Capítulo III
La bolsa de tela raída fue retirada sin consideración de su cabeza. El dolor palpitaba en sus cienes por lo que le costó un poco enfocar la vista. Taehyung se percató que había sido llevado –casi arrastrado, es más preciso decir– a un cuarto de paredes elevadas, no muy amplio, donde en lugar de la pintura convencional este estaba completamente tapizado en bordó. Sin muchos muebles que adornaran el espacio a excepción de un amplio librero empotrado y sofás de cuero, la habitación lucía más amplia de lo que realmente era. El escritorio caoba en el centro de esta le hizo saber a Taehyung que se trataba de un despacho.
Gracias a los colores oscuros que predominaban en este y la falta de luz artificial, todo el cuarto estaba sumido en sombras. Lo poco que Taehyung pudo distinguir se lo debe a los rayos del atardecer que se filtraban en la cristalería al fondo y rebotaron en los rasgos maduros de la figura que ocupaba el asiento tras ese escritorio. Dos hombres en traje negro lo flanqueaban en silencio, como si fuera alguien de una importancia que Taehyung aún no dimensionaba, y un tercer hombre custodiaba la puerta cerrada, justo a sus espaldas.
"¿Por qué me trajeron aquí? La pelea terminó. Dijeron..." dijo con cautela. "Me dijeron que cuando la pelea terminase, la deuda estaría saldada"
No sabía si era buena idea romper el silencio, pero a juzgar por la parsimonia con que el hombre maduro aspiraba su cigarrillo, la conversación no planeaba comenzar pronto.
Y Taehyung comenzaba a ponerse de los nervios. Una vez más.
Hwang So lo observó fijamente, acción que se prolongó durante algunos minutos que intercalaba con largas caladas a su cigarrillo.
Taehyung prácticamente estaba sin parpadear. No se sentía capaz de sostenerle la mirada pero a la vez temía que si la desviaba, cualquiera en la habitación podría sacar un arma y poner una bala en su frente. No necesitaba verlas para saber que la llevaban en alguna parte de sus chaquetas. Y no es que este pequeño acto de endurecimiento suyo haga mucha diferencia. Esta gente podía hacerle cualquier cosa y él no podría hacer nada para impedirlo.
Taehyung no era estúpido. Un poco ingenuo y, en el fondo, soñador, sí, pero no estúpido. Las luchas clandestinas que acababa de presenciar, las apuestas ilegales, la prostitución que corría libremente en medio de aquello y los asesinatos. La ley no les preocupaba en lo absoluto, es probable incluso que una gran parte de ella esté ahogada en los bolsillos de esta gente. Nadie tendría tanto poder y perversión de este tipo excepto quizás... la mafia.
Ser consciente de ello casi envía una nueva ola de desesperación por su garganta. Tenía que estar alerta.
El hombre frente a él, y quien parecía ser el líder principal aquí, apagó lo que quedaba del cigarrillo en un cenicero y se puso de pie. El cuerpo de Taehyung se tensó, pero contrario a lo que esperó no se le acercó, sino que rodeó el escritorio y se apoyó en este con ambas manos metidas a los bolsillos.
Ahora que tenía una visión más cercana de su rostro, pudo ver como varias marcas cubrían sus mejillas delgadas, como heridas que no cicatrizaron bien, y sumadas a sus líneas de expresión marcadas por los años le daban un aspecto inquietante. Sobretodo sus ojos.
Había visto los ojos de JK y le parecieron vacíos y crueles, pero estos... Hablaban de un tipo de oscuridad innombrable y nauseabunda. Y ni siquiera la fina montura de plata de sus espejuelos y su traje probablemente costoso podían disminuir aquello.
"¿Te dijeron? Hmmm..." tarareó Hwang So, cada palabra saliendo de él con pasmosa lentitud. "Parece ser que mis órdenes fueron malinterpretadas entonces"
"Dejé en claro que no había otra oportunidad, capo" saltó enseguida el tipo que había estado custodiando la salida a espaldas de Taehyung. "Sin aplazamiento ni excepciones. La deuda de su novio estaría saldada una vez que ganara en la jaula. Solo si ganaba. Eso fue lo que dije"
Taehyung envió una mirada de desdén en contra de aquel que acababa de cerrar la boca. El recuerdo de su familiar cara quedó grabado en su memoria cuando hace tan solo horas él y otros tres hombres que Taehyung en su vida había visto irrumpieron en su casa destruyendo todo, le apuntaron con un arma y le escupieron palabras con las que nunca pensó estar relacionado en su vida. Ciento cincuenta millones de wons. Taehyung no tenía una cantidad como esa, incluso si la tuviera, esta gente no querían dinero alguno de él desde el principio. Su papel era más bien como el de un chivo expiatorio en todo esto que, desde un principio, se supo sería sacrificado.
"Y ustedes por supuesto no tenían intención de facilitar las cosas" soltó Taehyung con amargura al refrescar en su memoria la peor experiencia que hasta ahora en su vida ha tenido. No es como si su cuerpo magullado le deje olvidarlo tampoco.
"Claro que no" bufó el tipo con rostro familiar para Taehyung. "Tal vez si el marica de tu novio no se hubiera escabullido como la cucaracha que es, ahora las cosas serían distintas para ti. Si quieres reclamar a alguien, empieza por él."
Marica. A pesar de su situación, Taehyung todavía podía encontrar la energía en lo profundo de él para sentirse mínimamente divertido por el cinismo del hombre. La homosexualidad no parecía importarle demasiado cuando durante el forcejeo en el piso de su casa sus manos escalaron demasiado por debajo del short suelto que Taehyung portaba y le dijo al oído alguna mierda sobre la suave piel de sus muslos.
Y mira, quizás estaba siendo prejuicioso pero donde él se quedó, un hombre hetero no va por ahí elogiando las piernas de otro hombre. Este tipo era de la peor clase de hipócrita.
Por supuesto que Taehyung le mordió esa mano. Y observa con creciente satisfacción como una venda la recubre, se lo merece.
"Tal vez si no fueras tan bochornosamente inepto no habrías dejado que se escabullera, en primer lugar" la sorna y la burla bañan su rostro, a pesar de que todo el tema aún le provoca dolor interno.
Sabe que ha dado en un punto clave –y justo frente a su jefe– al ver los puños del tipo apretarse con fuerza.
Esa mano derecha vendada se enrosca en la camiseta de tela barata que Taehyung lleva y un puño es levantado en lo alto con la promesa de impactar contra su rostro. Eso no hace que Taehyung borre la sonrisa de autosuficiencia que tiene.
"Tú, pequeño bastar..."
"Eso es suficiente"
Aquella orden detiene cualquier acción de represalia y Taehyung es soltado sin tacto, no sin antes recibir una mirada de odio, por supuesto.
Hwang So se desprende de su escritorio solo para caminar hasta el cristal de su ventana y sacar otro cigarro.
"Usted tiene razón, Señor Kim. No perdió pero sin embargo... tampoco ganó, ¿no es así?. Y ese fue un resultado que nunca preví. Para un hombre como yo, que cada movimiento es analizado al milímetro, creo que puede comprender mi enojo" ¿lo estaba? a Taehyung en realidad le costaba comprender que el hombre estuviera así de furioso como decía si hablaba con tal calma y control como ahora. "Nada es más frustrante cuando tus planes se desvían del camino, y tenerlo a usted, aquí, parado en medio de mi despacho en vez de... bueno, el destino que le esperaba, me frustra demasiado. Cómo verá, soy un hombre de negocios, tengo gente que siguen mis órdenes sin parpadear, un respeto ganado. ¿Cómo se reflejaría en mí si simplemente le dejara salir libremente por esa puerta?"
Una burla, seguramente. Blando, tal vez. Taehyung no sabía cómo funcionaban las cosas aquí pero comenzaba a hacerse una idea. Su libertad dejó de ser opción hace mucho, desde que Baekhyun dio su nombre en garantía a esta gente. Esta habitación estaba llena de hombres que no vacilarían con matarlo dada la palabra de su jefe, no se opondrían nunca a orden.
La imagen del luchador invicto viene a su mente, en ese entonces no era consciente pero ahora está seguro que JK sabía el motivo por el cual terminó en sus manos. Y JK no solo se opuso a una orden directa de este hombre sin miedo a represalias, sino que desafió su autoridad por completo. Además, le perdonó la vida, aunque sea por un motivo que aún no comprende. Solo él podría ayudarlo ahora.
"¿Dónde está JK?" pregunta mirando a todos los presentes. "Quiero hablar con él"
Los ojos de Hwang So se achican, y por primera vez Taehyung puede ver algo más en su frío rostro que el desinterés.
"¿Ahora que mierda estás diciendo?" la mano vendada del soldado se dirige a su Glock. "Capo, deme permiso para colocar una bala en su cabeza"
"Quiero hablar con JK" repite con más fuerza. Considera un milagro que no le tiemble la voz.
El hombre no espera la afirmación de su jefe y acorta la distancia entre Taehyung y él. No puede hacer esto aquí pues sería muy engorroso limpiar toda esa sangre de la alfombra. Sus manos callosas se clavan en los brazos de Taehyung para arrastrarlo fuera de allí.
Puede que esté débil por los golpes recibidos, pero antes que nada Taehyung es un luchador en espíritu, nunca se rendiría tan fácilmente. La adrenalina vuelve a inundar su sistema una vez más.
Taehyung se podría ir al infierno esta noche después de todo, pero está decidido a ser un verdadero dolor en el culo primero.
Las botas de Jungkook resuenan con fuerza sobre la moqueta. A varios pasos de él, temeroso, uno de los perros de Hwang So lo sigue. Había tenido a una rubia de labios llenos entre sus piernas hace tan solo unos minutos, cuando alguien llamó a la puerta, interrumpiendo el trabajo de la chica sobre su polla.
El humor de Jungkook, que ya de por sí estaba oscuro, se tornó aún más negro. Seguía enojado por su última pelea, frustrado y ahora se encontraba caminando semi duro y adolorido hacia la oficina de Hwang So.
Al detenerse frente a las puertas dobles del despacho del Capo, Jungkook se volteó hacia el soldado cuyo nombre no había sido de interés anteriormente.
"Independientemente de lo que diga Hwang So, si considero que he malgastado mi tiempo por tu culpa, clavaré mi cuchillo en tu garganta"
Con eso, Jungkook giró la manija y entró.
Se había imaginado toda la mierda que Hwang So tenía para decirle, los reclamos que le haría tras lo de esta noche, e incluso estaba consciente de que algún castigo por la abierta desobediencia podría recibir. No es que le importase mucho. Habían pocos dolores bajo el sol de este mundo podrido que él no haya experimentado ya. Unas horas de tortura no le quitarían el sueño.
Pese a las predicciones en su cabeza, no fue eso lo que se encontró.
La habitación estaba llena de soldados con sus pistolas en alto. Uno de los hombres de Hwang So, Park Gun Woo, se aferraba a su antebrazo sangrante mientras el resto de hombres cubría la figura del Capo.
El alboroto parecía deberse a un chico castaño que apuntaba a todas direcciones con un arma. El mismo chico que debió matar en la arena.
La mandíbula de Jungkook se cerró con fuerza.
Cuando su presencia en el lugar se volvió notoria, las exclamaciones y amenazas del chico se calmaron. Silencio pesado fue lo que cubrió el reducido espacio.
Taehyung identificó la voz de Jungkook con rapidez y todos los músculos de su cuerpo se tensaron por un breve instante hasta que cierto alivio lo cubrió. Solo bastó que sus manos flaquearan para que el arma le fuera arrebatada y su cuerpo arrojado al suelo.
Ya no tenía nada tras lo que escudarse. La última carta de su mazo estaba echada, al menos JK había venido. Los ojos de Taehyung se levantaron en hacia el luchador, cuyos los músculos contraídos con rigidez aparente distaban de la postura relajada que mantenía.
"Me llamaste" Jungkook fue al grano, deteniéndose frente a Hwang So. Ambas manos en los bolsillos.
"Bajen las armas. Todos, pueden dejarnos"
Con la habitación vacía, Taehyung se puso de pie, limpiando con el dorso de su mano un fino hilo de sangre en su barbilla. Se había ganado que la herida en su labio partido fuera abierta de nuevo en su forcejeo por conseguir el arma de aquel perdedor.
Buscó apoyo en la pared, mientras escuchaba la conversación de ambos hombres llevarse a cabo a escasos metros de él, con algo de esperanzas en el resultado. Quizás con demasiadas esperanzas.
"¿Lo conoces?" Hwang So señaló con el mentón a Taehyung. Jungkook no volteó a verlo.
"No tengo idea de quién es"
"¿En serio? Está bien. El hecho de que solo te relaciones con las putas de mi casino y algunos hombres del bar me hace creerte" da la vuelta a su escritorio y toma asiento reclinado en el espaldar. "Tú no tienes amigos. Eres incapaz de eso. No creo que hayas ido contra mi voluntad por un repentino destello de bondad en tu corazón"
"¿Cuál corazón?" los dientes superiores de Hwang So se muestran en una sonrisa satisfecha. No obstante, Jungkook no se detiene ahí. "Me informas del objetivo previamente y yo hago el trabajo sucio por tí. Así es como funciona. No lo hiciste, entonces lo pasé por alto"
A Jungkook nunca le habían interesado los motivos personales que movían a Hwang So cuando determinaba a quién quería muerto. Solo necesitaba un nombre y una fotografía y hacía su trabajo sin preguntar. Era una especie de regla que se había autoimpuesto y por la cuál vivía. Él era un hombre de hábitat constante y rutina, descubrir a último momento el propósito de Hwang So sin ser informado primero no le sentó bien.
"Quien decide como funcionan las cosas por aquí soy yo" replicó el capo entre dientes.
"No te gusta embarrarte las manos, y a mi no me gusta que me utilicen. Me parece justo"
Se sostuvieron la mirada en un enfrentamiento silencioso que incluso Taehyung comenzó a contar los segundos con el pulso acelerado. Vagamente se preguntó por la insubordinación que JK dejaba entrever en la forma en que se dirigía a este hombre que todos habían llamado Capo, cuando hasta ahora el resto de hombres que había observado ni siquiera podían mirar a los ojos a su jefe.
"Me alegra oírte hablar de justicia" dijo por fin Hwang So. "El chico. Llévatelo"
Jungkook frunció el ceño con desconcierto palpable ante la orden.
"Se volvió loco e incluso disparó a uno de mis hombres. Desde este momento deja de ser mi problema y se convierte en el tuyo" dice Hwang So. "Dijo que quería ir contigo, así que llévatelo"
"No estoy interesado"
"No era una sugerencia" La tensión de hace tan solo un minuto atrás ha quedado olvidada, sin embargo Jungkook percibe que ha sido reemplazada por algo más. "Espero que lo mantengas bien domesticado. No voy a ser indulgente contigo si escapa"
Taehyung se estremece ante el término domesticado. Él no es un maldito animal. En todo caso, las bestias aquí serían ellos y todos los hombres ruines que ha visto desde que esta pesadilla sin fin comenzó.
"No escapará" por primera vez desde que entró en la habitación, Jungkook posa sus ojos negros en Taehyung. Una vez más la ira se mezcla con el vacío en ellos. "Le romperé las piernas yo mismo antes de que eso suceda"
2/2
Hola mi gente!!!
Antes que nada, quiero desearles un feliz inicio de año. Espero que el 2025 sea un compendio de buena fortuna y deseos cumplidos. Nos lo merecemos.
Al menos una cosa excelente está garantizada y es que nuestros 7 bebus regresan en este año 🥳🎊
Dicho esto, quería actualizar estos dos capítulos como regalo por el inicio de año. Originalmente pensaba en hacer un maratón de 3 caps pero el tiempo se me complicó.
Espero que les esté gustando la historia hasta ahora, déjenme saber sus opciones. Les quiero!
(•ө•)♡
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