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Capítulo 6: Alexa ¿a quién persigues?

Capítulo 6: Alexa ¿a quién persigues? 

Alexa.

28 de marzo de 2017

La mañana en New York era fría, oscura y opaca, al parecer eso no detenía a las personas de estar en central Park, haciendo sus actividades matutinas como hacer deporte, caminar, conversar o simplemente existir. como en mi caso que vine a correr y de cacería, necesito conocer a mi presa tanto como ella finge conocerme. Desde que llegue al parque he estado hablando por celular con Aisha, la cual no deja de hacerme preguntas que en estos momentos no puedo darle una respuesta confiable. Cosa que enfurece a Aisha Cass, porque ella y yo sabíamos muy bien que todo lo que hacíamos era bastante cuestionable y peligroso donde el mínimo error y estaríamos muertas.

—¿Estas segura de todo esto? Porque yo lo estoy, necesito esto para tener paz – me pregunta Aisha y escucho su voz por el auricular de mi celular, respiro hondo y sigo trotando unos pasos detrás de él, me alegro de que las dos chicas delante de mí que trotan y hablan entre ellas, me ocultan para que él no se entere que lo sigo mientras hace sus ejercicios matutinos – ¿Matt no hacia parte de la ecuación? ¿Qué vas a hacer si él se entera? – me pregunta Aisha, preocupada.

—Y yo necesito hacer esto para salvar a mi familia – le contesto luego de un rato – también me encuentro segura de nuestro plan – respondo, girando a la izquierda, siguiendo sus pasos mientras corremos – Matt está aquí por algo y debo descubrirlo.

—¿Crees que Matt pueda ser un aliado para ti? – me pregunta angustiada.

—No he hablado con Matt en siete años, todavía tengo mis dudas y recelos hacia él. No sabemos que tan cercano se ha vuelto con Gerald o si alguna vez dejo de hablar con Jace, no podemos confiar en él en estos momentos.

Le respondo y por primera vez Aisha Cass se queda sin respuestas. Mientras ella no habla, finjo estirarme, hasta hablo con unas chicas que tienen unos perros, mientras hablo no le quito la mirada de encima a mi presa, mientras converso, me ejercito y mantengo cerca de unos árboles a una distancia prudente, hablando con Aisha que ahora me cuenta sobre su cita con Carter, con disimulo observo con atención la escena que pasa delante de mis ojos, él besa a una rubia de cabello corto que usa un conjunto deportivo rosado.

Ella es igual a todas las chicas con las que lo he visto relacionarse, rubia, flaca con cuerpo atlético y trabajado, algunas son de ojos azules y otras los tienen verde. Sus personalidades son similares, ingenuas, confiadas, chicas sin esperanza, demasiado jóvenes y creen en todo lo que él les dice, él siempre promete cumplir sus sueños, sin ellas saber a qué conlleva eso, con disimulo, hago que me saco una foto con un perro, pongo la cámara de mi celular a una altura ideal para que él también salga en la foto y los fotografió a una distancia prudente, también fotografió a los guardaespaldas cuando estos están mirando hacia otro lado.

Sigo cada uno de sus pasos, ellos aparte de besarse apasionadamente, cosa que me produce asco, también entran a un pequeño hotel a las afuera de la ciudad, donde él puede tomarla sin pecado, sin sentirse culpable, donde los sentimientos de culpa no atormentaran su "alma buena" tomo las fotografías suficientes dentro de mi auto, también memorizo el número de guardaespaldas que tiene en esta ocasión en total son 5.

Luego de terminar mi persecución por el día de hoy vuelvo a casa, reviso cada uno de sus rincones en busca de cámaras o micrófonos, busco pisadas o huellas diferentes a las mías, reviso mis armarios y habitaciones, cuando por fin termino de hacer eso respiro hondo y mientras abro las persianas de la sala para que, entre un poco de iluminación, le contesto al representante de la familia Matters los correos que me envío.

Intercambiamos un par de mensajes, con los pies descalzos camino hacia la habitación de invitados al final del pasillo cerca de mi habitación. Mi apartamento cuenta con cuatro habitaciones cada una de ellas esta destinada a algo, la primera habitación es de invitados y cuenta con un baño propio al igual que las otras, la segunda habitación oculta todos los premios, récord, libros, cuentos o computadora donde me concentro hacer Amanda Griffin, la tercera es mi habitación y la cuarta es una habitación que uso de armario, cuenta con una cocina grande e integral, una sala de estar bastante grande que se comparte con un comedor. Es un lugar grande, desolado y lleno de soledad. Casi nunca puedo decir que este lugar es mi hogar, porque no sé siente como uno.

Al entrar a la habitación luce como una simple habitación de invitados, pero no es así, ella oculta todos mis secretos detrás de la pequeña puerta oculta dentro del armario, caminando hasta el armario, me adentro a este y abro la puerta de la habitación subterránea que su antiguo dueño había construido, sus paredes se encuentran sin pintar huele a un poco de humedad, en esta habitación hay tres cajas, un pequeño escritorio, una silla y un tablero, lleno de hilos y fotografías que se unen y conectan entre sí, saco la otra pequeña llave que tengo en mi llavero y camino hasta el escritorio, abro el primer cajón y de allí saco un pequeño diario de tapa negra, al principio me tiemblan las manos.

Es la primera vez desde que tengo el diario en mi poder que me atrevo a leer sus pensamientos, emociones, sentimientos, antes no me atrevía a invadir su privacidad por respeto, pero hoy lo hago, respirando hondo, vuelvo a cerrar la habitación secreta y a cubrirla con la ropa de mi armario, luego cierro con seguro la habitación, mientras me siento en mi sala, le pido perdón por leer su diario. Sin embargo, necesito leer esto, necesito sentir que esto vale la pena y no es una perdida de tiempo, este es el único modo de conocer su dolor, su sufrimiento. Por eso tomo el diario sin caer en un debate moral, tomo aire y sentándome en el suelo de mi sala y comienzo a leer, mi cuerpo se tensa, me quedo impactada al leer sus palabras.

Padre, soy humana y al parecer al mundo entero se le ha olvidado eso.

Ya no quiero luchar una guerra que se encuentra perdida.

Ya no quiero luchar... Me siento descarriada.

He perdido la batalla contra el pecado.

Mi cuerpo se siente enfermo y débil.

Mi cuerpo ya no es fuerte, solo aparenta serlo.

Padre, a veces me pregunto si en el mundo habrá paz para mí.

Dime, ¿Cuándo dejo de sentirme sucia? ¿usada? ¿y usurpada?

Cuando dejo de pensar que soy una pecadora.

Padre... Estoy pecando y te pido perdón.

Padre sigo esperando tu perdón y salvación.

Dime ¿qué debo hacer para ser merecedora de tu perdón?

Ya no puedo continuar de esta manera.

Mis manos tiemblan, una pequeña lágrima se desliza por mi mejilla y es la primera vez en meses que estoy llorando. Me había prohibido llorar, presionando el diario con fuerza contra mi pecho, comienzo a llorar desconsoladamente, nada puede detenerme y como es común cuando lloro empiezo a comer, toda esa comida que me prohíbo todo el tiempo. Me atraganto de papitas, gaseosa, dulces, chocolates, lloriqueo y como es normal me siento culpable de estar comiendo, no me merezco comer. Aquí en la soledad de mi hogar, grito desconsoladamente mientras dejo salir todo mis temores. Dejo salir todo mi dolor y el miedo que habita en mi interior.

Es allí cuando siento rabia.

Al igual que ella siento que estoy perdiendo la batalla, lloro por ella, por nosotras, nuestro dolor, sufrimiento y en el engaño que hemos sido obligadas a vivir. Suspiro y dejando salir aire por mi nariz. Luego de un rato comienzo a reírme de mí de ser tan patética, por ser una estúpida, me río a carcajadas a pesar de que mi cuerpo sigue estando tenso.

Y mirando la fotografía de Richard y mía, pienso en lo que ese monstruo me dijo cuando era una niña que si lloraba me iría peor, él me negó la oportunidad de llorar de expresar mis emociones y sentimientos, él me enseño que el amor es doloroso, por eso mientras las lágrimas descienden por mis mejillas, me siento sucia.

Porque comprendo que no importa cuantas veces llore el dolor jamás va a detenerse, la presión en mi pecho no será calmada con nada, las palabras de aliento no servirán para nada. No espero que el mundo me entienda o me proteja, mi padre me enseño a solo ser fuerte, me crio con mano dura, nunca me dijo palabras bonitas a él no le interesaba ser bueno conmigo, solo me demostró su odio, las muestras de sentimiento fueron escasas para mí. Solo se nos permitía fingir felicidad mientras teníamos una cámara frente a nosotros.

—Los putos sentimientos son una muestra de vulnerabilidad – me digo –. Matt me hace vulnerable y débil.

Tomo todas las papitas, gaseosas y dulces y los tiro a la basura, me doy una bofetada por haber sido tan tonta, por ponerme a llorar y verme tan débil, voy por una botella de agua y la bebo completa, con valor retomo mi lectura, esta vez sin llorar por ella, ella necesita que sea fuerte por las dos. Termino dejando caer el diario a un lado en el suelo, es tarde, ya pasan de las diez de la noche, al estar un poco adormilada, mareada y al ver mi reflejo en la ventana, mis ojos se encuentran hinchados, mi mejilla inflamada por el golpe.

Un escalofrió me recorre, cuando siento los pasos de alguien, me quedo observando a mi puerta, el sensor del pasillo enciende las luces del pasillo, reflejando una sombra frente a mi puerta, no escucho pasos, tampoco los murmullos de mis vecinos o al niño de al lado corriendo como loco, gritándole a su niñera que necesita ir al baño, mis manos se presionan sobre la pasta dura del diario, cuando veo una sombra frente a mi puerta no hace nada por irse. Rápidamente me levanto del suelo, en un acto estúpido de descubrir de quien se trata camino hasta la puerta, no la abro, simplemente apoyo mis manos sobre la madera de ella, dejo descansar mi oreja derecha sobre el material, con la intención de escuchar algo, sin embargo, no escucho nada, el sensor no se apaga en ningún momento y confirma mis sospechas allí hay alguien.

Siento como aquellos pasos se alejan, hago lo mismo que esa persona, me alejo de la puerta, vuelvo a ver la sombra pasar delante de mí puerta, vuelvo acercarme, esta vez escucho una respiración profunda y agitada, siento como algo golpea mis dedos de mi pie, bajando la mirada veo el preciso momento en el que deslizan una rosa blanca que tiene pegada una hoja de color negro. Y por mucho que anhele que sea una declaración romántica, tengo mis dudas que sea sobre eso.

Tomo la rosa y leo la nota, me paralizo ante lo que leo.

Hola, mejor amiga.

No me decido muy bien porque nombre llamarte.

Dime, ¿Cómo prefieres que te llame?

¿Odette o Alexa?

Sigo esperando a que respondas mis mensajes.

Después de todo lo que hice por ti.

Me obligaste a mentir.

Y ahora simplemente me ignoras.

¿Qué sucede?

¿Por qué ya no respondes mis mensajes?

Pensé que eras mi amiga.

Y me enfurece pensar que me has tomado del pelo.

¿O solo fui una mentira más en tu vida?

Vamos responde.

La caligrafía de la nota me deja sin aire, llevo la mano a mi pecho, cuando intento pasar mis manos por mi rostro siento el olor de aquel maldito perfume sobre toda mi cara, vuelvo a mirar la nota. No es cierto, ¿Alexa, tú crees en fantasmas?, me alejo de a poco, corro de nuevo a la seguridad de mi habitación, vuelvo abrir la nota, es igual a la que recibí hace meses cuando llegue a New York, tiene las mismas características un pequeño dibujo distorsionado de una mujer, su cara esta destruida, su boca cayendo poco a poco, su piel desprendiéndose de su rostro, el carboncillo con el que han dibujado aquel dibujo marca mis dedos, mientras cierro la puerta y le pongo seguro. La chica del dibujo se encuentra desorientada, están perdida... loca y arruinada, como lo estuve yo en un tiempo. Arrugo la hoja y la tiro a la papeleta de basura del baño, tomo el diario y lo presiono contra mi pecho con fuerza.

Me cuesta conciliar el sueño. Todas las noches no me pasa igual, hay noches en las que puedo dormir más de cuatro horas seguidas y hay noches como hoy donde no logro dormir ni dos horas. El sonido de mi puerta siendo tocada llama mi atención, tocan varias veces y me preocupa que sea Brad o Dean teniendo un momento de epifanía y necesidad de hablar, por eso me levanto de la cama, cuando paso por mi cocina tomo un cuchillo, por si no se trata de ellos, puedo herir a un posible atacante.

Camino con pasos lentos, precavidos hacia la puerta, mi corazón late con fuerza, la persona sigue tocando la puerta con fuerza.

—¿Quién es? – pregunto con voz dura y nadie responde, Dean y Brad suelen ser muy ruidosos cuando hacen sus visitas nocturnas para no alterarme.

Abro al puerta con cautela, estiro mi mano derecha en donde tengo el cuchillo, alzando el cuchillo con el fin de herir a esta persona en el pecho, retrocedo unos pasos y quedando con el cuchillo suspendido en mis manos, abro mucho mis ojos al ver de quien se encuentra frente a mi puerta a las tres de la mañana, esta nada menos que Gerald Coleman, que a sus cincuenta y cinco años en un rápido y ágil movimiento detiene mi ataque presionando con fuerza mi muñeca, jadeo de dolor cuando sus fuertes dedos se presionan sin ninguna delicadeza sobre la piel de mi muñeca, la punta del cuchillo queda a centímetros de la tela de su traje. Alzo la mirada, él me da una pequeña sonrisa sin nada de humor o felicidad en ella.

Gerald no se parece mucho a sus hijos, lo único que les heredo fue sus ojos verdes, su cabello negro ya tiene algunas canas, su nariz es respingada, es un hombre alto y con músculos, él suele ir todos los días al gimnasio a ejercitarse, es un hombre atractivo, mentiroso, cruel, perturbador, analítico y calculador, no dudo que Gerald sea inteligente, él toda su vida a fingido ser inocente, bueno y puro. Gerald siempre esta sonriendo, siempre sé ríe, él juega a ser tu amigo, el padre dedicado e ideal, cuando él esto menos buena persona o padre ejemplar.

Y Matt puede comprobar mis palabras.

—Hija mía, te ves muy decidida a cometer un asesinato sin una mis pisca de remordimiento – dice con un tono burlo – ¿Qué te perturba tanto? – pregunta serio y concentrado en mis reacciones, le doy una sonrisa fingida, antes de liberar mi agarre del mango del cuchillo.

—¿Qué hace en mi puta casa? ¿o usted cree que es normal venir a visitar a una chica a esta hora? – le pregunto molesta – tampoco crea que voy a disculparme por intentar asesinarlo y perdón por ser tan grosera con usted, pero no puede venir a esta hora a mi casa – le digo ofendida – dígame que quiera ahora mismo o grito.

—¿Alguna vez en la vida te a servido gritar? – me cuestiona y me quedo paralizada – tú mejor que nadie sabes que llorar y gritar no sirve de nada.

—¿Qué quiere? – pregunto afectada.

—Tu mamá me comento que cuando te llamo te escucho afectada y quería cerciorarme que estabas bien, los suicidios son muy comunes últimamente, me preocupa que tus pensamientos cieguen tu razón y decidas saltar por el balcón, te propongo que te mudes con Liam, él va a protegerte, con tanto dinero a tu disposición – como él todavía no ha soltado mi muñeca dirige su agarre hasta mi cuello, el filo de este toca mi piel – me preocupa pensar que alguien corte tu cuello mientras duermes.

—No sé preocupe, sé cuidarme sola.

—De eso no hay duda, pero el mundo no está diseñado para que una chica tan hermosa como tú viva sola.

—Y usted va a hacer mi defensor de ahora en adelante – digo con burla –, conozco tu juego, Gerald y ellos no funcionan conmigo. No quieras jugar a ser un buen padre conmigo, no eres un buen padre – su mirada cambia a una molesta rápidamente, que él busca disfrazar con una sonrisa.

—Hoy no finges ser amable – murmura.

—¿Qué quiere que le diga? Cuando todo este escenario se encuentra muy mal, no crea que lo voy a recibir con una sonrisa mientras viene a mi casa a amenazarme.

—Nunca te amenazaría, hija mía. Solo me preocupo por ti – dice con voz fingida.

—¿Qué quiere? – pregunto irritada.

—Hablar contigo, conocerte y pasar un tiempo de calidad con mi futura hija, me aterra pensar que vivas aquí sola – él baja su mirada hacia el escote en mi pijama, como puedo me cubro con mi mano libre – no te cubras, eres exquisita a la vista de cualquier hombre.

Y aunque quisiera decir que esta es la primera vez que un hombre me ve como una muñeca inflable, estaría mintiendo, tampoco es la primera vez que Gerald me dice esa clase de comentarios. Como ya les dije mis padres no fueron perfectos, tampoco tuve una madre que me protegiera del mundo o pensara en mí. Por eso nunca me sorprendió que ella aceptara casarse con el hombre que ha hecho demasiadas insinuaciones sexuales hacia mi persona.

—Ya entiendo porque Matt esta tan obsesionado contigo – dice mientras acaricia mi barbilla.

—Aléjese de mí – es lo único que digo.

—Ya entiendo los celos y el recelo de tu madre ante tu belleza – me dice, siento ganas de vomitar su acercamiento me perturba, tengo miedo de que mi cuerpo se paralice, ¿y si nadie vuelve a escucharme gritar? – no sé cómo he podido resistir tanto tiempo a tu encanto.

—Suélteme – digo con voz firme y él me sonríe.

—Eres como un cachorrito – su agarre en mi barbilla es fuerte – eres hermosa, Alexa, que mal que te encuentres tan mal de la cabeza.

—Voy a gritar.

—Y nadie hará nada, no importa cuantas veces grites, nadie va a venir por ti.

Nos quedamos en silencio, mi respiración es agitada, mis labios se abren con horror cuando él se abalanza sobre mí, el único sonido que hay a nuestro alrededor es cuando el cuchillo cae al suelo, mi cuerpo no reacciona, solo se queda allí, con los ojos cerrados espero lo peor.

—¡Alexa! – la voz agitada de Brad que resuena por el pasillo es como un coro de ángeles, él se interpone entre Gerald y yo, empujándolo – ¡váyase ahora! – le grita enojado mi amigo – hágalo por su propio bien.

—Al parecer no estas tan sola como pensabas – murmura él riéndose de mí – que tengas una feliz noche, hija mía.

—Iba a volver a pasar – murmuro y Brad me abraza – y otra vez no puede defenderme – digo con lastima, Brad me observa molesto – ¿Cómo te enteraste de que te necesitaba? – pregunto y no responde.

—Tranquila – me pide con voz tranquilizante, él busca mis llaves y me lleva a su hogar.

—No te encuentras sola estoy contigo.

A pesar de que muchas personas me abracen, nunca respondo a estos y hoy por primera vez correspondo a un abrazo de Brad. Que se queda paralizado, tenso ante mi abrazo. 


Hola, espero estén bien.

Nuevo capítulo espero lo disfruten.

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