Comenzar de nuevo
Capítulo 12
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Hinata no sabía qué hacer. La semana pasada, el día que los exámenes Chuunin habían llegado a su fin, Kakashi la besó por segunda vez en dos días, pero eso solo había sido el inicio de la situación más estresante que hubiera vivido desde que se casó con Rokudaime Hokage.
. . . . Flash Back. . . .
Su cálido tacto la desarmó y se sintió estremecer entre sus brazos, igual que la primera vez... pero justo cuando él la arrinconó contra la mesa de la cocina, ella tomó su espacio y le dio una bofetada que hizo eco en la casa vacía de nuevo.
— ¿Por qué me besa? — Preguntó con la confianza de saber que se encontraban solos en la casa.
— Eres mi esposa, Hinata — Respondió él con seriedad.
— Eso no significa que pueda tomarse esas libertades sin consultarlo conmigo.
— ¿Debo pedirte permiso para besarte?
Ella pensó qué responder.
— Se supone que estamos casado pero yo no siento nada por usted ni usted por mi... — Pero entonces él volvió a cortar el espacio y sujeto su cintura.
— Tus labios me dijeron otra cosa... ¿Quieres que les vuelva a preguntar?
— No, por favor... solo aléjese de mi, Kakashi-san — Hinata retrocedió y se dirigió al marco de la puerta.
Ese gesto hizo sentir mal a Kakashi, quien decidió detenerse.
— Bien, lo siento si te incomodé, es solo que son ciertas mis palabras... te quiero, Hinata.
Ella desvió la vista.
— No puedo creerle... Lo siento — Murmuró ella mientras juntaba sus manos sobre su pecho.
— ¿Por qué?
Ella estaba a punto de responderle, cuando un ninja se apareció en la cocina.
— Hokage-sama, Hinata-sama — Hizo una reverencia el ANBU con máscara en forma de buho. — Ibiki-san me envía para decir que se necesita la presencia de Hokage-sama en la torre. — Desapareció.
Kakashi suspiró.
— Iré a la torre. — Se dio la media vuelta. Hinata lo observó marcharse con pocos ánimos.
Sus mejillas sonrojadas, lograron apaciguarse un poco... ¿De dónde había sacado la idea de que la quería? Eso no era posible, pero tampoco creía que Kakashi-san hubiera mentido en ese momento, sus ojos no percibieron ninguna contrariedad... pero él tenía una amante, no era justo que jugara de esa manera.
Esa noche, Kakashi le informó que en dos días partirían al país del té, donde estarían por unos días, y después se marchó a dormir a otra de las habitaciones.
. . . . Fin del Flash Back. . . .
Si era honesta diría que no quería ir. Ya había suspendido por un mes el entrenamiento con sus alumnos y no quería descuidarlos más tiempo, pero Kakashi le ofreció ponerlos a trabajar con Konohamaru para que entrenaran. Y cuando argumentó que no podía pausar más tiempo sus entrenamientos con Hanabi, Kakashi mandó llamar a la torre a su pequeña hermana, quien le dijo con una sonrisa que le parecía una buena idea que se fuera de vacaciones con su esposo, que merecía un buen descanso.
Pero es que más que descansar, Hinata se sentía tensa, preocupada por los extraños intentos de Kakashi por acercarse y ser amable. Las personas como Yamato-taicho o Tsunade, aprobaban el nuevo comportamiento de Kakashi, pero Hinata se sentía más extraña que nunca. Jamás alguien había tratado de llamar su atención y mucho menos ofrecerle sus afectos como lo hacía Kakashi, y eso le halagaba... hasta había veces en las que se sonrojaba y deseaba poder decir que sí. Pero en su mente continuaba la imagen de él teniendo relaciones con otra mujer en la torre. No podía olvidarlo... y eso la impulsaba a tomar distancia, a que pusiera más empeño en pasar de sus atenciones.
Miró de nuevo la maleta que estaba frente a ella. En cualquier momento llegaría Kakashi anunciando que todo estaba listo para emprender el viaje hacía sus vacaciones, pero ella no quería. No quería estar cerca de ese hombre tan extraño.
Unos pasos se escucharon fuera de su habitación.
— ¿Lista? — Kakashi regresó de la Torre, donde arregló los últimos detalles de su trabajo.
— No se si sea buena idea esto... Con el problema de los seguidores de Kaguya no creo que sea prudente que el Hokage abandone la aldea.
— Solo serán unos días, el color ha regresado a tu piel, pero creo que un poco de relajación nos ayudará a ambos. — Ella desvió la mirada. — Si no tienes más objeciones, podemos marcharnos.
Ella se puso de pie y Kakashi tomó la maleta, la cual contenía la ropa y pertenencias de ambos. Bajaron las escaleras y salieron de la casa, y entonces Hinata vio que un sencillo carruaje los esperaba.
— Vamos — La ayudó a que subiera y le dio indicaciones al cochero de que avanzara.
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Luego de un par de horas de viaje en silencio, Kakashi anunció que habían llegado a la posada donde se hospedarían. Le pagó al cochero y le dijo que él le mandaría un pergamino cuando quisieran que fuese a recogerlos para llevarlos de regreso a Konoha.
Hinata bajó y se encontró con una pintoresca casona antigua, el lugar parecía muy tranquilo y amigable.
— ¿Habías venido antes a la aldea del té? — Le preguntó Kakashi mientras entraban a la posada.
— Sí, pero siempre de paso, nunca me había hospedado aquí. — Respondió embelesada por las pinturas y decorados de aquel lugar.
— Bueno, ésta será una buena oportunidad para conocer la aldea. — Dijo Kakashi tranquilamente.
Hinata lo observó de reojo. Había estado un poco más serio desde el día que le dio la bofetada, y de alguna forma eso la hizo sentirse un poco mal. Él nunca había sido malo con ella y ella lo golpeó... pero cuando su consciencia le reclamaba, trataba de recordar que él era un mentiroso y que trataba de romper los límites que ella había marcado.
Pronto los llevaron a su habitación en la planta baja, la cual era muy espaciosa. Contaba con una cama para dos personas, una mesa de noche a cada lado de la cama, un ropero gigante, una ventana, un baño y un balcón que conducía a un pequeño estanque privado de aguas termales.
— Creo que sería... — Ella titubeó al verse sola en esa habitación con Kakashi — ... bueno ir a conocer la aldea.
Kakashi la miró y asintió sonriendo con la mirada.
Salieron de la posada luego de haber dejado sus cosas en la habitación. El clima era cálido y húmedo por lo que Kakashi vestía un pantalón de lana negro y una playera de rejillas negra, mientras Hinata usaba una falda azul que llegaba hasta sus rodillas y una blusa blanca. Caminaron por toda la aldea, observando los locales, así que Hinata aprovechó para comprar algunos recuerdos para sus seres queridos.
— Creo que te he aburrido bastante, ¿No es así? — Le preguntó mientras guardaba el collar que había comprado para Hanabi.
— No, en realidad fue entretenido ver las caras que haces cuando algo te gusta — Ella se sonrojó y se volteó.
— Solo buscaré algo más para mi padre y ya — Dijo mientras se daba la vuelta, entonces Kakashi la alcanzó y le quitó de las manos las bolsas de sus manos.
Ella quiso decir algo, pero la expresión de alegría de Kakashi la hizo titubear. Sus vacaciones la estaban estresando más que los exámenes Chunnin.
— ¿Por qué llevas tantos dulces? — Preguntó Kakashi mientras echaba un vistazo dentro de las bolsas, nunca la había visto dulces en la cocina de su casa.
— Para mi equipo gennin, para Hanabi y Ko llevo nubes de azúcar, y a Kiba, Akamaru y Shino les llevo unos dulces ácidos y pensaba llevarle a padre un poco de las hierbas medicinales que venden aquí, últimamente se ve muy pálido. — Comentó mientras su mirada se volvía nostálgica y se dirigía al local.
Kakashi de pronto recordó lo que Hiashi Hyuuga le había dicho hace un tiempo... entonces miró a su joven esposa comprar las hierbas con la esperanza de ayudar a su padre... Un escalofrío lo recorrió por completo... ¿Debería decírselo? ¿Aprovechar que no estaban en konoha y ayudarla a sobrellevarlo? Siguió pensando en cómo proceder cuando de pronto visualizó a un joven conversando con su esposa.
No le gustaba que ella se mostrara tan a la defensiva con él, ¿Por qué lo hacía? No es como que él se hubiera portado muy bien con ella, pero por lo menos se había vuelto más atento. Kakashi pensaba que cualquier otra mujer ya habría caído en sus brazos, es más, notaba las pequeñas miradas que su esposa le dirigía... ¿Entonces por qué no dejaba que se acercara más?
La melodiosa risa de Hinata lo sacó de sus pensamientos y le molestó ver que aquel sujeto la estaba haciendo reír. Carraspeó para llamar su atención.
— ¿Terminaste tus compras? — Preguntó de manera seria, actitud que confundió a la chica. No entendía su cambio tan radical de actitud.
— Sí.
Kakashi empezó a caminar en dirección a la posada, ella lo siguió un poco confundida, se suponía que irían a comer a algún local...
— Ettoo... ¿No vamos a comer algo?
— Supongo, podemos comer algo en la posada. — Ella asintió.
Cuando llegaron a la posada, Hinata se quedó en el vestíbulo esperando a Kakashi, quien había ido a preguntar a qué hora servían la comida en aquel lugar, cuando de pronto un joven muy apuesto llegó hasta ella.
— Buenas tardes, ¿Viene de vacaciones?
— Sí, mi esposo y yo — Dijo tímidamente.
— Oh, es una lástima... — Respondió el desconocido... — Eres una chica muy joven como para estar casada...
Hinata iba a decir algo, pero entonces sintió la presencia de Kakashi tras ella.
— He pedido que lleven la comida a nuestra habitación — Kakashi interrumpió con la intención de alejar a ese sujeto. Ella asintió y retomaron el camino hasta la habitación, donde comieron en silencio.
Cuando terminado de comer, Hinata comenzó a sacar sus cosas de la maleta para que la ropa no se arrugara.
— Me siento un poco cansado, creo que dormiré un poco — Murmuró Kakashi. Ella asintió mientras organizaba las cosas.
Cuando escuchó a acompasada respiración de su esposo, se puso de pie y miró su alrededor. ¿Debería dormir también? No, no tenía sueño. Así que pensó que podría ir a zambullirse a las aguas termales de la posada. Muy contenta con su decisión, tomó su ropa limpia, dejó una nota y marchó de la habitación. No le apetecía usar el estanque privado de su habitación.
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Hinata iba saliendo de la zona de los baños de mujeres vistiendo una Yukata de color azul cielo.
— Buenas noches. — Un joven la saludó mientras avanzaba en dirección a su habitación.
— Buenas noches. — Respondió ella educadamente pero continuó su camino.
Otro hombre la abordó por el pasillo.
— ¿Me permitiría invitarle un trago, bella dama?
Hinata hizo una leve reverencia.
— Lo siento, mi esposo me espera. — Y continuó su camino, pero se percató de que aquella persona la estaba siguiendo. Apuró el paso, pues no quería tener que pelear, pero justo cuando llegó a la habitación, la puerta se abrió dejando ver a un Kakashi sin playera, pues solo traía puesta su máscara y un pantalón de tela negra.
— Te tardaste... — Le dijo mientras ella entraba y se sentaba en la cama. Y aprovechó de lanzar una mirada de advertencia al sujeto, quien al ver a Kakashi, se marchó maldiciendo.
— Fue muy agradable el baño.
— Lo imagino... — Se sentó al lado de ella — ¿Por qué no le diste una paliza a ese tipo?
— No quería causar un alboroto, es una noche agradable.
— Eres muy gentil, Hinata.
Hinata vio que él no estaba usando Yukata.
— ¿Kakashi-san no quiso ir a las aguas termales?
— No me apeteció ir a la sección de hombres, menos teniendo un estanque privado en la habitación.
Ella bajó la mirada un poco avergonzada.
— Yo voy a dormir — Anunció mientras se metía en las sábanas.
— Sabes, para ser nuestras primeras vacaciones, podríamos aprovechar un rato más...
Se acomodó en la cama para verla de frente.
— ¿Ocurre algo? — Preguntó ella mientras sentía que él quería decir algo.
— ¿Quieres sentarte? — Ella asintió pero se sentó un poco más lejos de lo que él hubiera querido. — Creo que podemos tomar esto como una luna de miel atrasada, ¿No? — Ella miraba el suelo y él suspiró. — Llevamos poco más de medio año casados, ¿Las cosas han ido como lo imaginabas?
— Traté de no tener muchas expectativas. — Respondió ella con timidez. Al notar que ella no planeaba decir algo más, comenzó a decir lo que pensaba.
— Yo sí, esperaba que tu forma de ser fuera más caprichosa, al haber nacido dentro de un clan tan reconocido como lo es el Hyuuga. — Dijo mientras observaba la pared como si fuera lo más interesante del mundo. — Me sorprendí al saber que no eras una chica que derrochara el dinero o que requiriera de grandes lujos... Creo que te debo una disculpa por haber tenido esos prejuicios. — Ella lo miró sorprendida. — Y también lamento no haber estado más presente para ayudarte con los preparativos de la boda.
— E-Está bien — Ella bajó la mirada. — Yo lamento que mi padre lo haya obligado a casarse conmigo.
— No sé, creo que ya no lo lamento tanto. — Se acercó a ella. — Creo que quizás podríamos ser una pareja real si lo quisiéramos.— Sujetó su mano, pero ella la retiró lentamente.
— No lo sé... — Titubeó ella.
— ¿De qué hablas?
— Usted dejó claro desde el inicio que esto era solamente para evitar que mi padre siguiera insistiendo a Naruto-kun.
Kakashi miró el techo en búsqueda de algo que responder. No podía negar que eso era verdad, pero ¿Cómo decirle que las cosas se sentían diferentes? ¿Que empezaba a verla de otra forma?
— ¿Crees que pueda haber algo más entre nosotros? — La miró fijamente.
Ella desvió la mirada.
— No, lo siento... — Y se quedó en silencio.
— ¿Por qué?
— No deseo seguir hablando de esto... — Se puso de pie. — Iré a buscar un vaso de agua... — Pero antes de que hiciera una reverencia, Kakashi llegó hasta su lado y la sujetó de un brazo para que no intentara escapar.
— No saldremos de este lugar hasta que no me expliques por qué no me dejas acercarme a ti. — El shinobi la miró con un poco de molestia — He sido amable y atento contigo pero solo consigo que me alejes y que no me digas nada de todas las cosas que te pasan. Me has mentido desde el día que nos casamos y he intentado darte oportunidades para decirme la verdad... pero insistes en no decirme nada. — Explotó.
— ¿Mentir? — Hinata no sabía de qué hablaba. — Yo no recuerdo...
— ¡Las hermanas Hyuuga! Desde el primer día estuvieron en casa y tu dijiste que solo te ayudaban cuando en realidad les das una coartada para que estudien medicina.
Ella abrió los ojos sorprendida.
— ¿Cómo...?
— ¿Entonces no lo niegas?
Ella desvió la mirada.
— Yo no mentí, solo...
— Omitir información es igual que mentir. — La miró fijamente — O tu misma salud, tienes anemia y no pudiste decirlo — Le reclamó.
— Me estás lastimando...
Kakashi la soltó, admitía que su agarre fue muy duro, pero es que por más que trataba de comprenderla no lo conseguía.
— Lo siento... Pero ¿Cómo esperas qué me sienta si me tratas como un desconocido aún cuando llevamos meses viviendo juntos? — Hinata mordió su labio, realmente no le gustaba el rumbo que estaba tomando esa discusión.— Di algo. — Ella continuaba en silencio. — Hinata...
— Siento no haber sido honesta sobre Yuki y Yuko, pero no creí necesario decirlo... Kakashi-san pasa todo el día en su trabajo, no creí que le interesara saber esas cosas...
Aquella respuesta no le gustó para nada a Kakashi.
— ¿Tu actitud es debido a que paso mucho tiempo en el trabajo? — ¿Su trabajo como Hokage era el problema de todo? Si era así, entonces se habría equivocado con Hinata, entonces sí era una chica mimada y consentida.
— No, yo... — Guardó silencio.
— Hinata, habla, sino lo haces no puedo saber lo que pasa por tu mente... ¿Cómo crees que me sentí al enterarme por otras personas que estás enferma? Soy un idiota que no sabe qué pasa con su esposa. — Comenzó a sentir que la molestia aumentaba en él. Sucedía lo mismo con ella, no podía creer que Kakashi le estuviera reclamando todas esas cosas. — Te pregunté muchas veces y tú...
— Basta... — Exclamó ella con molestia. — No quiero seguir hablando de esto... por favor...
— Entonces dime por qué no quieres dejar que me acerque a ti — Dio un paso hacía ella y trató de tocarla pero ella retrocedió.
Era el momento de decirlo, quizás de esa forma por fin la dejara en paz.
— Porque yo no quiero ser una más — Exclamó con fuerza y se abrazó así misma.
— ¿De qué hablas?
— No creo que sea justo que me reclames todas esas cosas cuando mantienes relaciones con otras mujeres en la torre.
El shinobi no supo qué decir. Hinata lo sabía...
— ¿Cómo...?
— Una noche fui a la torre... — Ella desvió la mirada con incomodidad.
El silencio los envolvió. Kakashi se sentía un idiota... la distancia que ella había impuesto entre ellos había sido causada por él.
— ¿Estás molesta?
Hinata no lo miró. En realidad saber que su esposo le era infiel la hacía sentir triste pero con ella misma, la hacía sentir menos, le hacía pensar que no era necesaria. Su familia y sus amigos estaban ocupados con sus nuevas responsabilidades, y ella se esforzaba por llevar bien a cabo sus ocupaciones como kunoichi, pero no era una ninja de 24 horas. La otra mitad del tiempo, cuando no entrenaba o estaba de misiones con su equipo, se sentía innecesaria y sola.
— Saber que no te interesaba nuestro matrimonio fue difícil, pero lo comprendo... ninguno de los dos quería esto. — Dijo en voz baja y miró a su alrededor.
— Yo... — Kakashi sintió el impulso de tratar de hacerla sentir mejor. No le gustaba la tristeza que se reflejaban en sus ojos. — Terminé con mi aventura hace tiempo. — Ella seguía sin mirarlo y tampoco reaccionó a sus palabras — ¿Hinata?
— No sé qué espera que diga... — Murmuró.
— Sé que fui un idiota por hacerte esto, no hay manera de que me pueda justificar, así que espero que puedas perdonarme. De verdad me interesa que nuestro matrimonio funcione.
Ella negó.
— No es necesario que se presione... — Hizo el intento por ponerse de pie, cuando él la tomó de su brazo y la jaló hacía él, abrazándola.
— Cuando te dije que te quería era cierto. Yo... — Acarició su cabello mientras la sostenía entre sus brazos, sintió que ella se ponía rígida. — Yo tenía miedo de crear lazos contigo... casi todas las personas que he amado están muertas, así que no quería querer a nadie más para no tener que volver a enfrentar ese dolor... Pero me he dado cuenta de que eso solo fue una excusa barata de mi parte para buscar satisfacer mis deseos egoístas... — La sujetó más fuerte — En realidad aún tengo un poco de miedo de quererte, pero pienso que eres una mujer extraordinaria y quiero pensar que si se trata de ti, no volveré a estar solo.
Ella sintió que las lágrimas se agolpaban en sus ojos, Kakashi la sujetaba con desesperación y miedo. Lo sintió temblar y entonces comprendió que tal vez ella no era la única que vivía con miedos e inseguridades. Siempre vio a Kakashi como un shinobi invencible, un Hokage impecable... como un hombre maduro y firme. Pero ahora, saber que él tenía miedo de seguir perdiendo a sus seres queridos, le hizo sentir empatía con él. Después de la muerte de Neji, ella también temía mucho de perder a su familia y a sus amigos.
Hinata alzó sus brazos y correspondió su abrazo, colocando su cabeza en su hombro y dejándose envolver entre las suaves caricias que recibía su largo cabello. Y por primera vez en mucho tiempo, se sintió en paz.
— ¿Crees que podamos empezar de nuevo? Con una mejor comunicación... — Él preguntó en un hilo de voz.
— No sé si esto vaya a funcionar... pero podríamos volver a empezar, desde cero.
No era la respuesta que Kakashi hubiera querido, pero era lo mejor. Debían comenzar a cimentar su relación en algo más serio y honesto. Aunque si era honesto, le bastaba con que Hinata dejara de huir y de estar a la defensiva, él se encargaría de enamorarla. Pero aún así había algo más que él quería saber.
— Hinata... ¿Qué sientes por mi?
La pregunta dejó helada a la chica, así que lo único que atinó a hacer fue alejarse unos pasos y jugar con sus dedos.
— No lo sé... Kakashi-kun es muy amable y atento, es una persona cálida... Pero...
— ¿Pero...?
— No se si lo que siento pueda llamarse amor — Y la imagen de Naruto llegó a su mente. — Lo siento...
Kakashi dejó salir todo el aire que contuvo mientras escuchaba su respuesta, de alguna forma se lo merecía, había sido un idiota por mucho tiempo.
— No tienes nada de lo que disculparte, has tenido motivos de sobra para desconfiar de mis acciones. Creo que necesitaremos de tiempo para mejorar nuestra relación, como dices, empezar de cero.
A pesar de que tuviera puesta su máscara, ella notó la sonrisa de complicidad que él le dedicó.
— Etto...
— Dime.
— ¿Por qué...? — Pero su gran sonrojo no le permitía continuar.
— ¿Por qué me interesa arreglar nuestra relación? — Ella asintió animosamente, aquello le robó una pequeña risa al peligris — Porque creo que me gusta dormir abrazado de tu cintura... — La chica boqueó sin saber qué decir, así que solo atinó a sonrojarse. — En fin, ¿Quieres cenar?
Ella asintió mientras Kakashi se ponía de pie.
— Podríamos ir al comedor de la posada... — Sugirió ella cuando lo vio llegar a la puerta.
— No tengo muchas ganas de ver a otros tratando de llamar la atención de mi linda esposa.
Y salió dejando a una sonrojada Hinata.
— Bueno, sin duda esto ha sido catártico. — Murmuró Kakashi de buen humor mientras salía de la habitación.
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A la mañana siguiente unos golpes en la puerta los despertaron.
Cuando Hinata abrió los ojos se encontró con una visión que la abochornó. Kakashi había dormido sin playera y en esos momentos se disponía a abrir la puerta.
Hinata desvió la mirada un poco avergonzada, pero Kakashi lo notó e internamente sonrió.
— Ya sé que haré hoy... — Pensó mientras recibía el desayuno que había ordenado la noche anterior.
— Gracias. — Dijo cuando tomó en sus manos la charola con alimentos y los ponía en la cama junto a Hinata. En cuanto cerró la puerta, regresó y se sentó junto a ella.
— Huele bien... — Murmuró ella mientras comenzaba a destapar los platos.
— Así es, hoy tengo mucha hambre. — Y se bajó la máscara.
Hinata lo observó comer con calma y su rostro volvió a encenderse, no era la primera vez que venía su cara, pero ésta vez se podía tomar el tiempo para contemplarlo. Sus facciones varoniles, su nariz respingada, sus labios carnosos y ese pequeño lunar cerca de su barbilla solo la hacían sentir más nerviosa de estar a su lado, al punto que había olvidado que tenía que masticar.
Se golpeó mentalmente y decidió bajar la mirada, era una falta de respeto mirar fijamente a las personas, aunque le aliviaba ver a Kakashi tan entretenido con su comida, por lo que rogaba que no la hubiera atrapado viéndolo, sería muy vergonzoso. Pero lo que ella no sabía es que Kakashi estaba mostrándose tan entretenido a propósito, quizás era hacer trampa el mostrar su rostro, pero sin duda pensaba hacer todo lo posible por conquistar su corazón.
Continuó comiendo, hasta que notó que ella apartaba la mirada de su rostro y ahora miraba con interés su torso. Sí, definitivamente eso le hacía saber que no le era indiferente y eso le alegró su mañana.
Una vez que terminaron de comer, planearon ir a visitar los alrededores de la pequeña aldea, por lo que se dieron una ducha, se arreglaron y marcharon. Él no iba a presionarla, tenían toda una vida para conocerse.
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La tensión inicial se había ido. A pesar de que Hinata seguía un poco reacia a aceptar sus atenciones, era menos distante y más dispuesta a conversar; y eso le gustó a Kakashi. Por primera vez sentía que estaba conviviendo con la real Hinata, con la chica que lograba tocar los corazones de las personas con su gentileza.
En cambio para ella había sido liberador el poderle reclamar de su aventura, de alguna forma la hizo sentir mejor el saber que él había tenido la iniciativa de terminar con su amante antes de que ella le dijera algo. Su lado racional le decía que debía dudar del peligris, pero su corazón le decía que él estaba siendo honesto y que sus palabras eran reales. Así que el resto de los días de sus vacaciones lo pasaron con una gran sonrisa en los labios.
— Es una lástima que tengamos que regresar tan pronto. — Murmuró Hinata mientras metía sus pertenencias en la maleta.
— Lo sé, pero volvamos en diciembre, para nuestro aniversario. — Kakashi sonrió, a lo que ella respondió con una asentimiento torpe de cabeza, seguía estando un poco nerviosa a su lado, así que no podía evitar ser un poco torpe.
— Sí, es una buena idea — Desvió la mirada muy avergonzada. Una vez que tuvieran todas sus pertenencias guardadas, Kakashi llamó al cochero para que fuera a recogerlos fuera de la posada.
El viaje de regreso fue muy ameno a comparación del de ida, por lo que cuando llegaron a su gran casa el matrimonio se encontraba muy contento limpiando un poco el polvo que se acumuló, por lo menos hasta que un par de golpes en la puerta llamó su atención.
— Siento venir tan pronto a molestar. — Era Yamato.
— No se preocupe, pase. — Hinata lo invitó a pasar. — Kakashi está en su oficina.
— Bien, con permiso... — Sonrió al ver el rostro tan sereno de la chica, se veía incluso más linda de lo que recordaba.
Yamato llegó hasta el lugar indicado, donde veía al Rokudaime Hokage desempolvar su amada colección de libros eróticos.
— Senpai, ¿No te los llevaste para leer en el viaje?
— Creo que los olvidé... — Sonrió un poco avergonzado, aunque la verdad era que solo había llevado uno, había tenido la esperanza de tener un poco de práctica con su esposa.
— Eso es raro... En fin, vine a traer el reporte de lo sucedido ésta semana en la aldea, además hubo un nuevo ataque en los límites de la aldea del Sonido y la aldea del Silencio, se confirmó que fue perpetrado por los seguidores de Kaguya.
— Entiendo... — Y se quedaron conversando toda la tarde de todo lo que el Hokage necesitaba para ponerse al día.
Hinata aprovechó para preparar la cena, y ofrecerles a los dos hombres algo de comer.
— Sería maravilloso, pero me sentiré mal de abandonar a Shikamaru y a Naruto, ellos siguen trabajando en la torre.
— ¿Naruto ya regresó de su misión? — Preguntó Kakashi, quien no se dio cuenta del cambio en el rostro de su esposa.
Era cierto. Naruto había quedado de darle una respuesta a su regreso pero justo había logrado una tregua con Kakashi y temía arruinarlo todo. ¿Por qué olvidó mencionarle lo de su beso a Kakashi cuando discutieron en sus vacaciones? Lo había olvidado por completo...
— ¿Hinata? — La llamó el castaño, sacándola de sus cavilaciones.
— ¿Sí?
— Te preguntaba si te importaría que vinieran los chicos a cenar. — Le sonrió en forma de disculpa, a lo que ella respondió con otra sonrisa, iba hablar con Kakashi, ella también debía ser honesta.
— No hay ningún problema, aunque podrían traer un poco de ramen o sushi para acompletar... — Sugirió ella al saber que el rubio tenía un apetito voraz.
— Yo les diré que traigan algo de camino acá, muchas gracias, Hinata-chan — Yamato le hizo una reverencia a lo que la chica le respondió con otra.
Ella era realmente educada, pensó Kakashi.
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Una hora después, se volvieron a escuchar algunos golpes en la puerta del matrimonio Hatake, por lo que se dio prisa en abrir. Entonces pudo ver a Shikamaru, Sai y a Naruto fuera de su portón.
— Buenas noches, adelante. — Se hizo a un lado para dejarlos pasar.
— Buenas noches, disculpa las molestias. — Saludó Shikamaru.
— Traje lo que pidió el capitán Yamato... — Sai mostró un par de bolsas de papel. — ¿Dónde las coloco?
— En la mesa, por favor — Indicó ella.
— Hola — Naruto fue el último en entrar.
— Naruto-kun, — Se quedaron viendo un par de segundos, cuando la voz de Yamato los trajo de regreso a la realidad.
— Es bueno cenar comida casera de vez en cuando, senpai es muy afortunado... — Se escuchó la voz del capitán.
— Sí lo es. — Dijo Naruto mientras rompía el contacto visual y entraba a la casa.
Hinata avanzó detrás de él y llegó hasta el comedor, donde ella ya había acomodado antes los diferentes platillos en la mesa. Kakashi tomó lugar en la cabecera de la mesa y Hinata se sentó a su lado derecho, junto a Yamato, frente a ella estaban Sai y Naruto, mientras que en el otro extremo de la mesa se sentó Shikamaru.
— Muchas gracias por la comida, Hinata — Le dijo Kakashi mientras se acercaba a ella y depositaba un casto beso en la mejilla de ella.
La chica se puso sumamente roja y hasta empezó a ventilar, aún no se acostumbraba a esos detalles que tenía su esposo con ella, pero ya no rehuía de ellos. Pero eso no fue todo lo que la hizo sonrojar, la mirada que Naruto les dedicó la avergonzó un poco. Naruto parecía... ¿Celoso?
— ... así que le dijimos que volviera a la oficina cuando Hokage-sama regresara. — Decía el Capitán Yamato mientras se servía un poco de arroz con verduras.
— Entiendo. — Asintió Kakashi y de pronto miró a Naruto. — Estás inusualmente callado, Naruto. ¿Qué tal tu misión?
— Se extendió demasiado porque esos sujetos no se quedan en un solo lugar, sin embargo conseguí información que puede ayudarnos a dar con una de sus bases de operaciones. — Dijo mientras comía pescado cocido.
— Ya comencé a trabajar con eso, en unos días tendremos una propuesta de ruta para mandar al grupo de jounins asignados por los kages para que vayan a investigar. — Acotó el Nara mientras se servía más sake.
— ¿Y qué tal su luna de miel? ¿Pronto tendrán su primer hijo? — Preguntó Sai de manera imprudente, había leído que era normal que una pareja esperara hijos después de salir de viaje.
Kakashi, quien ya había terminado su comida para evitar quitarse la máscara frente a todos cerró los ojos, imaginando que el rostro de su esposa sería todo un poema. Y no se equivocó, ella casi se ahoga al escuchar aquello.
— Fueron unas muy buenas vacaciones, ¿No, Hinata? — Kakashi la golpeó un poco en la espalda para ayudarla a espabilarse.
— Si... — Respondió con un hilo de voz, entonces buscó a Naruto y lo vio comer más de prisa, se veía incómodo con aquello. Hinata rogó porque no fuera a decir nada en ese momento. — Aunque aún no hay planes de tener hijos, Sai-kun.
Kakashi sonrió de lado.
— Aún... — Kakashi hizo énfasis en la palabra para avergonzar un poco a su esposa, lo cual hizo reí a Yamato.
— Ya terminé, gracias por la comida. — Naruto jaló su silla hacía atrás de golpe y se puso de pie.
— ¿Sucede algo, Naruto? — Preguntó Shikamaru al notar que estaba molesto el chico.
— No, solo recordé que tenía que ver al Teme... nos vemos mañana en la torre, Kakashi-sensei...
Y se marchó de la casa.
— Eso fue raro. — Comentó Sai mientras veía las bolsas con ramen que habían llevado y que el rubio no había tocado para nada.
— Tsk, es problemático.
Kakashi alzó una ceja. ¿Naruto ya había limado sus asperezas con Sasuke? Tomó la nota mental de averiguar como iba su pequeña pelea.
Entonces Hinata vio que Kakashi le hacía una seña a Yamato en dirección a donde había ido Naruto, quien asintió en respuesta.
— ¿Tendrás más arroz, Hinata? — Preguntó Sai.
— Hai
Y la cena continuó en tranquilidad.
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Al día siguiente, Kakashi estaba de nuevo en la torre, leyendo un par de pergaminos y asignando misiones.
— Ahora solo quedan un par de misiones en el pueblo que está en las afueras de Konoha. — dijo Shikamaru mientras le pasaba la caja de fichas. — Un equipo genin sería suficiente para hacer las reparaciones solicitadas.
— ¿A quién recomiendas? — Preguntó distraidamente el peligris.
— El equipo de Lee sería adecuado, aunque quizás sería bueno clasificar la misión como C por qué tendrán que estar algunos días fuera.
— De acuerdo. — Hizo una pausa en lo que estaba leyendo y miró al Nara. — ¿Cuál es el estado de los genin de Hinata?
— Han estado entrenando con Konohamaru y cumpliendo algunas misiones dentro de la aldea, imagino que Hinata retomará su entrenamiento.
— Entiendo, trata de no asignarles misiones muy largas fuera de Konoha. — Pidió mientras tomaba un lápiz y comenzaba a tomar unas notas.
— Dalo por hecho. — Shikamaru se puso de pie para ir a enviar las asignaciones.
No duró mucho tiempo el silencio en la oficina del Hokage, la presencia del última de los Uchihas llamó la atención del peligris.
— No deberías subestimar las capacidades de tu esposa, Kakashi. — Dijo Sasuke mientras entraba a la oficina.
— Pienso que más bien es porque Hokage no quiere quedarse solo. — Opinó Shikamaru mientras salía de la oficina.
Kakashi quiso refutar pero estaba de muy buen humor, así que lo dejo pasar.
— ¿Los encontraste? — Preguntó el mayor.
— Sí, los dos pergaminos que necesitabas. — Y Sasuke le entregó los pergaminos en sus manos.
— Te lo agradezco, la biblioteca Uchiha sigue siendo una de las más importantes del mundo.
El Uchiha chasqueó la lengua y se dio la media vuelta.
— Tengo mejores cosas que hacer.
— De acuerdo... — Asintió el Hokage, pero antes de que el muchacho se fuera, lo llamó. — Sasuke.
El aludido se detuvo sin voltear.
— Me alegra que hayas arreglado las cosas con Naruto.
— ¿Quién te dijo eso?— Preguntó el Uchiha.
— Anoche Naruto dijo que iría a verte, supuse que habían arreglado su problema.
— Tsk, no he sabido nada del dobe y no, no fue a verme ayer.
Sasuke sabía que no tenía que darle explicaciones al mayor, pero de verdad estaba tratando de ser amable con la única persona de su equipo que se preocupaba por él en esos momentos.
— Qué raro... — El Hatake se rascó la cabeza. — Bueno, en ese caso, estás invitado a cenar en mi casa. A Hinata le ha gustado que hayan más personas en la cena y me ha dicho que invite a quien quiera.
Sasuke pensó un momento en declinar aquella invitación.
— ¿Ella cocinará?
— Eso creo, le ha pedido ayuda a las hermanas Hyuuga pero creo que ella las dirige.
Sasuke retomó su camino.
— Bien, iré a cenar.
Kakashi sonrió al verlo desaparecer de su vista. Sin duda debía agradecerle a su esposa que Sasuke aceptara su invitación, él haría todo lo posible por ayudarlo a salir de la oscuridad que aún lo embargaba. Aún había muchas cosas que quería solucionar con él antes de que se hiciera oficial su nueva misión de viajar por el mundo, no quería que Sasuke se fuera de Konoha sin haber resuelto su asunto con Naruto y Sakura.
— Quizás deba pedirle consejo a Hinata... — Murmuró con alegría mientras continuaba tomando notas del nuevo tratado que iba a firmar Konoha, sin saber que quizás el problema ya no era solo entre Sasuke y Naruto, sino que ahora lo incluiría.
.
¡Gracias por leer!
Una disculpa por la demora, me puse a leer un poco sobre la infidelidad y me aclaró muchas cosas y reescribí una parte del capítulo. Una de las cosas que reflexionaba es que hay dos posibles desenlaces ante una infidelidad: una es el rompimiento total de la relación al haber una pérdida de la confianza y autoestima de parte de la pareja "victima" y el otro desenlace es que la pareja se abre a conversar sobre lo ocurrido y los motivos, de esa manera pueden construir un acuerdo en el cual se levantan el autoestima mutuamente y se apoyan y continúan con una relación más fuerte.
Otra cosa que comprendí es que una infidelidad no necesariamente tiene que ver con lo que "te hace falta en el hogar" o con la falta de intimidad con la pareja, sino que puede darse debido a traumas que te hacen cuestionarte el cómo has estado viviendo y entrar en una búsqueda por un nuevo yo. Ahora que lo pienso, quizás debí informarme más, antes para darle forma a la infidelidad de Kakashi, pero creo que no estaba tan perdida, pues él se encontraba en un momento de crisis.
En el primer borrador de éste capítulo, ellos daban el siguiente paso en su relación, pero entonces me di cuenta de que me estaba desviando del diseño original de la historia. Así que decidí reescribir el capítulo siguiendo el plan original, además de que Hinata no va a superar a Naruto en medio año y una infidelidad no se olvida tan rápidamente.
Y gracias infinitas a los que han marcado ésta historia como su favorita y comentado.
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