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Capitulo 10: "Una tierna confesion de amor"

El día tan esperado por la pelinegra llego, ella toda la noche debido a la emoción que sentía casi no había dormido de solo imaginar que ese día ella pasaría su primer "San Valentín" junto a su querido amigo.

Habitación de Milk:

Hoy es el día, casi ni pude dormir de la emoción, espero y a Gokú le guste mucho la idea del día de campo, pensaba una aun somnolienta pelinegra.

¿Qué hora será?, pensaba la jovencita mientras tomaba un pequeño reloj que estaba bajo su almohada.

Aun son las seis, dormiré unos minutitos más y me levanto a alistar todo para nuestro día de campo, pensó la pelinegra mientras cerraba sus ojos.

Habitación de Gokú:

El trinar de las aves anunciando el amanecer despertó a un apuesto jovencito de cabello alborotado.

Ya amaneció, pensó el jovencito de cabello alborotado al tiempo que se sentaba sobre la cama y miro hacia la pequeña ventana de su habitación.

Si, ya amaneció, tengo que ir al bosque por la rosa, pensaba Gokú mientras se ponía de pie para alistarse rápidamente.

Una vez cambiado el apuesto jovencito salió a la velocidad de un rayo de la pequeña cabaña sin que la pelinegra sintiera sus pasos y se dirigió al bosque.

Minutos después:

El joven de cabello alborotado se encontraba mirando cada una de las flores que habían cerca de un bello lago.

Que hermosas flores, pensaba Gokú mientras caminaba en medio de un hermoso campo de flores que estaban al borde del lago

Esta, esta es la indicada, esta rosa, es perfecta, dijo Gokú mirando una bella rosa de color rosado al tiempo que acercaba con cuidado una de sus manos para tomarla.

1 hora después:

Una bella jovencita pelinegra se encontraba en su modesta casita, colocando un delicioso pastel de manzana que había preparado en un pequeño canasto mientras pensaba: le diré a Gokú que en este día tan especial desayunemos en el borde del lago.

La pelinegra cubrió el pequeño canasto con un mantel, luego de ello fue a su habitación y tomo el bello clavel blanco que estaba en un vaso de agua mientras pensaba: Se lo daré en el lago.

Luego de ello la pelinegra salió de su habitación y se dirigió hacia el lugar donde había dejado el pequeño canasto.

Aquí te dejare, voy a despertar a Gokú para ir al lago, el amanecer es hermoso allá, dijo Milk, colocando el bello clavel sobre el canasto antes de ir a paso rápido a la habitación de su amigo.

Luego de algunos minutos la pelinegra se encontró fuera de la habitación del jovencito de cabello alborotado.

Gokú, Gokú, decía la pelinegra.

¡Qué extraño que aún no este despierto¡ pensaba la bella jovencita mientras con delicadeza hacia a un lado la cortina que tapaba espacio de la puerta de la habitación de su amigo.

¡Gokú, levántate dormilón¡ decía Milk dulcemente mirando desde el umbral de la puerta la habitación de su amigo.

No, esta, ¿será que está en el huerto?, pensó la pelinegra mientras caminaba a paso rápido hacia la salida de la cabaña.

Una vez que estuvo fuera miro hacia el pequeño huerto al no verlo allí tampoco a su amigo, la pelinegra decidió ir por su canasto para luego salir en busca de su amigo.

Bosque:

El jovencito de cabello alborotado miraba con detenimiento la hermosa rosa que sostenía en una de sus manos mientras pensaba: ¿En qué momento debo dársela?.

El pensamiento del apuesto jovencito fue interrumpido por una dulce voz que él conocía bastante bien.

¡Gokú¡ ¡Gokú¡ ¿dónde estás?, escucho el joven de cabello alborotado mientras colocaba sus rosa en el pasto al tiempo que pensaba: Es Milk pero que hace por aquí tan temprano.

¡Gokú¡ no juegues conmigo, dime ¿dónde estás?, decía la dulce voz.

En el lago Milk, en el lago, dijo Gokú rápidamente.

No te muevas de allí voy para allá, escucho el jovencito.

Luego de algunos minutos de espera una bella jovencita pelinegra que llevaba su cabello suelto, vestía un sencillo vestido color rosa y sostenía con sus delicadas manos un pequeño canasto llego junto a él.

Hoy desayunaremos aquí, dijo Milk sonriendo.

¿Aquí?, dijo Gokú intrigado.

Si por ser un día especial, celebraremos nuestra amistad rodeados de lo que más amamos la naturaleza, ¿no te gusta mi idea?, dijo Milk con dulzura.

Sí, me encanta, dijo Gokú sonriendo.

Bueno, iré colocando el mantel para poner el pastel y la bebida que prepare, decía Milk mientras se sentaba en el pasto para colocar un pequeño mantel al tiempo que el joven de cabello alborotado se sentaba frente a ella mientras cubría la rosa con unas ramas que estaban en el pasto.

Luego de algunos minutos ya con el mantel sobre el pasto y sobre este el pastel, un par de vasos y una pequeña jarra, la pelinegra empezó a partir el mismo.

Huele delicioso Milk, dijo Gokú.

Te daré una rebanada muy grande por este día especial, dijo Milk sonriendo mientras colocaba una generosa porción de pastel en un pequeño platito y se lo alcanzaba al apuesto jovencito de cabello alborotado.

¡Gracias¡ dijo Gokú mientras observaba a la pelinegra cortar su tajada para ella.

Ahora si a comer, dijeron los pelinegros mientras sonreían.

Minutos después:

Ya con la jarra vacía, el pastel terminado, una nerviosa pelinegra miro a su apuesto amigo y dijo: Me gustaría ver el lago por algunos minutos.

Pues veámoslo Milk, dijo Gokú.

La pelinegra tomo de manera disimulada el clavel que estaba dentro del canasto ya vacío al mismo tiempo que el joven de cabello alborotado tomaba la rosa que había ocultado bajo unas ramas y juntos caminaron hacia el borde del lago donde se sentaron uno junto al otro.

¡Gokú¡ ¡Milk¡ dijeron los pelinegros girando sus rostros posando sus miradas sobre la del otro.

¿Dime?, dijo Gokú sonriendo ante ello.

Quiero desearte un ¡Feliz día de San Valentín¡ dijo la jovencita algo ruborizada mientras le mostraba un hermoso clavel blanco que tenía en sus manos.

¿Es para mí?, dijo sorprendido Gokú.

Si, este clavel me recordó a ti, su color es tan puro como tu alma además su solo color me transmite esa paz, tranquilidad y seguridad que solo tú me trasmites, respondió Milk con dulzura.

¡Gracias¡ yo también te tengo un regalo, dijo Gokú mientras recibía el clavel con una de sus manos mientras que con la otra le mostraba a la pelinegra una bella rosa de color rosado.

¿Es mía?, dijo emocionada la pelinegra mientras la recibía.

Sí, me pareció la más bella de todas y pensé que haría juego con tu belleza, te la doy como símbolo del gran cariño y admiración que siento por ti, dijo Gokú mientras miraba con detenimiento el rostro de su bella amiga al tiempo que los latidos de su corazón se aceleraban más y más.

Cariño y admiración, dijo Milk con nostalgia mientras bajaba la mirada.

¡Te quiero Milk¡ dijo Gokú haciendo que la jovencita levantara su rostro y al hacerlo su vista se conectara con la de su joven amigo y ambos jovencitos como jalados por la fuerza de un imán acercaron sus rostros lentamente al tiempo que sus miradas se teñían de carmín al sentir los labios de ellos juntarse con timidez al tiempo que la rosa y el clavel que sostenían en sus manos cayeran juntas una sobre otra al pasto mientras ellos se besaban con torpeza.

Luego de algunos minutos el par de jovencitos se separaron mientras se miraban completamente sonrojados.

Milk, discúlpame, no sé qué me paso, yo.........., decía Gokú nervioso.

Me quieres, ¿verdad?, dijo Milk con dulzura.

Si, si te quiero, te quiero mucho, respondió sonrojado Gokú.

Yo también te quiero, te quiero mucho y sentí muy lindo cuando me besaste, dijo Milk ruborizada.

Milk, no debí hacerlo, discúlpame, pero lo que sentí fue como si tu fueras un imán que me atraía a ti, decía Gokú sonrojándose más.

Gokú, ¿no te gusto el beso?, pregunto Milk con temor.

Me encanto, sentí que todo dentro de mí se llenaba de alegría, respondió Gokú.

Yo también siento igual y ¿sabes por qué?, pregunto la pelinegra.

Porque nos queremos, dijo Gokú.

Sí, porque nos queremos, respondió la pelinegra con sus ojitos llenos de alegría.

¿Y no estará mal que sintamos esto?, se supone que somos como hermanos, dijo preocupado Gokú.

No, el amor no puede ser malo Gokú y yo siento que te amo y sabes ¿Por qué?, pregunto Milk.

¿Me amas?, dijo Gokú.

Si, el amor es el sentimiento más bello que existe, yo no sabía lo que me pasaba, creí estar enferma, pensaba que tenía algún extraño virus, que este había entrado a mi cuerpo y hacia que mi corazón se acelerara mucho, que no dejara de pensar en ti, lo extraño era que esos latidos se aceleraban más cuando tú estabas junto a mí, me mirabas o solo oía tu voz, incluso mi cuerpo temblaba, me ruborizaba, entonces un día en el pueblo gracias a la señora Uranai me di cuenta que no estaba enferma sino enamorada que es distinto,......, decía la pelinegra siendo interrumpida por el joven de cabello alborotado.

Entonces no estoy enfermo, dijo Gokú.

¿Qué?, dijo Milk intrigada.

Yo también he sentido eso que tú dices cuando estas cerca de mí, ahora mismo mi corazón late muy a prisa y siento mis mejillas arder, pero al mismo tiempo me siento feliz, muy feliz y más después de aquel beso, sentía la necesidad de dártelo, fue una fuerza extraña que me impulso a dártelo, respondió Gokú.

Yo también me siento muy feliz y más ahora que sé que tu sientes lo mismo que yo, y esa fuerza extraña se llama amor, decía la pelinegra mientras acariciaba con sus delicadas manos el rostro de su amigo.

Me gustas mucho Milk, dijo Gokú mirándola con ternura.

Tu también, dijo Milk sonriendo.

Eres muy hermosa, como un ángel, respondió el jovencito de cabello alborotado mirando tiernamente a la pelinegra.

Tú también eres bello, ¡Te amo Gokú¡ dijo Milk.

Yo también ¡te amo Milk¡ respondió el apuesto jovencito acercando lentamente su rostro al de la pelinegra.

¿Puedo?, dijo Gokú mirándola dulcemente mientras con uno de sus dedos acariciaba los labios de la pelinegra.

Si, respondió Milk.

El jovencito de cabello alborotado poso sus labios sobre los delicados labios de la pelinegra y la beso con torpeza al tiempo que ella con la misma torpeza le correspondió el beso.

El par de jovencitos se besaron por algunos minutos luego de los cuales ambos se separaron debido a que sintieron necesidad de respirar.

Ya no seremos hermanos, dijo Gokú abrazando a la pelinegra.

No, seremos novios, así se les dice a los enamorados, novios, dijo Milk con dulzura.

Novios, decía Gokú.

Si novios, respondió Milk sonriendo.

Pues entonces soy muy afortunado, dijo Gokú.

¿Por qué?, pregunto intrigada la pelinegra.

Porque tengo por novia a la mujer más bella del universo, dijo Gokú sonriendo.

¿Y cómo puedes saber que soy la mujer más bella del universo?, en el universo deben haber mujeres realmente bellas, respondió la pelinegra sonriendo.

No, para mi tu eres la más bella, nadie es más bella que tú además eres muy valiente, no solo te amo, te admiro Milk, dijo Gokú.

Yo también te amo y admiro. Sabes, tu también eres el hombre más bello del universo, dijo Milk sonriendo.

Gokú y Milk permanecieron abrazados por algunos minutos, luego de ellos ambos decidieron entrar a la laguna a nadar juntos.

Horas después:

Un par de pelinegros veían el anochecer sentados en el pasto junto a la laguna mientras platicaban.

¿Una radio?, decía Gokú.

Si, te acuerdas que te lo mencione alguna vez, si tenemos una radio podremos bailar con la música que en ella se escucha, respondió Milk.

Pero a mí me gusta oírte cantar, decía Gokú mientras le daba un beso en la cabeza a la pelinegra.

¿En verdad?, dijo Milk.

Si, lo haces muy bien, respondió Gokú.

Pues gracias, dijo Milk sonriendo.

Pero si quieres comprar la radio me parece bien, la cosecha de lechugas saldrá pronto con el dinerito que obtendremos de ello puedes comprar la radio, respondió Gokú.

¡Gracias¡ dijo Milk.

No hay nada que agradecer Milk, yo solo quiero verte feliz, respondió Gokú mientras la pelinegra se abrazaba con mayor fuerza al cuerpo de su joven novio.

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