
Capítulo 29: ¡feliz cumpleaños, Shania! Mamá vino a verte +18.
Capítulo 29: ¡feliz cumpleaños, Shania! Mamá vino a verte
Matt
—Si hubiera sabido que esto estaría tan... Brutal, hubiera llegado antes – dice Alexa, voy hasta la barra donde le pido una cerveza y coctel al barman, vuelvo al lugar donde deje a Alexa, ella se encuentra usando un pantalón negro ajustado, un top negro, la verdad nos tardamos dos horas mientras ella se terminaba de maquillar, también yo no ayudaba mucho haciéndole preguntas sobre su maquillaje, el resultado fue esplendido, Alexa tenía un maquillaje profesional que la hacia lucir salvaje, se había puesto una botas negras de tacón alto y por primera vez en mi vida la veo usar una coleta alta, me alegro de haber sido útil y haber hecho las ondas al final.
El resultado fue genial, tanto que casi quise quedarme en casa y follarla. Sin embargo, me controle, Alexa había gastado más de tres horas para verse perfecta, no era quien, para arruinar aquella maravillosa obra de arte frente a mí, que bebe su coctel sin alcohol haciendo muecas.
—Nunca pensé que esto se descontrolaría tanto – murmuro y Alexa asiente con la cabeza asombrada.
—Bueno, entonces ven y baila conmigo – me pide y me toma la mano – yo te guio.
—Confió en ti, para que me guíes en toda esta mierda – le digo y ella sonríe.
Alexa me toma la mano y me guía entre las personas, ella se toma el contenido de su coctel y yo me tomo mi cerveza, ambos dejamos los vasos en una pequeña mesa en la sala de estar de la casa de Shania, Alexa y yo no nos movemos, solo nos miramos a los ojos, no decimos nada, Alexa mordisquea su labio inferior, me inclino hasta alcanzar sus labios y uniendo sus labios con los míos la beso. Mientras nuestros labios se mueven, Alexa y yo comenzamos a movernos, Alexa y yo nos reímos mientras bailamos, la abrazo contra mi cuerpo, acaricio su trasero por encima de la tela de su pantalón.
—Te deseo, niña sucia – le digo y ella alza la mirada – ya no te ves tan inalcanzable e imposible de tener – comento y ella me mira con nerviosismo – cuando nos vimos por primera vez, para mí eras una diosa inalcanzable.
Ella comienza a negar con la cabeza, mientras se ríe de mi comentario, el sonido de la risa de Alexa para mí es una dulce melodía.
—Nunca he sido inalcanzable, soy algo que cualquier persona puede obtener – me responde y su cuerpo se tense.
—No, lo eras, Alexa todos esos chiquillos querían follarte, besarte, poseerte, llamarte suya y decirles a todos que eras de su propiedad, nunca le distes una oportunidad a ninguno, eras inalcanzable, cuando te hable por primera vez a pesar de lucir seguro estaba cagado de miedo que me mandaras a la mierda. Eres la chica más linda que he visto en mi vida – ella entreabre sus labios y jadea – para mí eres inalcanzable, hare lo que este en mis manos por protegerte y permanecer contigo para siempre, eres mía y a lo mío lo protejo con mi vida.
—Bésame – me pide y le cumplo el deseo.
***
Nunca pensé que a la fiesta de Shania vinieran tantas personas y fuera tan caótica, que me estuviera divirtiendo tanto, mis labios se encuentran enrojecidos porque Alexa y yo nos estábamos besando antes de que Candy se la llevara a bailar con ella. Alexa y yo éramos completamente independientes por eso ella podía irse con sus amigas y mi mis compañeras de trabajo, Candy, Alexa y Aisha lograron algo imposible que Shania bailara, Azul es la única que falta, su hijo Aaron se encuentra enfermo y ella viajo a visitarlo.
En estos momentos me aleje un poco del ruido, vine a sentarme al jardín cerca de las piscinas, saco un cigarrillo y fumo un rato, Dean que vino con Aisha se sienta a mi lado, Dean tiene su cabeza en mi hombro y nuestros brazos entrelazados, parecemos una pareja de enamorados, le doy la primera calada a mi cigarrillo, dejo salir el aire por la nariz, una de las asistentes a la fiesta se me queda viendo por un largo rato mientras fumo.
—Esa chica va a tener un orgasmo si sigues haciendo eso, Matthew – dice Dean y me río de su comentario. La chica comienza a caminar hacia nosotros con la idea de acercarse y niego con la cabeza.
—Tengo novia, es la castaña que está bailando encima de la barra de desayuno – le digo señalando a Alexa que se encuentra una distancia prudente.
—Puedes tener dos novias – dice ella con coquetería.
—No quiero otra, con la que tengo estoy bastante bien – le respondo y sigo en lo mío que es fumar.
—¿Y tú? – señala a Dean – podemos divertirnos.
—No soy plato de segunda mesa – dice Dean ofendido – o plato de consolación, sigue en lo tuyo de conquistar a algún idiota.
—Idiotas – dice ella y dejo salir el humo de mi boca, mientras ella camina enojada se choca con el pecho de una sudorosa Alexa que le da una mala mirada, Alexa llega hasta donde estamos y se sienta en la mitad entre Dean y yo me quita el cigarrillo de la mano y recostando su cabeza hacia atrás deja salir el humo de sus labios, Dean y yo observamos a Alexa fumar, dejar salir el humo por la nariz aquel simple gesto hace que abra la boca, suspire lentamente.
Alexa le da las últimas caladas al cigarrillo, apaga la colilla y la deja sobre la mesa, Alexa estirándose un poco me besa en los labios es un beso lento, húmedo, profundo, su lengua se enreda con la mía, mis labios se mueven con lentitud sobre los suyos, Alexa jadea cuando me separo de sus labios, mordisqueo su labio inferior, me da una sonrisa perezosa mientras mi lengua se desliza por la piel caliente de su cuello, Alexa jadea en mi oído.
Dean se ríe de lo que conversa con Candy, dejo de pensar en Dean o en cualquiera de los presentes esta noche, simplemente me concentro en darle un beso húmedo a mi novia, como puedo salgo del agarre de Dean y presiono mi mano en la mejilla de Alexa, profundizando el beso, haciendo que este sea más rápido, húmedo y arrebatado, Alexa enreda sus dedos en mis hebras de cabello, paso mi mano detrás de su nuca y la atraigo a mi cuerpo un poco más.
Estoy loco por ella, la deseo, necesito de mi novia, quiero tocarla, poseerla, escuchar sus gemidos. Al separarnos le dejo pequeños besos sobre su labios hinchados y carnosos, las uñas de Alexa se clavan en la piel de mi brazo, mis besos comienzan a descender hasta la piel sensible del cuello de Alexa dejo pequeños besos en el cuello de Alexa, chupo, succiono su piel, mordisqueo su piel dejando marcas sobre ella, Alexa enreda sus dedos en mi cabello, jalándome el cabello me obliga a levantar la cabeza, vuelvo a subir mis labios hasta los de ella, antes de unir mis labios con los suyos, los acaricio con mi pulgar.
Me quedo allí observando su rostro y el mundo se detiene a mi alrededor, dejo de escuchar la música, a las personas, solo me concentro en la mujer que tengo frente a mí, alejo mi pulgar de sus labios, tomando el vaso de ron que estaba tomando hace rato, mojo mi dedo y recorro con este su cuello, luego chupo, Alexa con descaro chupa mi dedo. Mi mano sigue presionando en la parte trasera de su nuca, sus labios se encuentran hinchados, sus mejillas sonrojadas y sus ojos cerrados, Alexa abre los ojos al ver sus ojos estos lucen fantásticos, tienen esa mirada salvaje, arrebatadora, apasionada y sus ojos en estos momentos tienen un destello de verde brillante. Alexa traga saliva cuando con mi mano libre toco la piel desnuda en medio de sus senos, sus pezones se encuentran endurecidos contra la fina tela de su blusa,
—¿Quieres que te tome aquí ante la mirada de nuestros amigos e invitados? – cuestiono y ella no responde – porque lo que menos quiero y deseo es que alguno de ellos vea a mi mujer retorcerse de placer.
—¿Qué quieres hacerme? – cuestiona poniendo su mano sobre mi muñeca.
—Sígueme y lo veras – digo poniéndome de pie, le tiendo la mano a Alexa, ella me toma la mano entendiendo la indirecta.
Mientras caminamos al interior de la casa en busca de una habitación, muerdo la comisura de mi labio inferior al ver su trasero y siento un fuego atravesar mis venas, la sangre me bombea rápidamente por mis venas hasta llegar a mi pene causando una dolorosa erección, mi pene se encuentra listo para ella. Me gusta Alexa, cada vez que estoy con ella mi corazón late con rapidez y mi vida parece ir mejor, deseo a mi novia, con Alexa tengo una química sexual asfixiante, quiero tener sexo de todas las formas posibles con mi novia, quiero hundirme en mi novia, abrazarla, besarla y escucharla gemir.
En todo el tiempo que he estado separado de Alexa, no podía dormir por desear estar a su lado, ella despierta en mi esas ganas sexuales que antes estaban dormidas, los sabemos lo activa que ha sido nuestra vida sexual luego de haber ido al cementerio esa mañana.
Mientras caminamos por la sala de estar de la casa de Shania donde se lleva una competencia de baile, observo a mi novia de reojo, ella luce hermosa, supongo que mientras bailaba más de un hombre se deleitó la vista con mi novia, que pesar de ellos que lo único que puedes hacer es admirarla de lejos, porque ellos simplemente pueden ver y no tocar. El maquillaje ahumado que se hizo ocasiona que el protagonista esta noche sea el gris de sus ojos, haciendo que tenga una mirada poderosa e indomable, al llegar al segundo piso, Alexa y yo entramos a la habitación de invitado de Shania, me alegro de que esta esté libre y le pongo seguro.
Alexa, se queda con la espalda pegada a la madera de la puerta, sonriendo y alzando mi brazo, poniendo mi mano encima de su cabeza, acercando mi rostro al suyo, nuestro aliento huele a cigarrillo y alcohol y nos da igual, sonriendo con coquetería y picardía, ante una Alexa que se encuentra con los labios entreabiertos y una mirada llena de expectativa.
─Niña sucia, tendré que empezar a replantearme de ahora en adelante a quien le debo rezar si a Dios o a ti, porque ahora mismo paso por un debate moral por la intensa necesidad que tengo de rezarte y ver si es real que haces milagros.
—Si llegaras a orarme o adorarme, estoy más que segura que iras al infierno. Porque no tengo nada parecido o igual a una entidad divina – dice acercando su rostro al mío – ya si quieres ir al infierno, hazlo, alábame y venérame.
—El infierno no parece mal lugar, si eres tú la que lo gobierna.
Ella se ríe, entendiendo el doble sentido de mis palabras, ella se gira y me encara, camino los pasos que me separan de ella y parece que el piso fuera lava porque este lugar está que arde, Alexa me da una sonrisa de superioridad. Para mí Alexa Wood es una diosa a la que debes venerar de rodillas por eso me arrodillo frente a ella dejando caer mis manos sobre mis muslos en señal de rendición, Alexa me da una pequeña sonrisa, sus ojos me observan con lujuria y deseo.
—Y aunque no crea en la iglesia, me atrae la idea de rezarte.
—Estas completamente loco – dice riéndose – primero soy inalcanzable y ahora una diosa. Que locura.
—Déjame venerarte de la manera correcta – ella se encorva un poco y acaricia mi barbilla con picardía y se acomoda de nuevo, dándome una pequeña risa.
La risa de Alexa se corta y la miro respirar profundo, mientras ella mira hacia otro lado. Se muerde el labio inferior y mira al cielo, mientras mis dedos se deslizan hasta el botón de su pantalón, ella no pone resistencia, no me dice nada, simplemente se mordisquea el labio inferior, mis dedos se presionan en sus caderas, suavemente tiro de sus pantalones, mis dedos dan suaves caricias en la cara interna de sus mulos, recorriendo su piel caliente, en mi recorrido con la punta de mis dedos los paso por la delicada tela de sus bragas negras y cuando mis dedos llegan a ese lugar húmedo y ansioso de mis caricias, ya no puedo detenerme.
Murmura mi nombre y un gemido escapa de sus labios, Alexa maldice y se mordisquea el labio, paso mi nariz por su coño, ella jadea quedando sin aliento, paso mis dedos por sus pequeñas bragas, toqueteándola, Alexa tira su cabeza hacia atrás, mientras sus dedos se enredan con fuerza en las hebras de mi cabello, estimulo su clítoris, su húmedas traspasa la tela de sus bragas, mojando mis dedos, los gemidos y jadeos de Alexa inundan la habitación de Shania, escucharla gemir causa que mi erección se presione con más fuerza sobre mi bóxer, escucharla maldecir y murmurar mi nombre es música para mis oídos.
Alexa se retuerce de placer, para sostenerse clava sus uñas en mis hombros, sus uñas arañan mi piel, ella cierra los ojos mientras mis dedos se mueven por mi piel, Alexa con manos temblorosas enreda sus dedos sobre las hebras de mi cabello, dándole suaves tirones, cuando alzo la mirada su boca tiene una forma de O y de ella escapan una cantidad de maldiciones, jadeos y gemidos, mis dedos se mueven rápido sobre la zona ocasionando que sus bragas se humedezcan aún más.
─Matt – Alexa gime mi nombre mientras con sus dedos se toca la punta de los pezones por encima de la tela de su blusa.
─Quiero...
─Pide lo que quieras, niña sucia – le digo, pasando la punta de mi nariz por su coño.
─No soy muy obediente – un gemido la detiene en medio camino su comentario.
─¿Qué decías niña sucia? – mientras mis dedos se mueven en círculos con rapidez, Alexa jala mi cabello con fuerza, muerde su labio inferior, mientras busca las palabras correctas para el momento.
—Follame, novio. Hazlo, soy tuya – dice pegando su espalda contra la puerta de la habitación.
Me levanto del suelo, me quedo mirando el rostro de Alexa, ella se mordisquea el labio inferior, sus pupilas se encuentran dilatadas, sus piernas se encuentran abiertas y su pantalón tirado a un lado en el suelo, Alexa me da una pequeña sonrisa, poniendo sus manos sobre mi abdomen, ella baja la mirada hasta mi erección latente. Acerco mi rostro al suyo.
Alexa une sus labios con los míos y ella me besa con posesividad, es un beso fuerte, apasionado, deseoso, caliente, levanto un poco la pierna derecha de Alexa haciendo que esta se enrede contra mi cadera, me acomodo de una manera que mi erección presione contra su centro, muevo suavemente mis caderas como si bailara una canción lenta, ella se aleja un poco y tirando su cabeza hacia atrás, dejando su cuello al descubierto del mío sus labios se abren mientras la escucho jadear, tomo su labio inferior, lo mordisqueo y lo succiono.
Examino su rostro las luces que vienen desde afuera hacen que el rostro de Alexa resplandezca en la oscuridad de la noche, su mirada hace que suspire, sus ojos grises no sé ven tan fríos como el hielo, en su mirada a cambiado algo, su mirada es cálida, vivaz, sonara loco, pero Alexa se ve humana, vulnerable, sus mejillas tienen ese rubor rojo que me prende, las pecas de su frente quedan al descubierto por el sudor que baja por su frente y se pierde en su cuello que tienen las marcas de mis dientes y pequeños morados por los chupones que hice sobre su piel.
Alexa pone su mano sobre mi cabeza y con la otra mano me indica que me hinque, hago lo que me pide como un obediente sumiso.
En estos momentos estoy en una burbuja de éxtasis y excitación como para pensar si esta bien o mal follarme a Alexa en la habitación de Shania. Lo único que me interesa en estos momentos es complacer a la mujer frente a mí, Alexa hace un puchero, me mira con una mirada llena de expectativa cuando nuestras miradas vuelven a conectare, paso mi lengua por mi labio inferior humedeciendo mi labio, Alexa todavía tiene las botas puestas, no recordaba la música que retumba por toda la casa silencia nuestro encuentro.
Le doy una pequeña sonrisa pícara, cargada de descaro a Alexa, cuando ella tira de sus bragas, quitándoselas estas caen a un lado con su pantalón, ella hace un movimiento para que me mueva, todavía de rodillas me arrastro un poco.
—Acuéstate sobre la alfombra, me siento muy cansada y quiero descansar sobre tu cara.
Ella es tan amable de empujarme contra el suelo, se posiciona a horcajadas de mí, ella pasa su mano por la tela de mi pantalón gimo al sentir en contacto de sus dedos contra mi pene.
—Hoy me permito tomar el mando, quiero que pongas las manos en alto – me pide y obedezco – vas a devorarme, pero no tocarme. Lo tienes prohibido.
—Sí, eso es lo que quieres, niña sucia, no soy nadie para negarte ese momento de gloria – ella abre la boca cuando hago un movimiento obsceno con mi lengua. Ella me da una pequeña sonrisa cargada con perversión, tomando mis muñecas con ambas manos las pone en alto en una señal de rendición, ella con agilidad posesiona su coño encima de mi boca, donde mi lengua recorre sus pliegues, Alexa jadea mientras sus uñas rasguñan mi piel.
La punta de mi lengua estimula, recorre su clítoris hinchado, expuesto para mí, la estimulo, chupo y lamo su coño húmedo, los chillidos y gemidos de Alexa son fuertes haciendo que retumben por toda la habitación, mientras recorro con mi lengua y devoró su coño, Alexa contiene la respiración por unos segundos su piel se eriza, ante el roce de mis labios, cuando alzo la mirada Alexa se está mordisqueando el labio inferior.
─Esto es real...
Cierro los ojos sigo moviendo mis labios y la punta de mi lengua de derecha a izquierda, subo y bajo, como si comiera el mejor de los dulces de toda la ciudad, lamo, chupo, succiono y mi pierdo en los sonidos que salen de la boca de Alexa mueve sus caderas en busca de su placer, codiciando más.
Ella libera una de mis manos, entre gemidos me dice que somo puedo usar dos dedos y introducirlos, hago lo que me pide, lentamente introduzco mis dedos en su interior, mis movimientos son rápidos y brutales, la escucho jadear, gritar mi nombre, susurrar y murmurar una cantidad de palabras que no logro entender. Ella se encuentra hablándome alemán.
¿Desde cuándo ella sabe hablar alemán?
Alexa pierde fuerza en sus manos, haciendo que su agarre contra mis muñecas se afloje y ella tira su espalda hacia atrás, haciendo que su cuerpo se encorve hacia que su cabello caiga sobre mi abdomen, mis manos se presionan sobre sus mulos, con mi lengua sigo haciendo mi recorrido por su coño, mis uñas se presionan con fuerza sobre su piel de sus caderas. Con Alexa me siento en el infierno lleno de placer, perversión y pecado, puedo sentir su dulce sabor sobre mi boca y cuando abro los ojos, Alexa se encuentra lloriqueando de placer, mientras mi lengua hace círculos sobre su clítoris, mis dedos entran y salen, junto con mis dedos y lengua la estimulo, la escucho respirar hondo, mientras maldice, mis dedos se mueven con agilidad, con los ojos puestos en sus ojos, veo la magia suceder.
Alexa se encorva, sus piernas se tensan, su piel se eriza y sus pezones se endurecen, sus manos se ponen blancas y repite mi nombre en diferentes ocasiones, hasta que un grito de satisfacción sale de sus labios y puedo sentir los efectos suceder sobre mis labios, mi lengua se mueve con mayor agilidad, su cuerpo se estremece y cuando un grito sale de su boca, mueve su cabeza hacia adelante golpeándose un poco con la parte delantera de la cama, ella se ríe un poco... Sin embargo, su risa no dura mucho esta se corta y su cabeza se mueve hacia atrás al igual que su espalda y cae, poco a poco en un orgasmo, en mis dedos y mi boca queda su humedad.
—Te quiero dentro, actor porno... Las manos arriba – me recuerda y obedezco.
Con esa simple orden, Alexa con agilidad me baja los pantalones y el bóxer, rápidamente hunde mi pene en su interior, tiro mi cabeza hacia atrás y jadeo su nombre, en estos momentos ella tiene el control en este maldito juego del placer, Alexa presiona sus uñas en mi espalda y hombros, muevo mis caderas de manera rápida y Alexa comienza a subir y bajar.
La música se opaca un poco por nuestros gemidos, jadeos y gritos de placer. Me molesta no poder tocarla o sentirla, Alexa presiona su mano sobre mi cuello, se sigue moviendo encima de mí, lleva sus labios hasta mi cuello lo mordisquea, gimo su nombre, mientras ella desliza su lengua por la piel de mi garganta y luego me muerde la barbilla, muevo mis caderas en un movimiento rápido, violento, la escucho gemir en mi oído, jadear mi nombre dejándose llevar por la pasión y la libertad del momento, el agarre de su mano sobre mi cuello no están fuerte como para estrangularme.
Mientras Alexa mueve sus caderas y zona pélvica con toda libertad, mi cuello se enrojece y mientras ella muerde la piel de mi cuello, me pierdo, no puedo pensar en nada más que Alexa y yo en estos momentos. Alexa vuelve a ponerse en la posición inicial, con las manos sobre mi pecho, ella sube y baja ocasionando que mi pene se hunda hasta el fondo en su interior, sus uñas se presionan sobre la piel de mi pecho, el sudor que se desliza por la frente de Alexa cae sobre mi cuerpo, sus mejillas se encuentran sonrojadas, el movimiento de mis caderas y las suyas se mueven en una caliente y dulce melodía, su coleta cae a un lado mientras ella se inclina hacia adelante, todo a nuestro alrededor arde y todo pasa a un segundo plano en estos momentos.
─Alexa... Wood... Eres un maldito demonio que ha venido a gobernar mi vida.
—¡Lo sé! – dice con la voz entre cortada, mientras me cabalga.
Nuestros movimientos no son lentos, este acto no tiene nada de romántico y puedo jurar que Alexa y yo en nuestros encuentros sexuales nunca hemos tenido la intención de ser románticos, lentos, dulces o de decirnos palabras lindas... Mierda nosotros somos pecadores.
No puedo resistirme y bajo mis manos, en un rápido movimiento, Alexa y yo cambiamos de posición poniendo a Alexa en cuatro, mi pene se entierra con fuerza en el interior de su vagina, mientras que con mi mano izquierda sostengo su coleta alta, jalándole el cabello, mientras con mi mano derecha permanece sobre su cadera. Ella chilla.
Ella se acomoda mejor estirando su culo hacia mí y poniendo sus manos en su espalda, abriéndose para mí, salgo y entro, con rapidez, la escucho jadear, gritar y con mis dedos estimulo su clítoris mientras la penetro... Alexa chilla, comienza a hablar en lo que parece ser alemán, no me dedico a pensar o preguntar cuando fue que ella aprendió alemán, sus pezones erectos, duros se presionan sobre mi piel, nuestros cuerpos se encuentran pegajosos, sudorosos,
─Actor porno... Yo...
Embisto con más fuerza, muevo mis caderas, ella muerde su labio inferior y cuando lo suelta comienzo a besarla, le doy un corto beso succionando su labio inferior con fuerza, luego mordisqueando la piel sensible de sus labios. Alexa murmura mi nombre y tomando su mano ella presiona sus dedos sobre los míos con fuerza.
En estos momentos soy expulsado del paraíso y caigo directamente en el infierno, donde una sexy demonia me espera para castigarme... me vengo dentro de ella, Alexa alcanza el punto máximo y ella y yo nos sumergimos en un intenso orgasmo, pasan los segundos, los minutos, mi cuerpo todavía unido al de Alexa, ninguno de los dos dice nada, solo nos miramos a los ojos, retándonos con la mirada. Alexa me da una pequeña palmada, saliendo de ella, la veo buscando su ropa y huyendo al baño a asearse.
***
Chase: Espera un momento, ¿Alexa conoce a familia de Cara? Maldita sea, ¿no les bastaba con una italiana en la familia? Bueno a la mierda, ustedes siempre hacen lo que les de la gana.
Matt: ¿Algo más hermano? Espero el tiendas el sarcasmo en mi mensaje, Chase no has pensado en dormir, es de madrugada y tú estás aquí jodiendo.
Chase: Tan gracioso como Chad, sí quiero algo más, que nos reunamos en Hera, el imbécil de Tony es muy relajado es momento de hablar del destino de nuestra familia y organización.
Ignoro su mensaje, no estoy ahora para las mierdas de nadie y me centro en salir de la casa de Shania con Alexa, que camina a pasos perezosos, ella parece estar en un sueño del que no soy nadie para sacarla, Dean nos informo que él se quedaría con Candy y Alexa solo grito "cliché con suerte" debe ser algo entre ellos, como el apodo de princesa de Disney, entiendo porque la llama así, Alexa si parece una princesa, por su elegancia y belleza descomunal digna de la realeza.
La fiesta de Shania ya había terminado, ya quedaban pocos invitados que estaban esperando quien los recogiera o estaban muy borrachos para conducir, Alexa y yo si había decidió irnos a casa a terminar lo nuestro, Alexa lleva puesta mi chaqueta porque parte de su blusa se desgarro cuando volví a tomarla en el baño de Shania, Alexa lucia muy satisfecha, su aspecto era muy interesante, sus ojos brillaban por la excitación, sus labios se encuentran hinchados, su cuello tenía las marcas de nuestro encuentro y ella caminaba un poco raro.
Salgo de mis pensamientos cuando Alexa se detiene de golpe y es allí donde soy consciente de que ella se encuentra aterrada y pocas veces sucede eso, Alexa retrocede unos pasos como si quisiera esconderse detrás de mí, un sollozo llama mi atención y es allí cuando por fin miro al frente, me encuentro con ella, mi peor pesadilla, Samantha O'Brien psicóloga y psicoterapeuta, la misma terapeuta que me atendió a mí y Alexa en su momento, la mujer que lucho con Clary por el amor y respeto de Richard, una de las razones por las que me fui y decidí abandonar la ciudad en un principio.
A pesar del asco por volver a verla de nuevo me pongo una máscara de indiferencia y me pongo delante de Alexa cuando ella clava su mirada en nosotros, tragando saliva ella camina apurada hasta nosotros dejando a Shania sola, alterada y llorando, ella a pesar de su estado camina detrás de ella, trago saliva y a pesar de la furia que atraviesa mi piel, me quedo allí protegiendo a Alexa que presiona con fuerza mi mano clavándome las uñas en la piel, Alexa ni siquiera puede hablar, trago saliva y la comprendo, Samantha en su principio tuvo el poder para determinar sobre el futuro de Alexa, ella la encerró, la declaro inestable y que debía ser encerrada bajo su diagnostico de mierda.
ella determino que no era normal que era inestable y que debía ser encerrada por su diagnóstico.
—Odette – dice con conmoción al ver a Alexa detrás de mí – cariño, ¿Cómo has estado? Me entere lo que paso con Hendrick y quería decirte que estoy aquí para apoyarte – dice con amabilidad – sabes que las puertas de mi consultorio siempre estarán abiertas para ti. Puedo ayudarte en lo que necesites.
Su mirada se conecta con mi mirada fría y dura, en estos momentos es el monstruo hablando por mí, ¿y si la mato? No seria la primera vez que presencio un asesinato.
—¿Y en que vas a ayudarla tú? – pregunto con asco – ¿Qué vas a decirle para que ella se sienta bien?
Y por fin la maldita mujer de ojos cafés que brillan con falsa amabilidad me observa a mí con interés como si fuera algo que quisiera descifrarme, su sonrisa se transforma en una mueca de asco, algún dulce que ella quisiera consumir, pongo mis manos en puños y mi cuerpo tiembla por la molestia, camino unos pasos al frente para enfrentarla, ella se ve tan pequeña y débil a mi lado que pudiera aplastarla con un solo movimiento, siento como Alexa sale detrás de mí y da un paso adelante, haciéndose frene a mí, como si me quisiera proteger, ella se cruza de brazos y a pesar del temor que le provoca Samantha ella la enfrenta.
—Soy su terapeuta, Matthew, claramente sé lo que necesita Alexa en estos momentos para calmarse.
—Una terapeuta sin ética que no tiene idea de lo que necesita su paciente – digo con acidez y cuando ella intenta tocar a Alexa, retrocede ante el rugido de mi voz dura – ¡no se atreva a ponerle una mano encima! – me acerco un poco a ella y susurrándole en la cara le dijo – no vas a querer correr el mismo destino que tu querido Richard, repito aleja tus sucias manos de ella – digo con una tranquilidad mortal.
Al final estoy dejando salir mi verdadero yo.
—¿Estas bien? – le pregunta Alexa a Shania y ella solo observa a Samantha.
—¿Por qué volviste? ¿Por qué lo haces ahora? – le pregunta a Shania con sentimiento.
—Porque me necesitas – es la única respuesta de la cínica de Samantha mientras se despeina el cabello con desesperación.
—Nadie te necesita, Samantha – dice Alexa enojada – ni Shania, Azul, Aisha o yo te necesitamos.
—Necesitan de mí para ser curadas – dice con una voz autoritaria y conciliadora – me necesitan para ser normales.
—No, Matt tiene razón eres una psiquiatra sin ética, moral o escrúpulos que no mereces tener esa maldita licencia o tener el poder que te dieron para determinar lo que está bien o la en la vida de las personas.
—Necesitas ayuda, permite que vuelva a tratarte – le dice con voz compasiva.
—No te me acerques, que no respondo – dice Alexa con voz mortal, tan fría como el mismo hielo – Samantha la única que necesita ayuda eres tú, no puedes ir por la vida pensando que tienes el control sobre los demás, no puedes seguir lastimándonos a tu antojo.
Alexa hace algo que me sorprende un poco, le extiende la mano a Shania, lo asombroso es que Shania la toma en señal de apoyo, aferrándose a ella.
—Tú hija y rata de laboratorio ya no te necesita – respondo y Shania jadea al darse de cuenta que yo lo sé su secreto, Alexa no dice nada, ella también ya conocía ese detalle.
—No mereces ser llamada, Madre, Samantha. Tú y Richard son un asco de seres humanos y espero algún día recibas su castigo – le dice Alexa e intenta pasarla.
—¿Vas a matarme? – pregunta con humor – Shania, ven acá ahora, cariño, ven con mamá – dice abriendo los brazos a la espera que su hija la abrace – estas son la clase de persona que te hacen daño y debo protegerte de ellos.
—Madre, por favor no me hagas esto... No te hagas esto... No puedo volver – dice sollozando.
—Soy tu madre, ven aquí – dice y sus ojos se llenan de lágrimas – ven con mamá, pequeñita.
—Que asco – digo con una mueca.
—No te hagas esto, mamá. Por favor, no lo hagas.
—Mamá es la única que va a protegerte del mundo.
—Nunca lo hiciste – le recuerda afligida – nunca me has protegido – dice y mirando a Alexa le da una pequeña sonrisa – es mi vida, solo mía.
—¡Odette! – dice alterada y cuando intenta lanzarse en contra, Alexa con un rápido movimiento la inmoviliza y la lanza al suelo – ¡no vas a quitarme a mi hija! – grita enojada – ¡no vas a volver a quitarme otro hijo! – grita desconcertada mientras llora en el suelo.
Y Alexa riéndose camina hasta donde Samantha esta hincada en el suelo, suplicante, ella llora con los brazos abiertos esperando que su hija la abrace, Alexa mueve su cabeza de un lado al otro viendo si viene alguien, sonriéndole con superioridad levanta su pierna derecha y dándole una patada en la cara. El único sonido que se escucha es el jadeo sorprendido de Shania por lo que Alexa hizo, pasan una fracción de segundos cuando Samantha comienza a gritar de dolor.
Alexa acaba de romper su nariz y estoy seguro de que alguno de sus dientes por el peso de la plantilla de sus botas estilo militar con tacón, Samantha se retuerce de dolor en el suelo, lágrimas y sangre se juntan, los gritos de dolor de Samantha son un placer para mis oídos. La risa maldadosa de Alexa silencia su dolor.
—Shania, ve con Blake – le pido y ella hace lo que le ordeno.
—Qué triste y trágico que fueras la primera en quedarte sola – le dice Alexa con los brazos cruzados – ese golpe es poco para lo que mereces, maldita perra pretenciosa, ya no tengo nueve años, ya no soy una niña, maldita bruja asquerosa – dice y poniéndose de rodillas para estar al igual que ella se vuelve a reír –. Y si Samantha mi plan era quitarte también a tu única hija a la que has manipulado toda la vida. Que mal que Shania ya no sea tu ratita de laboratorio.
Alexa se levanta del suelo y tomando su mano, ignorando sus suplicas volvemos a caminar en dirección a nuestro auto. No le digo nada a Alexa, la conversación que debo tener es con Shania y ahora por fin entiendo su extraño comportamiento.
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