Capítulo 9: "¿Una fecha especial?: Preparativos para San Valentín"
Desde el día en que la pelinegra beso la mejilla del joven de cabello alborotado ella se había vuelto mucho más efusiva con él, siempre lo abrazaba, le daba un beso en la mejilla a su amigo sea para saludarlo al darle los buenos días o para despedirse de él durante la noche, esas actitudes de la pelinegra hacían que el jovencito de cabello alborotado se sienta algo extraño pues no comprendía la actitud de su amiga sin embargo lo que ella hacia tampoco le molestaba más bien parecía agradarle pues lo ponía más feliz aunque él no se lo dijera.
Cabaña:
Un jovencito de cabello alborotado se encontraba sentado frente a una pequeña chimenea cuando de repente una bella jovencita pelinegra se sentó junto a él y coloco su cabeza sobre su hombro al tiempo que decía: Gokú estuve pensando que para San Valentín hare algo especial.
¿San Valentín?, ¿quién es ese Milk que le quieres hacer algo especial?, respondió Gokú confundido haciendo sonreír a la pelinegra.
Hay Gokú, ahora que lo recuerdo se me olvido decírtelo, decía Milk sonriendo.
¿Es algún señor que conociste en el pueblo?, preguntaba Gokú con inocencia.
No, aunque te confieso algo, cuando la señora Uranai lo menciono yo también pensé que era un señor, dijo Milk sonriendo.
Si no es un señor, entonces es algún animalito, quizá alguna mascota, decía Gokú intrigado.
No Gokú, no, "San Valentín" es una fecha muy especial, ¿recuerdas que hace algunos días te mencione que existía un día en el cual podemos festejar nuestra amistad?, decía la pelinegra levantando su cabeza del hombro de su amigo para mirarlo con ternura.
Si, si me acuerdo, mencionaste algo de ello alguna vez, respondió Gokú.
Pues ese día es el día de "San Valentín", todos lo 14 de febrero los amigos y parejas lo celebran, pues es una fecha especial en donde se festeja la amistad y el amor, dijo Milk con ojos soñadores.
¿Y cómo se festeja ello?, ¿se come mucho?, dijo Gokú sonriendo.
Pues creo que sí, los amigos y las parejas pueden comer lo que más les guste ese día además se dan obsequios, pequeños detalles, el pueblo está lleno de ellos, hay muchos chocolates, galletas en forma de corazón también hay globos rojos, muñecos de peluche para regalar también hay flores, bueno yo creo que el tamaño del regalo es lo de menos pero este debe salir del corazón, decía Milk con dulzura.
Si en eso estoy de acuerdo y vaya que es una fecha especial si hasta regalo se da, respondió Gokú sonriendo.
Si es una fecha muy especial y como nosotros recién nos enteramos de que existía esta fecha la festejaremos siempre a partir de este año, dijo Milk sonriendo.
Pues si eso te pone contenta, me parece bien, respondió Gokú.
Claro que me pone contenta y gracias por aceptar celebrarla también, dijo Milk.
¿Cuándo dices que es?, pregunto Gokú con una cálida sonrisa.
El 14 de febrero, es más lo marcare en el calendario ya que faltan muy pocos días para que así no se te vaya a olvidar, aunque yo hasta que llegue esta fecha especial te lo estaré haciendo saber, decía Milk mientras se frotaba sus brazos por el frio que sentía.
Hace mucho frio, ¿verdad?, pregunto Gokú girando su rostro para ver a su amiga.
Sí, mucho, creo que ya es momento de ir a descansar pero antes iré por bolígrafo, dijo la pelinegra mientras se ponía de pie.
San Valentín, pensó el apuesto jovencito de cabello alborotado sonriendo.
Luego de algunos minutos vio nuevamente llegar al lugar donde él estaba a la pelinegra.
Mira Gokú, le pondré un círculo rojo al número catorce, decía Milk mientras el jovencito de cabello alborotado se ponía de pie para contar los días que restaban para ese día especial.
Uno, dos, tres, cuatro días, dijo Gokú.
Si cuatro días, dijo Milk sonriendo antes de acercar su rostro a la mejilla de su amigo para darle un tímido beso al tiempo que decía ¡descansa¡ antes de echar a correr.
¡Milk¡ dijo Gokú llevando su mano a su mejilla mientras miraba alejarse a su bella amiga.
Al día siguiente:
Un apuesto jovencito de cabello alborotado llegaba al lugar donde estaba la pelinegra colocando unas tacitas sobre una pequeña y vieja mesa.
Ya viste el calendario, dijo Milk.
¿El calendario?, ¿para qué tengo que verlo?, respondió el apuesto jovencito de cabello alborotado sonriendo.
Solo faltan tres días, dijo Milk emocionada.
Así, si, respondió Gokú.
¿No te da emoción?, dijo Milk.
¿Emoción?, dijo Gokú.
Si será el primer San Valentín que celebremos, respondió Milk con dulzura.
Pues sí, si me da emoción, dijo Gokú sonriendo.
Qué bueno porque yo ya tengo pensado que voy hacer para ese día especial, decía Milk con dulzura.
¿Qué vas hacer?, dijo Gokú intrigado.
Ya te dije, los amigos pueden darse algún detalle que salga del corazón pero bueno siéntate o se enfriara tu desayuno, respondió Milk sonriendo.
Sí, sí, dijo Gokú.
Luego de que ambos jovencitos desayunaron el apuesto jovencito de cabello alborotado fue al bosque mientras la pelinegra se quedó lavando el servicio.
Horas después:
Una bella pelinegra se encontraba sentada sobre el borde de su cama pensando en lo que debería darle a su amigo por "San Valentín".
Creo que ese día podemos pasarlo junto en la laguna, si ese es el lugar preferido de los dos, si así será ese día lo pasaremos en el bosque junto a la laguna, podría prepararle un pastel, claro, un pastel de manzana es el favorito de Gokú, si preparare pastel de manzana, podría llevar unos refrescos y fruta, pero necesito darle algo, algo que le transmita lo que siento por él, ¿pero qué?, no tengo dinero para comprarle nada, el dinero del fondo de emergencia es para ello para una emergencia y la verdad no tenemos más que unos cuantos yenes allí, además como le dije a él tiene que ser un detalle que exprese mi sentir, que salga de mi corazón, creo le prepare su pastel favorito e iré al bosque a buscar una flor, si las flores expresan los sentimientos y yo pues quiero expresarle lo mucho que lo quiero, ya está decidido ahora solo a esperar que falte un día para San Valentín para ir por esa flor, tampoco quiero que se marchite, pensaba la pelinegra.
Una vez que la bella jovencita decidió que le daría a su amigo el día de San Valentín, salió de su pequeña habitación y fue a preparar la cena para los dos.
Días después:
Un apuesto jovencito de cabello alborotado estaba sentado sobre una gigantesca roca mirando el atardecer mientras pensaba: Mañana es el día de San Valentín, Milk siempre me anda recordando ello de un tiempo para acá, antes nunca lo menciono pero ahora parece muy emocionada esperando esa fecha, según ella especial, dice que es una fecha muy importante pues se celebra la amistad y el amor y pues ella es mi amiga desde hace muchos años, desde que nos quedamos solos luego de aquel accidente aéreo, la verdad hasta ahora no sé cómo los dos sobrevivimos a ello a ello a pesar de ser unos niños pudimos lograrlo, desde entonces vivimos en este lugar, no quisimos volver a la ciudad a pesar de que logramos encontrar la manera de llegar a un pueblo cercano al lugar donde vivimos, no tenía caso volver ya no teníamos a nadie esperándonos, perdimos a nuestra familia, solo nos tenemos los dos por ello ella es muy especial para mí pues comparte mi misma historia, es huérfana como yo pero a pesar de ello tiene una fortaleza increíble además se preocupa tanto por mí, siempre está pendiente de todo lo que yo necesite por ello tengo que darle algo especial el día de mañana ¿pero qué?.
Los pensamientos del apuesto jovencito de cabello alborotado fueron interrumpidos por la presencia de una bella jovencita pelinegra que llego junto a él y le deposito un cálido beso en la mejilla mientras sonreía.
¡Milk¡ dijo Gokú mirando intrigado a su bella amiga.
Me tenías preocupada, pensé que aún no volvías del bosque, dijo la bella jovencita pelinegra sentándose junto a él mientras colocaba su cabeza sobre su hombro.
Pues volví hace algunos minutos pero tuve ganas de ver el atardecer, dijo el jovencito mirando con ternura a su bella amiga.
Prepare un pastel de manzana, dijo Milk sonriendo.
¿En serio?, dijo Gokú feliz.
Sí, pero es para mañana, dijo Milk.
Pero, ¿por qué?, sabes que me encanta el pastel de manzana, decía Gokú con nostalgia.
Lo sé, por eso lo hice para comérnoslo mañana, ya te explique Gokú mañana es un día muy especial, se celebra la amistad y el amor, como te dije lo oí hace algunas semanas cuando fui al pueblo para intercambiar algunos frutos por otros alimentos además las tiendas estaban llenas de lindo detalles para obsequiar, decía Milk con ilusión.
¿Te gustaría tener uno de esos detalles?, dijo el jovencito de cabello alborotado con inocencia.
Pues sería lindo recibir un detalle en un día así de especial, no sé si esos detalles que vi en las tiendas, yo creo que el detalle debe salir del corazón de cada uno, no importa el tamaño, si no el significado del mismo, dijo Milk levantando su cabeza del hombro de su amigo para mirarlo con ternura.
Si tienes razón, dijo Gokú sonriendo.
Ya está haciendo frio, es hora de entrar, dijo Milk con dulzura mientras se ponía de pie.
Si, tienes razón, dijo Gokú haciendo lo mismo.
Te quiero, dijo Milk con una dulce sonrisa antes de darle un cálido beso en la mejilla a su amigo para luego echar a correr hacia una pequeña cabaña.
¡Milk¡ dijo Gokú suspirando llevando su mano hacia la mejilla que la pelinegra le había besado.
Minutos después:
El par de jovencitos estaban dentro de la modesta casita, la pelinegra tarareaba alguna canción que alguna vez escucho cuando fue al pueblo al tiempo que servía la cena que compartirla con su amigo mientras este la miraba desde el lugar donde estaba sentado mientras pensaba: Un detalle que salga del corazón, eso es tengo que darle algo que salga de mí, la verdad no me queda mucho tiempo ahora, ya está muy oscuro pero mañana apenas amanezca iré a buscarte las más bellas flores que encuentre en el campo para ti.
El pensamiento del apuesto jovencito fue interrumpido por el sonido de su plato sobre la mesa.
Espero y te guste, dijo Milk con dulzura mientras se sentaba frente al jovencito de cabello alborotado.
De seguro me gustara, todo lo que venga de ti me gusta, dijo Gokú con sinceridad haciendo que su bella amiga se ruborice.
Que cosas dices Gokú, dijo la pelinegra colocando sus delicadas manos sobre su rostro.
¿Dije algo malo?, dijo con inocencia el apuesto jovencito al tiempo que miraba con preocupación el sonrojado rostro de su amiga.
No, claro que no, dijo Milk sonriendo.
Milk, estas muy roja, ¿acaso te dio fiebre?, dijo Gokú poniéndose de pie para acercarse a su amiga y colocar su mano sobre la frente de ella.
No estoy bien, dijo Milk en tono nervioso, retirando la mano de su amigo.
Ambos jovencitos ante el solo contacto de sus pieles sintieron una extraña electricidad recorrer sus cuerpos al tiempo que sus mejillas se coloreaban de carmín.
Entonces creo que soy yo quien me voy a enfermar, dijo Gokú con inocencia.
¿Te sientes mal?, dijo Milk preocupada olvidándose de su sonrojo.
Si, sentí algo muy extraño dentro de mí, tal vez ese fruto que me comí en el bosque me causo ese malestar, decía Gokú.
¿Qué malestar?, dijo Milk ya con sus mejillas en normalidad.
No sabría cómo explicarlo, dijo Gokú con calma.
Te preparare un té, dijo Milk.
¡Gracias¡ dijo Gokú.
La pelinegra se dirigió a la pequeña cocina que había en la casita y le preparo un té a su apuesto amigo, una vez que este estuvo listo se lo alcanzo.
Minutos después:
¿Ya te sientes mejor?, dijo una preocupada pelinegra.
Si Milk, tanto que voy a terminar la deliciosa comida que preparaste, dijo Gokú sonriendo haciendo sonreír a la bella pelinegra.
Luego de acabar la cena el par de jovencitos se dirigieron a sus pequeñas habitaciones en donde cada uno de ellos se encontraba sumido en sus propios pensamientos.
Habitación de Milk:
Una bella jovencita pelinegra se encontraba sentada sobre una pequeña cama con la mirada perdida recordando el momento en que su mano se posó sobre la mano de su amigo al tiempo que los latidos de su corazón se aceleraban.
¡Gokú, te quiero, te quiero mucho¡ pero no sé cómo hacer para que tu notes esto que siento por ti, no quiero que nuestra amistad termine por mi culpa, no debo sentir esto por ti, somos como hermanos, pero no puedo evitarlo, es más fuerte que yo, desde hace algunos meses note que el estar a tu lado me hacía sentir cosas extrañas, ¿será que esto es amor?, de ser así no sé qué hare para acallar este sentimiento, no quiero perderte, no quiero que nos distanciemos por mi culpa, lo mejor será no decirte nada, mañana te daré el pastel que te prepare y aparte de ello te daré un pequeño detalle como símbolo del cariño especial que siento por ti, por suerte hoy lo conseguí en el bosque, me recordaron a ti, tu reflejas la pureza de un clavel blanco, en ti no hay maldad ni malicia, solo bondad e inocencia, por ello escogí un clavel blanco para dártelo a ti en ese día tan especial, pensaba la pelinegra mientras su vista se posaba en un bello clavel blanco que estaba en un vaso con agua sobre una pequeña mesa de madera.
Habitación de Gokú:
Un apuesto jovencito de cabello alborotado giraba de un lado para otro en su cama tratando de conciliar el sueño cuando de repente decidió quedarse acostado de espaldas con la mirada fija en el techo cuando un pensamiento vino a su mente: Rosas, si una rosa, a Milk le fascinas las flores y una rosa es tan bella como ella, eso es mañana me levantare muy temprano para ir al bosque y buscar en el la rosa más bella que haga juego con tu belleza mi querida amiga.
Mientras el jovencito pensaba en la rosa que le daría a su amiga el rostro de la bella jovencita apareció en su cabeza haciendo que los latidos de su corazón se aceleraran nuevamente.
¿Qué me pasa, acaso me estoy enfermando?, dijo Gokú sentándose de impulso en su cama al tiempo que llevaba sus manos a la altura de su corazón.
Luego de algunos minutos ya con los latidos de su corazón normalizados el apuesto jovencito se acostó en su cama y cerró sus ojos quedándose dormido inmediatamente.
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