Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La mentira más grande

Capítulo 2

.

Pasaba del medio día cuando Kakashi y Hiashi salieron de la sala del consejo de ancianos del clan Hyuuga.

— Ha sido muy satisfactoria su proposición para los venerables ancianos del consejo.

— ¿Usted realmente contempló la posibilidad de acudir al Kazekage? — Preguntó el peligris, llevaba su sombrero de Hokage en la mano, estar más de una hora usándolo lo había acalorado bastante.

— Sí, haría cualquier cosa por mantener a salvo a mis hijas, no viviré para siempre así que tengo que hacerlo.

— Me gustaría conversar un momento con Hinata — Pidió el Hokage y Hiashi asintió.

Continuaron caminando en silencio hasta llegar a la sala donde habían dejado a Hinata y a Naruto. Pero al llegar solo estaba ahí Naruto, muy serio.

— ¿Y Hinata? — Kakashi la buscó con la mirada.

— Fue a su habitación. — Respondió una mujer que se encontraba sirviendo té y acomodando las cosas de la habitación. — Tome asiento, por favor, iré por ella.

Hiashi negó con la cabeza y salió de la habitación.

— Kakashi-sensei... no se veía muy contenta Hinata-chan — Dijo el rubio con un poco de tristeza mientras contemplaba la taza entre sus manos.

— Creo que sus planes no salieron como planeaba.

— ¿Realmente se van a casar?

— Me temo que sí... — Kakashi tomó asiento junto al rubio. — Será mejor que te des prisa en regresar a la torre, Shikamaru no podrá con todo el trabajo solo.

Su alumno asintió y se marchó cabizbajo.

.

.

.

Hiashi llegó hasta la habitación de la chica. Tocó y antes de esperar permiso, entró.

— Me estas avergonzando con ese comportamiento — Hiashi miró a la chica llorando.

— Padre, yo le había pedido que no molestara a Naruto-kun... que yo prefería ser sellada antes que causar problemas a otra persona.

— Recuerdo bien que dijiste eso, pero yo te respondí que no me importaba. — Se sentó a su lado en la cama. — Cuando alguien está en una posición de poder, debe saber asumir sus responsabilidades.

— Eso es lo que quería hacer...

— Aceptar el sello no es ser responsable, es limitar tu existencia.

— Pero...

— No me interesa ningún pero. — Se puso de pie — Esta será la última orden que te daré. Te casarás y no te separaras de ese hombre. — La miró fijamente — Sin embargo, si te maltrata deberás decírmelo, solo en ese caso buscaremos otras alternativas.

— No lo amo, no quiero que las cosas sean de este modo, padre — Hinata se sentó y cerró sus ojos en un vano intento de contener las lágrimas.

— Lo lamento, no cambiaré de decisión.

— ¿Y si no lo hago?

— Serás sellada y puesta bajo custodia de la guardía Hyuuga por no acatar ordenes del líder — Hinata apretó sus puños y arrugó la tela de su cama. — Eres joven y crees que es el fin del mundo estar con una persona que no amas. Pero te aseguro que la mayoría de los matrimonios arreglados logran salir adelante, en muchos casos nace el amor. — Caminó hacía la puerta — Tal como tu madre y yo.

— Padre... por favor — Suplicó.

— Compórtate como un Hyuuga digno — Espetó su padre, Hinata nunca se había opuesto a nada, por eso no sabía como tratar ese episodio. Le dolía, pero le dolería más si ella fuese sellada y usada por el consejo de ancianos. No, Hinata debía salir del clan y la mejor forma era cambiando su apellido.

Además Kakahi Hatake no le desagradaba del todo, lo había visto crecer y creía firmemente en que se comportaría bien con Hinata.

— Por favor no...

— Basta. Limpia tus lágrimas y ve al jardín. Tu prometido quiere hablar contigo — Y se marchó rápidamente.

Hinata sintió que la última esperanza se apagaba. Ella quería quedarse en Konoha para cuidar de su hermana y no abandonar a su madre y a su hermano Neji... pero no quería entregarse a un hombre que no amaba. Tal vez dirán que era una ingenua, pero para Hinata la mayor alegría del mundo era estar con esa persona que te hace sonreír sin que te des cuenta, donde se ayudan mutuamente para crecer como personas y salir adelante tomados de la mano.

Amaba a Naruto y en esos momentos no se veía junto a otro hombre, mucho menos con su sensei y Hokage de la aldea. Si no podía estar con el rubio, entonces Hinata quería ser libre, ser dueña de su destino, vivir y soñar... y quizás encontrar un nuevo amor... pero al lado de Kakashi tendría que ver a Naruto todo el tiempo, y no solo al rubio, también a Sakura, el motivo de que Naruto nunca le haya siquiera respondido la vieja declaración de amor que le hizo hace unos años en su pelea contra Pein. Se sentía exactamente igual que entonces, una inútil que no había podido proteger lo que más anhelaba.

Se levantó y se miró en el espejo. Las cosas nunca habían salido como lo esperaba, quizás esa tampoco iba a ser la excepción. Suspiró derrotada.

Si ese era el precio por la libertad de su hermana... estaba de acuerdo. Sacó un poco de maquillaje que nunca usaba pero que le servía para disimular cuando le quedaban moretones en sus misiones o entrenamientos en el doujo del clan. Se colocó un poco alrededor de los ojos y en la nariz para ocultar el obvio enrojecimiento de su blanca piel por el llanto.

Respiró profundamente, y alisó la yukata que aún portaba pero que se había desarreglado un poco.

Se dirigió al jardín y entonces encontró que Kakashi estaba sentado bajo la sombra de un árbol, observando el movimiento de las hojas. El sombrero que lo identificaba como la sombra de fuego estaba a su lado, y por un momento Hinata se encontró odiando su título como Hokage, ya que por eso los ancianos ambiciosos de su clan lo habían aceptado.

— ¡Yo! — Saludó Kakashi alzando una mano, Hinata se dirigió hacía él. — Siéntate... si gustas.

— Hai — Respondió ella sentándose a su lado y abrazando sus piernas. Se quedaron en silencio hasta que Hinata no aguantó más. — ¿Por qué no me lo dijo anoche?

— Fue algo que decidí en la mañana — Alzó los hombros restándole importancia — Creo que nunca te había visto tan molesta como hoy.

— Lo siento, pero...

— No — La interrumpió — No te disculpes, creo que estabas en tu derecho, debes odiarme, debe ser horrible tener que casarte con un hombre mayor.

— Más bien creo que usted debe odiarme, por causarle tantos problemas.

— En realidad no lo hice por ti — La miró fijamente — Lo hice por Naruto... tu padre no iba a dejarlo en paz y ese sujeto tiene un corazón muy noble.

Una punzada de culpa se incrustó en el corazón de la chica.

— Lo siento — Y ella apoyó su barbilla entre sus rodillas.

— No niego que va a ser difícil, pero soy un hombre muy simple, así que no te preocupes.

— ¿De verdad piensa hacerlo?

— Bueno, ya le di mi palabra a tu padre y al consejo de tu clan, quieren que nos casemos en tres semanas.

Hinata lo miró sorprendida.

— ¿Tres semanas? — Exclamó nerviosa.

— Espero que no te cause problemas que deje en tus manos los preparativos, mis obligaciones no me dejan mucho tiempo libre — Kakashi se puso de pie. — No tiene que ser tan malo, sabes. Hasta podríamos tener una relación bastante amistosa — Sus ojos sonrieron, aquello le dio un poco de alivio a Hinata.

— Si — Se puso de pie e hizo una reverencia — Trataré de ocasionar los menos problemas posibles.

— Genial, podrías empezar no usando maquillaje, te ves más linda al natural— Hinata se sonrojó pero asintió. — Debo regresar a la torre, vendré mañana a la cena de compromiso... Ja ne — Y desapareció en una voluta de humo.

Hinata se quedó mirando el lugar donde antes había estado el Hokage y sin esperarlo, sus piernas dejaron de responderle y cayó al suelo.

— Hinata-sama, ¿Está bien? — Ko llegó a su lado con gran velocidad.

— Todo está pasando demasiado rápido — Y nuevas lágrimas surcaron su rostro.

— No se preocupe Hinata-sama, yo la protegeré — Y la abrazó mientras el llanto volvía a desatarse. Él no estaba de acuerdo con Hiashi-sama, pero Ko no tenía voz ni voto en el consejo del clan.

Sin embargo, algo que Ko y el resto de la rama secundaria tenían muy claro, era que Hinata era la dulce princesa del clan, que siempre había intercedido por ellos y que había sido la protegida de Neji, así que, ante la muerte del joven, ellos velarían por el bienestar de Hinata-sama.

.

.

.

En cambio, Kakashi apareció en el monumento de los caídos.

— Obito — Levantó la vista hacía la montaña de los hokages — Minato-sensei — Kakashi se preguntaba si había actuado bien. Se notaba que ella no quería casarse con él y no podía culparla. Era un desastre de hombre, realmente no tenía nada que ofrecerle más que su rango y extrañamente eso había sido más que suficiente para los ancianos del clan. Ellos creían que habían ganado poder político dentro de la torre del Hokage, pero no imaginaba a la dulce Hinata intentando convencerlo de hacer algo. No, ella se disculpaba por todo y era demasiado blanda. Ella no lo intimidaba y dudaba que pudiera influir sobre él.

Suspiró. Por lo menos había sacado a Naruto de ese apuro, el chico merecía ser feliz con el amor de su vida que comenzaba a corresponder a sus sentimientos. A demás, perder el byakugan en otra aldea sería peligroso para Konoha, no dudaba que Hinata fuera una kunoichi muy capaz, pero era mejor que se quedara dentro de la aldea, justo como ella deseaba.

Pronto llegó el atardecer y Kakashi decidió ir a ver cómo iban las cosas en la oficina antes de irse a su departamento a dormir... Ahora que lo pensaba, tendría que comprar una casa, los dos estarían apretados en el departamento de soltero que Kakashi usaba.

— Será agotador tener que pensar en las necesidades de otra persona todo el tiempo — Murmuró.

Al llegar a la torre, Shikamaru terminaba de guardar unos pergaminos.

— ¿Hay algo nuevo?

— No, solo falta que autorices a los nuevos maestros gennin y habremos terminado con los pendientes de esta semana.

— Suena bien — Si, quizás llenar su mente de trabajo le ayudaría.

Sacó las hojas con los nuevos posibles equipos cuando de pronto el perfil de Hinata apareció.

— ¿Hinata solicitó ser maestra gennin?

— Sí, tomando en cuenta sus habilidades y que su equipo se ha separado respecto a ocupaciones, creo que quedaría bien con Nobu del clan Sarutobi y con los gemelos del clan Yamada, Shiro y Meiko — Shikamaru se puso a pensar — Pensaba que Hinata sería perfecta para el nuevo equipo Ino-Shika-cho pero este año no hay novatos de esos clanes — Sonrió el pelinegro.

Kakashi suspiró. Lo que menos le faltaba era que Hinata apareciera en medio de su trabajo.

— Como tu digas, si crees que ella puede con ese equipo, adelante — Firmó la asignación y continuó con el trabajo.

.

.

Había llegado la hora de la cena de compromiso. Las ayudantes de Hinata terminaban de ajustar su kimono ceremonial de color azul marino, el cual ahora simbolizaba que era una mujer comprometida.

— Hinata-onee-sama — Unos brazos la rodearon en su cintura.

— Hanabi — Sin embargo, cuando Hinata miró a su hermana, ésta estaba llorando. — No llores, por favor... o yo también lo haré — Y no era mentira, sentía un nudo en su garganta.

— Solo salgo un día y me encuentro con ésto — Una de las damas que asistían a Hinata intentaron apartar a Hanabi del vestido, pues lo arrugaba, pero Hinata les hizo una seña de que no lo hicieran.

— Perdón, hubiera querido que fueras la primera en saberlo.

— ¿Y con quien será? — Preguntó con nerviosismo.

— Hokage-sama.

— ¿El pervertido del Hokage? — Hanabi volvió a pegarse a su falda. — No dejaré que lo hagas, no dejaré que él te toque — Se abrazó más a su amada hermana mayor.

Hinata sonrió.

— No te preocupes, todo estará bien.

— ¿Padre te está obligando? — Hanabi la miró con fiereza — Dime la verdad.

— Esto es algo que padre considera adecuado para mi — Respondió Hinata con resignación y tratando de no preocupar a su hermana menor. — No tiene que ser tan malo, es más, nuestros padres tuvieron un matrimonio arreglado también y todo fue bien.

— Pero tu estás enamorada del idiota de Naruto... — Hanabi sintió que su nariz le picaba, clara señal de llanto — No te cases, renunciaré al liderazgo para que no tengas que hacerlo...

— Hanabi — La peliazul se puso seria — No quiero oírte hablar de renunciar, debes seguir adelante, con la cabeza en alto. Eso es lo que haré yo. — Hinata se puso extrañamente seria, Hanabi solo la había visto así el día que la nombraron nueva sucesora de su padre.

— Pero...

— Nada de nada, ahora, ayúdame a llegar a la sala — Hanabi la tomó del brazo y la condujo a la puerta. — Te quiero Hanabi-chan.

— Yo también te quiero Hinata-onee-sama.

Y entonces mientras las dos chicas bajaban hacía el salón principal de la mansión, Hinata pensó que era la más grande mentirosa del mundo. Las cosas no estaban bien, ni irían bien. No amaba a su prometido y se sentía más perdida que nunca en su vida.

.

.

.

Pocas veces Kakashi había llegado a tiempo a alguna cita, sin embargo, Hiashi se había adelantado a su falta de puntualidad, por lo que lo citó con dos horas de anticipación y gracias a ello había llegado a la hora exacta en que requerían de su presencia. De alguna forma eso no le causó gracia a Kakashi, pero suponía que era lo mejor, no quería empezar con el pie izquierdo su relación con la familia de su futura esposa; los Hyuugas podían llegar a ser un verdadero dolor de cabeza. Ojalá Hinata no fuera como ellos.

— Bienvenido — Hiashi vestía una yukata sumamente elegante, en cambio Kakashi vestía su traje de Hokage, tal como el consejo le había pedido el día anterior.

Cada vez le quedaban menos dudas a Kakashi de que solo estaba ahí por ese feo traje blanco con rojo.

— Gracias. — Hizo una leve reverencia y entró al comedor. Ahí se encontraban los líderes de los otros clanes y personas importantes de Konoha como Tsume Inuzuka, Shibi Aburame, Ino Yamanaka, Chouza Akimichi, Shikamaru Nara, Tsunade... solo por nombrar algunos. Eso solo significaba que después de ésta noche, ya no había marcha atrás. Todo el mundo lo sabría para mañana al amanecer.

— Es hora de comenzar — Indicó Hiashi mientras todos los presentes se ponían de pie para recibir al Hokage. Sin embargo, en ese momento Hinata iba bajando las escaleras acompañada de su pequeña hermana Hanabi.

— El motivo de la presente reunión es hacer oficial el compromiso entre mi hija Hinata Hyuuga y su prometido, Kakashi Hatake-sama — Anunció Hiashi con orgullo. Cuando Hinata llegó a su lado, Hiashi tomó la mano de ella y la colocó sobre la mano de Kakashi, quien la sostuvo y la acomodó en su brazo.

— ¿Qué rayos?

— Vaya suerte.

— ¿Se conocían?

— ¿Es cierto?

— ¿Es un matrimonio concertado?

Los susurros no se hicieron esperar. Hiashi carraspeó para llamar la atención de los presentes y dar inicio a la cena de compromiso.

Hinata sintió que su cara hervía. Nunca le había gustado llamar la atención y ahora se daba cuenta de que toda la aldea se enteraría y que no solo pasaría a ser una mujer casada, sino la mujer del Hokage. Y eso implicaba muchas más responsabilidades. Suspiró.

— ¿Sucede algo? — Le preguntó Kakashi en voz baja mientras caminaban hacía el comedor.

— No.

— Pareces molesta.

— No es así — De acuerdo, si estaba enojada, pero Hinata nunca se enojaba así que no sabía cómo comportarse cuando lo estaba. — Usted se ve muy tranquilo — Señaló.

— No me hables de usted, me haces sentir más viejo de lo que estoy.

— Lo siento, no creo poder dejar de hacerlo — Y era cierto, Hinata había sido educada para respetar a sus superiores — Usted es el líder de nuestra aldea.

— Y tu mi prometida.

Pronto llegaron al sitio que Hiashi les asignó y comenzó el protocolo de la ceremonia.

.

Por fin había terminado la larga cena y ahora algunas personas bebían y conversaban entre sí mientras Hinata y Kakashi recibían las felicitaciones de todo el mundo.

— Te lo tenías muy guardado, Kakashi — Comentó Tsunade, quien al mismo tiempo lo golpeaba amistosamente en la espalda.

— Me gusta sorprender a la gente — Dijo sonriente y aunque Hinata se encontraba a su lado, no decía nada.

— Sí que eres el maestro del idiota número uno en sorprender a la gente. — Comentó Shikamaru con una pequeña sonrisa.

— Bueno, es mejor que toda la aldea se entere de éste modo, a que si estuviera saliendo con una chica de otra aldea a escondidas. — Mumuró Kakashi para que solo lo escuchara el Nara a quien le apareció una venita en la frente.

— Iré a ver si madre ya está lista — Murmuró Shikamaru sumamente incómodo — Buenas noches, Hinata-san.

— Buenas noches — Asintió la chica. De pronto se vio aprisionada por dos brazos y una melena rubia.

— ¡Kyaa! ¡Hinata-chan! Vas a casarte con uno de los solteros más codiciados de la aldea — Ino desbordaba emoción. En su clan también eran comunes los matrimonios por conveniencia, así que no tenía problemas con ellos. — Van a vivir juntos y enamorarse cada día hasta que un día no puedan más y sean muy felices y tengan muchos hijos.

Una gotita bajó por la nuca de Kakashi y el resto de los presentes.

— Etto... — Hinata comenzó a jugar con sus dedos. — Gracias... — El bochorno comenzaba a nublar su vista.

— No te adelantes tanto, Ino — Kakashi hizo un ademán con ambas manos.

— Bueno, si necesitas ayuda con cualquier cosa de mujeres, no dudes en decírmelo, Hinata — E Ino le guiñó un ojo.

Hinata no entendió por qué el gesto, pero aceptó por cortesía.

— Felicidades cachorros. — Tsume llego frente a ellos.

— Gracias... — Kakashi asintió — Ahora que me acuerdo, debo ir por un segundo con Hiashi-sama.

Hinata y Tsume asintieron y continuaron conversando ellas. En cambio, Kakashi se escabulló al techo, donde sacó su libro favorito y se puso a leer.

Un largo rato después una pequeña presencia llegó a su lado.

— ¿Qué haces aquí?

Era la pequeña Hanabi.

— Necesitaba un poco de aire — Bajó el libro.

— Onee-sama está abajo liando con todos los invitados — Ella se cruzó de brazos.

— Oh, lo siento, el tiempo se me fue volando — Respondió con una pequeña sonrisa. Guardó su libro y cuando estaba por bajar del techo, un kunai pasó rosando su cabeza para encrustarse en las tejas. Por supuesto que no representó un real peligro para el jounnin, pero presintió que Hanabi necesitaba una catarsis.

— Más te vale ser bueno con ella — Apretó sus puños.

Kakashi suspiró sin darse la vuelta para observar a la chica.

— Lo haré.

— Y no lleves al inútil de Naruto cuando vivan juntos.

— Haré lo que pueda.

— Y la dejarás venir cuando quiera.

— Será libre de ir a donde quiera.

— Y no le harás nada raro.

Una venita resaltó en la frente del jounnii.

— ¿Por quién me toma todo el mundo?

— Y vas a amarla mucho — Las lágrimas se desbordaron.

Kakashi volteó a verla, pero la pequeña se talló los ojos con prisa y enojo. Qué más quisiera Kakashi que poder amar a alguien, así que no podía prometérselo, pero tampoco era tan cruel como para decirle la verdad.

— No tienes que preocuparte tanto, no le causaré problemas a tu hermana.

— Mas te vale — Y Hanabi se marchó corriendo. Kakashi volvió a suspirar.

— Se me va a escapar el alma por tantos suspiros — Murmuró mientras caminaba de regreso al salón donde se estaba llevando a cabo la reunión.

Cuando llegó al lugar, Hinata se encontraba despidiendo a los últimos invitados, mientras los sirvientes Hyuuga limpiaban y recogían el lugar.

— Oh, creo que me tardé un poco.

— No se preocupe, todos son consientes de que como Hokage tiene muchas ocupaciones — Murmuró Hinata mientras cerraba la puerta.

— Ah si... — Se rascó la nuca, al parecer su prometida era una mujer muy diplomática.

— Bueno, con su permiso iré a descansar — Ella hizo una ligera reverencia, sin embargo antes de que se fuera, el peliplateado carraspeó. Definitivamente había sido grosero con ella en su primer evento juntos y quería compensarlo.

— ¿Quieres ir por unos dangos mañana?

Hinata lo miró un poco sorprendida.

— Hmm... si — Respondió un poco sorprendida.

— Bien, pasaré por ti cuando salga, nos vemos — Y Kakashi desapareció en una voluta de humo.

Hinata dejó salir el aire que contuvo en sus pulmones, realmente estaba molesta de que Kakashi la hubiera dejado sola con todos los invitados, pero ella no era expresiva como Ino o Sakura, quienes gritaban y volteaban el mundo de cabeza. No, Hinata intentaba ser comprensiva con las personas y esta vez no fue la excepción, no podía culpar a Kakashi, prácticamente su padre lo estaba obligando a casarse con ella. Entendía que él quisiera escaparse, ella misma lo habría hecho si su timidez no le impidiera dejar de hacer lo que se esperaba de ella.

Llegó a su habitación y comenzó a desatar el obi de su Kimono, se le había hecho extraño que Kakashi la invitara a salir, quizás a partir de ese momento las cosas podrían mejorar.

.

.

Ya eran las nueve de la noche y Hinata llevaba toda la tarde esperando a Kakashi. Él había dicho que pasaría por ella cuando saliera de su trabajo, pero no había dado una hora hora concreta, aunque parecía que se había olvidado de su cita.

Por lo menos ella estaba en su casa y al tener el día libre, había podido hacer algunos pendientes que había ido postergando. Arregló su closet y sacó ropa antigua que ya no usaba, cocinó la cena para Hanabi y arregló sus juegos de tazas de té que tanto le gustaban. Ahora se encontraba cortando algunas flores en el jardín delantero del clan, cuando el cielo terminó de oscurecer.

— Hinata-sama.

Se trataba de ko.

— No debería seguir afuera, comienza a hacer frío — Señaló al ver que ella llevaba un vestido de día.

— Oh, si, iré a ponerme un abrigo — Tomó la canasta que contenía las flores que acababa de recoger.

— ¿Hinata-sama? — Preguntó un poco dudativo.

— ¿Sí?

— No tiene porqué aguantar esta situación — Ko había notado que el día anterior Kakashi se había escapado durante la fiesta de compromiso y ahora no llegaba a su cita.

— No te preocupes, entiendo que Hokage-sama tenga muchas ocupaciones, debe ser muy difícil dirigir una aldea ninja.

— Tal vez, pero prométame que le exigirá tiempo para usted cuando estén casados.

— No es mi estilo exigir algo, pero me encargaré de ocupar bien mi tiempo como hoy — Y Hinata sonrió dulcemente. Para Ko esa respuesta no fue satisfactoria, pero comprendía que la naturaleza tranquila de Hinata intentaba justificar a Kakashi y restar responsabilidades al jounnin.

— De acuerdo, pero insisto en que debe hacerse respetar.

— Lo haré. — Respondió ella con una pequeña sonrisa ante la preocupación de su guardia.

Mientras entraban a la gran mansión, Ko sintió la presencia de Kakashi en los terrenos Hyuuga.

— Parece que su prometido ha llegado.

Hinata dio la media vuelta con la intención de alcanzarlo, pero Ko la detuvo.

— Creo que debería ponerse algo más adecuado para el clima de la noche... — Ella asintió con un ligero sonrojo — Además, usted ya lo esperó, deje que él la espere aunque sea un poco — Y él le sonrió cómplice.

— Hai — Y marchó con prisa a su habitación, mientras Ko endurecía su rostro y se dirigía a recibir al Hokage.

— Buenas noches — Saludó Ko con sequedad.

— ¡Hola! Me pregunto si Hinata-chan estará lista. — Preguntó el peliplateado mientras llegaba al portón Hyuuga.

— Está lista desde hace mucho tiempo.

— Oh, lo siento — Se rascó la nuca — Es que surgieron unos pendientes de último momento en la oficina. — Ko no podía rebatir ese argumento, haya sido verdad o no.

— De acuerdo, pero para la próxima vez espero que tenga un poco más de consideración hacía Hinata-sama, podría mandar un mensaje o algo.

— Lo haré — Kakashi sonrió un poco apenado.

El guardián suspiró, realmente no entendía porque Hiashi-sama permitía que un hombre tan desobligado se casara con Hinata-sama. Podría ser una leyenda ninja pero en opinión de Ko, eso no lo calificaba como un buen prospecto para su dulce protegida.

Hinata llegó corriendo, traía consigo un pantalón negro, botas y su sudadera lavanda.

— Hinata, siento la demora — Se disculpó Kakashi. Siendo honestos, su retraso no se había debido a la carga de trabajo, más bien había sido porque lo había olvidado y se acordó gracias a que Shizune se lo recordó cuando regresó por unas cosas que había olvidado en su oficina.

— No se preocupe.

— Entonces vamos — Kakashi se despidió con un movimiento de la mano del guardia de Hinata y se marcharon hacía el centro de la aldea.

Iban caminando lado a lado y en silencio, hasta que llegaron a un puesto de dangos. Ordenaron y se sentaron al fondo de la tienda.

Hinata jugaba con las flores que adornaban la mesa en espera de que Kakashi dijera algo, pero al final el resultado de la noche fue que comieron en silencio (Kakashi en un segundo devoró todo).

— Es cierto, lo había olvidado — Comentó Kakashi, quien parecía inmune al silencio incómodo que los rodeaba. — Fue aprobada tu solicitud como maestra gennin.

Ella abrió los ojos con sorpresa.

— Es maravilloso — Respondió ella mientras dejaba la taza de té a un lado por primera vez en toda la velada.

— Si, es muy divertido aunque requiere de mucho trabajo entrenar a tres gennin, sobre todo al momento de evaluarlos para aprobarlos.

— ¿Por qué lo dice?

— ¿Kurenai no les hizo una prueba de trabajo en equipo el primer día?

— Nos pidió que creáramos un plan de ataque grupal... — Indicó Hinata un poco pensativa — Con base en eso determinó el papel que cada uno de nosotros tomaríamos en los entrenamientos y las misiones.

— Es un método muy riesgoso, ella debió poner a pruebas sus destrezas individuales y sobre todo como equipo antes que asignar papeles, antes de siquiera darles una tarea oficial.

— Pero sirvió para nosotros.

— Y eso no significa que deba funcionar para todos — Kakashi se enderezó y colocó ambos brazos sobre la mesa. — Antes de aprobar al equipo 7, regresé a todos los equipo que me asignaban.

— ¿Por qué hizo eso?

— Porque no estaban hechos para ser ninja. No entendían que lo más importante es el trabajo en equipo y lo segundo más importante son las capacidades que podrían desarrollar — Respondió Kakashi con una sonrisa. Recordar que esos mismos chicos le habían agradecido por abrirles los ojos respecto a que aún no estaban listos para salir de la academia, le causaba alegría.

— Usted no puede decidir eso, hay criterios que se deben seguir para aprobar a los genin. No se puede simplemente reprobar a un equipo por el hecho de que no cumplan con sus criterios personales.

Hasta la misma Hinata se sorprendió de que hubiera dicho aquello sin tartamudear, aunque si le preguntaban a ella, eso era lo que pensaba. El ambiente se volvió tenso.

— No solo eran mis criterios personales, lo decidía con base en sus habilidades y actitudes. A veces hace falta algo más que talento.

— Entonces, si usted hubiera sido mi maestro jounnin, no me habría aprobado.

— Posiblemente, si no pasabas la prueba de los cascabeles, no, ni por ser la heredera de tu clan — Hinata se quedó en silencio y Kakashi se percató de que se había tomado muy enserio aquel comentario — Pero por suerte no fui tu Jounnin y ahora eres una extraordinaria kunoichi — Trató de arreglar el asunto, pero el semblante de ella no cambió.

— ¿Desean que les traiga más té? — Preguntó la mesera interrumpiendo aquel incómodo momento para Kakashi

— Yo sí, por favor — Dijo él.

— No, estoy bien — Murmuró ella. Y cuando se hubo ido la mesera Kakashi la observó desviar la mirada.

— Parece que te ofendí — Kakashi le dio un pequeño sorbo a su taza.

— Un poco, para ser honesta.

— Lo siento.

— No se preocupe, Kakashi-sama dijo lo que pensaba y está bien.

— Harás un buen trabajo con tus chicos.

Las mejillas de la chica se sonrojaron un poco.

— Gracias... — Murmuró y se volvieron a quedar en silencio.

.

.

A la mañana siguiente, Kakashi salió de su departamento con dirección a la torre del Hokage. Llevaba su amado libro de portada naranja en las manos e iba leyendo.

— Buenos días, Hokage-sama.

— ¡Yo! — Respondió sin levantar la mirada del libro.

Mientras continuaba su camino, un grupo de niños rodearon al jounnin.

— ¿Es cierto que se va a casar con Hinata-hime? — Preguntaron a coro los pequeños, haciendo que Kakashi les prestara atención.

— ...Si — Respondió luego de preguntarse de dónde conocían los niños a la Hyuuga y por qué le preguntaban eso. Pero antes de cualquier cosa, los niños le ofrecieron muchas flores — ¿por qué no se las llevan a su casa?

— Es para que usted se las dé — Respondió una niña y de pronto todos corrieron y dejaron a Kakashi con el montón de flores en las manos. Las personas que observaron todo comenzaron a reír mientras un resignado Hokage continuaba el camino a su oficina.

Al llegar colocó las flores en el sofá a un lado de la puerta y comenzó a revisar sus documentos.

— Vaya regalo — Murmuró Shikamaru mientras entraba con dos carpetas — Sus flores se han secado.

Kakashi sacó la vista del montón de papeles que cubrían el escritorio y miró lo que señalaba Shikamaru.

— Las olvidé — Y regresó a su atención a las hojas que tenía frente a él.

— ¿Hoy piensa quedarse tarde?

— Hay un informe de la Mizukage que deseo leer con atención.

— Bueno, yo ya terminé con la contabilidad del cuartel ANBU, ¿Dónde lo dejo?

— En el sofá, mañana lo reviso.

— ¿Sobre las flores secas?

— Donde haya espacio.

Shikamaru bostezó.

— Bien — Y aplastó las flores. — Debería salir temprano para ir a cenar con Hinata-chan.

¿Para tener otra cita en silencio? — Pensó Kakashi, si quería silencio mejor se quedaba en esa oficina adelantando trabajo, eso parecía ser más provechoso.

.

.

.

Hola a todos!

Esta historia ya tiene 13 capítulos publicados así que los subiré todos para que puedan leer de corrido todo, la historia aún no tiene el final escrito pero ya lo tengo planeado. 

No vayan a odiar a Kakashi, es solo que a él no le interesa casarse, ha pasado por tanto sufrimiento en su vida que realmente no tiene expectativas de lo que hará con su vida (un ejemplo está en el Kakashi gaiden). Y bueno, en general los hombres suelen ser un poco descuidados en eso de los detalles y leer las indirectas que les hacemos las chicas.

Hinata se está resignando a comprometerse con Kakashi, pero al parecer sus formas de pensar están chocando, lo cual es lógico al haber 15 años de diferencia, Hinata debe aprender muchas cosas aún. Y bueno, no me quiero ir sin editorializar las acciones de Hiashi aunque no mucho xD porque será Kurenai en el siguiente capítulo quien lo explique. Hiashi quiere a sus hijas y está haciendo lo que cree correcto. Él fue testigo de la muerte del Colmillo Blanco de Konoha y conoce a Kakashi de toda la vida, pues al ser ANBU de tres Hokages (Minato, Sarutobi y Tsunade) se vieron innumerables veces en la torre del Hokage, así que confía en que será un buen hombre con su hija. Si le preguntarán a él, diría que prefiere a Kakashi en vez de a Naruto, pero como sabía que a su hija le gustaba el rubio, héroe de la alianza shinobi, pues por eso fue su primera opción.

Bueno, es todo, nos vemos la siguiente semana con un capítulo nuevo y espero que les haya gustado, y pues solo decir que Kakashi comenzará a externar las molestias que ese compromiso le está causando.

También quiero agradecer a todos los que marcaron la historia como favorita y que la están siguiendo. Muchas gracias a todos y ojalá puedan dejar un omentario.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro