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Capítulo 26: Collins Vara


Capítulo 26: Collins Vara

Alexa.

28 de junio de 2017

Equitación, caballos y sol es algo que jamás me ha gustado. Y estar perdida con un caballo que me odia no es mi plan perfecto o preferido de fin de semana, culpo de esto a Dean y Aisha por hacerme venir a este puto club elitista de mierda, por hacerme comprar esta membresía, Maldita instructora de equitación que me envió sola a un recorrido con la excusa de que ya se montar caballo y que no debía ser monitoreada como mis otros compañeros ahora por su negligencia me encuentro perdida.

—Bueno amigo, tú me odias y yo te desprecio – le digo al caballo que relincha – pero seamos sinceros, haces esto todos los días, por Dios debes recordar el camino de regreso al club.

El maldito caballo no hace nada, solo continúa caminando, maldita seas Aisha, con eso de que querías recordar la época donde practicabas equitación, me enviaste a un sendero de perdición. Sé leer y sé que cerca de aquí hay un estanque infestado con cocodrilos, los estoy viendo ahora mismo, no digo nada, no grito, tampoco corro, tal vez la muerte jamás me causado terror y el caballo es amable, porque no hace ningún ruido o movimiento, mientras los cocodrilos devoran una pierna humana, siento nauseas cuando veo un torso mordisqueado, un brazo ser sumergido al fondo del agua, lo gracioso del momento es que el caballo decide obedecer y huir.

Y dos horas después todos los socios, miembros del club y personalidades que asisten a ese lugar, somos sorprendidos con la mala noticia que una chica llamada Greta Hill, miembro reconocida del club ha sido devorada por los cocodrilos, la reconocieron por la credencial del club que encontraron tirada cerca de los cocodrilos. Nadie dice nada, todos están estupefacto, hay muchos chismes o rumores de como Greta llego hasta allá sola. Al irnos del club le damos el sentido pésame a la familia y nos dirigimos al cementerio, donde la tumba de Richard esta vez no solo fue vandalizada, sino que profanada.

Alguien se robó el cadáver de mi padre.

La pregunta aquí es ¿y para qué?


***


Clary llora desconsoladamente, Aisha hace su mayor esfuerzo por consolarla, estamos en la casa de Gerald, escuchándolo dar órdenes a sus hombres y hablar con unos policías amigos suyos por celular, yo me mantengo al margen de todo, alejada de ellos mientras bebo vino, ya le escribí a Wes sobre esto, su consejo sigue siendo que huya, me dedico a observar la casa de Gerald que es un abuelo muy orgulloso de sus nietos, hasta donde sé tiene cinco nietos dos por parte de Tanner, uno de Chase, el bebé de Tony y Alaia. Que es su única nieta mujer.

Hay demasiadas fotos de Alaia, la mayoría robadas de las redes sociales de su madre, la que me llama la atención es una foto donde Gerald esta con un grupo de amigos cuando eran jóvenes, una Virginia Keys que sonreía con alegría a la cámara sus ojos se achinaban por la felicidad, a una Clary con el cabello corto que sonreía con coquetería, Richard que la abrazaba como si fuera su mejor posesión, Gerald que se encontraba en una esquina al lado de una pareja que no reconozco, la mujer tiene el cabello largo y una sonrisa dulce, genuina y encantadora, mientras el hombre a su lado se encuentra besando su cuello, Hendrick que se encuentra serio también mira a la cámara, los padres de Belén también se encuentran en la fotografía, la madre de Belén también intenta sobre salir en la foto como lo hacia Clary, lo que ellas no sabían es que la atención en la foto se la llevaba aquella mujer, si no estoy mal esta es una de las fotos que le enviaron a Matt. Con curiosidad tomo la foto en mis manos y tragando saliva, paso mi dedo por el rostro de la mujer.

Siento unos pasos cerca de mí, antes de que Gerald me diga algo pongo la fotografía en su lugar, al girarme de nuevo para mirar a mi madre descubro que ella se encuentra mirándome con demasiada atención, su rostro se encuentra pálido y mirando a Gerald, dice.

—No puedo creer que todavía conserves esa vieja foto – le dice con pesar.

—No tienes idea de cuantas baratijas conservo de mi pasado – contesta y mirando a Aisha me quedo en completo silencio, los sollozos de Clary me alteran.

—¿Quién pudo hacerle esto a Richard? Él no era un mal hombre – llora desconsolada Clary y casi me muero de la risa ante sus palabras.

—Vamos a encontrar al culpable, cariño – le promete Gerald con su vista en la fotografía.

—Alexa – me llama Andrew que acaba de llegar, por primera vez en meses escucho que se dirige a mí – hagamos una apuesta.

—¿Qué quieres apostar? – pregunto mirando una foto de Alaia junto con Matt.

—Las razones de porque alguien se llevo a nuestro padre – dice él con humor – tal vez se lo llevaron los aliens o una secta satánica lo raptaron para hacer una especie de ritual.

—La segunda me parece más convincente – digo y no puedo creer que me encuentre bromeando con él.

—¡No estoy para sus bromas estúpidas! – nos grita ella alterada –. Era su padre deberían tener respeto a su memoria, debería estar concentrada planeando mi boda y no atendiendo estos asuntos.

—Entonces deja esto en manos de la policía que no sirve para nada o en mano de los Lee de todos modos ya no eres una Lee – le dice Andrew.

—Por tu bien deberías alejarte de ellos – le aconsejo –. Andrew tiene razón hace mucho tiempo dejaste de ser una Lee, tu lealdad se la debes ahora a los Coleman – señalo a Gerald, ella se queda completamente paralizada, sus ojos verdes se encuentran con los míos.

—No están sencillo, Alexa – me dice ella con pesar.

—Contigo nada es sencillo, Clary, me interesa salvar a mi familia, mi patrimonio y a ti si es posible. Pero ustedes no me lo permiten, ustedes son los únicos que hunden nuestra compañía y arruinando nuestra reputación con sus actos. Están jodiendo lo que me ha costado reparar, han sido muchos años de silencio es momento de hablar – digo con molestia, sigo bebiendo de mi vino.

—Deja de ser falsa, a ti nunca te ha importado esta familia – escupe Clary – no te quieras hacer la lista conmigo, es mi familia, ellos fueron los únicos que me acogieron cuando no tenía nada, nunca mereciste que fuéramos tu familia, que te acogiéramos o te diéramos una pizca de amor. Richard tenía razón eres una puta desagradecida, debía dejarte morir – escupe con ira, me comienzo a reír.

No debería doler, pero lo hace, no debería llorar, sin embargo, lo hago, esta vez debería callar, sin embargo, esta vez opto por hablar, a pesar de mis lágrimas la encaro me acerco a ella, de mi bolso saco una navaja y se la entrego.

—Vamos, termina lo que empezaste – le respondo, ella en un rápido movimiento me toma del cabello y presiona la hoja de la navaja contra mi piel.

Mi cabeza comienza a dolor por los recuerdos de mi niñez, los gritos, golpes, el sonido de las cadenas, el dolor, a pesar del fuerte dolor de cabeza no caigo, la enfrento, recuerdo la vez que ella fue al hospital después del ataque, todas sus amenazas, nuestra relación pasivo-agresiva me ha afectado demasiado, cada mentira, cada engaño, cada cosa que ella me obligo hacer.

—Hazlo, mamá, apuñálame en la tráquea – le pido con una sonrisa temblorosa – termina con esto Clary.

—Hija, Cálmate – me pide Gerald, que observa la escena con atención – Clary, suelta esa navaja. No puedes lastimar a tu hija.

—Hazlo – la reto – quiero que me mates – le digo con rabia – quiero que acabes conmigo, ¡hazlo!

—No te atrevas, Clary – le grita Aisha – por tu bien, lo mejor que puedes hacer es soltar la navaja, ¡maldita alcohólica! – le grita Aisha furiosa, Andrew la toma de la cintura cuando esta por lanzarse sobre Clary – nunca mereciste que Alexa te llamara madre.

—Tu me volviste una puta adicta, recuerdas que me dabas esas pastillas para relajarme, lo mismo que hacías con Andrew. No sería la primera vez que atentas contra mi vida.

—Alexa, no tientes a tu suerte – me pide – en estos momentos te encuentras en desventaja, nosotras no somos iguales.

—Gracias al infierno no somos iguales – digo riéndome con ironía –. Yo solo quería tu amor – murmuro con dolor – sin embargo, nunca fui merecedor de él, vamos, mátame – digo ye la con desesperación me acaricia la mejilla con la mano libre – nunca fui suficiente para ti – susurro con pesar y su mirada arde de rabia cuando ve mis ojos.

—Cállate, Alexa – dice jalándome del cabello – cállate, ahora – me pide con furia, su rostro se pone completamente rojo al verme a los ojos.

—Mamá, suéltala – le pide Andrew preocupado.

—Sabes tienes razón, me siento orgullosa de no ser igual a ti, no eres inocente, haz hecho cosas igual de cuestionables que ellos, solo que te excusas y finges ser la víctima conmigo.

—Cállate – me ordena de nuevo.

—Siempre serás una perra que cuando su dueño la cambia, busca a otro porque no sabe estar sola.

—Matt no va a quedarse contigo cuando conozca tu verdadero rostro – me dice con fastidio, siento como el filo de la navaja corta un poco mi piel – debería arrancarse esa belleza, que vuelve locos a todos los hombres.

«La que debería estar muerta eres tú, no Charlie, no mi pequeña Charlotte, eras tú la que debía desaparecer ¡deberías ser tú quien muriera de una sobredosis! – grita, quisiera que esto no me afecte, pero lo hace.

—Te odio – digo con sentimiento, es la primera vez que le digo esa palabra – eres una mujer despreciable, envidiosa, una estúpida que jamás va a salir de ese puto circulo vicioso donde vivirá el resto de su vida, eres la peor madre del mundo que has humillado y usado sus hijos a su antojo, tus palabras no me duelen, Clary, eres tan poca cosa que me da vergüenza llamarte mamá, agradece que te di ese privilegio. Puta alcohólica de mierda – me río y a pesar del nervio que me causa que ella me corte el rostro sigo hablando.

—Vete de nuestras vidas y de nuestros negocios.

—¡Mi maldita compañía! – le recuerdo golpeando mi pecho – ¡es mi puta empresa y los que deben irse de ella son ustedes! – y es allí donde por fin la empujo, ella cae de bruces sobre el sofá donde estaba sentada antes, me pongo de pie y tomo mi navaja del suelo – ese es tu puesto estar siempre abajo.

—Alexa, es nuestra ma...

—¡No eres mi madre! – grito enojada – si me voy, me llevo a Dalton que asume todos los roles en ese puto lugar, para que no caiga a pedazos, se quedaran sin su COO y todos sabemos que Baruc, necesita más de Dalton que él de Baruc. Si no hubiera sido por Dalton y mi intervención, tu puta reputación estaría por el piso, arruinados, agradezcan que les permito vivir con eso. Por mí sigues despilfarrando dinero. Por mí los Matters entraron a la empresa y pudimos sacar a esas personas que los atormentaban.

—¿Qué ganas con todo esto? – me pregunta herida.

—Mi recompensa es verlos de rodillas, chupando el suelo de la puta adicta a la que destruyeron, verlos suplicar, rogar, implorar. No soy una Lee o una Becher.

«Tus hijos te odian, Andrew solo te llama cuando no tiene con que pagar sus excesos, Andrew solo te permite que lo abraces cuando esta borracho y tú futuro esposo solo te usa. Es demasiado deprimente ser tu – digo señalándole la navaja en mi mano.

—¡No tienes nada en la vida!

—Si tengo una familia, Clary.

—Estamos dispuestos a matar por el otro – le asegura Aisha, poniendo su mano sobre mi hombro.

—Ese no es el modo de hablarle a tu madre – ella baja la guardia –. Te salve.

—Porque estabas arrepentida de lo que Hendrick me hizo.

—No te mereces esa segunda oportunidad o fingir que eres feliz con Matt – me recuerda con asco.

—No vas a arruinar lo que tengo con Matt, no vas a destruir mi vida otra vez, esta vez vengo por mi puto final feliz.

—No lo mereces – me asegura ella y me encojo de hombros.

—Otra cosa, mami. Esa vida de lujos, de éxitos que tanto luces es una simple fachada, para llenar los vacíos que hay en tu interior.

—Intérnate, loca – le pide Aisha.

Y con esas palabras y esa contundente declaración de guerra Aisha y yo nos vamos.


***


Matt me mira con atención esperando que diga algo más que hola, novio y dándome una pequeña sonrisa amistosa y amorosa, que hace que sus mejillas se sonrojen un poco, le doy una pequeña sonrisa, mientras me acomodo en el piso del baño de mi habitación. Matt me mira a la expectativa trago saliva y alejo mi mirada de la intensidad de sus ojos, me rasco la parte trasera de la cabeza, me mordisqueo el labio inferior, me he puesto a pensar que Matt hace que las partes de mí que creía muertas, reviva, sonara loco, pero Matt hace que piense en mi futuro, en mis sueños y en tener nuevas oportunidades, hace que no sea tan controladora, estirada, me ha ayudado a dormir, me ha dado las fuerzas para seguir patinando, luchar en contra de mis miedos... Matt y Alaia hacen que quiera seguir viviendo. Y espero no estar creando una dependencia hacia él.

—No puedo dormir, te necesito – le digo entrecerrando la puerta del baño y dejando a su hija dormida en mi cama, poder observarla con atención me da miedo que se lastime o se caiga de la cama.

—Extraño el sonido de tus gemidos y escucharte suplicar por más mientras te penetro – me dice Matt con tono divertido al ver que mis mejillas se sonrojan y me mordisqueo el labio – en la cama no eres nada estirada o de hielo como sueles ser.

Su comentario me sonroja, hace que trague saliva, me pique la piel.

—Matt, no me provoques – le digo mirando hacia otro lado – las relaciones a distancias son una mierda – musito.

—Sí y no vamos a quejarnos de eso ahora, porque cuando vuelva a verte, hare que toda la espera valga la pena – me contesta y trago saliva.

Los días que Matt estuvo aquí mi vida sexual volvió a ser muy activa, más de la cuenta, su pene es lo suficientemente grande y satisfactorio, como para hacer que el sexo valga realmente la pena. Trago saliva y pienso en el sexo suelo ser demasiado libre, suelta, dejarme llevar, me gusta el sexo duro y placentero, ese simple pensamiento me sonroja como a una colegiala y hormonal, recordar como jalaba mi cabello mientras se la chupaba o como me retorcía de placer mientras me daba sexo oral hacen que se me haga un nudo en la garganta y mis pezones se endurezcan y Matt lo nota rápidamente.

—Me gustaría estar allí y solucionar eso – dice señalando mis pezones – darle la atención que merecen – dice señalando mis pezones.

—Matt – digo tragando saliva – tus palabras no me hacen bien.

—Ver tus mejillas sonrojadas me lleva a pensar en imágenes poco saludables para mí en estos momentos.

—Lo siento – y no tengo idea porque me disculpo – si estuvieras una novia que viviera más cerca estarían follando ahora mismo.

—Pero no quiero ninguna novia que viva cerca de mí, a la que quiero aquí conmigo es a ti, las tetas que quiero saborear son las tuyas, el coño que quiero chupar, tocar es el tuyo y los gemidos que quiero oír son los tuyo – sé que Matt se encuentra excitado cuando gruñe molesto e intenta solucionar el problema con su polla erecta.

—Per...

—Nada de peros... Te seré fiel y me vale muy poco si tengo las bolas azules, sabes no he dejado de pensar en tu propuesta de sexo anal – él pasa su lengua por su labio inferior y mi sonrojo se intensifica.

Y me recuerda la petición que me hizo esta mañana de hacer videollamada mientras me bañaba, me pidió que me tocara para él y que nunca le quitara los ojos de encima, no sé cómo mi celular sobrevivió a tan caluroso momento, trago saliva al conectar con la mirada penetrante de Matt, sus pupilas se encuentran dilatadas y su respiración entre cortada, mordiéndome el labio tomo la iniciativa de presionar la tela de su camisa en mis senos haciendo que estos resalten en la tela.

—Daria toda mi fortuna con tal de tenerte aquí conmigo – repite Matt, presiono mis piernas cuando el nudo en mi vientre se intensifica.

—Pronto – lo animo – tampoco creo que pueda aguantar mucho sin tus besos.

Trago saliva y recuerdo que Alaia Keys durmiendo en mi cama, ella es una niña con el sueño pesado y estoy a una distancia prudente para que ella no escuche, Alaia al dormir se mueve demasiado, patea, da puñetazos por eso decidí dormir en el baño en un lugar donde pudiera monitorearla y vigilar que no pase nada malo con ella. Aunque me enfurece las razones y las mentiras de su madre para dejarla conmigo. Emily la dejo conmigo así de la nada, el plan inicial era invitarla a cenar y luego llevarla a su casa con su mamá, luego de que Alaia me haya tenido cantando canciones de Disney, haciéndonos y haciéndonos mascarillas, Emily me informo que no podía venir por Alaia que se le presento un inconveniente y que dejara que Alaia pasara la noche conmigo y luego ella la recogía a la hora del desayuno, acepte porque Alaia estaba muy feliz con la idea de hacer una pijamada conmigo, me toco pedirle a Dax que comprara ropa para ella, donde escogió una pijama de color negro llena de calavereas para que combinara conmigo y mi casa.

Tener a Alaia en mi casa no es un plan que a Matt y a mí nos encante del todo, a pesar de tener armas, entrenamientos y cuchillos por si algo malo sucede, no estoy muy segura con dejar que Alaia duerma en mi casa, hay un maldito loco suelto que al parecer no tiene rostro que asalta tumbas como deporte favorito como premio profana tumbas, deja notas y envió a que atacaran a Aisha. Donde aquel pervertido en un acto de lealtad prefirió cortarse el cuello antes de confesarle algo a Dax.

—Me encantaría que estuvieras aquí – digo con necesidad y Matt me observa un poco sorprendido – así calmarías la oscuridad que intenta apoderarse de mí.

—¿Qué tanto hiciste en Londres? – me pregunta.

Trago saliva y mis mejillas se sonrojan un poco más al recordar la reunión que tuve en Londres y las cosas que vi mientras estuve con Alessio.

—Jugar a la niña mala – respondo con simpleza y sé que Matt no va a hondar en el tema, menos por videollamada – quiero verte hay tantas cosas de la que debemos hablar.

—Lo sé. Mi cama King te extraña – y entiendo a lo que se refiere con cama "King"

—Debes hablar con Emily y advertirle que no puede dejar a Alaia simplemente conmigo, Matt no tengo experiencia en niños, fue la misma Alaia que me dijo que debía cortar las uvas en dos y sacarle las semillas, también fue ella la que lleno mi cama de almohadas para no caerse – digo y Matt comienza a reírse – tu hija se quejo de mi modo de alimentación y dijo que la decoración de mi casa es fea.

—Alexa. un apartamento de color negro no es un lugar cálido, es un lugar sombrío, sobrio, sin vida al que le falta color.

—Me gusta mi decoración y mis paredes negras – me quejo cruzándome de los brazos, al ver su sonrisa burlona – tener objetos blancos ayudan para que haga contraste con el lugar, me lo aconsejo mi diseñadora de interiores.

—Colgaste un cuadro digno de un hospital psiquiátrico en tu sala – me recuerda y me sonrojo – y tienes dos más en tu habitación.

—Es arte y me gusta el arte de aquel artista japones. Hace que mi lugar y mi hogar se vea diferente.

—Niña sucia, me gustas demasiado, pero eso no quita que me gusta ser sincero contigo y no vamos a tapar el sol con un dedo, tu apartamento no es tu lugar o tu hogar.

—¿Sientes tu casa como un hogar? – pregunta.

—Lo hago porque allí tengo todo lo que amo, mis premios, fotografías con Alaia, mi familia, fotos contigo, objetos que simbolizan algo para mí, no solo simples objetos caros que le dan a mi casa un sentimiento aterrador – comenta él y ruedo los ojos.

—Me gusta comprar objetos caros.

—Para llenar tus vacíos emocionales, niña sucia. Cambiar tu guardarropa cada dos meses, comprar autos caros cada semana no lo haces por el simple capricho de gastar, lo haces porque estas acostumbrada a llenar tus vacíos con dinero. Cada vez que peleas con Clary ella te da objetos caros con el fin de comprar tu cariño.

Y no miente, luego de nuestra discusión me compro un deportivo y me invito al SPA.

—Me llamas materialista y que solo se mostrar agradecimiento por medio de objetos caros – digo ofendida.

—Lo haces, querida y hermosa novia, dime ¿Cuáles son tus sueños? Dime, ¿tu único sueño fue escribir historias aterradoras para niños?

—En serio hoy quieres ofenderme – le digo y ruedo los ojos –. Fue uno de mis sueños.

—¿Y que deseas ahora? ¿Cuál es la meta? ¿Qué es lo que más deseas en el mundo? – me cuestiona con curiosidad – tienes que desear algo, solo tienes veintidós años, no creo que tu vida haya girado entorno a tu familia.

Nunca hablo con nadie de mis sueños, me parecen muy ridículos o tontos, miro hacia otro lado de reojo veo a Alaia dando vueltas en la cama.

—Es una estupidez.

—Nada relacionado contigo es una estupidez.

—Cuando estuve en Londres estudiando – digo rodando los ojos – estudie ingeniería en farmacobiología he hice un curso en hotelería y turismo – murmuro – y lo amaba.

—Se me olvidaba que eras una ratona de biblioteca – dice recordándome que siempre me destaque en los estudios, mi maldición y mi perdición.

—Exacto. Esa parte es importante para contarte mis sueños, al estudiar estuve trabajando en un hotel en una pequeña isla en vacaciones y mientras estaba en la habitación que alquilaba, comencé a anhelar tener mi propio hotel, administrar mi propio hotel y ser un poco más ambiciosa crear mi cadena de hoteles, hacer algo que me desligara de los Lee por completo, y espero no te burles. Nunca tuve una mascota, ni un perro, ni un gato o un ratón, por eso deseaba adoptar un perro o un mono de esos pequeñitos – digo con ilusión – también cuando vivía en Europa estuve en zonas rurales y estaba deseosa de tener una granja llena de vacas, luego de que una me persiguió me di cuenta de que les tenía mucho miedo, Dax tiene un video de ese momento – digo con humor, Matt se ríe – quería vivir en el campo una temporada alejada de todos, desaparecer y perderme un rato – sonrió con añoranza – también deseaba una familia como la de las personas de la televisión, mamá, papá, esas cosas de mierda. Te dije que son sueños tontos.

—Voy a hacer que tus sueños se hagan realidad, niña sucia, vas a tener todo eso y no descansare hasta que lo obtengas – me contesta Matt y le doy una pequeña sonrisa.

—¿Y los tuyos? – le pregunto, suspiro, mientras presiono los dedos sudorosos de mi mano derecha en la tela de mi camisa.

—Bueno ser actor, ser famoso y rentable, también tener una buena posición económica para que nadie me volviera a humillar como lo hicieron cuando era un niño, ser un buen padre para Alaia, apoyarla en cada uno de sus sueños, por muy locos que sean y que Gerald recibiera su merecido, una muerte lenta, dolorosa y letal – dice riéndose – de verdad que tenía fuertes problemas paternales cuando se trataba de Gerald.

—Es hombre no es un buen padre, te entiendo, también fantaseaba con ver a Richard muerto – le contesto.

—También quería tener un perro, pero la vida me dio a Alaia, por ahora con eso me conformo – dice y me río, porque lo entiendo su hija tiene demasiada energía, nos da tres vueltas a todos – también sueño que Alaia sea feliz, aunque mi nueva meta es casarme contigo, comprarte una casa en la playa o una granja con vacas para que te persigan – al decir eso jadeo y sonrió como una tonta, aunque no quisiera creerle, aquí estoy creyendo en Matt –. Y también ser tu socio para que empieces tu cadena de hoteles – abro la boca asombrada al escuchar eso, la vez que se lo dije a Liam se burló de mí con la excusa que nadie creería en una exadicta – ya te pague una cantidad absurda por unas clases de patinajes, podría darte todos mis millones con tal de que logres tus sueños.

—No quiero ser una cazafortunas o que la gente piense que necesito de tu dinero para surgir, tengo mis ahorros para poder lograr mis sueños, pero si puedes ayudarme en algo te lo hare saber – mi respuesta lo deja satisfecho.

—No te imagino en una granja – se burla de mí y me río a carcajadas – dime, ¿tenias tacones mientras la vaca te seguía?

—Los tenía – digo apenada – y acabe en el suelo gritando que una vaca iba atacarme, también me persiguieron unas gallinas, mi vida en el campo fue realmente un fracaso – ambos nos reímos de la anécdota –. Quisiera que estuvieras aquí para darte un golpe en el hombro por burlarte de mí – digo y sueno como un niño caprichoso, Matt continúa riéndose – basta.

—Es que imaginarme a la señorita "orden y control" ser perseguida por una gallina y viviendo en el campo es una cosa de otro mundo.

—Voy a golpearte cuando te tenga cerca – lo amenazo y su rostro se pone rojo mientras se ríe a carcajadas.

—Vale, no lo pensé muy bien y tampoco me arme con la ropa correcta para enfrentarme a la vida en el campo, pero ahora lo hare mejor – le prometo.

—Eso espero.

—Tampoco creo que la princesita Alaia soporte la vida en el campo.

—Eso no lo sabemos hasta que la llevemos – dice con diversión.

—Eres malo – le digo cuando comienza a reírse de ambas.

—Alexa, de verdad te extraño y escucharte reír es lo mejor que me ha pasado en todo el día – le digo – el sonido de tu risa calma mi alma.

—También te extraño, Matt.

—Ando contando los días para que sea el cumpleaños de Shania y estemos juntos pueda besarte, follarte y burlarme de ti, porque para esa fecha ya tendré ese video tuyo siendo perseguida por una vaca.

—Eres un rastrado y un odioso de mierda – contesto con una pequeña sonrisa.

—De eso no hay duda, me arrastro por tus besos, tú y ese terremoto, son mi fuente de vida – dice y sus palabras me parecen fuertes me mordisqueo el labio inferior – Alexa no te pido que seas cursi, tranquila.

Respirando hondo, le digo.

—Me importas – respondo frunciendo el ceño – me importas demasiado, Matt, Keys.

—Aunque no debería responder esto, ya que estoy haciendo una cantidad de cosas cuestionables por ti, pero también eres importante para mí – Alaia se remueve en la cama y abraza las almohadas – cuando tengamos tiempo vamos a tener una cita y una propuesta de noviazgo organizada, no improvisada como la que hice por la desesperación.

—No más propuestas de noviazgo para mí, verte humillado y derrotado en televisión nacional fue muy satisfactorio para mí, luego de haberte visto besando a esa modelo.

—Eres una niña mala – se queja – oye, niña sucia, ¿Liam siguió enviándote flores?

—No a veces me manda mensajes muy raros – le informo a Matt – hoy me escribió.

—Déjame hablar con él. Liam debe entender el mensaje que no eres de su propiedad y no puede estar enviándote flores, cuando eres mi chica, lo que menos me gusta es que ese puto vejete pedófilo te esté enviando cosas.

—En serio que deberías sacarte la polla y orinarme – digo sacándole la lengua – igual me incomodan sus mensajes.

Matt empieza a darme sugerencias de algo que no le he pedido, ruedo los ojos. Los celos de Matt no me asustan o aterran, me gusta que muestre interés en mí, desde que tengo dieciséis años sé que Matt no le gusta compartirme, que es celoso y un poco posesivo cuando se trata de mí.

—Entonces el chico que te enviaba notas se llama Kaidan – le informo y Matt asiente con la cabeza, removiéndose incomodo – ¿Matt, tú crees que ese tal Kaidan robo el cuerpo de Richard? – le pregunto y mientras él me responde camino a la cama, lo primero que hace Alaia es lanzarme un golpe en el labio. Va a ser una larga noche para nosotras.

—Tal vez lo hizo – me dice – no podemos acusarlo sin pruebas y sin fundamentos.

—Dean me dijo que ustedes sospechan que es un adolescente por su forma de expresarse – asiente con la cabeza –. No te encariñes con él, tampoco juegues al salvador del mundo con ese chico, no es bueno, si profano una tumba no es un chico con principios.

—Ninguno de nosotros tiene principios y todos hemos hecho cosas realmente cuestionables por mantenernos a salvo, no lo juzguemos todavía, Alexa – me pide defendiéndolo y ruedo los ojos, allí va Matt a jugar al super héroe y yo a la supervillana que matara a quien se atreva a lastimarlo –, necesito conocer su historia Alexa y como se enlaza con nosotros.

—Hazlo – lo apoyo, aunque no estoy muy convencida de eso – lo único que no quiero es que salgas lastimado.

—Voy a estar bien – me promete.

—Eso espero – le digo con dureza –. Matt haces cosas muy bonitas por esta relación y es momento que yo haga algo por ti, voy a planear una cita para ambos, creo que tengo una casa frente a un lago, tengo que revisar en mi lista de propiedades – él rueda los ojos – quiero dar un paseo en bote contigo – digo y él sonríe.

—Me gusta el plan de dar un paseo contigo – me contesta.

Me gusta que hayamos cambiado la conversación, volviendo a nuestro tema inicial nuestra relación, lo que menos quiero es discutir por ese tal Kaidan y darle mayor importancia en mi relación. No me va el drama barato, quiero que mi relación con Matt prime la comunicación y el entendimiento, lo que menos quiero es basar mi relación en dramas sin fundamentos. Y sé que ponerme terca con el tema de Kaidan va a hacer que él se acerque más a ese chico, solo me queda estar a su lado hasta que descubramos que ese chico es culpable de todo esto, ver la cara de decepción de Matt mientras le rompen la ilusión de poder salvarlo de la oscuridad, abrazarlo y fin.

Al final del día a Matt y a mí solo nos queda comprendernos.

—Mañana iré con Aisha a la exposición de arte de Declan, quien pensaría que el chico que me estafaba con cuadros falsos ahora es un gran artista – comento y Matt se ríe un bostezo corta su risa.

—Salúdalo de mi parte – me pide – me encantaría acompañarte, esto de estar separados me esta matando, las extraño – me responde luego de un rato – las quiero aquí conmigo – dice frustrado, le doy una pequeña sonrisa sin mostrarle los dientes y el suspira, ¡Matt Keys a suspirado y es por mí! él bosteza y gruñe molesto.

—Deberías dormir – le pido y ruedo los ojos –, deberíamos dormir, Matt ya es tarde.

—No quiero dormir todavía – me dice – estoy pensando.

—¿No te atormenta la conciencia las cosas que has hecho con Dax en estos días? – pregunto preocupada – porque puedes alejarte de esto y mirar desde la distancia.

—Esto también es importante para mí, Alexa – me dice tajante y no comprendo, hay muchos misterios alrededor de Matt que no sé cuando va aclararme todas mis dudas y miedos, pero tampoco lo presiono con eso – no me encuentro mortificado de todos modos ese hombre sigue con vida.

—Eso es cierto – su semblante vuelve a estar relajado.

—¿Y tú?

—En lo absoluto – le contesto y lo veo cerrar los ojos.

—Es hora de que durmamos – le informo, bostezando.

—Es lo mejor, mañana debo despertarme temprano. Eres importante para mí, niña sucia – me contesta, le lanzo un beso le digo.

Creo que esa es nuestra manera de decirnos que nos queremos, sin usar una palabra tan fuerte como querer o amar.

—También me importas. Actor porno.


***

29 de junio de 2017

—Hola, Collins.

Collins Vara se sobresalta al verme llegar a su lado, él grita mi nombre en un grito aterrador, ruedo los ojos, veo todos los cambios que hay en él, Collins no es el mismo chico flaco que vivía al lado de mi casa, ahora tiene músculos, su cabello lleva un corte militar, tiene tatuajes y sigue usando lentes, pero esta vez usa unos modernos, que resaltan las facciones de su rostro.

Aunque Collins ya no luce como ese chico feliz y normal que recuerdo, algo que envidiaba de Collins me enojaba era su familia sus padres amorosos y sus hermanos las escenas que ellos protagonizaban me llenaban de celos, envidia y asco. Creo que inicialmente por eso lo humille de esa manera, porque estaba enojada de que Collins tuvieran unos padres amorosos y yo no. Mi actitud no fue la mejor y no me justifico. Desde hace rato deje de justificar mis actos. Carraspeo mi garganta y vuelvo hablar.

—Aunque quisiera ser amable, me incomoda que después de años tú te atrevas acosarme, Collins Vara – le digo y él parpadea constante mente – hoy no es el día que me interese ser hipócrita contigo, mi tiempo es contado, tengo que irme a la exposición de arte de Declan, entonces seré breve, ¿Por qué me sigues? – digo abriendo la puerta de su auto, él me observa aterrado al ver que me siento en el asiento del pasajero, Collins palidece como si estuviera viendo a un fantasma.

—¿Asesinaste a mi prometida? – me cuestiona golpeando el volante – Ellen te vio a ti por última vez, llego a casa diciendo que conoció a Odette Lee, la chica que me rompió el corazón y la enfrento, ¿la mataste, Alexa? – me pregunta enojado.

—¿Qué te fumaste Collins? No conozco a ninguna, Ellen King, solo me enteré de la muerte de tu prometida porque lo vi en las noticias – le contesto y él se acerca su rostro al mío.

—Lo hiciste para joderme – asegura y me río a carcajadas.

—Collins en serio busca un médico – le digo tocando mi cabeza – que no te encuentras nada bien.

—Ella era periodista y estaba trabajando en un reportaje junto con Corina, para hablar de ti y tu relación con la familia Lee y los rumores que hay detrás de ustedes. Ellas estaban haciendo acusaciones muy graves en tu contra.

—¿Ah? – contesto consternada.

—Le dije a Ellen que eras una víctima, ella no me creía, no confiaba en mí, Corina la envenenaba en contra tuya. Ella le dijo a Ellen que tenía un fuente confiable y cercana a ti, las dos se mensajeaban, enviaban correos y hasta tuvieron varias salidas juntos.

—¿De qué mierda me hablas? – cuestiono alterada.

—Uno de ustedes tuvo que hacerlo, tal vez no fuiste tú – me defiende –. Pero si tu familia, uno de ustedes asesino a Ellen y a Corina – mi boca se seca ante su confesión – ayúdame a encontrar al responsable de la muerte de mi prometida, me estoy enloqueciendo.

—¿Ah? – vuelvo a murmurar, no tengo palabras para esta nueva información, él me toma por los hombros y me dice.

—Alexa, ayúdame, por favor.

—¿Quién era su fuente? – digo después de un rato.

—Se hacía llamar, Stone. 

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