Capítulo 28: obsesiones mortales y bebés.
Capítulo 28: obsesiones mortales y bebés.
Matt
1 de julio de 2017
En la madrugada del primero de julio, a vísperas de la gran fiesta de cumpleaños de Shania, Alexa y yo nos encontrábamos encerrados en la oficina de mi apartamento, revisando toda la información que he recolectado sobre Corina estos meses, alguno de esos datos me los dio un amigo que trabajo en la estación de la policía donde interrogaron a su madre la cual se quedó con la patria potestad de su nieto. He intentado reunirme con la mujer, pero ella simplemente no quiere hablar de su hija y aquello que la llevo a tomar aquella trágica decisión.
La ayuda de Collins ha sido extraña para Alexa y para mí, como de la nada decidió sumarse en esto, tengo mis ojos puestos en él. Collins ayer le envío una carpeta encriptada a Alexa llena de información de Ellen. Lo extraño es que la novia de Collins fuera un comodín que nadie tenía previsto, también como le prometí a Alexa ese día en el cementerio, le di la información sobre Charlie que tanto necesitaba. Ahora Alexa se encuentra leyendo esos documentos mientras se mordisquea el labio con nerviosismo mientras lee la información que he recolectado sobre su prima.
—Tu prima murió, Alexa, la autopsia lo comprueba – le digo con voz tranquila – la causa de muerte fue por asfixia y un traumatismo en la parte derecha de su cabeza – digo y ella asiente con la cabeza, pensativa, leyendo el informe del forense.
—Tenía una esperanza que de ella, tal vez, estuviera viva – dice en un susurro.
—Pero no es así – digo con pesar – Charlie se fue y no va a regresar, esta persona está jugando con ustedes, con su cordura. No le permitas entrar a tu mente.
—Eso hago, pero todo están raro.
Murmura y se queda en silencio, ella lo único que hace es servirse un poco de vino y beber, vuelvo a concentrarme en la computadora de Corina Lewis, computadora que tengo en mi poder gracias a Collins Vara, al principio Collins fue grosero, casi no me entrega el maldito aparato cuando vio que Alexa no se encontraba sola el día de su reunión, él alegó que yo pondría en riesgo todo, rodee los ojos, lo que me sorprendió es que a pesar de la rabia prometió entregarnos más información.
—No confió en Collins – le digo a Alexa y ella asiente con la cabeza.
—Yo tampoco. Pero debemos agradecerle por la información, yo sabía que la familia estaba siendo investigada por los federales y un grupo de periodistas, intente reunirme con ellos, pero no aceptaron reunirse conmigo – dice con desánimo.
—¿Cómo empezó la cacería de bruja en contra de los Lee? – cuestiono, sabiendo ya la respuesta.
—Bueno, todo empezó por una denuncia anónima y un vídeo que ya bajaron de las redes, donde informaban que la familia Lee tenía prácticas ilegales y delictivas que afectaban la vida humana, ellos fueron acusados de envenenamiento involuntario, por uno de los participantes en la creación de un medicamento experimental para una enfermedad autoinmune, intente buscar a quien subió el vídeo a las redes, ni Wes, ni yo pudimos encontrarlo.
—¿Qué paso después?
—Ninguno de los participantes que sobrevivieron se atrevieron a denunciarlos, Rick, mi tío me dijo que se había encargado de ellos. Esos informes se perdieron, Cassie la asistente se los robo. Al ser una experimental y sin supervisión no hubo registro de los participantes.
—Voy a presionar y amenazar a Collins para que se agilice y traiga los documentos, carpetas y todo lo que necesitamos – le digo a Alexa –, porque si una de ellas conocía a lo que realmente se dedicaba tu familia, ellas mismas sentenciaron su causa de muerte.
—¿Por qué ella no quiso hablar conmigo o con Dalton? Cuando se lo ofrecimos, yo no la conocía, pero si se hubiera reunido conmigo esto sería diferente.
—Ella no era una chica tonta. Ella siempre hablaba con bases y argumentos sólidos, le gustaba presionar a las personas a las que investigaba.
—En los vídeos sobre la obtención ilegal de la licitación, ella, fue muy ruda con sus preguntas – me responde.
—Ellen no era tonta, claramente iba a reunirse con uno de ustedes, el problema aquí es con quién lo hizo.
—Pobre chica – susurra Alexa – ella misma pudo evitar esto.
—Podía, pero no lo hizo, escucha Alexa. No tienes muy buena fama, si ella y Corina eran amigas, no iba a decirle a Ellen que eras una santa, también no olvides que humillaste a su prometido frente a todo el colegio.
Ella no responde y se queda pensando. Mientras me concentro en la computadora de Corina. Que tiene mucha información personal de Alexa, ella se encontraba compartiendo correos constantemente sobre Alexa, es como si fuera su tema favorito de conversación, le compartía fotos, datos de entrada y salida de Alexa, sus amigos cercanos, se burlaba de Alexa y su ataque en el centro deportivo.
—Escucha esto – le digo a Alexa que está concentrada leyendo el informe de la autopsia de su prima, alza la mirada – ella es una diosa, camina por el mundo como si fuera inocente y no fuera culpable de nada, ¿Cómo lo hace? Se lo escribió Corina a Stone, el 20 de febrero de este año, hay muchos más correos entre ellos, la ubicación de Stone era desde Irlanda, aunque él siempre se estaba moviendo – le contesto – es interesante, que una persona a kilómetros de distancia quisiera lastimarte – le informo y ella asiente con la cabeza, sigue en lo suyo, luego de cuarenta minutos consigo una fotografía de Elle King.
—Hay mucha gente obsesionada conmigo, tal vez ellos deberían buscar que hacer con su vida y dejarme en paz de una vez por toda – dice con arrogancia, le doy una pequeña sonrisa perezosa al verla.
—Esta es Ellen, ¿alguna vez la habías visto en persona? – le enseño una foto y ella jadea.
—Es la periodista que me abordo en la entrada de Hera y me llamo Odette Lee.
—Corina tuvo que decirle tu nombre, nadie te relaciona con los Lee, realmente es muy difícil pensar que eres parte de esa familia – le digo – tu parentesco físico es mínimo con ellos.
Es cierto son contadas las personas que conocen el verdadero nombre de Alexa, ella se encargó de crearse un nombre, de destruir toda relación que tenía con los Lee, a pesar de que Alexa fuera la hija del todopoderoso Richard Lee, siempre se mantuvo relegada y en la sombra, cada vez que podía se abstenía a ir a los eventos sociales, a los que iba ella se mantenía alejada de Belén, Charlie y Andrew, ella siempre conversaba con los otros invitados, Alexa evita las cámaras, manejaba muy bien el público y evitaba dar respuesta comprometedora a los chismosos, evitaba los problemas en la escuela para que sus padres jamás tuvieran que asistir y evadía a los rumores o chismes. Para todos Alexa es una ex patinadora. Un enigma y una mentira, sin ningún lazo siniestros con aquella perversa familia.
Bostezo y me lleno de orgullo al haber desbloqueado la primera carpeta encriptada que Corina tenía mis músculos se comprimen al ver la primera fotografía, la bilis amenaza con subir por mi garganta, observo a Alexa, ella se acerca a mí, su mirada por primera vez tiene una emoción y es vergüenza, ella palidece y se tensa. Al verse en aquel estado. Y recuerdo un mensaje que Corina le envió a Stone.
"Tal vez ella se raspo las rodillas para llegar a donde se encuentra en estos momentos"
En la primera fotografía Alexa se encuentra completamente perdida por las drogas, sus ojos se encuentran entrecerrados, sus pupilas están dilatadas, sus manos se presionan en puños y sus labios rojos abiertos, su maquillaje se encuentra corrido, su labial se encuentra regado por su barbilla y mejillas, ella se encontraba sentada en un sofá blanco en medio de una fiesta con el cabello revuelto. El deterioro físico en Alexa hace que mis manos tiemblen, se encuentra tan flaca que el vestido ajustado le queda holgado, hay marca de dedos en su cuello, moretones en sus brazos y piernas... En esos momentos ella se encontraba perdida.
—Quiero vomitar – dice al verse y no puedo hablar. Como puedo quito la fotografía, las otras fotos son de cosas cotidianas de Alexa, ella yendo de copras en distintas tiendas, en salida con sus amigos, citas con Liam, de la propuesta de matrimonio, recibos de las compras de Alexa, ella entrando o saliendo de su edificio, fotografías con Dean, Aisha y Brad, de vacaciones, eventos sociales, fotos de Alexa en el campus de la universidad en Londres.
Y esos sentimientos que me había negado a sentir, explotan en mi interior y me alegro de que hayas muerto Corina, al parecer te merecías ese triste final, aunque no soy nadie en el mundo para decidir sobre el destino de las personas, te lo mereces. Las basuras como ella solo merecen un destino y al parecer ella lo labro solita. Cada fotografía me provoca dolor de estómago, toda esta mierda sobre pasa los límites, esto cruza la línea de lo enfermizo. Cierro los ojos con fuerza, no sé en que momento comienzo a despeinar mi cabello por la desesperación, si Corina obtuvo estas fotografías, cualquiera puede tenerlas en estos momentos.
—Lo siento, lo que menos quería es que vieras fotografías mías en ese estado – me dice Alexa con la voz en un hilo y hago lo único que puedo hacer en estos momentos, abrazarla – estoy bien, Matt – me dice con voz fuerte y segura – siempre estoy bien, no te preocupes por mí.
—Ni...
—Te dije que era una acosadora que tenía mucho tiempo libre para investigar cada detalle de mi vida – dice se aleja de mis brazos– no quería que me vieras en ese estado – murmuro en voz baja cambiando de tema – entiendo tus emociones, comprendo el rechazo, no me encontraba bien, estaba sucia, drogada y demacrada, es normal esa sensación de asco.
—Alex...
—¡Espérate! – dice mirando a la pantalla, Alexa jadea y retrocede unos pasos por el asombro que le causa ver un video, reproduzco el video donde ella se encuentra de espalda, pero se alcanza a percibir su perfil izquierdo mientras habla con una molesta Ellen King a fuera de una casa donde se organiza una fiesta, Ellen le grita.
—¡Vete ahora mismo, Alexa Wood! Yo no soy Collins que cree o confía en ti, no soy tan tonta, como para caer en tus intentos de silenciarme, sé que nada bueno puede venir de un Lee, es mejor que salgas de aquí, antes de que le grite al mundo entero que eres Odette Lee.
Mi corazón late con fuerza al darme de cuenta que ella se encuentra diciéndome mentiras, porque al parecer, Alexa no se topó con Ellen por primera vez en Hera sino antes. El aire entre nosotros se pone tenso e incómodo, ella no dice nada y yo no quiero hacer falsas acusaciones en contra de Alexa, solo me preocupo, Alexa tiene amnesia, consumió una cantidad inusual de drogas mientras crecía. Creer en su palabra en estos momentos no es muy verídico, pero aquí estoy esperando su versión, sin importar que sea verdad o mentira. Simplemente quiero escucharla.
—¿Dónde diablos tomaron ese vídeo? – pregunta preocupada.
—Dame un momento – le digo y comienzo a buscar la ubicación de la fotografía, me tardo aproximadamente diez minutos en mi búsqueda – Carolina del Norte – le doy el barrio y el número de la casa – la casa esta a nombre de Linda Rojo.
—Nunca he viajado a Carolina del norte – dice Alexa y ambos nos quedamos detallando la imagen por demasiado tiempo – y jamás he usado ropa de Carolina Herrera.
—¿Ah?
—Esa blusa es de una temporada pasada de Carolina Herrera, jamás he usado ese tipo de ropa, para la fecha donde tomaron ese vídeo estaba en Lisboa en Portugal, puedes preguntarle a Aisha estábamos juntas.
—Alexa esto es demasiado grave – le digo mientras ella retuerce sus manos con fuerza – alguien en estos momentos se encuentra suplantando tu identidad, metiéndote en serios problemas, niña sucia, ¿Alexa para ese tiempo ya estabas desintoxicada? – cuestiono irritado.
Ella entrecierra un poco los ojos y respirando hondo, me responde.
—Lo estaba, por eso fui a Lisboa a celebrar, nunca conocí a Ellen King, ¿y para qué? – me pregunta molesta – nunca me ha importado Collins hasta ahora.
Y eso es cierto, Alexa es muy desinteresada como para mantener contacto con otra persona y menos con Collins... Entonces.
—Esto puede ser obra de cualquiera, Matt, de la misma persona que estaba vendiendo información sobre mí a los enemigos de los Falcone, culpa de mi familia o de cualquier persona a la que le moleste mi existencia como a Corina o Ellen – dice con voz llena de enojo – necesito descubrir quien es Stone revelar que quiere conmigo, ¿Por qué buscar a Corina? ¿para que me tomaba esas fotografías? Esto es muy extraño, Matt – dice y sonriendo con cinismo, resopla – todos estos hijos de puta quieren mi cabeza, pero no se las voy a dar. Ellos no van a tener el lujo de matar a Alexa Wood.
—Tu familia también puede estar implicada en todo esto, a ellos son los que más les conviene mantener sus secretos fuera del ojo público, Ellen King no serian la primera persona que mataran o desaparecieran por averiguar sobre ellos y la compañía farmacéutica, lo que menos quieren los Lee es ser desenmascarados o estar en el ojo público – le recuerdo.
—Mi familia haría cualquier cosa por seguir siendo intachable – secunda mis palabras.
—En mi parecer Corina enveneno a Ellen en tu contra, con todo lo que paso con Collins y contigo en el pasado, para que ella no se atreviera acercarse a ti y hacer sus propias averiguaciones y sacar sus conclusiones sobre ti. Luego la persona del video se acerco a ella esa noche para amenazarla o pedir que se detuviera, porque estaba arruinando su compañía, confirmando las palabras de Corina, que eras peligrosa – digo – luego para demostrarte que ella no tenia miedo te busco esa noche en Hera, ya que esta fiesta se llevo acabo tres meses antes de su primer encuentro. El problema aquí es que ella y Corina fueron silenciadas.
—Y para colmo de mis desgracias, la última persona que las vio con vida fui yo – se señala con enojo y gruñe furiosa – malditos sean los Lee – los maldice y vuelve a reproducir el vídeo.
—Alexa tienes suerte que sus casos se esclarecieran como suicidios o niña sucia, serias la única sospechosa de homicidio. Ahora soy yo quien quiere hacerte unas preguntas.
—Pregunta lo que quieras – dice rindiéndose, sentándose en la silla frente a la mía.
—¿Qué le hiciste a Corina para que te odiara tanto?
—Ser exitosa – responde con obviedad – tal vez fui un poco odiosa con ella cuando me robo mi libro, la humille un poco y compre la editorial, luego la despedí – contesta abro la boca asombrado – la demande, solo eso.
—¿Ustedes fueron amigas? Ella le decía eso a Stone.
—Éramos colega y me agradaba – me contesta – no era mi amiga.
Respiro hondo y hago la última pregunta.
—Quiero que seas sincera, sin mentiras, sin engaños, sin verdades a medias, dime ¿Qué paso esa noche entre Corina y tú? No soy tonto, Tony e Italia limpiaron el lugar para que nadie te incriminara en su fatídico desenlace.
Alexa se queda en silencio por mucho tiempo analizando mis palabras, ella gira la pantalla de la computadora, observa a cada persona dentro del video, escaneando sus rostros, intentando descifrar su papel dentro de aquella discusión, estudiando sus pecados, sus mentiras, sus engaños, conociendo a la farsante.
La mujer luce exactamente a Alexa, es alta, usa tacones, tiene el cabello castaño y largo, lo único que las diferencia es el tipo de ropa que usan, sus tacones no son tan altos como los que Alexa suele usar, su vestimenta es viva y Alexa en la mayoría de las ocasiones opta por vestir de negro. Si conocieras a Alexa sabrías que es un impostor. Sin embargo, ellas no conocen a Alexa lo suficiente para saber eso.
—Dime la verdad, niña sucia para poder descifrar el enigma que cubre la muerte de Corina.
—Matt, ella y yo tuvimos una discusión, ella empezó a provocarme y lo logro, no pude controlarme, me alteré, perdí el control, la empuje y ella se torció el tobillo. Para poder remediar mi error baje a la barra a pedir hielo y auxiliarla – me contesta con voz angelical –, cuando intente abrir la puerta esta no abrió, lo único que recibí de su parte fue un grito de odio diciéndome que iba a demandarme.
—Entonces ella no abrió la puerta, prefiero rechazar tu ayuda antes de permitir que la auxiliaras.
—Exactamente – dice pensativa.
—¿En tu apuro viste a alguien subir?
—No, la mayoría de las personas evitan ir a la azotea en Hera, ya sabes quienes suelen ir a Hera, no arriesgarían su vida así.
—Es muy raro, ya que, si ella se encontraba mal herida, ¿Por qué no permitir que la ayudaras?
—Estaba muy ebria, no podía mantenerse en pie – me recuerda – también he pensado que ella intento buscar ayuda en las personas que iban pasando y luego se cayó al vacío. Recuerdo que la puerta estaba trabada.
—Y para conveniencia de todos en Hera no se aceptan celulares.
—No quiero sacar conclusiones antes de tiempo, ¿ella te comento algo sobre su pareja o su familia? – digo abriendo la carpeta con la información de Corina – ella estaba en muchas app de citas, pero al parecer no hizo Match con ningún hombre.
—No, ni siquiera me hablaba de su madre, cuando salió embarazada nos asombramos demasiado, para esa fecha ya éramos enemigas.
—Que rara mujer – digo cambiando de foto para ver una fotografía de Alexa corriendo en el parque.
—Te lo dije, ella se encontraba obsesionada conmigo, sus celos profesionales casi ponen en peligro mi vida, Matt ¿y si Kaidan fue su informante? Y si no es un chiquillo como piensas, tal vez él sea el padre del bebé de Corina y su aliado – me dice y niego con la cabeza, mientras le rozo el cuello con la punta de la nariz.
—Deja de suponer cosas, Alexa. Kaidan no sé ve como el tipo de chico que saldría con Corina.
—¿Por qué lo defiendes tanto? Es un desconocido, estas empatizando con un posible agresor y asesino – me recuerda –. No crees un vinculo con ese chico y no te veas reflejado en él – me pide angustiada.
Y evitando su mirada, respondo a su pregunta.
—Tienes razón, Kaidan me recuerda a mí cuando era joven, motivado por sus objetivos e ideales. Lo que he logrado hablar con él, es un chico asustado, lleno de inseguridades y miedos que quiere llegar a un fin.
—¿Y ese fin es mi destrucción?
—No, Alexa. Él no quiere tu destrucción, déjame seguir comunicándome con él – me pide.
—M...
—Alexa, él no nos dijo su nombre para ponernos en peligro, lo hizo para ayudarnos, Alexa. créeme – le suplico.
—Te creo, de la misma manera que tú haces el esfuerzo de confiar en la veracidad de mi palabra – dice resignada, rascándose el brazo derecho donde ella tiene una cortada lo bastante grande que se hizo en su viaje a Londres.
—No es que no crea en ti.
—Solo te cuesta asimilar que no soy un monstruo, no sé cuántas veces debo decirlo, pero no tire a Corina de la azotea, soy inocente de ese crimen y antes de que menciones a los Falcone, ellos tienen cosas mucho más interesantes que hacer que matar a una escritora.
Dice con voz molesta y herida, respiro hondo y me pongo de pie al igual que ella.
—Esto no es solo por Corina, también es Loreta y Ellen, ¿Cuáles son tus planes con la compañía? ¿Qué vamos a hacer con ella?
Alexa me observa herida, pero de todos modos no dice nada, ella no me muestra sus sentimientos, su mirada se endurece, chasqueando su lengua contra su paladar, me encara y señalándome con el dedo me dice.
—¿Cuál es el plan de tus hermanos? Porque si vas a juzgarme, también deberías juzgarlos a ellos porque has donde sé Tony quiere quedarse con el negocio familiar, recuerdo muy bien que el dueño de la red de trafico de personas es tu padre – me recuerda y elevando la voz me dice – porque son ustedes los Coleman los que secuestran a esas chicas y las entregan a los Lee.
—No estoy hablando de eso ahora, estoy hablando de ti, ¡quiero salvarte, Alexa! – digo entre dientes, mi mandíbula se tensa y Alexa se ríe de mí.
—¡Oh claro! – exclama con ironía –. Ignoremos a tus padres y la culpabilidad de tu familia, porque ustedes son los santos y yo la pecadora, me estas señalando igual que todos – confiesa con voz herida –. También tengo una cantidad de cosas que sacarte en cara y juzgarte, pero no lo hago, ¿sabes por qué? Porque confió en ti.
—Alexa has pasado tu vida entera diciendo mentiras, engañando a las personas a tu alrededor, eres...
—Igual a ellos, sí y no voy a negarlo.
—No quiero decir eso – gruño – Alexa no quiero perderte, no de nuevo.
—Esta vez no recibas una bala por mí, por favor.
Con esas simples palabras sale de la oficina, cerrando la puerta de un puertazo
***
2 de julio de 2017.
Alexa y yo habíamos decidido ir a la fiesta de Shania a pesar del agotamiento mental y el cansancio físico, ayer antes de irnos a dormir me disculpe con ella por mi desconfianza, ella a duras penas acepto mis disculpas, por eso luego de dormir dos horas, luego irme atendes algunos asuntos de trabajo, Alexa decidió irse a la playa, ella necesitaba alejarse de mí, pensar y despejarse. Hoy no ha sido un buen día, Alexa, Odette como quieran llamarla era fría, distante, estaba sumergida en sus pensamientos, aunque quería quedarme con ella y apoyarla ella me alejaba con su indiferencia, cuando volví a casa la encontré en la playa mirando al mar.
Hay tantas piezas que encajar, tanta oscuridad en Alexa y en mí que hemos hecho lo imposible por no dejarnos consumir por ella. Me puse a pensar en todas las cosas que Alexa y yo perdimos, me vi obligado a vivir en una farsa, Alexa no tuvo muchas cosas entre ellas una infancia normal, no pudo vivir una adolescencia sin temor a ser lastimada. Ahora entiendo porque Alexa siempre huía, era su único modo de supervivencia. Seamos sinceros ella no tuvo nada bueno mientras crecía.
Nada de lo que hice valió la pena, Alexa nunca fue libre.
No me aterra la oscuridad en la mirada de Alexa, no me sorprenden sus acciones, creo que ella puede ser peor si se lo propone. Desde que la conozco he tenido conocimiento que Alexa no es una buena persona o bondadosa. Sin embargo, ella se merece una segunda oportunidad para empezar de nuevo. Me hubiera encantado haber llegado antes, salvarla a tiempo antes de que todo se fuera a la mierda.
Respiro hondo. En busca de reconciliarme con Alexa la invite almorzar. Alexa no estaba allí, su mente estaba en cualquier lugar, menos en el restaurante, al llegar a casa y para recompensar su falta de atención en la comida puso una película a la que ninguno de los dos le está prestando atención.
Cuando mi celular suena, lo tomo rápidamente es mi madre y al contestar la videollamada, algo cambia en mí al ver los ojos verdes y brillantes de Alaia, los cuales se achinan cuando ella me da una dulce sonrisa, ¿Qué hace Alaia con mi madre hoy? Me olvido de eso cuando Alaia grita de alegría y me lanza un beso.
—Hola, papi, ¿ya te olvidaste de mí? – pregunta con vocecita pensativa – espero que no lo hayas hecho, me enojaría mucho.
Le doy una pequeña sonrisa, escucharla hablar, ver sus ojos y su sonrisa hace que en estos momentos todo lo que me estresa, me abruma y molesta pase a segundo plano, me concentro en ella, simplemente en ella, su sonrisa traviesa y la inocencia de su mirada.
—Nunca me olvidaría de ti, pequeña – le digo, Alexa a mí lado sonríe, poniendo su cabeza sobre mi hombro y alzando la mano saluda a Alaia, de verdad que ninguno ha hecho mucho esfuerzo por salir de casa, no nos encontrábamos con ganas de ir a fiestas – ¿Cómo te encuentras? ¿Qué haces con la abuela? ¿Quién te llevo?
Mi relación con Alaia es muy buena y divertida. Todo se debe que los dos primeros años de su vida ella y yo estábamos solos, Emily había huido con un guitarrista, dejado Alaia en mi casa con la excusa de ir a visitar a su prima. En un principio no iba a perdonarla, pero lo hice por Alaia, que desde muy pequeña ha sido muy lista, prácticamente le di la oportunidad a Emily de crear su vínculo con Alaia como yo lo hice con ella. Lo mismo que me encuentro haciendo con Alexa.
Tener a Alaia en ese tiempo fue una locura y mi madre no lo hacía fácil siempre que iba a verme me decía que debía entregar a Alaia a su familia materna o la diera en adopción, que la niña era un simple estorbo en mi vida, ya que la madre de Emily se encontraba bastante interesada en la crianza de Alaia, tener su patria potestad y podíamos sacar dinero de ese amor de abuela.
Jamás le entregaría mi hija a otra persona. Cuando la mujer quiso amenazarme, hice lo que mejor sabia hacer, usar sus secretos y engaños en su contra. Eso era lo que estaba acostumbrado hacer, lo hice por Gerald, lo he hecho por Alexa y también lo haría por Alaia.
Emily no es la mejor madre, pero no es mala, cuida y ama a Alaia a pesar de que a veces sus prioridades se distorsionan, por eso sus padres no confían en ella, también Emily esta acostumbrada a enamorarse de los peores hombres, en los dos años que lleva presente en la vida de Alaia se ha enamorado de tres hombres diferentes, ninguno de ellos vivió o convivio con Alaia, porque ella y yo vivamos juntos, ninguna de esas tres relaciones funcionó, ella siempre era la que perdía todo por ellos. Y es una lástima que Em nunca haya sido correspondida.
Extraño el tiempo que éramos Alaia y yo contra el mundo.
—Estoy bien, gracias por preguntar – me dice con amabilidad – también te extraño, papi y a Ale – dice rodando los ojos – ahora responderé a tus preguntas, me trajo mi mamá porque tenia que salir, estoy aquí desde ayer – contesta y tomando una galleta me mira con seriedad – ahora hablemos de lo importante, tuve un sueño.
Y no me sorprende, eso es típico de Emily y aunque hemos discutido mucho por el tema de dejar a Alaia con sus amigas que me llaman a la media hora, para que la recoja, con su hermana adolescente que se queja o con Alexa, sigo dejando que convivan por el bien de Alaia. Alaia la quiere por eso siempre la perdona, es su madre y la ama. Entrecierro mis ojos, Alaia se ríe al ver que mi mandíbula se pone tensa, Alaia me da una sonrisa pícara y divertida al recordar su sueño.
—Aquí vamos de nuevo – me quejo.
Los sueños Alaia no tienen ningún sentido.
—¿Son muy malo sus sueños? – pregunta Alexa arrugando su frente mientras ve el televisor, acaricio su cabello castaño.
—Sus sueños a parte de malos, son confusos, extraños y ella busca una forma de interpretarlos – le respondo en un susurro – cuéntame tu sueño, Alaia.
—Dile a Ale que me visite cuando lleguen – me pide y Alexa asiente con la cabeza – bueno como decía, no quiero olvidarme de nada, estábamos, Ale, mami, tú y yo en una isla – comienza.
—¡Dios! esto se va a poner realmente bueno – dice Alexa con humor y antes de que diga algo fuera de lugar pongo mi mano encima de sus labios – tendré que llamar a Dean y contarle esto – dice luego de un rato.
—Y aparecía Arya – uno de los personajes de los cuentos de Alexa – ella tenía un bebé de ojos grises como los de Ale – me comenta ella y Alexa se atraganta con su saliva– con pequeños destellos de verde, sus ojos eran muy bonitos, bueno sigo estábamos en la isla, Arya me dio el bebé para que lo protegiera, ella nunca volvió, luego estábamos en un supermercado corriendo porque había extraterrestres – dice y Alexa suelta una carcajada, es la primera vez que escuchaba una carcajada de parte de ella, su risa al igual que su sonrisa es un poco espeluznante y diferente, Alaia sonríe al escuchar a Alexa reír, mi hija se queda pensativa tratando de recordar algo. La risa de Alexa solo se corta cuando escucha la voz de mi madre.
—¿Eso es todo? – le pregunto, porque los sueños con Alaia no concluyen tan fácil, ella suspira y sigue hablando sobre los diferentes escenarios a lo que se enfrentó en su sueño – ¿y que aprendiste? – la corto.
—Aprendí que no debo pisar un pez globo, que no puedo comer nueces debajo de agua y me dio otro objetivo de vida – me dice con decisión, dudo que Alaia conozca sobre objetivos de vida – quiero, deseo y necesito que busques un bebé para mí, necesito un bebé – dice con desesperación, señalándose con el dedo.
Alexa abruptamente se levanta del sofá y haciéndose frente a mí, se encorva un poco en esa posición Alaia no puede verla, dándome una gran sonrisa, con sus manos presiona con fuerza mis muslos clavándome las uñas, Alexa me da una sonrisa burlona, su mirada se encuentra llena de maldad, ella se acerca a mi rostro, el iris de sus ojos se encuentra completamente gris, reta el verde de los míos, niego con la cabeza a sabiendas de lo que se avecina.
—No me imagino embarazada – dice en un susurro que Alaia alcanza a escuchar – creo que estaría molesta todo el día, odiaría a todos los hombres a mi alrededor, me imagino estando toda gorda, hinchada... Bueno supongo que no estaría contenta.
—Alexa, tú y yo sabemos que el proceso para hacer bebés no está fácil como parece, no le des ideas a Alaia – y mirando a Alaia le digo – recuerda hija mía que un bebé no es un producto que vaya a pedir por internet o encargarlo.
—Pero podemos hacerlo sin problema a ti siempre te ha gustado el proceso para su fabricación y a mí me encanta el proceso si es contigo – dice riéndose Alexa y ruedo los ojos – me imagino escogiendo su ropita – dice mirando al cielo.
—Gracias, Ale por apoyarme. Aunque sé que los bebés lloran mucho, algunos son feos cuando nacen. Quiero uno – dice con voz aguda y sus ojos se llenan de lágrimas, mira a la mujer que tengo frente a mí haciéndome ojitos – Ale, ¿me puedes regalar uno? Un bebé de ojos bonitos como los tuyos – Alexa jadea y mirándome frunce los labios, rueda los ojos.
—Deberíamos darle gemelos – me paralizo.
—Ya ni sabes lo que dices, mujer – replico y ella infla su vientre y pone sus manos como si estuviera embarazada – de verdad has perdido la cabeza – digo riéndome de ella y escuchando las suplicas de Alaia.
—Papi, hazle caso a Ale, ella quiere, yo quiero... Vamos di que sí.
—Alaia, Alexa solo se encuentra bromeando con lo de un bebé de ojos grises.
—Y si mágicamente estuviera esperando un bebé de ojos grises – dice con casualidad y mi madre jadea, me imagino el enojo en su rostro.
—Alexa, cállate – le pido entre risas – eso es mentira.
—¿Y cómo sabes que miento? – me cuestiona con seriedad – somos adultos y sabemos que hay cosas que fallan. Y ya estuvimos hablando del tema que no me disgusta la idea de tener un bebé al cual consentir.
—Yo te ayudo, Ale – dice Alaia con ilusión – hasta escojo las cosas contigo.
—Claro cariño, de todos modos, vas a ser su hermana mayor.
—Juegas con las ilusiones de mi pobre hija.
—Alaia – la llama mamá –. No sé para qué quieres eso – la reprocha mi madre – los bebés lloran y son molestos. Los niños no son juguetes que dejas con la niñera o su abuela.
—Señora usted debería tomar su propio consejo, tres hijos y a ninguno crío – dice Alexa –. Sigo sin soportar a tu madre – murmura Alexa y sé que mi mamá la escucho, la piel de su cuello se sonroja al escuchar el comentario de Alexa – en serio no la quiero cerca de mí, mi bebé y de Alaia, ¡le dijo molesto a nuestro bebé! – dice ofendida – ¿lo puedes creer? – ella vuelve a sentarse a mi lado y me toma de la mano, la pone en su vientre plano, no puedo contener la risa – a nuestro bebé – lloriquea.
—Abu... Mala, eso no se dice – dice Alaia comiéndose las galletas con enojo.
—Un bebé en tan poco tiempo de novios es algo inmoral y seamos sinceros ¿Qué valores va a darle ella a un bebé?
—En serio que te gusta que te traten mal – digo entre risas, me limpio las lágrimas de felicidad de los ojos y le guiño un ojo a Alaia, que también se ríe con nosotros.
—Hola, suegra, ¿Cómo se encuentra hoy? – le pregunta con cordialidad – ¿ya mi madre le entrego su tarjeta para su boda con Gerald? – la cuestiona y ella traga saliva – si no lo ha hecho me encargare personalmente de enviársela o irla a visitar, tenemos tanto de que hablar – dice Alexa abrazándome, Alaia ya sabe que somos novios, ella celebro e hizo un baile raro con Alexa que se contagio con su locura –. Sé encuentra tan bonita, se ve tan joven y bella – la alaga – y lo que menos quiero es que se enoje o haga mucho coraje, menos en frente de la niña, mi hija merece un ambiente sano – cada palabra que sale de la boca de Alexa la molesta más.
—No me interesa ir a esa boda – le contesta y Alexa hace un puchero, Alaia ni se da de cuenta que están discutiendo porque se va a jugar con una pelota.
—Debería interesarle, es el padre de sus hijos.
—Y luego de tantas cosas que hiciste por Gerald, madre. Mereces estar allí, apoyándolo – secundo a Alexa, que golpea su puño con el mío.
—Mi madre no tenia madrina, debería escogerte – dice Alexa con conveniencia.
—Con eso de que ustedes son tan amigas – le recuerdo y ella hace una mueca de asco.
Virginia Keys no fue la mejor madre del mundo, a pesar de haber sido madre joven no la justico, decirles que ella nos cuidaba, protegía, amaba de manera incondicional, estaría mintiendo, ella siempre estuvo para Gerald, no para los tres hijos que tuvo con él, el padre que nos negó su apellido, que nos humillo y aborreció, muchas veces le suplique para que pasara tiempo con Maya y Michelle, le rogué por un amor del que nunca fuimos merecedores mis hermanos y yo.
Para mi madre siempre fuimos su quinta prioridad, los primeros cuatro puestos los ocupaba Gerald Coleman, el estatus social, su carrera, posición económica y estar a la disposición de Gerald, en su mente la idea de complacerlo, hacerlo feliz, ayudarlo y ser su aliada la hacían sentir plena. Por eso ella ha pasado la mayor parte de su vida encubriendo sus secretos, cuidándolo, protegiéndolo, siendo su títere, al igual que la ex amante de Gerald siempre han deseado que él las haga sus esposas, pero Gerald nunca las ha tomado en serio, a él no le interesa que ellas sean sus esposas, para él, ellas son sus muñecas que hacen lo que él quiere y desee cuando él se los diga.
Por eso la relación con mis hermanos ha sido tensa, Michelle vive lejos por su condición médica decidió alejarse, Maya es mi melliza, nunca hemos sido cercanos, pocas veces nos llevamos bien, nunca hemos convivido sin terminar discutiendo, ella odia a mi madre, porque en su cabeza enfermiza, mamá siempre me prefería a mí.
Mis padres fueron un asco con su indiferencia, porque mi madre aprendió a solucionar todo con dinero, sus desplantes, faltar a fiestas de cumpleaños, viajes, graduaciones, premier, filmaciones, al principio estaba bien, pero luego me parecía tan vacías sus excusas y regalos excesivos, ella quería igualarse a las otras madres ricas, nos obligó a ir a colegios católicos privados, llenos de niños ricos que lastimaban a Maya con sus comentarios, a pesar de que mi hermana me rechazaba, estaba acostumbrado a pelear por ella y decir que Tony o Tanner eran mis hermanos sirvió de mucho para que dejaran de molestarnos de verdad las personas le temen tanto al apellido Coleman que entiendo porque lo hacen. Aunque ellos no han visto nada.
—Me alegro de que tú y Alexandra estén juntos hijo, si esa es tu decisión me toca respetarla, y tú también sigues luciendo hermosa, Alexandra. Un gusto volver a verte.
—El gusto es mío, suegra, espero podamos reunirnos pronto – dice con ilusión – ¿le incomoda que la llame madre? – con eso mi mamá tiene para colgar – me colgó, que grosera – dice con pesar.
—Ni me alcance a despedir de mi hija – digo molesto – presionando a Alexa contra mi cuerpo – entonces ¿estamos bien?
—Sí – dice con voz cantarina – aunque me hayas ofendido, te perdono – dice con voz convencida – ver a tu madre roja de la rabia es mejor que una sesión de sexo de reconciliación.
—Eso es ofensivo – digo y ella me da una pequeña sonrisita.
—Aunque... Quiero que bailemos – dice enojada – nunca bailamos, porque odias bailar.
—Bailare contigo – acepto con derrota – y luego voy a castigarte por ser una insolente conmigo.
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