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Capítulo 14: "Felicidad interrumpida"

Un par de jovencitos pelinegros se encontraban bailando al ritmo de una música lenta que sonaba en una pequeña radio.

No pensé que bailar sería tan placentero, dijo Gokú mientras bailaba con la pelinegra que estaba entre sus brazos con su cabeza apoyada en su pecho.

Yo tampoco, pero me imagino que es por la canción, suena muy suave y ello es mágico, respondió Milk.

Si es cierto, dijo Gokú.

Siento, como si estuviéramos bailando entre flores, decía Milk dulcemente haciendo sonreír a su novio.

Yo me siento en el cielo a tu lado, respondió Gokú haciendo sonrojar a la pelinegra.

Una vez que la canción término la pelinegra se separó de su amado y lo miro con dulzura antes de decir: Tenemos que ir por frutos al bosque pues nuestras reservas ya se agotaron.

Pues vamos angelito bello, vamos por ellos, dijo Gokú acercándose a la pequeña radio para apagarla.

Voy por el canasto, dijo Milk.

Ve, ve angelito bello, respondió Gokú.

Mientras tanto: "Pueblo"

Un par de chicas salían presurosas de una modesta vivienda.

No puede ser, tu Vegui cumplió su palabra, decía furiosa la rubia.

Ese hombre parece que nunca cambiara pero así lo amo, dijo Bulma.

Si, ello lo tengo clarísimo amigui pero dime, ¿ahora qué hacemos?, nos dejaron, respondió la rubia.

Pues no hay muchos lugares donde desayunar aquí ¿no?, no creo que sea difícil ubicarlos, respondió la peli azul con optimismo.

Si, tienes razón, dijo la rubia empezando a caminar con la peli azul cuando escucharon: Chicas, chicas.

El par de jovencitas giraron ante el llamado y se encontraron con un calvo que las llamaba con un movimiento de manos.

Pensé que ya se te estaba pegando lo caprichoso y amargado de Vegueta, dijo la rubia sonriendo mientras se acercaba a este.

¿Qué has dicho mujer?, decía un joven cabello de flama llegando junto al grupo de jóvenes.

Mi amigui le decía a Krilín que su amistad contigo le está pegando lo valiente y empeñoso que eres, dijo Bulma sonriendo.

Yo no escuche eso, dijo Vegueta tratando de mantener la calma.

Mi amigui dijo eso, mi querido Vegui, respondió la peli azul.

Si es cierto, eso mismo me decía mi rubiecita, respondió el calvo sonriendo.

Si Vegueta, tu eres un ejemplo de perseverancia para nosotros, por eso eres nuestro líder, dijo Dieciocho sonriendo mientras los otros jóvenes asentían.

Bueno, bueno, ya no importa, valiente, empeñoso, amargado o caprichoso no me importa, lo único que quiero es que desayunemos ya para continuar con la misión y consigamos ese ascenso, vámonos dentro antes de que el desayuno se enfrié, respondió Vegueta con firmeza.

Como digas Vegueta, dijeron los tres jovencitos.

Bosque:

Un par de pelinegros recolectaban unos frutos en un pequeño canasto mientras platicaban.

Sabes Milk, estuve pensando que cuando llegue el día de ir a la Capital Central podemos aprovechar para averiguar, que paso con los cuerpos de nuestros padres, dijo Gokú con nostalgia.

Si es una buena idea, así podremos llevarles flores a sus tumbas, dijo Milk con tristeza mientras sus ojos se nublaban por las lágrimas.

Soy un tonto, dijo Gokú.

¿Qué?, ¿Por qué?, respondió Milk tratando de sonar calmada.

Ya te puse triste con mi comentario, dijo Gokú.

Mi amor, no podemos negar la realidad, perdimos a nuestros padres cuando fuimos niños, es cierto que ello nos duele cada vez que nos acordamos pero a su vez el acordarnos de ellos en parte nos ayuda a que ellos nunca mueran en nuestros corazones y pensamientos, mientras nosotros pensemos en ellos, ellos estarán vivos en nosotros, respondió Milk.

Si es cierto, como siempre Milk tienes las palabras exactas para tranquilizarme o para hacerme comprender las cosas, dijo Gokú con dulzura.

Bueno sigamos buscando más frutos, dijo Milk con calma.

Si, respondió Gokú.

Luego de algunas horas el par de pelinegros volvieron a su casita, la pelinegra saco del canasto algunas frutas para hacer una rica ensalada con ellas mientras el jovencito de cabello alborotado con unas navajas hacia algo en un pequeño trozo de madera que había traído del bosque.

¿Qué haces?, dijo Milk mirando con curiosidad a su amado desde el lugar donde se encontraba.

Algo para ti, dijo Gokú.

¿Para mí?, pregunto la pelinegra emocionada.

Si, respondió Gokú.

¿Qué?, dijo Milk con curiosidad.

Ya lo veras, solo espera unos minutos que ya lo estoy terminando, dijo Gokú mientras le daba forma al pequeño trozo de madera.

Luego de algunos minutos el jovencito de cabello alborotado le hacía un agujero con una herramienta a un pequeño corazón de madera que había hecho.

Ya está, ahora el hilo, dijo Gokú, tomando un pedazo de hilo de una madeja y trenzándolo para que este tenga un grosor considerable luego de ello lo paso por el agujero y lo ato.

¿Aún no terminas?, decía Milk mientras servía la ensalada en unos pequeños tazones.

Ya acabo angelito bello, dijo Gokú.

La pelinegra se acercó a la mesa donde estaba el apuesto jovencito, deposito los tazones que tenía en la mano sobre esta al tiempo que su novio se paró y se acercó a ella.

Es para ti, lo hice con todo mi amor para ti, dijo Gokú colocándole su pequeño colar artesanal a la pelinegra.

Esta hermoso, dijo Milk mirando con dulzura el hermoso corazón de madera que había hecho su novio.

¿En verdad te gusto?, pregunto Gokú.

Me encanto, dijo Milk.

Este es como si fuera mi corazón y te lo estoy entregando a ti mi angelito bello, así siempre me sentirás a tu lado, dijo Gokú.

¡Gracias por entregármelo¡ yo sabré cuidar de el siempre, siempre, dijo Milk con dulzura mientras lo miraba.

Pueblo:

Un calvo y una rubia platicaban con un hombre bajito de bigote.

No jóvenes, por este lugar no viven ningunos mellizos, dijo el hombre.

¿Entonces no conocen a ninguna Milk que venda frutos de su huerta a los restaurante del pueblo?, dijo el calvo.

No, dijo el hombre mientras la rubia y el calvo se miraban entre sí.

Pero la rubia y el calvo no eran los únicos que no tenían noticias positivas ese día al joven cabello de flama y a la peli azul les pasaba lo mismo.

Entonces no hay ninguna Milk, por esta zona, decía Vegueta con molestia.

No joven, dijo una mujer de lentes.

¿Segura?, dijo la peli azul.

Segura señorita pero si gustan pueden ir con la señora Uranai ella conoce a todos los pobladores del pueblo, ella tiene su casa por aquí pero no la encontraran por la mañana sino por la noche pues tiene un negocio en el centro del pueblo, pero si quieren resolver sus dudas pueden ir a su pastelería, ella esta.........., decía la mujer mientras el joven cabello de flama y la peli azul se miraron entre sí.

¡Gracias señora¡ muy amable, dijo Vegueta.

De nada joven, respondió la mujer antes de entrar a su casa al tiempo que la peli azul miro al joven cabello de flama y le dijo: La señora de los deliciosos pasteles.

El par de jóvenes decidieron ir en busca de sus otros dos amigos y juntos fueron a la pastelería.

Mientras las chicas miraban en las vitrinas los deliciosos pastelitos el joven cabello de flama y el calvo hablaban con una pequeña mujer.

¿Milk?, decía la mujer.

Sí, es una niña muy bella, de cabello negros, ojos negros, muy blanca y que nos han dicho que aquí también le viene a dejar frutas, respondió Vegueta.

¡Ah, claro¡ ya se a que Milk se refieren, ¿pero para que buscan a esa dulce niña?, dijo la mujer confundida.

No solo la buscamos a ella señora si no también a su hermano, necesitamos hablar con ellos de algo importante, por ello queremos saber si usted sabe, ¿dónde podemos ubicarlos?, dijo Krilín.

Pues el lugar exacto donde vive no lo sé, solo sé que ella y su familia no viven en el pueblo, respondió la mujer.

¿Familia?, entonces si los adoptaron, dijo Vegueta.

¿Adoptaron?, decía confundida la pequeña mujer.

Bueno al menos eso creemos, dijo Krilín.

Señora, díganos en donde usted cree que ellos viven, lo que tenemos que hablar con ellos es algo muy importante, respondió Vegueta.

Pues como les dije no sé el lugar exacto donde viven, solo sé que deben vivir en un lugar donde hay mucha variedad de frutos pues ella siempre me trae mucho frutos deliciosos y algunos un tanto extraños pues no dan aquí en los huertos del pueblo parecen traídos de un bosque, dijo la pequeña mujer haciendo que el joven cabello de flama y el calvo se miraran entre sí.

Minutos después:

El grupo de jóvenes platicaban fuera de la pastelería.

¿Ir al bosque?, decían alarmadas el par de chicas.

Sí, estoy seguro que allí se ocultan ellos y hasta los padres, tal vez nunca fugaron y usan a los hijos para que vendan los frutos y con ello subsistan, decía Vegueta.

Si es una buena hipótesis, dijo el calvo.

Pero nos dijeron que ese lugar era muy peligroso Vegui, ¿no lo recuerdas?, decía la peli azul.

Si lo recuerdo mujer, pero a lo mejor solo son inventos de los pueblerinos, si ellos viven allá no puede ser tan peligroso, respondió Vegueta.

Si tienes razón, dijo Krilín.

¿Entonces iremos a ese lugar?, pregunto la rubia.

Si, ahora mismo, dijo Vegueta.

Pero antes hay que llevarnos unos pastelitos para el camino, dijo Bulma sonriendo.

Está bien, ve por esos pastelitos mujer, dijo Vegueta con calma.

Bosque:

Milk se encontraba sentada en el pasto mientras acariciaba con una de sus manos la cabeza de un pequeño tigre al tiempo que el joven de cabello alborotado pescaba en la laguna.

Chiquito, tu madre, ya debe venir, debió ir a buscar alimento para ti, decía la pelinegra sonriendo.

Si pequeño Canvo, mamá no demora en venir, decir Gokú sonriendo.

¿Y cómo vas con la pesca?, pregunto Milk.

Pues me está yendo muy bien, creo que ya tenemos suficiente hasta para la cena, decía sonriendo Gokú.

¿Entonces ya tenemos que volver a la cabaña?, dijo Milk con nostalgia mientras miraba al pequeño tigre.

No, esperaremos hasta que la madre de Canvo vuelva para quedarse con él, dijo Gokú sonriendo mientras se ponía de pie para ir junto a su amada.

Horas después: "Bosque"

Cuatro jóvenes ingresaban a un espeso bosque.

Les dije que había un camino y ustedes ya querían darse por vencidos, decía con ironía Vegueta.

Por eso eres nuestro líder, eres muy sagaz y perseverante, respondió Bulma.

Ya mujer deja de ser tan aduladora y apresurémonos por suerte, parece que este bosque tiene un camino de herradura que nos llevara con ellos, dijo Vegueta mirando el pequeño camino de tierra que se formaba en medio del pasto y que serpentineaba entre los gigantescos árboles.

De seguro lo hicieron ellos para que tengan una mejor accesibilidad, dijo Krilín.

Sí, es lo más probable, decía Vegueta mientras el ruido de animales se escuchaban a su alrededor.

Creo que si hay animales salvajes, dijo Dieciocho.

Continuemos, estamos armados, nada nos puede pasar, respondió Vegueta.

Luego de más de dos horas de caminata el grupo de jóvenes llegaron al borde de una bella laguna pero lo que más les llamo la atención de ello no fue la belleza de la laguna sino el haber cumplido con el objetivo por el que fueron allí.

Allí están, dijo Vegueta sonriendo mientras veían jugar cual niños al par de pelinegros con un pequeño tigre.

Se los ve tan inocentes, dijo Bulma con nostalgia.

Si, son un par de niños, dijo Dieciocho.

¿Qué hacemos Vegueta?, dijo el calvo mirando al joven de cabello alborotado.

Tenemos que cruzar, tal parece que tienen un bote pero esta para el lado donde se encuentran ellos, entonces no nos queda más que nadar, respondo el joven cabello de flama mientras los jovencitos pelinegros aun no notaban la presencia de ellos.

¿Mojarnos nuestras ropitas?, dijeron la rubia y la peli azul a la vez.

Si gustan se quedan aquí, pero nadie abra para protegerlas, dijo Vegueta.

No, vamos con ustedes, dijeron las chicas sonriendo.

Los cuatro jóvenes se lanzaron a la laguna llamando la atención del jovencito de cabello alborotado que dejo de jugar con el pequeño tigre para mirar en la dirección donde el había sentido el ruido.

¿Qué pasa Gokú?, ¿te rindes?, escucho el apuesto jovencito.

Milk, esos extraños están aquí, dijo Gokú haciendo que la pelinegra mirara confundida hacia donde miraba su novio.




Nota:

Mis queridos seguidores y lectores, ante todo permítame darle las gracias por las muestras de preocupación por mi salud a través de sus comentarios, yo ahora estoy un poco mejor con respecto a la semana pasada, ya no hago cuadros de fiebre ni siento dolor en mis huesitos como sentía la semana pasada, solo me ha quedado el proceso bronquial (una fastidiosa tos que tiende a asfixiarme por las noches pero para ello estoy ya tomando medicamentos), a pesar de ello les he escrito su capítulo para hoy, solo espero que haya quedado bien y sea de su agrado.

También quiero agradecerles por seguir esta historia, por sus votos y comentarios pues ello me anima a seguir adelante con esta colección que la verdad no sé hasta donde pueda hacerla llegar pues tengo muchas ideas en mente solo dependerá de mis tiempos, de mi salud y de los medios para publicar, de ello dependerá lograr plasmar todas esas ideas en este medio.

Ahora si me despido de ustedes, que tengan un lindo inicio de semana.

Con mucho cariño.

PrincesaLirio.

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