Capítulo 9: La muerte nos persigue.
Capítulo 9: La muerte nos persigue y solo nos lleva a hacernos una preguntar, ¿suicidio o estupidez humana?
Alexa.
Semanas antes.
—¿Era usted cercana a la señorita Corina Lewis? – me pregunta el oficial de policía señalándome fotografías de Corina antes y después de morir, ese simple gesto me parece poco ético de su parte.
Observo mis manos y me tardo en responder, todavía estoy conmocionada por todos los sucesos de esta noche, no soy tonta la última persona en ver a Corina esa noche con vida, fui yo y lo que menos deseo en estos momentos es atraer la vista de los federales hacia mí.
—No – respondo de manera pausada – conocía a la señorita, Lewis por sus novelas, que pena lo que le paso – comento con pesar y él alza su ceja.
—¿Tuvo alguna charla con ella esta noche? – me cuestiona – de fan a autor.
—No. Soy muy tímida para hacer eso – digo y mis mejillas se sonrojan, estoy titubeando también.
—¿Qué hizo esa noche? – dice y él observa mi escote – usted estaba con dos hombres al momento de salir del lugar de los hechos.
—¿Usted quiere hablar de mi vida sexual o de Corina? – le pregunto con indignación – porque le aseguro que mi vida sexual, le importa muy poco en estos momentos.
—Puede ser crucial para la investigación.
—¿Usted cree que saber cuantas vergas me entran en la vagina es importante para saber porque Corina decidió suicidarse? – pregunto indignada y él abre la boca sorprendido, cambia rápidamente el tema hacia Corina.
—¿Señorita, alcanzo usted a ver un comportamiento inusual a noche? Su colaboración es importante para nosotros.
—Y lo entiendo – digo con firmeza – pero no vi nada, aunque quisiera colaborarle, en estos momentos no soy de mucha ayuda para usted, no tengo idea porque ella tomo la decisión de acabar con su vida de manera apresurada – respondo agitada – si hubiera estado en mis manos, su final hubiera sido totalmente diferente.
22 de abril de 2017
Huir a Nueva Zelanda no era mi plan inicial, pero hice esto con el fin de calmar a los medios, prepare un comunicado de prensa, luego se lo entregue a Dean y él lo público, donde decía en pocas palabras que estaba en un centro de salud mental por el estrés y trauma que me causo ver a Corina muerta, le daba condolencias a la familia e hipócritamente hablaba de la importancia de la salud mental. Así calme un poco las habladurías y chismes a mi alrededor, la idea que quisieran que Alexa Wood personalmente diera declaraciones ante la prensa no iba a suceder, no es el momento todavía para dar una rueda de prensa. Todo a su debido tiempo.
Por eso en estos momentos me encontraba en la casa de campo del hijo menor de Gerald, Chad, que desde los diecisiete años se ha encargado de vender drogas a su selecta clientela que esta conformada por niños ricos, actores, deportistas, celebridades y más. Observo a Chad armar un porro y comenzar a fumar, Chad se sienta a mi lado en el jardín trasero de su casa donde ambos observamos el mar en silencio.
Cuando comencé en el mundo de las drogas al principio le compraba a Chad, luego de hacerme una puta adicta, él me salió con la mierda de que le importaba, que me quería demasiado como para dejarme morir por una sobredosis, lo odiaba en ese momento, porque a él ya no venderme drogas, tenía que buscarlas como sea, pensar en eso me produce asco y repulsión.
Chad al sentirse culpable de muchas cosas que me sucedieron en el pasado, me permite que lo use como capsula de escape. Muchas veces que siento que no puedo más le hago una llamada, él no hace preguntas, no pone objeciones, simplemente me manda su ubicación. Al igual que Tony su relación con Gerald es una mierda. Gerald tiene siete hijos varones y una sola hija mujer, de los cuales tres parecen soportarlo o tenerle mucho miedo para revelarse en su contra, son los hijos de su primer matrimonio, Tanner, Jace y Chase con los cuales ha convivido toda su vida con él, Tony y Chad son producto de su tercer matrimonio y Matt, Maya y su hermano menor son producto de una de sus aventuras.
Todos ellos rezan porque Gerald muera de una manera trágica y jodida, a ninguno le interesa integrarse o conocerlo, lo maldicen en secreto y odian su parecido físico de cabello negro, ojos verdes y narices perfiladas un poco grandes. Matt es el más parecido a su madre. Todos sus hijos comparten la facilidad de integrarse en negocios ilegales o juntarse con personas con una moral dudosa, todo fue herencia de su padre, al igual que todos, ellos también le tienen miedo a Gerald por sus métodos de crianza. Chad me ofrece un vaso de agua y lo miro como si estuviera dándome veneno.
—Esto es una mierda – digo mirando el vaso de agua con desprecio – estoy realmente cansada que solo me ofrezcas un vaso de agua cada vez que me ves pensativa, por favor, Chad tienes un minibar lleno de los mejores licores, ofréceme un whisky o un ron – le pido y él se ríe de mis palabras, ruedo los ojos mientras lo observo jugar con el pircing de su labio inferior.
—Todavía tengo el recuerdo viviente cuando me pediste a gritos un vaso de ron y decidiste combinarlo con anfetaminas – me recuerda – casi te pierdo, lo que menos quiero es que decidas volver a tener un momento de epifanía en una isla alejada de todo en Nueva Zelanda – giro mi rostro y él se ríe dándome un amistoso golpe en el hombro.
Fue en un intento de desesperación, nunca he hablado con alguien sobre mi intento fallido de suicidio.
—Nunca volvería atentar contra mi cuerpo de esa manera – le recuerdo – somos amigos, creo que somos amigos – digo poco convencida –, y te aseguro, que estoy limpia, te prometo que en mis planes no está volver a consumir, la idea de perder el control sobre mi cuerpo me aterra y lo que menos me apetece en estos momentos es morir de una sobredosis.
—Menos ahora que debes arreglar toda la mierda que hay detrás de la compañía – me informa y lo miro asombrada de que él sepa eso –. Andrew es muy conversador al igual que los hermanos de Belén cuando fuman algunos porros o inhalan alguna mierda – me contesta - ¿Qué va a pasar cuando termines con todo esto? ¿Qué piensas hacer? – me pregunta.
—Descansar – contesto –. Sé que para ti esto es arriesgado y que no entiendes mis decisiones, pero Chad, me falle y les estoy fallando en estos momentos y los seguiré traicionando si no hago nada por ellos. No puedo quedarme a fingir una vida feliz y perfecta luego de lo que paso, simplemente no puedo – le digo con ira – no puedo dormir, comer o tener un momento de felicidad sin pensar en eso, pude hacer más y debía hacer más. Creo en ti – le contesto y él se sorprende – confió en que nunca volviste a tener una interacción con ella, me duele saber que ella está allí en el mundo sola, sin ayuda y sin familia. Quiero saber más – le pido suplicante - ¿Qué te dijo?
—No me encuentro en condiciones de hablarte de ella o de sus cosas personales, Alexa, solo ella tiene el poder de decisión de contarte su historia, nadie más. Seré sincero contigo, las dos buscaron paz en las drogas, creían que ella sería la mejor opción para olvidar su pasado y aliviar su futuro, las drogas no son la solución.
—Es bastante gracioso que esto venga de un chico que a pasado la mitad de su vida consumiendo y vendiendo drogas – le reclamo.
—Alexa, me importas, sé que esto no debe aclararse, somos amigos, así solo me uses para escapar de tu realidad, eres la única amiga real que tengo – dice y carraspeando su garganta –. Alexa si tuviera la oportunidad de volver a verla de nuevo, no dudaría en llamarte, ustedes se deben una conversación.
—Chad no hay una segunda oportunidad, tú y yo sabemos muy bien que los muertos jamás regresan.
***
23 de mayo de 2017
Wes me observa entre divertido y pasmado por la situación a la que nos enfrentamos en estos momentos, llame a Wes y lo he citado en una iglesia católica, la única que conseguí en la pequeña isla en la que me estoy refugiando, él me observa con rareza cuando me ve de rodillas orando, creo que en su vida él pensó verme arrodillada en una iglesia orándole a una cruz de madera. Él y yo nos quedamos escuchando la misa, ambos escuchamos con atención el sermón del sacerdote, Wes que se encuentra sentado a mi lado, bosteza con aburrimiento, luego de unos minutos se queda dormido, no lo despierto hasta que termina la misa y los pocos feligreses salen de la iglesia, le doy un codazo a Wes y este se despierta luego de varios intentos fallidos.
—Señorita – me llama él en un susurro todavía adormilado – jamás pensé que fueras creyente – me dice con diversión.
—No creo en Dios, él me abandono hace mucho tiempo, usted no tiene idea de cuantas veces le suplique y le pedí que me ayudara. Él no hizo nada – digo enojada.
—Lo siento mucho señorita – dice avergonzado – hace tiempo leí su historial médico, eso fue lo que me motivo para aceptar su caso – dice y asiento con la cabeza – pero no culpe a Dios por los actos de los hombres.
—Dios no va a perdonarme jamás, Wes. No soy tan cínica como para ser creyente o esperar el perdón eterno, solo me gusta venir a la iglesia a observar a todos esos pecadores que creen que van a poder salvar sus almas del fuego del infierno.
—No cree usted, ¿Qué podría obtener el perdón del todo poderoso? – pregunta Wes y niego con la cabeza.
—Wes, estoy muy segura de que hay un ángel esperándome con una lista de pecados para enviarme directamente al infierno – digo con humor.
—Mi madre es muy creyente y decía que todos éramos merecedores del perdón.
—Wes, no tengo muchas esperanzas de ser perdonada, antes de que entremos en un debate sobre la fe y el perdón.
—¿A que le tienes miedo? – me pregunta con curiosidad – en mi caso tengo miedo a perder a mi hijo.
—¡Tienes un hijo! – pregunto pasmada – esas son cosas que debes informarme, Wes.
—Nunca me lo pregunto, señorita – me dice y sonrió a imaginarme a un niño pelirrojo a pesar de que Wes me desesperé a veces, me agrada, él fue muy amable de decirme en año nuevo que cenara con su familia, me negué hacerlo, ver familias felices reunidas me dan un poco de nostalgia.
—Podía enviarle algunos regalos – digo y Wes niega con la cabeza.
—Señorita, ya fue bastante raro para mi esposa que me regalara un reloj y un collar de diamante para ella.
—Fui descortés con tu hijo.
—No importa señorita, y le tengo buenas noticias, los medios de comunicación ya no la vinculan con la señorita Lewis, ni a usted, ni a Dean o Matt, hasta el momento su familia no ha dado ningún poder para que se realice una autopsia.
—Gracias – le digo agradecida – ¿encontró algo sobre Harry? – pregunto curiosa.
Harry era nuestro exdirector investigativo, el cual se enfermo hace unos meses y decidió dejar como remplazo a Axel en su cargo.
—Como lo sospechábamos, Harry sufrió un infarto hace unos meses – me dice y asiento con la cabeza - ¿Axel no le informo? Luego de su ascenso como director investigativo, él debió informarle – me cuestiona y niego con la cabeza –. Su esposa le informo a Cara que ella estuvo enviándole recados con Axel sobre la salud de su esposo y también la invito al funeral, pero como ya usted lo sabía, Axel no le dio ninguna razón.
—Axel ni siquiera me deja entrar a las instalaciones de los centros de investigación clínica – le recuerdo – ahora también me oculta la muerte de mis trabajadores – digo pensativa – hay otra cosa que debo informarte, me enviaron otro anónimo.
El palidece, no será una tarea fácil encontrar a la persona que envió el anónimo, ya que Wes y yo tenemos conocimiento que muchas personas quieren mi cabeza en estos momentos.
—¿Alguna sospecha? – me pregunta y niego con la cabeza, Wes luce preocupado ¿será que en el fondo de su corazón le agrado? –. Enviare a Cara a revisar todas las cámaras de seguridad del edificio e instalar nuevas tanto en el edificio, como en las calles cercanas a su casa– me informa – también le recomiendo que contrate un equipo de seguridad, para que podamos estar más tranquilos.
—No quiero seguridad – le digo y el bufa molesto de mi negativa – quiero que consiga un equipo de seguridad para Matt Keys y Alaia Keys su hija, no dudo que mi familia va a querer acercarse a él y no va a hacer en los mejores términos y condiciones, lo que menos me apetece es que ellos se pongan violentos con Matt – le informo.
—Al parecer le importa mucho ese hombre, usted me dijo que no confiaba en él, ¿Por qué le interesa cuidarlo ahora?
—Wes...
—Me encargare de darle seguridad y de los anónimos, señorita Wood – me dice.
—Se lo agradezco – le digo y cuando voy a ponerme de pie me detiene.
—Las noticias no han terminado señorita, Cassie se comunicó conmigo – me quedo con la boca abierta al escuchar sus palabras –, ella quiere reunirse con usted – el color vuelve a mi rostro por lo feliz que me hace la noticia –, ella me pidió que ninguno de sus familiares o amigos este presente, lo que es bastante extraño para mí, esto puede ser una trampa para hacer algo en su contra señorita.
—Wes quiero verla, necesito hablar con ella – le digo con determinación –, puedo llevar un arma, usted sabe que mi vida depende de esta reunión con ella.
—La entiendo señorita, Alexa, por eso antes de comunicarme con usted hable con la señora Italia – la mención de mi madrina me aterra – ella me pidió que me reuniera con Cassie antes, hasta que ella se encuentre segura que aquella mujer no hará nada en su contra.
—Puedo cuidarme sola, no necesito una niñera.
—Me da mucha pena con usted señorita, pero no será posible reunirse con Cassie ahora, lo que menos me interesa es que usted sufra.
—Esta bien, puedes reunirte con ella, pero ten cuidado no quiero que tu hijo quede huérfano.
—Puedo cuidarme soló, señorita – me contesta y ruedo los ojos, respirando hondo, con las manos temblorosas y voz afectada digo.
—Wes, respondiendo a tu pregunta inicial, le tengo miedo a volver a consumir a ser dependiente de las drogas y perder el control de mi cuerpo.
***
24 de abril de 2017.
Conversar con Dean hace que mi día mejore de una manera que él no tiene idea, lo extrañaba mucho, Dean se ha convertido en una parte fundamental e indispensable en mi vida personal, escuchar su familiar voz humor y chistes malos calma el fuego interno que habita dentro de mí, más ahora que estoy furiosa por no encontrar los tacones que compre hace unos días, no creo que Carolina los haya tomado ella odia usar tacones y hace tiempo la descarte como la sospechosa de la desaparición de mis tacones.
—¿Cuándo piensas volver? – me reclama Dean frustrado – no me digas que ahora te gusta la vida de isleña – se queja y niego la cabeza horrorizada –, debimos huir juntos, Alexa.
Me demoro en responderle, si hubiera traído a Dean las habladurías de un supuesto romance entre nosotros y que nos fugamos estando yo comprometida con Liam, hubiera sido algo que no iba a poder detener y que dos personas que fueron testigos de un suicidio huyan juntos, no es buena idea para nadie y se lo explico, mientras entro de nuevo al armario.
—Traerte conmigo hubiera levantado muchas sospechas Dean, me estarían acusando de serle infiel a Liam, huir juntos también nos hubiera vuelto potenciales culpables sobre la muerte de Corina, solo llamo para reportarme y decirles que estoy con vida y estoy bien – le digo convencida, buscando en todas las cajas que tengo en mi habitación de invitados mis zapatos.
—Esto es muy extraño, estoy preocupado – dice respirando hondo – no tengo idea de donde estas, solo me informaste que estabas en una isla, pero hay cientos de islas en el mundo – dice fastidiado – por favor, Alexa, ¿dime donde estas? – me pide suplicante – podemos resolver esto juntos, no tengas miedo.
—Dean, no insistas no voy a decirte mi ubicación – le respondo con calma.
—Alexa, no estoy para tus juegos o comentarios bordes – me informa molesto –, necesitamos que vuelvas a casa, estoy preocupado por tu salud física y sexual, ¿rompiste la abstinencia? – me pregunta preocupado –, necesito que te encuentres sana y no hagas nada destructivo en tu contra.
—Me encuentro bien, no tengo sexo con ningún hombre desde enero del año pasado – le recuerdo – y mis ganas de tener sexo son nulas, Dean – digo mientras busco mis zapatos debajo de la cama.
—Una mujer se suicidó y decidió caer en el momento preciso en el que salías de Hera, la viste morir, sería muy frívolo de tu parte estar pensando en sexo luego de eso – me dice y por fin me río, él se relaja un poco al escucharme reír.
—Extraño la vida que estaba construyendo en New York – le digo a Dean con melancolía – me estaba acostumbrando al trafico y a la vida caótica de ciudad.
No es la primera vez que permanezco tanto tiempo en una isla, el año pasado antes de volver a Estados Unidos, trabajaba en un hotel en una isla en Portugal y aunque pocas veces disfrutaba de la arena y el mar estaba en paz.
—Eres una mujer demasiado frívola y egoísta como para no dedicarle ni siquiera una charla a Corina.
—No me interesa hablar de Corina o su muerte – digo tajante y él niega con la cabeza.
—Princesa de Disney – me dice Dean, recordando que la primera vez que nos vimos me llamo princesa – Aisha se fue de la ciudad, Brad viajo a Portland a estar con su hermana que acaba de tener un bebé, Azul no contesta su celular y al parecer tu amiga Belén últimamente quiere pasar tiempo conmigo, ella quiere suplantarte y le he dejado claro que mi única mitad eres tú – responde ofendido.
—Me alegro de que no intentes suplantarme con Belén – le respondo con recelo.
—Y eso que no sabes – me comenta él – tu amiga ahora vomita todo el tiempo.
—Deja de decir que Belén es mi amiga, eso es enfermizo – le contesto – ¿y porque vomita? – pregunto con curiosidad.
—Es que todavía no te encuentras enterada de la noticia del siglo – me comenta él con cautela.
—Dean como voy a saber de la vida de ustedes, si me he desconectado del mundo por días ¿y qué debo saber? – cuestiono aburrida y observo por la ventana como Chad y Carolina se encuentran siendo raros juntos ellos están en el jardín, parece que fuman marihuana y luego bailan una canción que solo ellos conocen su melodía.
—Ella y Axel se encuentran esperando su primer hijo – me contesta Dean y abro mi boca sombrada, jamás pensé que Belén Griffin se embarazara antes de su matrimonio con Axel, que esta planeado llevarse acabo en septiembre u octubre de este año.
—¿Qué mierda? – digo pasmada por la información que me dio.
—Así es mi querida, Alexa, ella se encargo de difundir la noticia en todos lados.
—Pero ¿Axel hace poco tuvo un bebé con Aria su ex? – pregunto confundida.
—Así es y ahora va a tener uno con Belén.
—Que semen para potente – digo trastornada – los Griffin deben estar al borde del colapso con la decisión de su niña perfecta de embarazarse antes del matrimonio.
—Tal vez si fuera de un pobre diablo, hasta hubieran hecho suicidio colectivo, pero como saben que Axel es millonario para ellos esta bien.
—Malditos clasistas de mierda – digo abriendo los cajones del armario del baño, allí tampoco se encuentran mis tacones.
—Ella me obligo a armar una caja donde te da la sorpresa que vas a ser tía – me informa y hago una mueca – por favor, sonríe.
—No prometo nada, tal vez finja una sonrisa de felicidad.
—Que no sea muy grande, porque las veces que lo haces suele ser una sonrisa aterradora – me aconseja y me río del comentario de Dean Monroe.
—No prometo nada, solo que fingiré sorpresa y le diré a Belén que me encuentro contenta por ella.
—Aunque sea mentira, Belén me dijo algo sobre ti, mientras se quejaba que eres una irresponsable por huir.
—¿Qué te dijo ahora sobre mí? – pregunto sin interés – ¿Qué soy una puta? ¿Qué me acostaba con hombres mayores? ¿Qué me escape de casa?
—No, algo más grave y me cuesta hablar sobre el tema, porque a pesar de estar a tu lado, saber a media tu historia, nunca me a interesado ofenderte con preguntas innecesarias.
—No me ofendes, Dean, conoces muchas cosas sobre mí.
—Lo que ella me dijo es bastante delicado – él respira hondo – Belén me confeso que te practicaste un aborto cuando tenias dieciocho años y que Dios te había castigado con dejarte seca.
La caja que tenia en mi mano izquierda se cae haciendo un gran estruendo en la habitación, el sonido me sobresalta, ocasionando que todo de vuelta a mi alrededor por unos segundos, pongo mi mano encima del lavado, respiro hondo y pienso ¿Qué le pasa a Belén? ¿Quién le dio autoridad para contarle eso a Dean?
—Alexa, no tienes que decirme nada, Belén tal vez estaba mintiendo con la idea de quedar bien conmigo.
—Belén nunca dice mentiras – le recuerdo, mirando mi reflejo en el espejo, en mis ojos no hay una pisca de sentimiento por hablar del tema, un tema del cual pocas veces me he atrevido a hablar en voz alta – quede embarazada cuando tenia dieciocho años.
—¿Para esa fecha todavía consumías drogas? – pregunta preocupado, cierro los ojos y cuento hasta diez.
—Correcto, no recuerdo muy bien como paso, bueno si sé que paso – digo con voz ahogada – perdí el control de mi cuerpo y alguien se aprovecho de eso.
—Alexa, ¿Qué sucedió? – me imagino a Dean palideciendo en cuestión de segundos, la mano izquierda templándole por la ira.
—En ese entonces consumía drogas e iba a muchas fiestas, mucho del sexo del que alardeo en estos momentos tal vez nunca fue consensuado, pero esa noche si la recuerdo, nunca pude olvidarla, todavía la tengo grabada en mi cabeza – digo señalando mi cabeza como si Dean me estuviera viendo – sus risas, sus chistes, sus bromas, todo paso mientras estaba drogada – digo tragando saliva y mientras hablo me concentro en buscar mis zapatos.
—Alexa...
—No te preocupes, no puedo embarazarme de nuevo – digo y me río – bueno si lo hago seria complicado.
—No me importa si puedes embarazarte de nuevo, pero si quieres hablar de eso te escucho – Dean suena molesto, Dean a veces suele ser muy reservado sobre sus emociones y sentimientos, pero cuando se trata de nosotras él realmente explota.
—Belén no debía hablar de este tema contigo, era mi secreto, no el suyo – digo ofendida.
—Alexa, por favor, dime que paso – me dice con voz afectada.
—Fui a una fiesta de universitarios, estaba con unos conocidos, todo sucedió muy rápido, estaba bailando, de verdad me estaba divirtiendo, conocía cuanto debía consumir para no perder el conocimiento o evitar que me abusaran – digo negando con la cabeza – pero esa noche todo fue diferente a pesar de consumir lo mismo de siempre, beber la cantidad de alcohol estipulada por mí. por un corto periodo de tiempo perdí el conocimiento lo único que recuerdo es a un chico encima de mí y a otro intentado introducir su polla en mi boca, vomite encima de él, casi ahogándome con mi vomito, fue la única imagen que recuerdo de esa noche, antes de desmayarme – respiro hondo y mi mano se encuentra blanca por la presión que hago sobre el mármol – el hermano menor de Belén se presento a mi rescate como un ángel, él evito que otros chicos abusaran de mí esa noche, me llevo al hospital rápidamente, cuando me encontró mi pulso era débil – respiro hondo – esa noche podía haber muerto de una manera muy trágica, Dean.
—Si hubiera estado esa noche, hubiera hecho lo imposible para evitarte ese dolor.
La voz de Dean se corta cuando solloza, escucharlo llorar hace que también llore junto a él. Dean me enseño sobre el amor y la hermandad, mi niña de dieciocho años deja salir todo el dolor que en su momento le negaron.
—Tranquilo, Dean, así lloremos no podemos cambiar lo sucedido, los médicos confirmaron mi temor... Que había sido abusada, no había duda de eso, Dean – digo con una risa nerviosa – no recuerdo mucho, al despertar estaba en una camilla de hospital con un grosero oficial de policía regañándome por haber sido tan irresponsable de haber bebido tanto, su interrogatorio fue regañarme y decirme que era la culpable de aquello, Clary salto de alegría cuando descubrimos que no tenia una enfermedad de trasmisión sexual, eso también me dejo tranquila. Al salir del hospital escuche decir al oficial que no había evidencia suficiente para levantar una investigación en contra de ellos.
—Tampoco tenia esperanzas de que los oficiales investigaran a los culpables y ellos recibieran su castigo.
—Alex, ¿quiero sus putos nombres?
—A los dos meses después nos enteramos de que estaba embarazada.
Y luego de tanto tiempo es la primera vez que hablo del tema en voz alta.
—Alexa, ¿recuerdas algún nombre o rostro? – me pregunta furioso, no hago ningún movimiento, me quedo paralizada – dime algo, Alexa, ¿quiénes eran esos imbéciles? – grita furioso –, maldita sea, lo siento tanto.
—No lo hagas, no sientas lastima por mí, fue mi culpa, fui allí por drogas, debía ser más cuidadosa. Eso podía pasarme – le respondo y tampoco le digo esa no fue la primera vez.
—Quisiera estar...
—Clary y yo decidimos que abortar seria lo mejor, las malas decisiones tienen consecuencias. Dean y algunas de esas consecuencias son para toda la vida. y Clary no podía permitirse ser humillada de esa manera – me doy de cuenta que estoy llorando cuando digo – Dean no aparecen mis zapatos y son nuevos.
—Vas a encontrarlos, Alex. Clary fue buena contigo.
—Me gustaría la idea de deberle tantos favores a Clary, Dean.
—¿Tienes idea de quien te hizo eso? – me pregunta de nuevo y respirando hondo, niego con la cabeza.
—No... Todos esos chicos hicieron un juramento de silencio, Dean. Algunos eran hijos de personas muy poderosas, era su palabra contra la de una adicta, no había posibilidades de que ganara. Tranquilo, fui a terapia, lo único que no hice fue denunciar. No podíamos llegar diciendo que una adicta había sido abusada por un grupo de chicos ricos.
—Yo creo en ti – dice y sus palabras causan algo en mí que me hace sonreír.
—Antes de que lo digas, Clary no me presiono para seguir con el embarazo, ella entendió que no podía tener un bebé de mi abusador, el problema fue que en el aborto hubo complicaciones y así como dijo Belén fui castigada.
—Deja de repetir las palabras de esa perra puritana – me dice enojado –. Hay muchas personas en el mundo que merecen ser castigadas y tú no eres una de ellas, eres una victima Alexa, deja de darte latigazos cuando los culpables están impunes, te juro Alexa por mi madre que, si conociera alguno de los culpables, los mataría con mis propias manos.
—Dean Monroe, eres el mejor amigo y hermano que la vida me regalo, a veces siento que no te merezco – digo en un sollozo – eres un buen chico y no valgo la pena, como para que llenes tus manos de sangre por mí.
—Eres mi alma gemela y haría cualquier cosa por ti – me recuerda – Alexa, antes de que te vayas, quiero que llames a Matt y hables con él, desde lo de Corina hemos mantenido el contacto y él está muy preocupado por ti. Ustedes merecen una charla tranquila donde puedan dejar salir todo lo que sienten el uno por el otro.
Y lo que menos quiero es hablar de mis miedos y como Matt me confunde.
—Tengo miedo de lo que Matt puede hacer si se entera de lo que me paso – respondo preocupada – conozco bastante bien a Matt, para saber que él no va a quedarse llorando o hacerme caso, sobre no tomar represalias en su contra, él va a hacer cosas realmente mala en contra de ellos, lo que menos deseo es que empañe su reputación por mí.
—¿Matt sabia sobre qué consumías? – pregunta consternado.
—Solo alcanzo a verme fumando porros, jamás me vio consumir drogas y evitaba consumir en nuestros encuentros – le respondo.
—Odio toda esta mierda.
—Dean, jamás los quise muertos a hombres como ellos no hay que premiarlos con la muerte, sino con volver su vida un infierno.
—Eso es correcto, Alexa.
—Soy una víctima a pesar de que odie ser catalogada como una – digo enojada negándome a seguir llorando.
—Eres maravillosa, Alexa, quisiera tener la mitad de la fuerza que posees – me dice y luego charlamos otro rato, Dean intenta levantar mi ánimo, luego de un rato me cuelga.
Respiro hondo, cuando le dije a Wes que Dios nunca escucha mis suplicas fue por algo, durante mucho tiempo tuve miedo, me sentía mal conmigo, me odiaba, me reprendía por lo que había pasado y lo que permití que pasara. Odie la idea de no poder recibir justicia de no verlos en la cárcel a cada uno de ellos. Como es normal en mi vida nadie de mi familia iba a apoyarme, estaba sola. Clary me dijo que, para evitar un escándalo, me olvidara de ese bochornoso momento que guardara silencio por el bien de la familia y eso dice, claramente recuerdo sus rostros, risas, voces, conozco sus nombres y apellidos, sus lugares de trabajo, sus familias, novias y la dirección de sus hogares.
Guarde silencio, mis decisiones después de los hechos fueron extremistas, me desintoxique, casi muero en el intento, no podía comer, beber agua, era violenta, estaba fuera de control, los médicos, terapeutas y enfermeras estaban sorprendidos de mi resistencia o negativa a consumir luego de siete meses sin drogas. Bajo mi mano y acaricio la quemadura que tengo en la cara interna de mi muslo, quemadura que provoco Clary luego de salir del hospital, fue su castigo por ser una chica mala.
No deje las drogas tan fácil y rápido como cualquiera pensaría y yo misma quería, fue un trabajo duro, que me tomo más del tiempo estipulado, pase de hacer daño a alimentarme mejor, hacer mucho deporte, volví a practicar boxeo y artes marciales, deje de tener sexo con desconocidos y deje de salir con hombres mayores, no seguí frecuentando a esas amistades que solo me hacían daño, volví a patinar tenía esperanzas, deseaba continuar, no quería morir y no debía morir, al volver a la universidad me concentre en estudiar, deje de salir a fiestas, me convertí en esta chica de la que hoy estoy orgullosa.
No soy perfecta y no finjo serlo, en mi vida he hecho cosas cuestionables, no me he portado bien, para poder sanar mi alma tuve que sacrificar muchas cosas para vivir en paz.
No fui culpable, no los provoque, a pesar de tener un pantalón y una blusa de manga larga, ellos decidieron atentar en mi contra, la ropa no tenia nada que ver con que ellos eran unos cerdos asquerosos. Dejo salir un suspiro, por el celular de Chad busco el Instagram de Belén, ella subió una foto de su ecografía hace unos días, ruedo los ojos al ver la fotografía blanco y negro, la pequeña cosa que está allí que pronto va a decirle mamá.
Al parecer la pequeña Griffin consiguió lo que siempre deseo convertirse en madre. Salgo de su Instagram, busco en el cajón debajo del lavabo mi celular y lo enciendo ignoro los mensajes de Clary, mis tíos, Axel y Liam, paso directamente a mi chat con Matt, él cual me llamo unas cuarenta veces y me mando alrededor de 85 mensajes. Sin importar mi aspecto le marco para que hagamos una video llamada.
Matt contesta como si hubiera estado esperando por esta llamada mucho tiempo, cuando su mirada se conecta con la mía, hago algo que lo sorprende reírme a carcajadas, el frunce su ceño desconcertado al escuchar mi risa. Su rostro se encuentra completamente maquillado, ante el sonido de mi risa sale la autora intelectual de los hechos que le da la espalda a la cámara mientras pone unas pinzas para el cabello en forma de mariposas en el cabello castaño y rizado de su padre, ella se queja cuando él le dice que lo lastima, ella lo señala con un cepillo para cabello mientras lo regaña, me sigo riendo, Matt parece tan asombrado como yo de escuchar mi risa autentica, llevaba mucho tiempo sin reír, Matt me da una pequeña sonrisa sin mostrarme los dientes, mientras Alaia pone rubor en sus pómulos.
—Hola, Keys – lo saludo.
—Hola, Wood – lo saludo y Alaia me mira alzando la mano me dice con voz cantarina.
—¡Hola, conocida! – me grita ella y alzo la mano saludándola.
—Que lindo luces, Keys – le digo observando todo su aspecto –, que bonitas te ves hoy, Alaia, bonito vestido.
Ella usa un vestido de color uva, unas botines negros y una chaqueta de cuero blanca.
—Gracias, conocida – me dice con una pequeña sonrisa que me recuerda a la de sus padres – tú también te ves bonita, aunque tengas los ojos rojos y esto – me señala un rímel – por toda la cara.
—¿Paso algo? – pregunta Matt preocupado a nada de ponerse de pie.
—Estoy bien – digo con tranquilidad, voy a decir algo, pero la niña se voltea a seguir con lo suyo – sigue disfrutando de tu día con tu hija, tengo...
—Espera, no cuelgues – me pide y me quedo en la videollamada en silenció, viendo como su hija lo maquilla como si fuera una experta, él pone sus manos en su espalda para sostenerla y ella no se caiga.
No conozco a la madre de Alaia y tampoco he investigado sobre ella, pero me imagino que debe ser bonita y a pesar de su belleza, Alaia comparte un gran parentesco físico con Matt, hasta sus sonrisas son igualitas a la de su padre, Alaia gira a verme y me señala un labial rosado y asiento con la cabeza, ella lo pone sobre los labios de Matt.
—Me alegro de que me hayas devuelto la llamada después de tanto tiempo sin saber de ti.
—No debería haber llamado, tampoco tenia que hacerlo, no estaba obligada a llamarte y tampoco me gusta la idea de incomodarte o molestarte, tu novia se va a enojar.
—Papi no tiene novia – lo defiende su hija indignada por mi acusación.
—Gracias, hija mía – le dice y ella le da un beso en la mejilla y me da una mala mirada por mentir – me creo las dos primeras, pero la última excusa es demasiado rebuscada.
—Solo pensé que no estabas disponible.
—Sigues dándome excusas rebuscadas, no debiste irte de ese modo y menos huir a Nueva Zelanda al otro lado del mundo, ¿Cuál era tu fin?
—No quería ser localizada, por unos días quería paz, antes de volver al caos que me espera en New York – respondo.
Y no me sorprendo todos los que conocimos a Matt en su adolescencia o conocemos aun Coleman, sabemos que ellos han crecido haciendo cosas realmente cuestionables o siguiendo las ordenes de Gerald, cada uno tiene un arte y una habilidad, Matt fue bendecido con la destreza de ser bueno en tecnología e informática, cuando él estaba obligado a convivir con Gerald, este lo usaba a su antojo siempre le pedía que hiciera "trabajos" de hackear celulares, computadoras, correos, intervenir llamadas, buscar información, vigilar cámaras de seguridad, rastrear personas y limpiar el camino sucio para él.
Matt amaba la tecnología, pero con el tiempo y las exigencias de Gerald la aborrecía, él jamás hizo preguntas o lo cuestionaba sobre las cosas que le pedía, solo seguía ordenes, aunque su sueño no era ir a la universidad y estudiar robótica o tecnología como Gerald, Virginia y Tony querían, la idea de que Matt fuera actor, hacia que Gerald se pusiera violento, se de buena fuente que cuando Matt se fue a Los Ángeles y luego embarazo a esta chica Emily sus hermanos no le hablaron por un buen tiempo estaban furiosos con él y su insistencia de tener a su bebé, hasta que 911 la serie en la que él participo se volvió un éxito y Matt por fin, luego de guiones mediocres fue lanzado a la fama a pesar de no ser el protagonista de la serie.
Matt le cumplió el capricho a sus hermanos de ir a la universidad, no recuerdo que pregrado hizo con exactitud, sus estudios e inteligencia le ayudaron hace un año a abrir su propia pequeña empresa de tecnología que va en ascenso. Me alegro de que Matt haya seguido su pasión por la actuación y la tecnología y haya cumplido todos sus sueños.
—¿Cómo estás? – le pregunto a Alaia
—Bien, conocida – responde ella concentrada en maquillar a su padre.
—Pregunta si ella está bien – le sugiere su papá –. Estoy realmente asombrado que hayas decidido responder una pregunta, Alaia. Eso es un avance, ahora pregúntale a Alexa, ¿Cómo esta? – dice y ella se queda viendo su cara sin comprender – es cortesía hija, tú y yo sabemos que no te interesa saber si ella se encuentra bien.
—¡Hey! – me quejo en medio de una risa, por la mirada de Alaia, entre curiosa y divertida – tu papi es malo conmigo e indiferente – me quejo con Alaia y ella finge regañarlo, Matt me da una sonrisa divertida.
—Agradece que te hablo luego de 75 mensajes sin responder, Alexa – me contesta y mirando a Alaia – puedes maquillar a Bonnie mientras hablo con Alexa – le pide y ella obedece, antes de irse me sonríe, él se cerciora que ella este en un lugar seguro, donde pueda monitorearla.
Hago una mueca al pensar que nunca jugué de aquel modo con mi padre y que nunca fue amoroso conmigo, como Matt lo es con su hija.
—Eres un buen padre – susurro – el mejor que he conocido hasta ahora, estoy realmente asombrada que te tomaras el tiempo de monitorear a donde huiría, luego de tantos años de ignorarme.
—Soy el padre que Alaia merece y él que mi niño interior merecía tener – me responde con simpleza, él no tiene idea lo que significan sus palabras para mí –, amo a Alaia como no tienes idea, a pesar de ser una niña complicada, llena de travesuras, locuras y exigencias, ella me motiva a ser mejor, me enseño de la paciencia y comprensión, haría lo que fuera por mi hija.
—Es muy dulce esas palabras de tu parte Matt – digo y mi voz suena afectada – Alaia no merece menos.
—¿Por qué me llamaste? Odias hablar por celular, siempre lo evitas.
—Estaba preocupada por ti, de nuevo volví a incluirte en mis problemas, conozco que la relación con mi familia y mi padre no es la mejor, me encantaría saber si alguno de ellos intento comunicarse contigo.
—Sí, el maldito de Hendrick me llamo y luego vino a mi casa con Gerald – me paralizo ante lo que escucho – debí tener mucho autocontrol para no acabar en una pelea con ambos, ellos me preguntaron sobre tu paradero y les he mentido, jamás voy a traicionarte, Alexa. Soy fiel a ti. A pesar de que me acuses de ser un traidor o volver a tu vida por un plan orquestado por Gerald, siempre estaré a tu lado. No soy tonto a los Lee nunca le has importado, ahora mágicamente fingen interés en ti, que se vayan a la mierda.
—¿Ellos vieron a Alaia? – pregunto preocupada, ignorando sus palabras.
—No, ella no estaba en casa en ese momento – responde frustrado.
—Dios...
—No quiero hablar de ellos, estoy bien, vamos a estar bien – me dice con ánimo –. No eres la única que aprendió a jugar sus cartas en el juego de la vida, mi insistencia en llamarte es porque quería saber cómo estabas, Alexa, quiero saber de ti, ser parte de nuevo de tu vida, conocer a esta nueva Alexa, saber que le disgusta, que le gusta y porque decidió casarse con Liam Brown – dice su nombre con un toque de desprecio–, conocer que paso en tu vida luego de irme, hablar sobre la repentina muerte de Richard o porque Clary decidió casarse con mi padre en estos momentos. Quiero conocerte y saber a que me enfrente al volver a tu vida.
—¿Vas a quedarte? – es la única pregunta que logro formular luego de sus palabras.
—Si me lo permites eso hare. Esta vez no quiero perderte, esta vez voy por todo – dice con decisión y comienzo a mordisquearme el labio inferior.
—¿Qué es todo? – pregunto aterrada.
—Citas, besos, follarte, y pasar tiempo de calidad juntos, quiero afectar todo de ti, Alexa Wood, no quiero ser como los hombres que pasan por tu vida a esos que olvidas a la mañana siguiente, soy egoísta y odio la idea de compartirte. Te quiero para mí.
—Voy a casarme – le recuerdo.
—Claro, Alexa, con el tipo que no te causa ni chispas en tu interior. Porque luego de encender tu celular luego de días apagado, prefieres llamar a tu ex, antes que a tu futuro esposo.
—Matt...
—¿Sí, Alexa? – me cuestiona con una ceja marcada.
—No voy a romper mi compromiso por ti, no hay forma de que no me case con Liam – le digo con seguridad y se ríe.
—No tienes idea de las cosas que puedo hacer para convencerte de no casarte con Liam – dice y comprendo el doble sentido en sus palabras – es hora de poner un poco de desorden en tu vida llena de ordenes y prohibiciones.
—Tengo que colgar – jadeando – no hay manera de que vuelva contigo, Matt.
—Adiós, Alexa Wood – me dice y Alaia que vuelve para despedirse de mí.
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