatima y cuando mata no vacila.
Taehyung supo algunas cosas: la máquina de asesinar se llama JK, cree que es un apodo, así como el nombre Hellhound por el cual le vitorean aveces; pelea en este submundo todas las noches y justo como pensó hora atrás, es el Diablo de este infierno, nadie por encima de él ni mejor que él. Es el invicto.
Esa es toda la información que ha podido captar de los hombres eufóricos a su lado por ganar otra ruin apuesta.
JK reajusta las vendas sucias de sus nudillos y mira hacia su próxima víctima, su mirada negra va en línea recta hasta él. A pesar del bozal, se puede distinguir mucho a través de las pequeñas rendijas que lo conforman. Y a Taehyung termina de helársele la sangre cuando ve los colmillos de su sonrisa, torcida y burlesca asomarse, pero también una promesa de crueldad.
Si los otros hombres, con conocimientos de lucha y musculosos como eran, fueron aniquilados y borrados en menos de diez minutos; Taehyung no tendría fé en poder entretener al tipo ni siquiera por la mitad de eso.
Y Dios le ayude, porque él es el siguiente.
Hola!!
Bueno hasta aquí
el prólogo, ¿Qué les pareció 👀?
Esta historia la tenía ya hace algunos pocos meses en borradores pero aún no la había desarrollado del todo, y encima por los temas que menciona me daba miedo que eso pudiera causarme algún problema. Quiero que mi paso por esta plataforma sea lo más silencioso posible y sin problemas.
Sin embargo, nunca había escrito una historia así y era una temática que me llamaba mucho la atención probar.
Espero que sea de su agrado y por favor, díganme su primera impresión. Les leo ♡(ӦvӦ。)
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