12- Tiempo Limitado
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🔥Nota: Temo informales, que apartir de éste capítulo todo se volverá mucho más turbio, y la historia dará un giro de 360°.
Por la ardua demora en actualizar, quizás se encontrarán con algún que otro error, que luego y con más calma corregiré.
Disfrútenlo 🙀😻❣️
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{NARRA ; KIM}
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Abro los ojos con una tremenda pesadez en ellos... En todo mi cuerpo. Por qué? Lentamente oriento mi posición. Reconozco enseguida el área penumbrosa de la habitación, y frigorífica como es habitual en todo el Búnker. Aunque realmente no recuerdo cómo llegué aquí...
Siento suavidad de las sábanas de seda contra mí cuerpo. Me remuevo a penas un poco y... ESTOY DESNUDA!! Advierto de Jay a mi lado y precipitadamente saltó de la cama a una esquina solitaria con las sábanas apretadas a mi cuerpo.
Qué demonios?! Diviso alarmada el vestido rojo sobre el suelo y demás prendas... Entonces recapitulo en modo anonadada de Flash Back lo ocurrido anoche...; El ambiente, el vodka, la música, y... esa bruma extraña y característica. Luego Jay y yo... Salgo de mis análisis y vuelvo a mi estado en shock. Jay ha empezado a removerse, sigue semi-desnudo, con apenas unos bóxers negros. Obligo mis piernas en ir a otra parte, los cabellos regados en la cara, sin embargo, estás no responden.
-Kim... qué...? -tan fuera de sí, u estupefacto como yo.
Desvio la mirada, sin contestar.
-Esto... Kim, ey! A dónde vas? Aguarda un segundo!
Demandaba, más yo me había internado dentro del cuarto de baño, pegada a la puerta plegable. Respiro entrecortado, abro la regadera y me quedo de cuclillas con la espalda estampada contra la pared, lejos del alcance de los espejos. Abrazo mis piernas y undo mi cara en ellas. Las mejillas seguían ardiendome. De mi piel brotaba ardor, pues poco a poco, o en modos eventuales llegaban las escenas a mi cabeza.
Jay y yo... Alzo el rostro. Muerdo el dorso de mi mano y suelto un grito reprimido. Esos mal nacidos se salieron con la suya. Lo consiguieron. Lo que querían desde un principio. Presenciaron como en una maldita película censurada lo que más anhelaban de nosotros, y caímos en sus juegos.
Maldición!
Siento mi cuerpo ultrajado. No porque Jay no me atrajera. No porque Jay no fuera atractivo. No porque Jay me haya obligado. NO!. Sino porque ambos actuamos... fuera de nuestros cabales. No lo sé. No me sentía yo misma. Sólo aduras penas recuerdo que, lo deseaba. Lo necesitaba más y cada vez más cerca, con esa necesidad lujuriosa ajeno a mí de que me... hiciera suya...
Vuelvo a sonrojarme. Avergonzarme a más no poder. Cómo se supone que seguiremos juntos el hilo de los indicios ya resueltos y los aún faltantes, sino puedo olvidar esa noche?. Presiento que para él también resultará como un problema.
Cierro la regadera, cojo la toalla y con premeditado y simulado control vuelvo a la habitación. Por suerte Jay ya no se encontraba en ella. Imagino que ha ido a la estadía. Detallo el vestido aún en el suelo, lo tomo y arrojo con furia a la esquina contraria. Bufando, escojo otro cambio de ropa, un suéter azul eléctrico y unas malditas tangas de color negro. Dejo mi cabello suelto pese a lo mojado.
Espero sentada a la orilla de la cama. Cepillo mi cabello con vista en el umbral que conecta al pasillo, y luego a la estadía. Jay no se materializa. Dibujo una mueca, quizás medite en dejarme tiempo a solas. Pensar, calmarme, asimilar...
A quién trato de engañar, no logro siquiera poner orden a mis análisis mentales. Es todo..., distorsionado. Me incorporo. No me lo aguanto, y dejando el cepillo de pelo sobre el lecho, me dirijo a la estadía principal.
Jay rápidamente entra en mi campo de visión. Se encuentra de espaldas a mí, por lo que me detengo un segundo, desapercibida. Él... se había calado otra franela gris y pantaloncillos de dormir oscuros. Escribía en unas hojas y removia objetos sobre la mesa. Desde mi posición no sabía exactamente que hacía.
Estuve propensa acercarme, pero nuevamente la vergüenza de lo ocurrido me sucumbe y paraliza. Paso de él en dirección a la cafetera. Ya había café en ella.
-Seguirás pasando de mí, Burgess?
-No paso de tí, Jay -de espaldas y movimientos torpes a la hora de servir café.
-Ah, no?
-No.
-Por qué no me miras a los ojos? Sabes que es necesario hablar de lo ocurrido... -expresa, y noto lo difícil que le resulta hablar fluidamente-. H-Hay puntos tanto claves como desconcertantes que debemos analizar.
Respiro profundo, entonces me vuelvo. No quisiera siquiera hablar del tema, sin embargo, tiene mucha lógica lo que trata de analizar. E incluso yo he pensado igual...
-Q-Qué, crees que...?
-Para que hallamos... actuado de tal forma, qué crees que pudo haber pasado Kim? Qué es lo primero que te llega a la mente? -señalando las notas recién escritas.
Qué es lo primero que podría pasar por mi mente? Sino las escenas ilícitas de nosotros... Carraspeo, ignorando lo incómodo de la situación. Me acerco finalmente, pretendiendo no ruborizarme alte él.
-Eh estado escrutando entre los elementos concluyentes -añade-, y además de la luz artificial de color azúl, la balada romántica, (elementos comunes en una velada), también estaba aquella bruma tenue con cierto aroma dulzón... Aún siento que puedo inhalarla...
<<Después de ello... mis sentidos no parecían funcionar correctamente. Imagino que te sentías igual... Confusión, alteración, sensación, adicción... Kim, todo nos lleva a la conclusión de que Mente Retorcida...
Plasmo un visaje turbio. Todo concuerda... Absolutamente todo. Absolutamente todo encaja. El ambiente, la bruma, seguido de nuestras actitudes lascivas...
-Nos doparon -dictamino, el labio tembloroso.
-Vaya! Nuevamente van a un paso delante de nosotros, Detectives. Cosa que ya no nos sorprende -habla finalmente Mente Retorcida, con un tono travieso-. Saltándome los vítores por sus actividades tenaces, voy directo a corroborar la palabra final de la Detective Kim.
<<Ésta organización, (sí, no me importa el decírselos), sigue en la mejora de un nuevo producto; una droga capaz de consumirse sin necesidad de ubicar a un camello, por aire. Qué no han visto la película "Serpientes a Bordo"? Pues de ahí ha nacido la idea. Ésta droga es como las feromonas a las Serpientes. Claro que en cada residente varía su reacción. Puede que te vuelvas agresivo u temerario impulsado como para cometer un asesinato a sangre fría, hasta incrementar tus deseos sexuales. Altera los sentidos por completo, como la adrenalina en sí. Con tan sólo respirarla unos breves segundos, bastará para activar tu sistema entero.
<<Tal parece que no resultaron tan audaces en ésta ocasión como parecía, no?
-Nos usaste, maldito. NOS USASTE! -exclama Jay, las venas del cuello brotadas. Yo sólo me mantengo estática, abrazándome a mi misma.
-De alguna u otra forma necesitábamos experimentarlo en una pareja en Cautiverio. Claro que preparados por si la droga daba las sensaciones contrarias y ustedes terminaban matandose entre sí. Pero admitimos que la reacción sexual fue aún más exitante que verles en un acto a muerte. Concluimos que la droga ha sido un éxito.
<<Se imaginan tal producto en el mercado negro, ah?. Con tan sólo una respiradita un grupo de reducidas chicas vendrían como avejas a la miel ante nosotros. Y nuestra organización de tráfico humano incrementaría en masa.
Esboza una risa asquerosa. Me produce náuseas. De ninguna manera posible debemos permitir que eso suceda. Que esa droga sea distribuida al mundo.
SOBRE MÍ CADÁVER!!!
Llevo la mano empuñada a mi boca y muerdo con fuerza mis nudillos. Cómo pudimos dejar que nos hicieran partícipes de algo así? Cómo?!
-Ah, no me jodas! -Jay golpea con violencia la mesa de madera, generándome un sobresalto-. Lo noto contrariado en irritación.
-Oh, pero dicha información sólo era el abre bocas para lo más transcendental de éste exitoso experimento, Detectives.
<<Una pregunta, que creen que podría pensar su equipo de Inteligencia, el mundo policial, si surgiera a la luz cierto vídeo sin sensura de sus miembros más importantes de inteligencia, eh?
Ante sus últimas palabras antre-abro los ojos, estupefacta. El corazón me da un vuelco. Jay alza la mirada y la suya es igual de anonadada que la mía. S-Sí ellos llegaran a enviar ese vídeo... Sería nuestro fin como parte de Inteligencia.
-Qué creen que podrían pensar, eh Detectives?. Viéndolos ahí, con semejante disfrute sexual... Qué cree que pensaría Hailey, Detective Halstead? Erin?. O Adam, el capitán Hank y demás integrantes de la Unidad, Detective Kim?
<<Seguirán creyendo en su Cautiverio? Lo mal que la han pasado, eh? Ahí sólo podemos ver rostros completamente dejados llevar por el deseo y placer.
-No... -musito apenas-. Por favor, no... No te atrevas...
-Ven como el mundo es más sencillo cuando cooperan con nosotros y nos dan lo que más deseamos de ustedes?
<<Y como el tiempo es limitado, Detectives. Ésta misma noche habrá otra prueba en ustedes, con un contenido adicional, diferente y mucho más complejo. Espero que no se les ocurra nada estúpido, o el vídeo será público.
-Hasta cuando pretenderás utilizarnos cómo conejillos de india? -inquiere Jay en tono apocado.
-Simple; cuando el añorado producto sea el 100% por siento eficaz, sin nada de efectos secundarios. Sólo hacen falta unos ajustes aquí, allá, y estará listo el mes próximo, Diciembre, para su distribución. Por ahora, descansen, Detectives. El tiempo es limitado.
Desconecta la señal.
Trago grueso, caigo sentada sobre la silla sin el menor cuidado. Jay no dice o pregunta nada más al respecto. También guardo silencio. Recordando en mi mente las mismas palabras de Mente Retorcida "el tiempo es limitado". Y eso era algo con lo que no se podía luchar, contra el tiempo...
Después de respiraciones afanosas, de revolver sus cabellos castaños, mi compañero bebe un poco de agua, vuelve a respirar profundo, con ambas manos sobre la mesa y la mirada cerrada. Abre los ojos luego, me observa de soslayo, y en sus ojos deduzco osadía.
-Kim..., 2A.
Alzo las cajas. Los impulsos poco a poco vuelven a mi anatomía. Contrariada por la información. Me levanto de la mesa, y ubicando la botella de vodka más próxima, me doy un largado trago, sin molestarme en tomar un vaso siquiera.
Jay me la arrebata de pronto, derramando sobre mí el licor.
-Pero qué haces?! -reprendo.
Lo empujo haciéndolo a un lado y tomo otra botella, la destapo y vuelvo a beber. Es el momento esperado...
-Kim. Kim, eso no cambiará nada. No cambiará nuestra situación. Y lo sabes. Así que, entrégame la botella ahora mismo. Dámela ya.
Tomo otro largado trago, evadiendolo. Mentiría si dijera que llevaba ya la mitad de la botella de vodka en mi organismo. Los mareos aumentaban radicalmente con los segundos. Tomo uno más, evadiendo a Jay al rededor de la mesa. Él comenzaba a reflejar hastío por mí actitud insulsa.
-Dame eso ya! Joder, Burgess, deja ya de comportarte como una niña malcriada!
Me rodea por detrás. Mantengo la botella al frente, por reacción. Vuelvo con otro trago y con la descarga de adrenalina la arrojo al suelo abruptamente.
-Rayos, Kim!
Me arrastra lejos de los cristales. Sin embargo, algunos pequeños fragmentos se incrustaron en mis piernas desnudas.
-Por un demonios! -se incorpora frente a mí, detallando mis piernas-. Estás herida?!
-Sueltame! -le empujo con fuerzas. Entonces aquello que presionaba mi pecho. La cruda realidad que me aplastaba me saco fuera de sí. Comienzo a llorar y arrojar demás botellas al suelo.
-Kim, ya deja de arrojarlas!. Hay que sacar los cristales. Ya deja de actuar con inmadurez.
-No me importa! Sólo quiero dejar de pensar! Sólo quiero dejar de existir! Sólo quiero... QUIERO SALIRRRRRRRRRR!!!
Exclamo con tanta fuerza que la garganta me arde, como si se fuera a desgarrarse. De improviso siento un bajón de realidad y mi cuerpo desfallece... Sigo consiente, pero bastante ausente, tanto por el alcohol haciendo efecto en mí como la histeria.
Afortunadamente Jay no se ha apartado de mi lado y me sostiene antes de caer. Al mismo tiempo me alza en brazos. Le doy leves y pobres golpes en los hombros para que me baje. No funciona. Todo da vueltas a mí alrededor...
Como puede nos adentra a ambos al cuarto de baño, me acomoda bajo la regadera y abre la llave del agua fría. Me estremezco, abrazando mis pechos, y odiando no poseer un estúpido brasier...
Jay resulta salpicado también. Había acudido ir por el botiquín de primeros auxilios y volvió rápido. No me moví del lugar. Dejo que saque el cristal y limpié mi rodilla, dejando a un lado la sensación ardiente de su tacto... No duele. Me observa al igual que yo a él. Entonces con rostro neutro y decidido, asiento. Él responde con el mismo gesto cómplice a esa señal.
Introduzco mi mano bajo la división a un lado del inodoro, sacando a la vista la mitad del visturí. "El tiempo es limitado", me recuerdo a mí misma, por ello prosigo una vez más a forzar el brazalete metálico. En los pocos momentos que lo he hecho he variado en el ángulo y la posición del movimiento. El último cambiando era invertido hacia adentro y luego a un lado exterior.
El castaño ha acabado de vendar mi rodilla. Guarda silencio. Siento su mirada cargada de esperanza y determinación sobre mí. Sobre mis movimientos. Librados de estos rastreadores electrificados acudiremos al paso número 3...
Un force más y... un sonidito seco y metálico como dos placas separándose me paralizan de alegría. Me Cohibo de gritar. Entonces sin evitarlo caigo en los brazos de Jay, con una descarga de alegría. Me separo instantáneamente. Él me contempla con el mismo brillo en los ojos. Rosa mi mejilla con su dorso. Coloco el brazalete a un lado lentamente, y con una seña de asentamiento, tomo su mano. Era su turno de quitarle el brazalete.
Ya no más descargas. Ya no más rastreador. Sonrío abiertamente mientras lo hago. Aplico el mismo protocolo y a los segundos surge el mismo sonido metálico y el brazalete también cae.
Jay se saca el Revólver de bolsillo de la parte de atrás de los pantalones y me lo deposita en las manos. El quedó con el cuchillo de cocina y el soplete con el cual quemó su nombre en mi espalda. Se acerca y aún con el chorro de agua de la regadera sobre nosotros, se próxima y me susurra:
-Siguen los espejos, Kim.
Me incorporo con su ayuda, siento molestias en la rodilla. Vaya que cortarme con los cristales no era parte del plan de fuga, pero admito que cayó como anillo al dedo. Y arrancando la tapa de cerámica del tanque del inodoro, hago añicos el primer espejo, el que está sobre la regadera y el de las gavetas, arrojando los productos de cuidado personal lejos. Mi compañero acude a destrozar los que siguen en la habitación. Luego seguirían los más grandes de la estadía. Desde mi posición, mirándome en un pedazo de cristal la mitad de mi rostro, escucho el estrépito que causa Jay.
Éste plan a penas vigente y creado de manera súbita debe funcionar como nuestra única opción. De no ser así, pues sólo los haremos enojar y que nos maten...
Me uno a él en la recámara. Todo yace destrozado. Jay respira agitadamente. Había desprendido una barra de metal de una parte de la cama y con la misma había golpeado los espejos.
Juntos, sin perder más tiempo o detenernos a charlar, nos encaminamos a la estadía. Esos espejos serían los últimos y ya no tendríamos a nadie grabandonos. Acción que los obligará a ellos a abrir esa maldita puerta de una vez por todas. Me vale un bledo si el vídeo sale a la luz. No le dejaremos salirse con la suya. Añadiendo que es sólo cuestión de tiempo para que sus reprimendas sean audibles en todos lados... Cosa que aún no ha ocurrido. Nos extraña, más no nos detenemos.
Jay cae a golpes el primer inmenso espejo cerca de la biblioteca. Yo me deshago de los que están en todas las alacenas. No dejaré el mínimo fragmento.
Golpe, tras golpe. Y en menos de diez minutos habíamos acabado con todos los cristales de los espejos. Absolutamente todos.
Tuvimos un cruce de miradas cargadas de incertidumbre, respirando exasperados. La voz airada de Mente Retorcida no ha surgido, y es algo que nos desencaja. Qué pasará por su mente...?
-Vamos, Kim.
Nos acercamos al pasillo, a un metro de distancia de la puerta macisa de acero reforzado e inoxidable, el Revólver oculto en mi cadera, Jay a unos pasos delante de mí, con el barrote al frente y el cuchillo en la otra mano. Estaremos preparados para ese entonces, a recibirles...
Las luces se apagaron de insofacto, al conjunto con un sonido descomunal como el de un gran generador al ser apagado. Cojo a Jay del brazo inconscientemente, sacando el Revólver al frente, aunque no pueda ver nada.
-Kim.
Su voz discreta de alguna forma me relaja.
-S-Sí.
-Respira, con regularidad. Y por favor..., no te afanes.
-Qué? Qué está pasando, Jay...?
-A demás de la luz. También han cortado el sistema de aire acondicionado.
Siento un peso de mil toneladas sobre mí. Me horrorizo de pánico. Si el sistema de aire acondicionado está cortado, estando dentro de un Búnker subterráneo a quien sabe cuántos metros de distancia....
Entonces...
Nosotros...
Moriremos asfixiados.
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Capítulo especialmente dedicado a :
neonumbrela , michelleBulsara & melissaftstyles 🥰
Gracias x su espera y paciencia por la actualización de este Fic.
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Un trato!: Si me ayudan presionando la estrellita en mi nuevo Fic: Morbius {Hilos del destino} Y {DIABOLUS ☠️🔥}actualizaré más pronto de lo que se imaginan, CAUTIVOS.
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